Los procesos de patrimonialización: museos, monumentos y conmemoraciones como dispositivos de poder y contrapoder/Revista de Historia/2021
La tradición inaugurada en los años 50 por la Escuela de Birmingham, conformada por Richard Hoggart, Stuart Hall, Raymond Williams y E.P. Thompson, propició la institucionalización de los Estudios Culturales o cultural studies bajo la tradición sociocultural. En Francia se desarrolló particularmente la sociología de la cultura, representada centralmente por la obra de Pierre Bourdieu, quien exploró dimensiones como el habitus, el gusto, los medios masivos, entre otras cuestiones. Además, la labor de R. Chartier (cuarta generación de los Annales) y sus investigaciones en torno a los libros y los lectores en la Europa moderna y la de historiadores como Robert Darnton, Peter Burke y Natalie Zemon Davis junto a la larga tradición de estudios culturales abierta por la Escuela de Frankfurt -Adorno, Horkheimer, Benjamin, Marcuse o Habermas- fue convirtiendo a lo cultural en objeto de interés. Fue concebido como textura del lazo entre los integrantes de la sociedad, como la instancia que explica la relación de la sociedad con ciertos valores, como el modo de afirmación e identificación de ciertos colectivos, como el alimento de las utopías, como productor de sentidos sobre pasados y futuros viables, entre otras formas de interpretación.
Las interpretaciones culturales de la experiencia histórica, o sea, la dimensión simbólica de la acción social, sigue ganando espacio entre los cientistas sociales entre quienes se fue definiendo una agenda de temas y problemas novedosos. En este marco, se inscriben los artículos del dossier cuyo interés se centra en el análisis de casos históricamente situados. Se trata de estudios conscientemente eclécticos, críticos y deconstructivos que no responden a límites disciplinarios establecidos y que no pretenden ofrecer un modelo único para todos los casos.
Los/as autores/as toman al proceso de patrimonialización como problema a explicar. De esta manera, ofrecen una cantera interesante en el que se analizan ciertas operaciones de selección y exclusión para la construcción de sentidos y para crear, inhabilitar, oprimir identidades y memorias. La patrimonialización, en sus diferentes manifestaciones, es concebida como proceso de construcción, como artificio ideado por sujetos en el decurso de algún proceso histórico. Como tal, lo que se sustenta es la idea del patrimonio, vía museos y/o celebraciones, como algo no dado sino como práctica selectiva de constitución de ciertos referentes activados como patrimoniales para que adquieran el valor de testimonios. Revelan que en todo elemento patrimoniable es necesario reconocer una maniobra de inclusión y exclusión por parte de agentes de activación patrimonial. Estos agentes son los que se arrogan la tarea de reconocer, preservar y defender todo aquello cuya desaparición admitiría una amenaza a cierta identidad y/o valores. Esto explicaría la voluntad para desenvolver dispositivos de construcción de cultos que permitan rendir homenaje perpetuo, tal el caso de ciertos museos y conmemoraciones que “sacralizan” algunos referentes patrimoniales en un entorno de conservación, contemplación y de ritualización por lo que se convierten en repertorios que activan y son activados por ciertas versiones ideológicas de la identidad con vocación normativa y de legado a las futuras generaciones.
