Un desafío a la Real Universidad de México: el arribo de grupos de bajo rango social | Rodolfo Aguirre Salvador
El libro Un desafío a la Real Universidad es una de las últimas entregas de la colección “La aventura de la vida cotidiana” dirigida por la doctora Pilar Gonzalbo Aizpuru, donde se nos ofrece una muestra de un método particular para acercarse al estudio de la historia.
Desde las primeras páginas del libro el lector se pregunta cómo un especialista en la historia de las instituciones emprende un análisis de la vida cotidiana, qué afinaciones en su enfoque o método habituales ha debido realizar, y cuál es la diferencia entre esos dos tipos de hacer historia. Las respuestas no tardan en surgir conforme se avanza en la lectura, pues la colección está diseñada para responder a esas dudas y porque Rodolfo Aguirre ha hecho bien la tarea.
Al igual que el resto de las obras de esta serie, el libro se divide en cuatro partes: en la primera relata el hallazgo de un grupo o pieza documental; en la segunda se establece el contexto donde se inscribe el objeto de estudio y se plantea un problema histórico; de ese modo, el caso analizado pierde, en la tercera parte, su carácter anecdótico o excepcional, para revelarse como parte de un movimiento más amplio de transformación social. A manera de conclusión, la cuarta parte recoge las interrogantes y respuestas que hacen de la historia de la vida cotidiana una perspectiva particular de análisis.
El documento elegido por Rodolfo Aguirre es uno de tantos expedientes de estudiantes que tuvieron dificultades para matricularse u obtener grados en la Real Universidad debido a sus orígenes sociales. Se trata de un documento formado a raíz de la negativa de la universidad a entregar los grados de bachiller y licenciado a dos jóvenes juristas de la familia Ramírez de Arellano.
El archivo de la universidad colonial, de donde procede el expediente, es un acervo privilegiado por su riqueza y continuidad, pues sus series arrancan en el año de su inauguración (1553) y se prolongan hasta la supresión definitiva de la llamada Nacional y Pontificia en 1863.1 Entre los registros de tipo escolar que resguarda el archivo se cuentan libros de matrículas, de otorgamiento de grados, de actos académicos, probanzas de cursos, certificaciones y dispensas varias, los cuales han sido estudiados desde hace ya varios años por Rodolfo Aguirre, entre otros.2 Uno de los primeros y más conocidos trabajos del autor sobre este tipo de materiales es El mérito y la estrategia. Clérigos, juristas y médicos…3 donde, valiéndose de la prosopografía, estudió las relaciones de méritos de más de 1 000 graduados universitarios, para dar cuenta del mercado laboral y las estrategias seguidas por esos individuos para acceder a él.
Así, no es esta la primera vez que el autor se acerca a este tipo de fuentes y temas, pero en esta ocasión las preguntas planteadas son nuevas, pues no pretenden dar sentido a la institución universitaria, a sus vínculos con los poderes públicos, ni tampoco explicar la carrera clerical o seglar de sus miembros, ni las relaciones que estos guardaban con otras corporaciones. Ahora la universidad, sus estudiantes y graduados juegan un papel distinto, pues sirven como escenario y actores para dar cuenta de un movimiento general de transformación social impulsado por el creciente mestizaje.
En orden a ello, el contexto dibujado por Rodolfo Aguirre para dar sentido al legajo de los Ramírez de Arellano es, por un lado, la estructura y funcionamiento de la universidad y, por el otro, un conjunto nutrido de expedientes que contienen las demandas formuladas por distintos jóvenes, quienes no eran considerados españoles, para ser aceptados en las aulas y recibir los grados, así como las respuestas reticentes de la institución.
En el análisis de esos casos, Rodolfo Aguirre nos habla de distintos grupos enfrentados: el de la élite universitaria, compuesta por doctores del claustro pleno, rectores o catedráticos, y el de los estudiantes indios, mestizos, mulatos y expósitos. También se refiere a diversos sectores: uno que mantenía los ideales de limpieza de sangre, nobleza y honor; otro, en el extremo opuesto, cuyos miembros llegaron a privilegiar las capacidades individuales sobre los linajes y la calidad social; finalmente, uno más moderado, compuesto por quienes defendían una política de inclusión selectiva.
Sin embargo, es importante no perder de vista que esos grupos y sectores fueron creados por el historiador para dar coherencia al conjunto de documentos estudiado. Es decir, los estudiantes no se organizaron por su origen étnico dentro de la universidad para hacer frente a las autoridades que les obstaculizaban el ingreso o los grados; ni tampoco había partidos definidos por su discurso sobre el grado de inclusión que debía tener la universidad o sus ideales sobre la limpieza de sangre, la nobleza y el honor.
Vistos en su conjunto, los casos presentados son expresión de necesidades, deseos y aspiraciones sociales que se tradujeron en la universidad en una mayor demanda de matrículas y grados por parte de individuos cuyos orígenes raciales o aspecto generaba desconfianza. Todo ello habla de un momento complejo de cambio social, pero en el que aún no parecen existir posturas susceptibles de ser definidas con claridad y, por tanto, tampoco bandos que las enarbolen. Sobre todo, porque, por un lado, las respuestas dadas por las autoridades universitarias estaban motivadas por la defensa de la pureza de sangre y los valores tradicionales, como la honra y el linaje, pero también por el temor al desorden, la novedad, el litigio en tribunales, la conveniencia política, la amistad o el compadrazgo. Mientras, por el otro lado, los argumentos aducidos por los individuos involucrados fueron muchas veces contradictorios. Tal circunstancia se confirma en la tercera parte del libro, donde Rodolfo Aguirre expone el caso de la familia Ramírez de Arellano.
