Estrecho de Magallanes. Cinco siglos de Cartografía (1520-2020) | Mateo Martinic

Mateo Martnic Imagem Arquivo Publico do Espirito Santo

Mateo Martnic | Imagem: Arquivo Público do Espírito Santo

Si algún día la cartografía histórica llega a ocupar un lugar reconocible y destacado en la producción historiográfica de Chile, con varios investigadores especializados en su cultivo, una producción abundante y diversa, cátedras universitarias dedicadas a la formación de nuevos exponentes y eventos académicos regulares en los que se compartan y discutan sus avances, Rodrigo Moreno Jeria deberá ser considerado entre sus principales artífices.

La reciente publicación de Estrecho de Magallanes. Cinco siglos de Cartografía (1520-2020), en conjunto con el erudito austral Mateo Martinic, no es casualidad ni fruto de un esfuerzo aislado. El profesor Rodrigo Moreno lleva más de una década poniendo a disposición del público recopilaciones cartográficas muy bien cuidadas, resultado de su trabajo en repositorios del país y del extranjero y, lo que es valioso, siempre en colaboración con los principales especialistas en los temas y territorios que aborda. Esto permite acompañar sus trabajos con certeros estudios sobre el contexto en que fueron producidos los mapas, planos y grabados que presenta, lo que otorga a estas piezas un sentido que excede con mucho el valor estético que dejan en una primera impresión.

Entre algunas de sus anteriores obras más destacadas se encuentran las dos Monumenta Cartographica realizadas junto al religioso Gabriel Guarda. La primera, dedicada al Archipiélago de Chiloé20, combina los resultados de los levantamientos documentales realizados por el desaparecido sacerdote en el transcurso de sus investigaciones sobre fortificaciones y arquitectura militar durante la Colonia, y los estudios previos de Rodrigo Moreno sobre las misiones jesuitas en ese territorio21. El trabajo consiste en una recopilación que cubre el período 1596-1826, las piezas son presentadas en orden cronológico y las más significativas vienen precedidas de una explicación sobre su procedencia e importancia. Al comienzo, una detallada introducción da a conocer el contexto en que se elaboró el material cartográfico y planimétrico reproducido, que en este caso corresponde a la relevancia estratégica que tuvo Chiloé para el imperio español, así como las características de su proceso evangelizador, que se reflejan en el poblamiento y la particular arquitectura a que dio lugar.

La segunda Monumenta está dedicada a Valdivia22 y puede considerarse como un complemento visual de los estudios del religioso Gabriel Guarda sobre arquitectura militar durante el período colonial23, con mapas regionales de diversas escalas, planos de fortificaciones, emplazamientos de artillería y centros urbanos, a los que se agregan planisferios, mapamundis y mapas regionales, en los que se destaca apropiadamente el área de la desembocadura del río Valdivia, y extractos de derroteros náuticos del siglo XVI, que muestran en plano y perspectiva este espacio. La obra sigue la misma estructura cronológica del libro dedicado a Chiloé, con una introducción relativa al marco temporal de la recopilación e información adicional para las piezas más destacadas.

Más reciente es el aporte que hace Rodrigo Moreno, junto al historiador naval peruano Jorge Ortiz Sotelo, Un derrotero del Mar del Sur. El Pacífico americano a fines del siglo XVII24. La obra, publicada como parte de las actividades conmemorativas del quinto centenario del primer cruce del Estrecho de Magallanes, consiste en la reedición, mejorada digitalmente, de un derrotero anónimo encontrado en el Museo Naval de Madrid y datado en 1675. La pieza es una guía de navegación del litoral Pacífico americano, desde el puerto de Acapulco hasta los pasos interoceánicos del extremo austral y noticias sobre algunas islas de alta mar y el puerto de Manila. Contiene dibujos en plano horizontal de bahías, puertos y fondeaderos. Cada lámina está acompañada de información, transcrita en el reverso, de utilidad para los pilotos, como el comportamiento de vientos y mareas, la profundidad de las aguas y la presencia de bancos de arena y roqueríos. Un estudio preliminar, junto con relatar el origen del documento, explica la importancia de los derroteros para los navegantes del siglo XVII, el proceso de acumulación de experiencia del que resultaban y su enorme valor estratégico. Además, aporta los antecedentes disponibles en la actualidad sobre los personajes mencionados en el prólogo del original, con cuyo aporte fue posible la elaboración de la guía de navegación.

La última entrega, como ya se dijo, en compañía del investigador magallánico Mateo Martinic, contiene varios cambios en relación con las anteriores y es más ambiciosa en sus alcances. El libro está dividido en dos partes, que bien pueden considerarse independientes, delimitadas por el hito de la primera circunnavegación del planeta entre 1519 y 1522. Luego, cada pieza reproducida está acompañada de un texto que explica su origen y analiza su significado, integrándose con las demás imágenes que se entregan en una interpretación general del conjunto.