En general, en el dossier se muestra cómo el despliegue del carácter selectivo de todo proceso de patrimonialización deviene en un escenario abierto y permanente de confrontación y contraposición de sentidos. De modo que hay, en algunos artículos, una focalización del trabajo permanente de reinterpretación y de construcción del patrimonio en función de tensiones y combates de un presente cambiante. Esto permite convertir a los procesos de patrimonialización en un objeto que ayuda para adentrarse en los conflictos sociales, las manipulaciones políticas e ideológicas así como en la formación de los proyectos identitarios. Giulietta Piantoni, María Morales y Liliana Pierucci, en “Narrativas sobre el pasado provincial: Río Negro en sus museos”, hacen un recorrido analítico sobre la construcción de las representaciones históricas, identitarias y del pasado provincial rionegrino atendiendo a los guiones museísticos y museográficos de las variadas exposiciones que se encuentran en el territorio. Como resultado, demuestran que la perspectiva patrimonial rionegrina se encuentra apegada a la cronología historiográfica tradicional en la que el legado indígena es vinculado únicamente a lo arqueológico y en donde la campaña militar de 1879 se considera un hito fundante de la gesta civilizatoria provincial. Además, reconocen que los aportes culturales de grupos de inmigrantes, particularmente europeos, dan inicio al relato “pionero” que conforma la “gesta fundante regional”. El valor del análisis de la construcción y de los usos del pasado que realizan está dado por el hecho de hacerlo en el marco de los debates del patrimonio que se desarrollan en el presente. De este modo, a partir de la selección que hacen de los procesos de patrimonialización demuestran cómo se ponen en tensión, por una parte, las discusiones sobre lo que se consideró valioso a lo largo del tiempo, y, por otra parte, los discursos que se promovieron sobre la propia historia e identidad. Consecuentemente, consideran que hoy se da lugar a relecturas, a nuevos sujetos y a temas que forjan procesos de deconstrucciones y resignificaciones. Por lo cual, reconocen que se vive en un tiempo que compele a prestar atención a realidades múltiples y que exige interpelar los discursos hegemónicos sobre los cuales se han construido los relatos identitarios.
Silvina D’Arrigo, en “Las Memorias más allá de las cuatro paredes. Reflexiones en torno al Museo de la Memoria de la Ciudad de Rosario”, se centra en analizar los procesos de resistencias sociales en torno al Museo de la Memoria de la ciudad de Rosario, inaugurado en el año 2010 en su actual sede. Demuestra que fue fruto de intensas disputas y luchas por parte de los activismos de derechos humanos locales. Parta la autora, el edificio condensa un gran valor histórico, político y social puesto que allí funcionó el Comando del II Cuerpo de Ejército durante la última dictadura cívico-militar. A partir de ciertas reflexiones con relación a su modalidad de constitución, a las características de la muestra permanente, a los ejes temáticos que aborda y a los debates actuales, el artículo explica cómo un museo se propone encontrar fugas a lo estático y a lo estanco de su institucionalidad y los límites de su guion museológico. En este sentido, el Museo es estudiado como ejemplo de un intento de posicionamiento como foro. En él es posible establecer diálogos con problemáticas y debates actuales. Hay lugar para los relatos de protagonistas con diversos recorridos, trayectorias y experiencias de vida, atendiendo sus historias de vida, sus lugares de pertenencia, sus territorios, sus identidades, sus clases sociales y sus géneros. Asimismo, la autora deja abiertas preguntas a los efectos de estimular la continuidad del intercambio. Se interroga acerca de si los largos e imprescindibles debates pasados y actuales pueden patrimonializarse, si es factible que sean abarcados y trabajados por el Museo y acerca de cómo volver “atractiva” la(s) historia(s) que se exponen, tanto del horror como de las luchas y resistencias de los sujetos colectivos e individuales, sin que ello se convierta en un modo de trivializar, banalizar, despolitizar la propuesta museológica.
En un tercer artículo, “De residencia familiar a casa museo. Una aproximación al proceso de musealización del patrimonio Estévez en Rosario. Pedro Sinópoli y la organización de la casa museo”, Ana Laura Brizzi reconstruye el proceso de musealización de la residencia del matrimonio Estevez devenida, desde 1968, en Museo de Arte Decorativo de la ciudad de Rosario. Para ello, se centra en el análisis de la “Memoria sobre la musealización del patrimonio Estevez. Textos escritos durante los años de gestión 1968- 1976 y 1984-2006”. Se trata de un informe redactado por su organizador y primer director, Pedro Alberto Sinópoli. Recupera esta fuente para comprender las decisiones tomadas en torno a la organización del espacio, a la estructura de las salas y a la jerarquización del acervo. Por lo cual, por un lado, admite que pensar y organizar un museo implica ir mucho más allá de la mera exposición de colecciones con una lógica y un discurso y, por otro lado, que el patrimonio puede ser entendido como una representación subjetiva, en la que se identifican los valores, la memoria y los significados culturales y sociales que ayudan a dar sentido a un determinado presente, a las identidades, y dan una sensación de lugar físico y social. De esta manera, para Brizzi, el patrimonio se constituye en un proceso de negociación de significados y valores históricos y culturales que ocurren en torno a las decisiones que se toman para preservar o no ciertos objetos intangibles, lugares físicos y la manera en que se deciden manipularlos y exhibirlos. Así, el artículo busca responder la pregunta acerca de las razones que llevaron al estado municipal de Rosario a otorgar valor patrimonial a la residencia Estevez.
