El libro de María José Garrido, Para sanar, fortalecer y embellecer los cuerpos. Historia de la gimnasia en la ciudad de México, 1824-1876, se suma a una escasa pero creciente tendencia de producción historiográfica acerca de las prácticas físicas en América Latina. Sobre el caso específico de la ciudad de México, la autora se concentra en contrastar la tesis generalizada según la cual los deportes modernos tuvieron su introducción durante el periodo porfirista (1876-1911), y que fue la pacificación, la apertura al comercio internacional, la modernización y la industrialización del país los factores determinantes en la importación de nuevos patrones de recreación que finalmente fueron adoptados, nacionalizados y popularizados por los habitantes de México. La aceptación de esta tesis constituyó un obstáculo para que los historiadores se preguntaran sobre procesos históricos relacionados con las prácticas físicas de los mexicanos con anterioridad al régimen de Porfirio Díaz, lo que condujo, a su vez, a la concepción de que en el desarrollo de la educación física y de actividades corporales competitivas no habrían intervenido otros factores distintos a los mencionados.
En un libro anterior —Peloteros, aficionados y chambones. Historia del Juego de Pelota de San Camilo y de la educación física de la ciudad en la Ciudad de México, 1758-1823—, María José Garrido mostró que el juego de la pelota vasca o frontón fue introducido en la Ciudad de México durante el periodo borbónico siguiendo un patrón competitivo, al mismo tiempo que la educación física fue incorporada al proyecto educativo de los borbones gracias a una transformación en la idea del cuerpo humano, el cual dejaría de oponerse al alma y pasaría ser un elemento central de la moralización del ser humano.
En su reciente libro, la autora plantea que en el periodo comprendido entre el ocaso del Imperio mexicano y la restauración de la república (1824-1876) se produjo una nueva modalidad de educación física llamada gimnasia. Respecto a esta práctica física la autora observa una continuidad de la idea borbónica del ejercicio físico como un factor de mejoramiento de la salud y modelación de la conducta social, pero también hace referencia a elementos absolutamente novedosos, como los espacios donde la gimnasia se desarrollaba —los gimnasios, que incluían toda clase de instrumentos y aparatos—, la vinculación de la idea de estética al ejercicio físico y un sistema de enseñanza basado en reglas técnicas impartidas por un especialista. Un aspecto adicional consiste en que a diferencia del periodo borbónico, en el que los ejercicios físicos tuvieron un vigoroso impulso por parte del Gobierno, durante los años de estudio el fomento de la gimnasia estuvo a cargo de empresarios, de colegios privados y del Ejército mexicano más que de las autoridades gubernamentales. Dice María José Garrido que esta situación no fue producto de un desinterés o de una transformación en los ideales corporales, sino de la inestabilidad política, la parálisis administrativa y la escasez de recursos que llevaron a que las élites dirigentes se concentraran en estos asuntos más que en cualquier otro.
El texto se encuentra dividido en cuatro partes. La primera narra el papel de los primeros profesores de gimnasia como “empresarios del ejercicio” poseedores una racionalidad netamente económica, aunque también de lo que podría llamarse un ethos particular respecto a la educación física. Acá se describe la trayectoria de diferentes profesores de gimnasia y la introducción del método gimnástico del español Francisco Amorós, que fue el más importante durante el siglo XIX. En la segunda parte se analiza el desarrollo de la gimnasia en los colegios privados y su paulatina incorporación en los proyectos educativos del Estado, especialmente a partir de 1874, cuando se hizo obligatoria su enseñanza en las escuelas primarias, secundarias y profesionales. También se describe la manera en que la prensa se refiere a la gimnasia —pero también a otras prácticas como la esgrima, la natación y el frontón— en términos de ideales como la educación, la higiene, la salud, la moral y la ciudadanía.
En la tercera parte la autora analiza la enseñanza de la gimnasia en el Ejército federal como consecuencia de la derrota de México en la guerra contra los Estados Unidos, acontecimiento que fue interpretado por las élites dirigentes como resultado de la debilidad física de los miembros del ejército, con lo cual el ejercicio metódico fue visto como un correctivo a esa situación y como una medida militar preventiva. La última parte trata sobre otra clase de ejercicios corporales de competencia como la esgrima, el frontón, la equitación, la natación, el boxeo y la regata, que sin haberse desarrollado específicamente como deportes mostraron prematuramente elementos característicos de estas prácticas físicas, tales como reglas de competencia derivadas de principios civilizadores, crónicas de los eventos en la prensa, reglamentos, espacios específicos y la formación de organizaciones similares a los clubes deportivos.