Como señalé, el documento elegido trata sobre la inicial negativa de la universidad a dar los grados académicos de bachiller y licenciado a dos hermanos, debido a la supuesta cuna mulata de su madre. Los argumentos de defensa de los Ramírez de Arellano muestran, ante todo, una falta de claridad en su postura frente a las personas de sangre mezclada. Por un lado, aseguraba el mayor de los hermanos que a la República debía importarle tener sabios, aunque éstos no fueran tan calificados de sangre; también aseguraba la existencia de sujetos tachados de mulatos en puestos importantes, y entre otros argumentos, señaló cómo la “ascendencia indigna” dejaba de importar gracias a las letras, pues éstas conferían nobleza.
Sin embargo, al lado de esos dichos donde se reivindica la sabiduría sobre el aspecto físico y la categoría social, el quejoso aplaudía el estatuto que prohibía a negros y mulatos el ingreso a los estudios, pues a su juicio ello hacía honorable y distinguida a la universidad; de igual forma, hablaba de cómo los “mala sangre” tenían por rasgo distintivo ser desvergonzados, tacaños, poco sinceros o descarados.
En el último alegato, gracias al cual se resolvió a favor de la familia, las explicaciones fueron igualmente contradictorias. Entre otros argumentos, el joven Ramírez de Arellano citó una ley de las Partidas en que se señalaba que los hijos de hidalgos heredaban tal condición sin importar el origen de la madre y, por tanto, él y su hermano no eran mulatos sino hijos de un matrimonio noble. Aunado a ello, y contradiciendo su parecer en escritos anteriores, criticó la constitución universitaria donde se prohibía a los mulatos ingresar al estudio, considerándola contraria al derecho natural y a la búsqueda del bienestar. Finalmente, cabe señalar cómo, con independencia de los temas raciales y de honra, los Ramírez siempre insistieron en que el origen de la denuncia había sido “una maldita venganza”, fraguada con la intención de “trozarnos de un golpe la vida, la honra y la hacienda”.
Así, pues, Rodolfo Aguirre nos presenta un expediente muy rico en posibilidades de análisis, donde se muestra cómo los ideales hispánicos de limpieza de sangre, nobleza y honor, defendidos por todos en todo momento, se mezclaban con nuevas aspiraciones surgidas entre las capas medias de la sociedad, debido al inevitable desvanecimiento gradual de la pureza racial y a la falta de reconocimiento de una determinada identidad socio-racial, que muy pronto se definiría, en medio de conflictos y excepciones, con el término de americana.
Los diversos y nutridos argumentos del expediente, así como la experiencia del autor en los temas relativos a la movilidad social, hacen de Un desafío a la Real Universidad una lectura obligada para la reflexión sobre la conflictiva conformación de la estratificada sociedad colonial, la segregación étnica, la definición de los grupos sociales, el choque entre modernidad y tradición, el criollismo o la toma de conciencia de una determinada condición, derroteros clave para el estudio de la vida cotidiana.4
Notas
1 Un análisis detallado sobre la documentación disponible para el estudio de la antigua universidad de México y las posibilidades que brinda para el análisis en Enrique GONZÁLEZ GONZÁLEZ, El poder de las letras. Hacia una historia social de las universidades de la América hispana en el periodo colonial, México, Educación y Cultura, Universidad Nacional Autónoma de México, 2017, pp. 492-518, y del mismo, “El archivo de la antigua universidad de México. Composición y estado actual”, en Enrique GONZÁLEZ GONZÁLEZ, Lorenzo Mario LUNA DÍAZ et al. (coords.), Historia de la universidad colonial (avances de investigación), México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1987, pp. 31-48.
2 El Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación congregó desde su fundación en 1976 a un equipo de historiadores dedicados al estudio de la universidad colonial y el fenómeno colegial y universitario en Hispanoamérica. Como es natural, entre sus primeros objetivos estuvo el estudio y sistematización de los fondos del archivo de la Real Universidad de México, tema sobre el que hoy contamos con una abundante historiografía. Véase Clara Inés RAMÍREZ GONZÁLEZ y Armando PAVÓN ROMERO, “Historiografía sobre las universidades iberoamericanas de los siglos XVI al XVIII”, en Luis Enrique RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES y Juan Luis POLO RODRÍGUEZ (coords.), Historiografía y líneas de investigación en historia de las universidades: Europa mediterránea e Iberoamérica, Col. Miscelánea Alfonso IX, Salamanca, Universidad de Salamanca, 2011, pp. 179-218 y Enrique GONZÁLEZ GONZÁLEZ, “Dos etapas de la historiografía sobre la Real Universidad de México, 1930-2008”, en Enrique GONZÁLEZ GONZÁLEZ, Mónica HIDALGO PEGO et al. (coords.), Del áula a la ciudad. Estudios sobre la universidad y la sociedad en el México virreinal, México, Universidad Nacional Autónoma de México, pp. 331-410.
3 Rodolfo AGUIRRE SALVADOR, El mérito y la estrategia. Clérigos, juristas y médicos en Nueva España, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Plaza y Valdés, 2003.
4 Pilar GONZALBO AIZPURU, Introducción a la historia de la vida cotidiana, México, El Colegio de México, 2006.
Resenhista
Leticia Pérez Puente – Universidad Nacional Autónoma de México.
Referências desta Resenha
SALVADOR, Rodolfo Aguirre. Un desafío a la Real Universidad de México: el arribo de grupos de bajo rango social. México: El Colegio de México, 2019. Resenha de: PUENTE, Leticia Pérez. Historia Mexicana. México, v.72, n. 3 (287), ene./mar. 2023. Acessar publicação original [DR/JF]