Por último, Sergio Díaz, con su artículo “Celebrar la raza. De la conmemoración del IV Centenario a la institucionalización del ‘12 de octubre’ en la Argentina”, analiza diversos aspectos de las conmemoraciones del 12 de octubre en la Argentina, puntualmente, las llevadas a cabo en 1892, año de la evocación del IV Centenario y las de 1917, cuando Hipólito Yrigoyen, mediante un decreto, institucionalizó el “12 de octubre” como “Fiesta nacional”. Para ello, se focaliza en el análisis de los discursos que circularon en torno a estos acontecimientos con el objeto de explicar la incidencia en la construcción de la identidad nacional y su sintonización con cierto proyecto cultural regional. El eje de su preocupación lo pone en la idea de “raza” a los efectos de considerar las continuidades, las rupturas y las resistencias que se generaron.
En líneas generales, el hilo que atraviesa y une a los artículos del dossier es la percepción de que los procesos de patrimonialización sustentan y acompañan el desarrollo de los simbolismos comunitarios y, por ende, son un soporte de la identidad como factor de cohesión. Consecuentemente, su estudio colabora para entenderlo como un componente de la construcción de un “nosotros” plausible a partir de la invocación a temas y símbolos que remitirían a un pasado colectivo y a tradiciones comunes. En general, muestran cómo, en esos procesos de patrimonialización, hay una ideal de unidad y de fundación de una herencia social y cultural común de la cual todos pudieran ser partícipes, situándose por encima de las diferencias y los desencuentros de cada presente. Para ello, se reconoce que hay núcleos convocantes e identificatorios que crean o se ubican en el marco de una narrativa y de una estética públicas con pretensiones hegemónicas o contrahegemónicas. En consecuencia, para los/as autores queda claro que la patrimonialización es una forma de construir memoria social, evocando y ubicando en un marco los silencios, los recuerdos y las huellas.
De modo que los artículos que reúne este dossier nos invitan a transitar casos específicos en donde el eje de interés pone en el centro a actores sociales que despliegan prácticas culturales y estrategias de patrimonialización en escenarios públicos. Lo meritorio de estos análisis es que ello hace posible aventurar interpretaciones sobre el fenómeno del poder y la construcción de hegemonía y, a su vez, sobre los contrapoderes, los discursos ocultos y las resistencias para vislumbrar las hegemonías disputadas y los imaginarios negociados.
En su conjunto, este repertorio de artículos da cuenta de una línea de investigación creciente que pone de relieve el carácter abierto, fructuoso y dinámico de esta perspectiva. Por ende, exhiben lo distante que están de una perspectiva enclaustrada, con protocolos preestablecidos y diseños cerrados. Por el contrario, revelan un proceso de construcciones explicativas e interpretativas de una problemática en contextos históricos en los que no se pueden eludir vínculos con las dinámicas sociales, culturales y políticas. Por lo que no son trabajos que busquen ratificar un estado de cosas sino que buscan operar contra toda interpretación esencialista que tenga la pretensión de necesidad e indispensabilidad de cualquier proceso de patrimonialización.
Confiamos que los trabajos que se presentan en el dossier contribuyan a la reflexión y comprensión de los procesos de construcción de comunidad, advirtiendo que estas acciones estarán siempre atravesadas por la tensión insalvable entre razón y sentimiento y entre reflexión y vivencia.
Organizadora
Norma Beatriz García – Profesora, Especialista en Historia Regional y Doctora en Historia por la Universidad Nacional del Comahue. Profesora de Metodología y Técnicas de la Investigación Histórica y del Seminario Técnicas de la Investigación Histórica, Facultad de Humanidades, UNCO. Directora del proyecto “De la transición a las transiciones en Neuquén desde la década del ‘50 hasta la década de los ‘90. Una lectura desde múltiples miradas”, UNCO. E-mail: normabeatrizgarcia2013@gmail.com
Referências desta apresentação
GARCÍA, Norma Beatriz. Presentación. Revista de Historia, n. 22, p. 47-52, 2021. Acessar publicação original [DR/JF]