Cuatro ideas centrales pueden resaltarse del libro de María José Garrido. La primera consiste en que durante el periodo estudiado la gimnasia fue concebida como una rama de la educación física que consistía en la realización de un conjunto de ejercicios físicos de forma metódica, cuantificable y medible, en espacios específicos y mediante instrumentos y aparatos que la hacían diferente de otras actividades corporales de carácter competitivo. La segunda idea expresa que la introducción de la gimnasia en el Ejército abrió su práctica a sectores de la sociedad diferentes de las clases medias y altas, cuyos miembros la practicaban por gusto o afición y con un sentido higiénico y estético a la vez, individuos que contaban con el tiempo y los recursos económicos necesarios para hacer uso de los gimnasios y de los aparatos que allí se encontraban. La tercera se refiere al tránsito realizado por la idea de ejercicio físico, desde su oposición a la noción de alma en el periodo colonial hasta la definición de sus funciones higiénicas, morales e intelectuales y su consideración al final del periodo estudiado como un deber cívico y una obligación del Gobierno en el mejoramiento de la raza. La última idea hace mención a que durante los siglos anteriores al porfiriato se puede constatar la formación de prácticas físicas de carácter competitivo, consideración sin la cual no es posible obtener una explicación abarcadora del desarrollo de los deportes modernos durante aquel periodo de la historia mexicana.
Para sanar, fortalecer y embellecer los cuerpos es una exhortación a proponer interpretaciones alternativas al modelo clásico de la sociología y la historia anglosajonas sobre la constitución del deporte moderno, según el cual este último aparece en la escena histórica a partir de procesos de secularización, civilización, urbanización e industrialización. Pensar de manera flexible con respecto a este modelo permite ampliar el rango temporal de análisis y observar, allí donde teóricamente no se espera encontrar un hallazgo consistente, la formación de actividades corporales que sin haber pasado por los procesos mencionados llevan en su seno características de lo que se ha concebido como deporte, lo que sitúa dichas prácticas en un lugar intermedio —por decirlo así— entre el ámbito de lo lúdico y de lo competitivo. Un modelo alternativo al modelo clásico de interpretación debe conducir al desarrollo de una visión de largo plazo, abarcadora e integradora de las prácticas físicas en sus diferentes modalidades —diversiones, gimnasia, deporte— que a través del uso de categorías como cultura física, que la autora incorpora a su análisis, permita mostrar las continuidades en una serie diferenciada de actividades que aunque fragmentadas son “versiones de un mismo universo”.
Finalmente, el libro de María José Garrido invita a imaginar puentes entre la historiografía de la fiesta, de la educación física y del deporte, y llama la atención sobre la importancia de superar oposiciones epistemológicas —como la construida en torno a lo lúdico y lo competitivo— formadas sobre la base de fragmentaciones temporales que aíslan los fenómenos históricos entre sí y los privan de sus conexiones fundamentales. Así, dice la autora, se podrán “proponer y construir otras rutas de interpretación que den cuenta con mayor verosimilitud de lo sucedido en el mundo hispanoamericano y en particular en México en relación con la historia de la llamada cultura física”.
Resenhista
Jorge-Humberto Ruiz-Patiño – Doctor en Investigación en Ciencias Sociales con mención en Sociología por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) (Ciudad de México, México). Docente de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia y de la Pontificia Universidad Javeriana (Bogotá, Colombia) https://orcid.org/0000-0003-2512-3798 E-mail: jorge5ruiz@yahoo.com
Referências desta Resenha
ASPERÓ, María José Garrido. Para sanar, fortalecer y embellecer los cuerpos. Historia de la gimnasia en la ciudad de México, 1824-1876. Ciudad de México: Instituto Mora, 2016. Resenha de: RUIZ-PATIÑO, Jorge-Humberto. Historia y sociedad, n. 38, p. 267-269, ene./jun. 2020. Acessar publicação original [DR]
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