Las investigaciones sobre el mundo del trabajo, en general, y el urbano, en particular, tienen en la actualidad un amplio recorrido, visible tanto en la nutrida producción historiográfica como en los diversos enfoques desde los que se han acometido estos estudios. Junto a los trabajos clásicos, bajo métodos de la sociología y la economía, enfocados primordialmente en la organización de las corporaciones de oficios, en el movimiento obrero o en los trabajadores de sectores estratégicos como el minero, han ido apareciendo investigaciones que han sumado nuevas perspectivas en boga en la historia social, como la visión cultural de la sociedad o el enfoque de género, y que han establecido vasos comunicantes con la historia cultural, la urbana y la de la vida cotidiana. Algunos trabajos, además, han recurrido a los procedimientos clásicos para responder a nuevas preguntas. Este es el caso del libro que aquí se reseña, Economía, obras públicas y trabajadores urbanos. Ciudad de México: 1687-1807. En él, Enriqueta Quiroz muestra que no se han agotado las posibilidades de análisis en este campo y que el examen de las políticas económicas y el empleo de la estadística brindan elementos que permiten un mejor entendimiento de los trabajadores en espacios urbanos.
El libro se centra, con detalle, por un lado, en el estudio de las políticas económicas que promovieron la construcción de obras públicas, con el fin de establecer la importancia de estas como mecanismos para fomentar el trabajo remunerado y, por otro lado, en el análisis cuantitativo y espacial de los trabajadores empleados en esas construcciones, sin olvidar una aproximación a sus condiciones de vida. Para ello, se apoya en una amplia serie de fuentes archivísticas, algunas, como los libros de cuentas salariales, poco empleadas por la historiografía, y en la revisión de una extensa y variada bibliografía sobre los temas centrales de la obra. En este sentido, es preciso destacar la capacidad de la autora para reconstruir las condiciones laborales de esos trabajadores, a partir de fuentes en muchos casos fragmentarias, así como el cuidado en la elaboración de gráficas, cuadros y planos que le permiten no solo presentar de forma muy clara la información, sino también reforzar sus propuestas. Desde luego, ese es uno de los méritos del libro.
Otro punto fuerte del trabajo de Enriqueta Quiroz, a mi modo de ver, es el conjugar, de forma magistral, distintos niveles de análisis, y divisar, desde un plano macro, las políticas económicas de la monarquía hispánica, basadas en pensamientos e ideas de largo aliento, hasta una historia “a ras de suelo” que observa sus implicaciones en un espacio determinado como la ciudad de México y sobre grupos sociales concretos, como los trabajadores de la construcción. De tal modo, en el libro se integran cabalmente la historia social y la historia económica. Estas, a su vez, aparecen vinculadas a la historia urbana pues, a lo largo de la obra, afloran los diversos proyectos constructivos desarrollados durante el periodo estudiado: empedrado de calles, reparaciones en el Real Palacio, ampliación de la Casa de Moneda, construcción de la Real Fábrica de Tabaco, entre otros. Todo esto es perceptible en la estructura que presenta el libro.
En el primer capítulo, la autora se detiene en analizar la política económica de los Borbones en los territorios americanos y vincularla con la recaudación y el empleo de fondos en obras públicas de la ciudad de México para proporcionar trabajo remunerado a su población. Por tal motivo, se repara en las ideas del utilitarismo del siglo XVIII que promovían la utilidad y la prosperidad de la población mediante el trabajo, como concepciones que no eran nuevas en Hispanoamérica, sino que bebían del pensamiento escolástico. Poner el foco de atención en las obras públicas permite comprobar cómo se implementaron mecanismos fiscales que canalizaron fondos desde corporaciones, como el Consulado o el Ayuntamiento, para su edificación. También se organizó, para reducir costos, un sistema de trabajo forzoso indígena, empleado, por ejemplo, en las obras del desagüe. De esta forma, la autora resalta el papel de la Real Hacienda en el financiamiento de las numerosas obras públicas que se llevaron a cabo en el periodo estudiado, manifiesto en la intención de conformar un fondo único dentro de la Real Hacienda para las obras públicas. Según Quiroz, “el ámbito de la fiscalidad, obedeció a una idea más equitativa en términos de justicia y responsabilidad social” (77), pero los logros fueron mediáticos.
