Ceremonias en la tormenta: 200 años de formación y trabajo docente en Argentina | M. Southwell
Desde la inigualable poética del Indio Solari, este libro constituye un enorme aporte, no solo para un campo y comunidad intelectual con la impronta de la historia de la educación, sino, y lo que es más importante, una contribución indispensable en los tiempos que corren, para pensarnos como educadores. Se presenta, así, como una gran invitación que abre la puerta a recorrer los avatares de la formación y el trabajo docente en nuestro país concibiéndolo como una práctica históricamente situada, como rol social, y como condición esencial para construir permanentemente nuestra identidad y proyección a futuro. Para ello, la autora va narrando en el largo plazo la rica historia de luchas que han ido redefiniendo a la docencia en Argentina desde los primeros antecedentes y orígenes del sistema educativo hasta nuestro presente, en diálogo con las transformaciones sociales de cada momento histórico.
Desde este presente tormentoso la autora escribe y se inscribe, superando una mirada de la historia como mero estudio del pasado, más bien la considera como un devenir, cuyo objeto se constituye en un diálogo continuo con el presente. En este sentido, las preguntas por la construcción y deconstrucción en torno al ser docente se realizan en un entrecruzamiento de tiempos, lugares y perspectivas, que buscan analizar los problemas que siguen configurando procesos de identificación en la complejidad de matices y desplazamientos que nuestra historia ofrece. La historia de la educación aquí no solo se presenta como campo disciplinar, sino también como potente perspectiva de formación al considerar a los educadores como protagonistas de su propia historia, la nuestra.
De allí que el libro no analiza las formas de la formación y el trabajo docente desde miradas macropolíticas de arriba hacia abajo, o desde un análisis de victorias o derrotas legislativas. Más bien lo que se propone es considerarlas en una larga duración, en sus continuidades y rupturas, permanencias y cambios, en la que entran en juego una multiplicidad de dimensiones a partir de las instituciones y actores involucrados, pero también a partir de las sociabilidades y subjetividades que estos activan, la memoria viva y el testimonio desde cada espacio de singularidad.
una de las apuestas de esta producción es dar cuenta de los rasgos de esa identidad en permanente reconstrucción que excede además el ámbito de lo institucional y lo educativo hacia lo subjetivo y colectivo, aportando una mirada desde la diversidad de grupos y posturas que permiten establecer contradicciones, pluralizando así los análisis. En esta visión plural, la riqueza de este trabajo se ubica en la posibilidad de ofrecer una perspectiva federal con una escala de observación más reducida que reconoce en rostros humanos concretos determinadas dinámicas del pasado y del presente, matizando grandes explicaciones construidas desde los espacios capitalinos, como periodizaciones eficientes para el acontecer nacional. Dicha propuesta incluye experiencias de diversos lugares del país que focalizan la mirada en lo local y regional y que dialogan con realidades más amplias o más pequeñas.
El libro se desarrolla a partir de la recuperación de dos cuestiones que se vuelven centrales. En primer lugar, retomar los numerosos y valiosos aportes de diferentes colegas del campo que han analizado la formación y el trabajo docente en distintos recortes espacio-temporales, o desde los tópicos que abre para la indagación, por ejemplo, la sindicalización, la feminización de la docencia, o el eje que recorre el vínculo con el saber y la producción del conocimiento. Pero, además, del propio trabajo de investigación de la autora, de su producción a lo largo del tiempo, su vasta trayectoria y de su interlocución con otros y otras colegas. Y, en segundo lugar, la riqueza que le aporta la diversidad de fuentes que aquí se analizan, así como la heterogeneidad de voces, que le permiten introducir elementos contrahegemónicos, en diálogo con cada clima de época, en el que siempre se hace presente la pregunta sobre quiénes son y han sido los otros y nosotros.
Desde el abordaje central que aquí tiene la politicidad de la educación, se plantea la problemática de la formación y el trabajo docente en vinculación con dos grandes inquietudes. La primera, asociada a una marca de origen que otorga el vínculo entre docencia, estado y educación pública; mientras la segunda, que no solo entrelaza la formación con el trabajo, sino que además establece una relación con los niveles educativos para los que los docentes se forman (del nivel primario, pero fundamentalmente del secundario, se construyen especificaciones en cada uno de los capítulos).
