Paraísos en el infierno. Drogas y Guerra Civil española | Jorge Marco

Drogas en la Guerra Civil espanola Foto Albero SegoviaBiblioteca Nacional de EspanaThe Objective.
Drogas en la Guerra Civil española | Foto: Albero Segovia/Biblioteca Nacional de España/The Objective.

Tras los estudios pioneros llevados a cabo en España en el pasado siglo, la historia de las drogas no ha vuelto a despertar una atención historiográfica similar. Esta tendencia llama la atención si se echa un rápido vistazo a las manifestaciones culturales recientes. Hitos como la publicación y posterior censura de Fariña (2015), obra del periodista gallego Nacho Carretero, el éxito televisivo de series como The Wire y Narcos, o los constantes reportajes sobre el auge del cultivo y el tráfico de estupefacientes a lo largo y ancho del país, reflejan el interés que esta cuestión despierta. En cambio, las y los historiadores han pasado de puntillas por este problema, publicándose algunas investigaciones que no han tenido la suficiente continuidad. Y eso que trabajos como este de Jorge Marco son una excelente demostración de la importancia social de las “sustancias psicoactivas”, pero ante todo por la posición privilegiada que estas ofrecen para profundizar en periodos tan transitados como la Guerra Civil española.

Una pequeña muestra de esta investigación se publicó en 2019 y sirvió para presentar la inusual Salida de las tinieblas, memorias del valenciano Juan Alonso Pérez. Al igual que su Hijos de una guerra (2010; 2019) permitía introducirse de una forma más atractiva a Guerrilleros y Vecinos en Armas (2012), este libro enmarcó el contexto vital, emocional e intelectual que ha llevado a la escritura final de esta obra. El testimonio de este médico ex toxicómano no solo es insólito por el tipo de relato vital que despliega, su tono y su intencionalidad, sino por la cantidad de elementos que ilumina sobre las drogas de nuestro pasado reciente. Las vívidas notas de su diario y la narración introspectiva de algunas de las experiencias que le tocó lidiar a causa de sus adicciones al alcohol y la morfina sirven para abrir una realidad que había quedado velada desde su publicación en la Transición, con la epidemia de consumo de heroína en ciernes. El escaso éxito comercial e interés académico de la primera edición resulta hoy insólito, si se considera el impacto que tuvieron más adelante muchas de estas sustancias, pero también por el peso que, como puede observarse entre sus líneas, ya tenían en procesos en los que habían sido circunscritas a lo meramente anecdótico o trivial.