Los trabajadores empleados en las obras públicas son el centro del siguiente capítulo. En este se examinan varias aristas, por un lado, la migración indígena de lo rural a lo urbano y también los desplazamientos dentro de la ciudad por la falta de tierras para cultivar. Por otro lado, se estudia el traslado de trabajadores a la obra pública para incentivar la productividad social y la movilidad de recursos, ya que en la construcción el salario de los trabajadores era el mayor gasto. La creación de esas fuentes laborales en la ciudad, por otro lado, también funcionó como un modo de disciplinar a la población. Enriqueta Quiroz expone que el crecimiento demográfico y la escasez de tierras agrícolas engendraron conflictos sociales dentro de la ciudad y, en ese contexto, argumenta que la dependencia a un trabajo remunerado se presentó como el correctivo más eficaz, en cuanto perseguía disciplinar y alejar del ocio y la embriaguez a los indígenas. Encontramos también en este capítulo un revelador análisis de las cifras y la distribución espacial de los trabajadores dentro de la ciudad, que muestra su patrón de asentamiento así como los oficios que concentraron mayor cantidad de trabajadores.
Quiroz cierra el capítulo mencionando que no se ha podido documentar el trabajo femenino en las obras públicas. Un breve apunte que puede llevarnos a preguntar por el papel que pudo desempeñar el trabajo de las mujeres en actividades de reproducción y mantenimiento como un aporte indirecto de capitales desde la economía familiar al sector de la construcción. En el siguiente capítulo, información relativa al gasto doméstico y al alto porcentaje de trabajadores solteros, nos da algunas pistas. Desde luego, esto queda para discusiones e investigaciones futuras.
El último capítulo se enfoca en analizar la distribución de la riqueza a partir de los salarios y el consumo de los trabajadores. El amplio conocimiento de la autora sobre esta materia le permite vincular, lúcidamente, el lugar o la posición social de los trabajadores de la construcción atendiendo al dinero que ganaban con el consumo o gasto doméstico, y ello le permite comprobar cómo, a comienzos del siglo XIX, el incremento de los precios de los alimentos básicos no fue acompañado del aumento de los salarios pagados, esto último debido, probablemente, a la orientación de la economía virreinal a financiar la guerra contra Napoleón. Para unos trabajadores que cada vez dependían más del salario, esa situación supuso un empeoramiento de sus condiciones de vida. Por medio del análisis de las formas de pago, la división del trabajo y la continuidad laboral, ya sea generacional o individual, la autora muestra la movilidad social de estos trabajadores. En este capítulo también es interesante el análisis de la regulación del salario, establecida por Gálvez con el fin de evitar los abusos que sufrían los trabajadores y facilitar la acuñación de moneda al exigir o fijar el pago en moneda.
El trabajo de Enriqueta Quiroz es un excelente ejemplo de investigación realizada con rigor y capaz de abrir la discusión en torno a temas clásicos de la historia social y laboral. Desde luego, la obra no agota la temática, más bien despliega un abanico de posibilidades metodológicas y de análisis que podrían trasladarse a otros espacios urbanos. Sin duda, es un libro de gran interés para las personas atraídas por la historia de los trabajadores urbanos, esos personajes que salen del anonimato en esta obra para ser protagonistas con nombres y apellidos.
Resenhista
Isabel M. Povea Moreno – CIESAS-Ciudad de México. isabelpovea@gmail.com.
Referências desta resenha
QUIROZ, Enriqueta. Economía, obras públicas y trabajadores urbanos. Ciudad de México: 1687-1807. México: Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, 2016. 271 pp. Resenha de: MRENO, Isabel M. Povea. Fronteras de la Historia. Bogotá, v.27, n.2, 2022. Acessar publicação original.
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