En este sentido, además de realizar un análisis de las decisiones que consolidaron dichos vínculos, también contribuye, en modo de alarma, a vislumbrar aquellos que amenazaron y amenazan hoy con el carácter público de la educación y con su dimensión como derecho social. Las preocupaciones que ello ha tenido a lo largo de nuestra historia son abordadas a partir de un trabajo profundo que la autora viene realizando sobre la conceptualización de la noción de significantes y los significados asociados.
Las múltiples ceremonias que han dado formas y contenidos al rol docente en nuestro país también se han sucedido en áridas tormentas. Es inspiradora la metáfora que aquí se recupera para narrar cómo se han generado «[…] las condiciones para transmitir, traspasar, recibir y albergar, para producir algo que no estaba dado antes», dando cuenta de las dificultades y las tensiones en las que ello va ocurriendo, preguntándose ¿cómo se produjeron dichas condiciones a pesar de las tormentas? Con el juego ceremonia-tormenta permite inscribir la propia experiencia, la de cada uno de nosotros en nuestra historia particular que es la historia colectiva, memoria e identidad. Las ceremonias siempre nos hablan en plural, en colectivo, en un diálogo intergeneracional, de rituales, sensibilidades, lugares, tiempos y sujetos, que también han ido mutando, que fueron perdiendo sentidos y adquiriendo otros, que se han ido construyendo a partir de otros reconocimientos. La ceremonia es una forma común y en eso reside la importancia de recuperarla como imagen para recordar que la escuela, la docencia, la educación, como construcciones socio-históricas pueden transformarse, producir algo distinto, generar escenarios aun no existentes pero posibles, construir posición, ni dogma ni creencia, ni fija ni permanente, sino en constante dinamismo, pueden convertirse en tendencia y no en sentencia. Y esa posibilidad se despliega en un presente en crisis, en la tempestad -siguiendo con la poética de Solari- en una realidad muchas veces polarizada, con paraísos para algunos e infiernos para otros. Allí la propia noción de tormenta asume otros significados, el de la contingencia y la transmutación, donde es posible ensayar múltiples alternativas para problemáticas comunes, experiencias formativas disímiles, que se edifican en relación a las condiciones de posibilidad, lo que la autora aborda a través de la categoría de posición docente.
Desde esta metáfora, la obra se estructura en cuatro capítulos que recorren largos períodos de tiempo, en una amalgama entre tópicos más estudiados junto con temas o metodologías que constituyen una verdadera vacancia en el campo. Tal es el caso del primer capítulo, en el cual indaga, en el complejo siglo XIX, las diversas experiencias en el territorio colonial, los protosistemas educativos en ámbitos locales, con formas estatales aún muy embrionarias. Luego, en el segundo, da cuenta de la expansión del normalismo en nuestro país, con su capacidad modeladora y su marca identitaria, para adentrarse en el siguiente, en el siglo XX, y recorrer aquellos cuestionamientos a la escuela liberal, desde el escolanovismo y el florecimiento del espiritualismo en sus distintas vertientes, donde las ceremonias civilizatorias dan paso a aquellas que buscan conformar una nacionalidad. Allí bucea en la experiencia educativa del peronismo, arribando a uno de los grandes cambios institucionales para la formación docente: su elevación al nivel superior. Finalmente, en el último capítulo, introduce las grandes preguntas de la historia de la educación reciente, dejando hacia el final algunas líneas abiertas desde las cuales pensar el momento presente a partir de los desafíos que emergen con la pandemia, sobre las alteraciones que la misma produjo y que implicaron otros modos de estar, pero también desde revalorizar la escuela como lugar de lo común, de la representación de lo público y de la raigambre social y comunitaria del trabajo de los docentes. Podemos preguntarnos ¿qué condiciones de posibilidad abre esta nueva tormenta?, ¿cómo se definen las nuevas ceremonias?, ¿cómo podemos desarrollar nuevas perspectivas para democratizar el trabajo de enseñar? Si bien la educación pública y sus trabajadores han defendido en este tiempo este derecho social que conquistamos como pueblo y la sociedad se ha interpelado sobre la importancia de la tarea docente, deberemos estar atentos, en las alertas que este libro deja entrever, de aquellas discusiones que irrumpen entre la virtualización de la enseñanza y la presencialidad del encuentro con el otro. Lo novedoso y las lógicas de mercado que allí se permean colocan del otro lado a una especie de barbarie del siglo XXI, generando desigualdad en términos de apropiación individual del conocimiento y la desarticulación de sujetos colectivos.