Las principales preocupaciones intelectuales del profesor Marco han transitado hasta ahora de la violencia a las culturas de resistencia dentro y fuera de España. Por consiguiente, este no es un trabajo que pueda enmarcarse en la historia de la ciencia. Tampoco sus páginas se limitan a la evolución, el estudio o el impacto epidemiológico de estas sustancias en la sociedad de entreguerras. Al contrario, se trata de una obra adscrita a la historia social y cultural bélica ―en crecimiento en el ámbito hispano― y partícipe de la nueva historia del franquismo centrada en cuestiones como las actitudes sociales, el género o el nacionalismo. Como demuestra, las drogas son otro elemento que debe tenerse en cuenta al acercarse a los temas fundamentales de la Guerra del 36 y la dictadura de Francisco Franco.Después de la introducción de los objetivos y ejes que organizan el libro, abre con un capítulo en el que se realiza un recorrido por las sustancias psicoactivas y su uso en los enfrentamientos bélicos de Occidente durante los últimos siglos. En líneas generales, esta es una síntesis de las principales obras que se han publicado hasta la fecha, tanto en español como en inglés. Gracias a ellas, traza una historia de su consumo por la población occidental, su masificación y el proceso que las institucionalizó en muchos de los ejércitos modernos, llegando a convertirse en una pieza clave del engranaje de los enfrentamientos que asolaron el mundo en los siglos XIX y XX. A partir de ahí, el libro se divide en tres partes que abordan por separado el alcohol, el tabaco y otras drogas que suelen ir asociadas al adjetivo de “duras” como la cocaína, el cannabis o la morfina. Cada parte se divide a su vez en diferentes capítulos que de manera cuidadosa atienden a las experiencias y la construcción de las diferentes identidades involucradas, el nacionalismo, la economía y las consecuencias psicosociales de las adicciones que muchos desarrollaron. Finalmente, el libro se cierra con un apartado de conclusiones heterodoxo que, partiendo de sus principales aportaciones, apunta a posibles investigaciones futuras.Uno de los pocos inconvenientes que presenta este trabajo es la desigual proporción dedicada a atender a cada una de estas sustancias y los agentes involucrados en su producción y consumo a lo largo de sus más de cuatrocientas páginas. Los desequilibrios no se deben al interés sobre unas drogas u otras, pues tienen que ver con las fuentes disponibles y las posibilidades vigentes de ahondar en ellas. Por otra parte, reflejan la importancia real que tuvieron elementos obviados como el alcohol y el tabaco en la cotidianeidad de la guerra en detrimento de otros estupefacientes menos normalizados, aunque puedan resultar más atractivos para el público. En los últimos tiempos, el interés por estas drogas popularmente llamadas “blandas” ha crecido de manera exponencial, publicándose trabajos innovadores sobre la prohibición del alcohol y la industria del cigarrillo en los EE. UU. o el vodka en la URSS. De manera simultánea, puede apreciarse un mayor detenimiento en la experiencia republicana que en la franquista, lo cual no es óbice para que sea realmente su visión combinada la que ofrezca la guía más satisfactoria sobre el papel que estas sustancias pudieron llegar a desempeñar durante la contienda y la posterior dictadura. Por último, la decisión de prescindir de unas conclusiones convencionales ha sido una decisión del todo acertada dado que la estructura de la obra y los capítulos habría hecho que resultasen reiterativas en exceso.

Entre las valiosas aportaciones de esta novedosa monografía destacan tres en torno al estudio de la experiencia bélica. Como no podía ser de otro modo, este trabajo cuenta con un enfoque de género. Las reflexiones sobre la masculinidad son especialmente estimulantes para el estudio de esta y otras etapas de la historia de España. Jorge Marco critica con acierto la tendencia de las y los historiadores de circunscribirlas a la ideología de las culturas políticas dominantes, demostrando la existencia de elementos transversales más ligados a aspectos corporales, experienciales o regionales. Las drogas se revelan como un elemento excepcional para observar todos estos debates y su incidencia en los hombres, lo cual no solo ayuda a completar la imagen que hasta ahora se contaba de las “masculinidades respetables” burguesas u obreras, sino que le permite identificar una “masculinidad chulesca y castiza” encarnada por aquellos combatientes que vivieron las Guerras del Rif o formaron parte de la Legión. Esto último hace que sea necesario ‒en consonancia con otras investigaciones‒ tener en cuenta la pluralidad de modelos de masculinidad existentes y replantear cómo se reprodujeron en la cotidianeidad.

Además de la influencia directa de las drogas en los hombres, este trabajo tiene la virtud de atender a otros aspectos como su nacionalización. El auge de los estudios sobre el nacionalismo se ha visto saturado en los últimos años de nuevas teorías interpretativas que han sido aplicadas a este periodo. En este caso, se sigue el estudio del “nacionalismo banal” y el “nacionalismo cotidiano” que han expuesto historiadores como Alejandro Quiroga y Claudio Hernández. Siguiendo a Cynthia Miller-Idriss y Jon E. Fox, esta investigación está centrada en un tema que hasta la fecha había sido estudiado de forma superficial por la profesora Susana Sueiro, como es el estudio de la relación entre el nacionalismo, el consumo y la publicidad. Con ello se demuestra cómo el intercambio y uso de estas sustancias estaba mediado por discursos de tipo nacional y cómo la nación se materializó, por ejemplo, en el ofrecimiento de unos cigarrillos Ideales o un trago de vino en el frente. Interpretaciones como esta resultan muy significativas, teniendo en cuenta la cantidad de discursos nacionales que se movilizaron en aquellos años a nivel local, regional o transnacional, que hacían de las prácticas de afirmación identitaria como el “buen beber”, la persecución de los toxicómanos o la hermandad entre soldados otra forma efectiva de encarnarlos.

