Que es la Filosofía Antigua? – HADOT (PR)
HADOT, Pierre. ¿Que es la Filosofía Antigua?, México: Sn., 1998. 338p. (Primera edición enfrancés 1995). Resenha de: MOLINA, Antonio I. Panta Rei – Revista de Ciencia Y Didáctica de la Historia, Murcia, n.4, p. 1998.
Por Filosofía entendemos un fenómeno histórico y espiritual que nace en el 28 de mayo del 585 a.C. fecha en la que se reconoce el inicio del pensamiento racional, tras su separación del mito . Para elautor de esta obra P. Hadot, eminente estudioso del pensamiento grecorromano, la filosofía no debeentenderse como mera teorización, fría palabra o simple discurso, sino como “un modo de vida”,que determina de forma decisiva el discurso filosófico. En opinión de Hadot “el discurso justifica laelección de vida y desarrolla todas sus implicaciones: se podría decir por una especie de casualidade reciproca, la elección de vida determina el discurso y este origina la elección de vida justificándolateóricamente” (193pg). Esta hipótesis, junto a la creencia certera de que toda conversión filosófica requiere necesariamente de un cambio en el individuo, y de la noción del “otro”, es decir que no hayfilosofía sin sociedad, son las ideas que repetitivamente Hadot defiende a lo largo de su libro.
Este presenta tres partes claramente diferenciadas por su mismo autor. La primera parte “Ladefinición platónica del filósofo y de sus antecedentes”, constaría de 4 capítulos. En los que sedescribe la semblanza de los primeros pensadores griegos, siendo su mayor punto de interés, y detodo el libro, la figura de Sócrates, inmortalizada por Platón en el Banquete (Cap. IV). En el Banquete de Platón se creo la figura por esencia del filósofo. Como argumenta Hadot, “Eros y Sócrates personifican, uno de una manera mítica, el otro de manera histórica, la figura del filósofo”(54pg). Al igual que el Eros, hijo de la Riqueza y de la Pobreza, Sócrates es un ser intermedio, amedio camino entre la sabiduría y la ignorancia, que se esfuerza por alcanzar su objeto de deseo, laSofía, pero sin éxito. Pues sólo Dios es sabio, el hombre filósofo. La ruptura entre sabiduría yfilosofía, queda fijada, y el filósofo condenado a comenzar una búsqueda que nunca se ha de acabar,su destino es a la vez trágico e irónico.
La segunda parte “La filosofía como modo de vida”, se inicia con la descripción de las dos escuelasque mayor éxito tuvieron en el mundo antiguo, la Academia y el Liceo. En ambas existió unanecesidad común de formar y modelar al “otro”, pero mientras en la escuela platónica había unaeminente intencionalidad practica, entiéndase política, en Aristóteles y su escuela se pierde poco apoco en pos de alcanzar la vida teorética o contemplativa que va a marcar la figura del sabio (Cap,V-VI). Las grandes escuelas de época helenística como el estoicismo, el cinismo, el epicureísmo oel escepticismo, son calificadas por Hadot como terapéuticas (117pg), pues dieron una mayorimportancia al individuo y sus problemas, pero no renegaban de la posibilidad de cambiar lasociedad mediante el ejemplo de sus vidas, más que por sus palabras. En las escuelas filosóficas deépoca imperial (Cap VIII), esta concepción de la filosofía se mantendrá, pese a la temprana nociónde la “autoridad” de los clásicos, no bastaba con adquirir conocimientos si estos no pasaban aformar parte de la Naturaleza del hombre. Finalmente (Cap IX) muestras sus conclusiones, ademásde oponerse a la concepción chamánica de la cultura griega de algunos autores como Dodds y Mircea Eliade y retratar la figura del sabio en el mundo antiguo.
En la tercera y última parte de su obra “Ruptura y continuidad. La Edad Media y los tempos modernos”, (cap, X-XII) se analiza la influencia del cristianismo en la filosofía, corriente religiosaque se llegara a definir a si misma como filosofía, y como consecuencia una forma de vida, aunqueposteriormente la filosofía quedará destinada a ser una justificación teológica de la religión. Hadotacaba su exposición reflexionando si tal comprensión de la filosofía es aplicable a nuestros días o sipor el contrario se cumple la máxima de Thoreau “En nuestros días hay profesores de filosofía, perono filósofos”.
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