Sobre América Latina ¡Viva la Revolución! | Eric Hobsbawm
Eric Hobsbawm | Imagem: EBC
El libro póstumo de Eric Hobsbawm (1917-2012) ¡Viva la revolución! es una brillante reunión de varios artículos escritos por él sobre la realidad latinoamericana, los cuales fueron compilados y presentados por el historiador Leslie Bethell1 . En el inicio de la obra, la introducción hecha por Bethell destaca la solidez intelectual del autor, pues presenta a Hobsbawm en su dimensión historiográfica en relación con América Latina2 pero también muestra al amigo en las relaciones personales que construyó a lo largo de su vida en Latinoamérica.
El libro contiene treinta y un artículos que habían sido publicados de forma dispersa en distintas revistas de habla inglesa, y que contienen reflexiones sobre sus visitas a distintos países de la región. La primera visita de Hobsbawm fue en 1960 a Cuba y desde entonces se interesó, particularmente, por los movimientos arcaicos de revuelta social que prevalecían en el continente De ahí que en su paso por él se dedicara a registrar a las clases subalternas movilizadas, inmersas en procesos revolucionarios o en momentos de preparación para tal ebullición. Fue por estas razones que el británico definió a Latinoamérica como “el laboratorio del cambio histórico”.
Gracias a los distintos viajes realizados por Hobsbawm desde la década del sesenta, este describió la situación social y revolucionaria de varios países estudiados. Cada artículo registra los orígenes y propone una lectura sobre tales movimientos, es en este sentido que más que un análisis historiográfico este libro demuestra ser un análisis etnográfico de Latinoamérica. El británico fue testigo privilegiado de procesos políticos, pero también un intelectual que supo vincularse con diversos académicos latinoamericanos que contribuyeron a sus análisis y aportes sobre la realidad de este territorio.
La compilación aquí presentada reúne trabajos publicados desde la década del sesenta hasta el 2002. Los países estudiados fueron Brasil, Chile, Cuba, Perú, Bolivia, Argentina, Uruguay, Colombia y México. Los temas tratados se concentran en las insurrecciones populares; el campesinado y su poder de organización; la izquierda latinoamericana y la insuficiencia del comunismo para llegar a las masas rurales; y la estructura social resultante de la desigualdad en el continente. El ordenamiento de los capítulos sigue una línea interpretativa temática realizada por el compilador, cuyo propósito es otorgar una imagen global de estos procesos y revoluciones sociales que ocuparon el interés de Hobsbawm durante la década del sesenta. Por tales razones, esta obra constituye un trabajo de consulta obligatoria para los latinoamericanistas dada la mirada de conjunto que propone y de su especial énfasis analítico en determinados países como Perú, Colombia y Cuba.
Al abordar los estudios sobre Perú, Hobsbawm inicia su reconstrucción narrativa mencionando el poder de las haciendas, que en el siglo XX, en pleno proceso capitalista seguía reproduciendo en épocas recientes la sumisión indígena y campesina. A partir del estudio de la comunidad de la Convención y desde una mirada de larga duración, el británico examina a todos los actores de este fenómeno para analizar el movimiento agrario que se dio entre 1958 y 1963, al describir las condiciones en las cuales se dio este proceso de rebelión e identificar, además, las posibilidades que tenían los campesinos para el desarrollo de la rebelión. Hacia la década del setenta, Hobsbawm reflexionó de nuevo sobre la ocupación de tierras campesinas y para ello tomó nuevamente el caso de La Convención y de otros espacios que fungían como modelos explicativos para entender el sentido de esta ocupación que llevó al colapso del sistema de hacienda de las tierras altas. Si bien este hecho no produjo una revolución social, sí fue la base para lograr la reforma agraria en el marco del Gobierno reformista con Velasco Alvarado; gestión que, además, Hobsbawm comparó con la situación de Chile en ese momento3 y para resaltar su peculiaridad, teniendo en cuenta los cambios que proponía en el marco de la situación social y de su relación con Estados Unidos en torno a las medidas propuestas. A partir de allí, el británico analizó el significado de la reforma agraria para los campesinos y su impacto en la sociedad y se cuestionó cuál sería el futuro que tendría el país a partir de estas reformas.
Para el caso colombiano, los textos de Hobsbawm reflexionan sobre el rol del campesinado y sobre la violencia política y la formación de la guerrilla. Tres artículos se desarrollan en la década del sesenta y uno en la década del ochenta, siendo su objetivo tratar la realidad agraria, estudiantil y de los distintos actores de la política nacional. Las observaciones al respecto son abrumadoramente ciertas e incluso premonitorias sobre todo en la generalización de la violencia y en la debilidad institucional frente al narcotráfico que siguieron en las siguientes décadas. Por otro lado, para Cuba, la reflexión se centra en el impacto de la Revolución para el mundo y los desafíos que suponía para la Guerra Fría. Además se trata de la comprensión de esta revolución social desde la mirada de un marxista británico, que fue crítico por momentos sobre las secuelas que generó la revolución en la política del continente, sobre todo, por el rol de Ernesto “Che” Guevara, el cual es mencionado como un “duro”, ya que si bien se alude a los demás revolucionarios como los Castro o Cienfuegos, Hobsbawm dedica especial atención a Guevara y rescata su figura a pocos meses de su asesinato en Bolivia, para analizar su fuerza política.