Merece la pena destacar las valiosas aportaciones a la historia económica de la Guerra Civil. Dejando a un lado las cifras, este trabajo muestra las malas prácticas llevadas a cabo por los industriales y el surgimiento de un mercado negro en ambas zonas en torno a algunos bienes que se convirtieron de primera necesidad en un contexto bélico duradero. La reconstrucción de la producción y distribución de mercancías como el tabaco permite robustecer la tesis sobre la superior organización económica de la retaguardia sublevada de Michael Seidman, así como otear los antecedentes de males tan perentorios como el “gran estraperlo” de la posguerra. Otro elemento que por fortuna no pasa desapercibido es la “economía sumergida” de la droga, algo que ha sido ignorado de manera constante por las principales obras que se han escrito sobre esta época. Esta cuestión no es menor si se tiene en cuenta que la puesta en venta de muchas de estas sustancias estuvo prohibida o limitada ni si se aprecia su realidad desde una perspectiva de clase.

Sin renunciar a abordar cualquier cuestión referente a la droga, es inevitable que su lectura consiga despertar nuevos interrogantes e intereses. Por un lado, podría explorarse con un mayor detalle la dimensión emocional y adictiva en la experiencia bélica de los militares de ambos bandos. Una mayor familiaridad con los conceptos de la historia de las emociones y la disposición de otras “fuentes del yo” facilitaría este análisis, permitiendo reflejar algunas de las particularidades del caso español y de este conflicto. Por otro lado, cabe preguntarse si las drogas fueron a su vez un elemento sustancial para hacer frente a la experiencia de la guerra en la retaguardia y, sobre todo, durante el franquismo. Sin duda, estas y otras preguntas pueden dar para la elaboración de otra obra de similares dimensiones. Al asumir que la contienda no concluyó el 1 de abril de 1939, ¿qué papel jugó el consumo de estas sustancias entre los “hombres de orden”, los vencidos, la resistencia interna o en la cronificación de la práctica del estraperlo en tiempos marcados por la desigualdad, el hambre y la violencia estatal?

Entre las voluntades de este trabajo está buscar un equilibrio entre la forma y el contenido escrito, tal y como apunta su autor al final de la introducción. Personalmente, esta es la obra donde mejor lo consigue, a pesar de su carácter enciclopédico. El tema se presta de sobra para ello: anécdotas, chascarrillos y lenguas afiladas de la caterva de personajes que pueblan la historia contemporánea española y el imaginario de este tiempo. Todo esto da pie a momentos tan memorables como la reinterpretación del asedio del Alcázar de Toledo en el verano del 36. ¡Como no fumador he de admitir que en algunos instantes se me pasó por la cabeza buscar entre los cajones un pitillo seco de esos que todavía regalan en las bodas y que recuerdan la pervivencia de esa “costumbre” tan masculina y patria! De igual modo, porque cuenta con un estilo fluido, capítulos breves, ideas bien argumentadas e imágenes representativas que facilitan la lectura de una obra ambiciosa.

Paraísos en el infierno es una apasionante reflexión sobre el papel de las drogas en nuestro pasado reciente, muestra de los inseparables vínculos entre naturaleza y cultura, cuando todavía siguen pasando desapercibidos para una parte de la historia social y cultural. Aunando lo mejor de la historiografía actual y una de las prosas más elogiadas por compañeras y compañeros de profesión, está llamada a convertirse en una referencia mucho más allá del estudio de la Guerra Civil en España.


Resenhista

Francisco Jiménez Aguilar – Universidad de Granada. E-mail: fjja@correo.ugr.es


Referências desta resenha

MARCO, Jorge. Paraísos en el infierno. Drogas y Guerra Civil española. Granada, Comares, 2021. 424 p. Resenha de JIMÉNEZ AGUILAR, Francisco. Asclepio. Revista de Historia de la Medicina y de la Ciencia. Madrid, v.74, n.1, p.599, enero-junio, 2022. Acessar publicação original

Deixe um Comentário

Você precisa fazer login para publicar um comentário.