La ciencia de la erradicación. Modernidad urbana neoliberalismo en Santiago de Chile, 1973-1990 | César Leyton Robinson
César Leyton Robinson | Foto: Werken TV |
El interés historiográfico por las dictaduras del siglo XX es relativamente reciente. Era preciso que pasara un tiempo para que el horror y el dolor producido por las mismas fuera soportado por la generación de historiadores que, solo en las últimas décadas, han sido capaces de acometer una tarea en la que historia y memoria histórica se atraviesan de manera constante e inevitable. Así ha ocurrido en Europa, con la historia de la Alemania nazi, del fascismo italiano o de la España del franquismo, o en América Latina, con las dictaduras surgidas al amparo de la siniestra Doctrina de la Seguridad Nacional. El libro que comentamos es un reciente producto de esta línea de trabajo desde la perspectiva de la historia de la ciencia y en el contexto de la dictadura de Pinochet. Su autor, César Leyton Robinson, es un historiador solvente y comprometido que pertenece a una generación de investigadores chilenos, entre los que citaré a Claudia Araya y Marcelo Sánchez entre otros, empeñados en situar el conocimiento y la práctica científica en unas coordenadas históricas, políticas, sociales y culturales.
La obra que nos ocupa constituye una aportación original y rigurosa por su factura, pero arriesgada en sus contenidos y conclusiones, pues supone una muestra de historia y pensamiento crítico, que tal vez no todos estén dispuestos a aceptar, pues la advertencia machadiana de las dos Españas se hace extensiva a otros muchos lugares y contextos, y Chile no es una excepción. Con todo, el rigor metodológico y la calidad de sus contenidos hizo que la tesis doctoral que está en el origen de este libro mereciera la máxima calificación y el reconocimiento académico de la Universidad de Chile.
La monografía de César Leyton aparece, así, como una contribución muy relevante a la historiografía chilena, pero también a la de las relaciones entre salud pública y poder político. Se sitúa en una tradición muy asentada en el área de la historia de la medicina y de la salud que aborda el alcance de las políticas sanitarias en el marco de sistemas políticos determinados, como los estados liberales o los regímenes autoritarios. En este caso, el análisis de la vinculación teórica y práctica de la higiene con la geopolítica y la administración del Estado durante la dictadura militar (1973-1990) -tomando como estudio de caso las estrategias de erradicación y segregación implementadas en Santiago de Chile-, me parece una propuesta novedosa y de gran interés que, incluso, podría inspirar investigaciones similares en otros lugares.
La “ciencia de la erradicación” que da título al libro hace referencia, por un lado, a los conocimientos científicos procedentes de la geopolítica y de la higiene que sustentaron las decisiones políticas y las intervenciones destinadas a imponer los desplazamientos de población, la creación de nuevos asentamientos y la segregación de los sectores populares en el proceso que dio en llamarse “erradicación”; pero por otro lado, supone una alusión directa -aunque metafórica- al “combate sanitario” necesario para “erradicar” las enfermedades, sean estas físicas, mentales o sociales. En este escenario, cabe destacar un marco teórico muy sólido en el que todos los conceptos utilizados (biopolítica, geopolítica, tanatopolítica, daño sociogénico, etc.) quedan debidamente definidos, lo que permite saber en todo momento a qué se está refiriendo el autor cuando los utiliza en su relato. Asimismo, quedan bien explicadas algunas categorías de análisis (Homo hygienicus, clases y grupos subalternos, tecnologías de seguridad, etc.) que resultan muy útiles y oportunas en el enfoque y desarrollo de la investigación.
Desde el punto de vista metodológico, el acercamiento es complejo, pluridisciplinar y transversal, pues tiene en cuenta diversos registros que permiten abordar la gran variedad de fuentes utilizadas. Es de destacar el importante esfuerzo heurístico realizado: textos programáticos, normativos o legislativos, aportaciones científicas, informes médicos y sanitarios, prensa, etc. También el manejo de una amplia bibliografía nacional e internacional que ha permitido al autor disponer de un amplio y concienzudo estado de la cuestión, identificar las lagunas historiográficas existentes y dialogar con otros autores y autoras en una inteligente discusión de los resultados.
En cuanto a los contenidos, los dos primeros capítulos abordan dos estudios de caso muy significativos que representan lo que fue en Chile la higiene liberal y sus implicaciones en las reformas urbanas y en el gobierno de las poblaciones. En primer lugar, se analizan las características principales de las reformas urbanas propiciadas por el intendente Benjamín Vicuña Mackenna en Santiago de Chile, prestando especial atención a las estrategias de defensa social que dichas reformas llevaron implícitas. Resultan notables las páginas dedicadas al establecimiento de dos ciudades: una ciudad propia -“europea”, burguesa, civilizada e higiénica- que debía ser protegida, y un suburbio -“africano”, popular, salvaje y antihigiénico- que debía ser regenerado y colonizado. En definitiva, un modelo de ciudad segregada en el que podrán identificarse reminiscencias en desarrollos futuros. El segundo capítulo estudia la obra de Augusto Orrego Luco, representativa del pensamiento de una oligarquía médica chilena asimilada a los intereses de las élites. Se hace hincapié, lo que resulta coherente para los objetivos de la investigación, en la vertiente médico-social de este autor y se valora en qué medida se va construyendo una nueva forma de administración y gubernamentalidad de los sectores populares, a través de nuevos dispositivos o formas de control, relacionadas con una mirada socio-biológica de estos grupos relegados.