En la primera parte, el profesor Rodrigo Moreno ofrece un ensayo sobre la historia de la Geografía a partir de las evidencias cartográficas que su evolución fue dejando, tanto sobre sus avances en cuanto disciplina científica como de los cambios que experimentó en tanto espejo de los paradigmas culturales de distintas épocas, como la Antigüedad; la visión teocéntrica del Medievo; los cambios que experimenta en los albores de la Modernidad a medida que se van conociendo las novedades entregadas por las expediciones de exploración oceánica, hasta que los viajes de Cristóbal Colón demostraron que el planeta tiene una configuración por completo distinta de la que hasta entonces se suponía y que, por lo tanto, era indispensable conocerla y representarla. Luego de este hito, la producción cartográfica se multiplica varias veces como consecuencia de los esfuerzos de Portugal y España por sistematizar los conocimientos obtenidos en el transcurso de sus exploraciones, para que esta experiencia pudiese otorgar certidumbre a nuevos proyectos oceánicos. Estas piezas únicas, además de ser reservadas, muy complejas y caras de elaborar, permitían que las monarquías, llegada la ocasión las utilizaran como obsequios para gobernantes de otras potencias europeas, a quienes indirectamente se les hacía saber del poder y capacidades de estos reinos.

La segunda parte está dedicada a recorrer la cartografía del Estrecho de Magallanes, desde su primera navegación hasta nuestros días. En esta sección el profesor Mateo Martinic explica los cambios que se suceden de un mapa a otro, advirtiendo la incorporación de nuevos conocimientos geográficos, que se condicen con los aportes de distintas expediciones marinas e hidrográficas; la introducción de avances en el conocimiento astronómico y geodésico; y la utilización de instrumentos de medición más precisos. Esto se refleja en la determinación más exacta de los hitos geográficos del territorio y en la delineación del borde costero. Pero también advierte la reiteración de algunos errores, producto simplemente del plagio o porque, ya desde el siglo XVII, mapas y planos comienzan a ser elaborados en serie, mediante el uso de planchas de cobre talladas y luego coloreadas por artistas. Si bien esta nueva técnica de producción masiva puso la cartografía al alcance de un público más numeroso, la comercialización de estas matrices, entre distintos impresores, favoreció la persistencia de yerros y especulaciones falsas sobre la forma y dimensión de áreas desconocidas. Con mayor frecuencia, estas falencias están presentes en las cartas de mayor escala destinadas a representar el planeta y el continente americano.

Es interesante comprobar que la secuencia cronológica de la cartografía seleccionada por el Mateo Martinic, coincide con el país en que fueron producidas las piezas. Esto demuestra la existencia de “escuelas” de cartógrafos, que son parte de los esfuerzos de sus respectivos Estados por sostener proyectos estratégicos, ya sea para controlar las principales rutas de comercio mundial o para crear imperios coloniales basados en su capacidad naval, poder militar, destreza política e instinto mercantil. Por ello, los primeros mapas que se presentan son de origen portugués y español, luego holandeses, ingleses y, ya en el siglo XVIII, franceses, coincidiendo con los períodos de mayor influencia global de esas naciones.

Muy atractiva también resulta la última parte del segundo ensayo, que arranca al promediar el siglo XX, cuando primero los vuelos aéreo-fotogramétricos y luego las imágenes satelitales despejaron todas las dudas geográficas y, con ello, los obstáculos para la navegación. Desde entonces, la cartografía se dedicó a representar información relevante para el desarrollo territorial, entregando datos como la distribución de la población, dotación de recursos naturales, tipo de suelos o servicios básicos. En esta nueva función y tal como sus antecesores desde la Antigüedad, los creadores de mapas deben ser capaces de combinar en ellos toda la información que proporciona el conocimiento, el más refinado criterio artístico y la capacidad construir mensajes gráficos fáciles de entender.

Notas

20 Gabriel Guarda y Rodrigo Moreno, Monumenta Cartographica Chiloensia: misión, territorio y defensa, 1596-1826, Santiago, Corporación de Amigos del Patrimonio Cultural de Chile, 2008.

21 Rodrigo Moreno, Misiones en Chile Austral: los Jesuitas en Chiloé 1608-1768, Sevilla, Universidad de Sevilla, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, Diputación de Sevilla, 2007.

22 Gabriel Guarda y Rodrigo Moreno, Monumenta Cartographica Valdiviensae: territorio y defensa: 1551- 1820, Santiago, Corporación de Amigos del Patrimonio Cultural de Chile, 2010.

23 Gabriel Guarda, Flandes indiano: Las fortificaciones del reino de Chile 1541-1826, Santiago, Pontificia Universidad Católica de Chile, 1990.

24 Rodrigo Moreno y Jorge Ortiz Sotelo (eds.), Un derrotero del Mar del Sur: el Pacífico Americano a fines del siglo XVII, Santiago, Ediciones Biblioteca Nacional de Chile, 2018.


Resenhista

Jaime Rosenblitt B. – Centro de Investigaciones Diego Barros Arana. Biblioteca Nacional de Chile.


Referências desta Resenha

MARTINIC, Mateo; JERIA, Rodrigo Moreno. Estrecho de Magallanes. Cinco siglos de Cartografía (1520-2020). Valparaíso: Corporación Patrimonio Marítimo de Chile, 2021. Resenha de: B., Jaime Rosenblitt. Historia. Santiago, n. 55, v.1, p. 418-421, ene./jun. 2022. Acessar publicação original [DR]

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