Si bien, los nuevos sentidos que se articulan en torno al ser docente no dejan de estar relacionados con los rasgos que históricamente configuraron su tarea, se producen nuevas articulaciones. La docencia está en permanente construcción, la hacemos entre todos y todas, en la defensa de lo público de la educación, que sigue siendo parte de una historia de luchas por la ampliación de derechos y la eliminación de las desigualdades. En el ir haciendo, en palabras de la autora, es donde se sigue reivindicando a la educación como práctica política, hija de su tiempo, que no puede renunciar a la justicia social. Para ello, el lenguaje que este libro propone es el de comprender la historia como posibilidad, al decir de Freire (2015), como pedagogía de los sueños posibles, el de la humanización que, como acto político necesario, se hace condición permanente en la historia que hacemos, nos hace y nos rehace. La práctica docente hoy necesita reconocernos en nuestras potencialidades que conforman identidades en movimiento en la adversidad, que abren paso a las ceremonias en las tormentas. Debatir sobre las percepciones comunes acerca de lo que la docencia argentina es o hace debe conducirnos a repensarla como herramienta de resistencia, pero también de empoderamiento y construcción de comunidad en la que la educación sigue siendo un puente posible, la gestación del porvenir, el lugar donde se amasan los sueños de un mundo mejor. Será tarea de nosotros, lectores, hacedores, trabajadores y docentes, construirlo en la red de esta historia que compartimos, en la red de un futuro que, sin transformar el pasado en destino, como afirma la autora, resuene de pasados no olvidados y recordados, de pasados presentes, un futuro que, como dice Natalia Carrizo,
Cultive en el diluvio/ En la inanición del desamparo/ Que sepa la muerte en la boca/ Porque así sabrá la vida en los labios/ Que no deje que nos atrapen a la lluvia/ Gotas de muertos en nuestros rostros/ Gotas de muertos en nuestras manos/ Lo sagrado hará huerta en el espanto/ Hasta el fruto prohibido de la gloria/ Es el rito de la memoria/ Es el grito de la memoria […]/ Y hay ceremonias en la tormenta (2019: 71).
Referencias
Carrizo, N. (2019). Que vuelvan los lentos y las Molotov. Buenos Aires: Editorial Sudestada.
Freire, P. (2015). Pedagogía de los sueños posibles. Por qué docentes y alumnos necesitan reinventarse en cada momento de la historia. Buenos Aires: Siglo XXI.
Resenhista
Natalia Vuksinic – Profesora y Licenciada en Ciencias de la Educación. Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Doctoranda del Doctorado en Ciencias de la Educación. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de la Plata. Becaria de Finalización de Doctorado de CONICET. Ayudante Diplomada en las cátedras de Historia Social de la Educación I y II, Seminario La Práctica Docente: enfoques sociohistóricos y pedagógicos y Espacio de la Práctica Taller de Memoria Institucional. Departamento de Educación, e Investigadora del Núcleo de Estudios Educacionales y Sociales (NEES -Centro asociado CICPBA). Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. E-mails: nvuksinic@fch.unicen.edu.ar, nati.vuksinic@gmail.com
Referências desta Resenha
SOUTHWELL, M. Ceremonias en la tormenta: 200 años de formación y trabajo docente en Argentina. Buenos Aires: CLACSO, 2021. Resenha de: VUKSINIC, Natalia. Historia de la Educación. Anuario. Buenos Aires, v.22, n.2, p. 186-190, 2021. Acessar publicação original [DR/JF]