Tras estos dos primeros capítulos, los restantes se centran ya en la dictadura militar. Podría parecer un salto excesivo, pero no lo es. Del mismo modo que el pensamiento neoliberal de Friedrich Hayeck o de Milton Friedman se relaciona con frecuencia con Adam Smith o con David Ricardo, la conexión entre los Chicago boys chilenos y el reformismo liberal-conservador del siglo anterior cobra aquí todo su sentido. Un vínculo evidente no solo por la obvia relación entre estado liberal y neoliberal, sino por los propios contenidos de las propuestas, por las similitudes de los argumentos y de la “ideología” subyacente. Todo ello hace que la elección de los dos casos elegidos resulte muy adecuada, pues muestra una clara continuidad doctrinal entre el reformismo liberal decimonónico y las medidas neoliberales de regulación social, aunque, como es lógico, en contextos y con desarrollos técnicos diferentes.
El tercer capítulo estudia los aportes de los teóricos chilenos de la geopolítica, analiza el concepto de Estado ameba, propuesto por el propio Pinochet, y la vinculación de la geopolítica con la Doctrina de la Seguridad Nacional. Se trata, sin duda, de un capítulo con gran vuelo teórico que contextualiza con acierto los diversos elementos que se sitúan en la base de lo que fueron las intervenciones en materia de política demográfica y de ordenación del territorio. Una concepción organicista -y neodarwinista- del funcionamiento social que es retomado en los dos siguientes capítulos en los que se analizan en profundidad los procesos de regionalización y de erradicación. En estos, es muy meritorio, por su complejidad, el manejo de fuentes procedentes de las instituciones implicadas en dichos procesos, como la Comisión Nacional de la Reforma Administrativa (CONARA) y la Oficina de Planificación Nacional (ODEPLAN).
Tanto en estos capítulos, como en los siguientes, se pone de manifiesto la existencia de dos planteamientos diferentes que se complementan e interactúan entre sí. Por un lado, los militares y su geopolítica, y por otro, los economistas neoliberales y sus propuestas de política económica. La identificación de estas dos vías, cuyo origen es bien diferente pero que terminan confluyendo en el proceso de erradicación, me parece un acierto interpretativo que creo que es novedoso y esclarecedor.
Finalmente, los dos últimos capítulos son muy interesantes porque se discuten los elementos económicos, sanitarios y políticos de determinadas acciones concretas derivadas de la ciencia y la política de la erradicación: la vivienda higiénica y el saneamiento de los campamentos, y el problema de la nutrición (y desnutrición) de las clases populares. Resulta muy original, y con seguridad poco conocida, la relación que se establece entre las políticas habitacionales y las intervenciones sanitarias sobre la población en materia de alimentación; a este respecto, el análisis del plan de “erradicación” de la desnutrición elaborado por el prestigioso médico nutricionista Fernando Mönckeberg resulta muy pertinente, así como la consideración de conceptos formulados por el propio Mönckeberg, como el de “daño sociogénico”, otro ejemplo evidente de la presencia de la ciencia médica en todo el proceso estudiado.
Se trata en suma de un libro importante que se sitúa en las coordenadas teóricas y metodológicas de la historia social y cultural de la ciencia, a la que se añade una voluntad de análisis político, y que tiene a reflexionando sobre el papel de la ciencia (que nunca mi juicio, una solidez metodológica y una fuerza her- es neutral) en el desarrollo de objetivos totalitarios. menéutica que es preciso reconocer y destacar. Ofrece, además, conclusiones novedosas que nos ayudan a pensar las dictaduras más allá del terrorismo de Estado, más allá de la represión y la violencia directa, reflexionando sobre el papel de la ciencia (que nunca es neutral) en el desarrollo de objetivos totalitarios.
Rafael Huertas – IH-CCHS-CSIC (Espanha). E-mail:rafael.huertas@cchs.csic.es
LEYTON ROBINSON, César. La ciencia de la erradicación. Modernidad urbana neoliberalismo en Santiago de Chile, 1973-1990. Madrid, Editorial CSIC, 2020. 579p. Resenha de: HUERTA, Rafael. Asclepio. Revista de Historia de la Medicina y de la Ciencia. Madrid, v.73, n.1, 2021. Acessar publicação original [IF].