Por otra parte, el libro también reúne un conjunto de artículos que problematizan la revolución social en el continente, siendo uno de los casos más emblemáticos en este sentido el de la ocurrida en México para la cual considera fundamental estudiar su vínculo con Estados Unidos, con el fin de entender, además, las políticas de varios estados con respecto este país durante el siglo XX. Por ello en su apartado “El imperialismo norteamericano y revolución en América Latina” el historiador hizo un interesante estudio sobre las tensas relaciones intervencionistas del vecino norteamericano y sobre la influencia de la Alianza para el Progreso. Por otro lado, también se analiza a los militares como revolucionarios y el papel de la guerrilla en el continente, con el fin de revisar pormenorizadamente los mitos y estereotipos sobre estos actores para comprenderlos desde una perspectiva crítica y reflexiva. En ambos apartados, Hobsbawm realiza un nutrido estado de la cuestión de autores locales e internacionales que complementan las aproximaciones sobre temas tan sensibles a la realidad latinoamericana.
Cabe apuntar entonces que los campesinos son los protagonistas del libro, dado que el británico intenta entender su rol en el proceso revolucionario en todo el continente. Por un lado, el libro examina a los campesinos que se convirtieron en bandidos, particularmente en el estudio de tres países: México, Brasil y Colombia. Su objetivo fue analizar la legitimidad que estos tuvieron como genuinos líderes revolucionarios y frente a ello Hobsbawm concluye que esta fue ambigua, dudosa y breve, para lo cual ofrece una descripción densa de los bandidos más representativos presentes en la memoria popular. Por otro lado, la obra cuenta con una publicación inédita sobre el campesinado que se titula “Insurrección campesina” y en la cual el autor propone una tipología de las insurrecciones a partir del tipo Pancho Villa o del tipo Emiliano Zapata. La primera de ellas apela a los marginales fuera de la ley, mientras que la segunda plantea la participación del campesinado local. Sin embargo, esta tipología no es palabra absoluta sino una propuesta analítica susceptible de ser contrastada con las diferentes realidades de los movimientos campesinos.
Finalmente, las reflexiones de Hobsbawm concluyen en el artículo escrito en 2002, donde sintetiza su experiencia como historiador de América Latina. En el texto, el autor reconstruye el pasado revolucionario del continente con diversos actores sociales quienes fueron sus informantes y amigos, para reflexionar sobre el destino truncado de los movimientos sociales continentales: “La revolución tan esperada, y en tantos países necesaria, no sucedió, asfixiada por los militares indígenas y los Estados Unidos, pero no menos por la debilidad interna, la división y la incapacidad”. En su lectura sobre la realidad contemporánea latinoamericana (2002), Hobsbawm reconoció en Lula Da Silva a un líder que podría promover modificaciones significativas para Brasil y también en la ruptura de poder en México a través del Partido Revolucionario Institucionalizado (PRI), aunque aún valoraba si existían alternativas que promovieran una mejor política.
De esta manera, la obra de Hobsbawm, compilada de forma póstuma, presenta un análisis sobre el antes y el después de las revoluciones en América Latina, con aportes reflexivos y críticos que nos permiten redescubrir al historiador más emblemático sobre el siglo XX en Occidente y a un intelectual comprometido con sus ideas y con la realidad de Latinoamérica, sin lugar a dudas, su entrañable segundo hogar.
Notas
- Profesor emérito de Historia latinoamericana en University of London e investigador del St. Antony’s College (Londres, Reino Unido). De reconocida trayectoria académica, Bethell dirigió el instituto de Estudios Latinoamericanos de University of London (1987-1992) y el Centro de Estudios Brasileños en University of Oxford (1997-2007) y editó doce volúmenes de la obra colectiva Historia de América Latina (1984-2008).
- Bethell destaca los libros de Hobsbawm referidos a América Latina: Rebeldes primitivos (1959) y Bandidos (1969), así como las menciones de la historia latinoamericana en la tetralogía (Era de las Revoluciones, Era del Capital, Era del Imperio e Historia del siglo XX) que le dio fama a nivel internacional, no solamente entre los académicos, sino también entre lectores de diversas disciplinas.
- Para el caso de Chile, Hobsbawm realizó una descripción sobre la realidad chilena desde su conformación social y económica durante los siglos XIX y XX. Para ello dedicó dos artículos que analizan la experiencia de la Unidad Popular durante el ejercicio de gobierno y su posterior caída. El historiador recoge diversos estudios que han intentado explicar la caída del gobierno de Salvador Allende e incluye su propia lectura realizada septiembre de 1973, una semana después del golpe, que parte del estudio de un intelectual protagonista y observador del gobierno derrocado.
Resenhista
Adrián-Alejandro Almirón – Doctor en Humanidades y Artes con orientación en Historia por la Universidad Nacional de Rosario (Rosario, Argentina). Profesor de la Universidad Nacional del Nordeste (Resistencia, Argentina) https://orcid.org/0000-0002-6533-7259 E-mail: almiron.historia@gmail.com
Referências desta Resenha
HOBSBAWM, Eric. Sobre América Latina ¡Viva la Revolución! Buenos Aires: Crítica, 2018. Resenha de: ALMIRÓN, Adrián-Alejandro. Historia y sociedad, n. 43, p. 298-301, jul./dic. 2022. Acessar publicação original [DR]