Mapu y Cara. Agricultura y economía mapuche | Luis Iván Inostroza Córdova

Este libro, de Luis Iván Inostroza Córdova, constituye una de aquellas obras de síntesis solo posibles tras décadas de investigación. Mapu y Cara ofrece una lectura de la economía mapuche en la larga duración, atendiendo a los cambios y continuidades de su organización económica desde tiempos prehispánicos hasta avanzado el siglo XX, visibilizando en ellos la impronta que acerca la experiencia mapuche a las formas productivas de las sociedades andinas. La obra parte de las primeras crónicas españolas para reconstruir los diversos componentes de la economía de los habitantes situados entre el río Maule y Chiloé, en las fronteras meridionales del imperio inca. Su interés central es visibilizar el papel de la agricultura en la estructura productiva de las unidades familiares y la continuidad de estas prácticas y su papel en la reproducción de los vínculos domésticos y comunitarios en la larga duración, revelando su papel significativo en la articulación de la producción doméstica al mercado triguero, en el marco del proceso reduccional que se extendió al siglo XX. En palabras del propio autor, se propuso “seguir una trayectoria histórica comparativamente similar a la evolución de los ayllus de los Andes centrales respecto del Tawantinsuyu, y en relación con el mercado capitalista colonial y el período republicano” (Inostroza Córdova 2020: 14).

El autor se desempeña como profesor e investigador en el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de la Frontera, en Temuco. En su larga trayectoria académica, que incluye su desempeño como director del Archivo Regional de la Araucanía, produjo diversas obras orientadas hacia la historia económica y agraria de la Araucanía desde una perspectiva regional. Entre ellas, El mercado regional de Concepción y su articulación al mercado virreinal y mundial, Siglo XVII, publicado inicialmente en 1998, ampliado y actualizado en la edición del Archivo Histórico de Concepción en 2018; Expansión capitalista y economía mapuche: 1680-1930, una compilación editada en conjunto con Jorge Pinto Rodríguez, en 2014, y Etnografía del pueblo mapuche, otra selección y compilación publicada en 1998, esta vez de fuentes escritas por Claudio Gay, además de valiosos artículos dedicados a conocer las prácticas productivas y articulaciones comerciales de pobladores mapuches y chilenos de la frontera araucana. Ello sin contar con el excelente Curso de Historia Económica y Sociedad Mapuche que el profesor Inostroza ha dictado a estudiantes doctorales e investigadores de Chile y Argentina en los últimos meses de 2022.

En la mirada de larga duración que propone esta obra, podemos diferenciar dos momentos. El primero, centrado en el funcionamiento del Chile prehispánico, señala las características demográficas de las poblaciones situadas entre el río Maule y Chiloé a mediados del siglo XVI, territorios que fueron centro de la mayor concentración demográfica del sur sudamericano en los primeros tiempos de la presencia española. A partir de diversos fragmentos de crónicas españolas, el autor demuestra que los Mapu, o territorios de linajes, eran las unidades territoriales de residencia y producción que garantizaban la incorporación de las personas a una economía agropastoril que integraba una amplia paleta de actividades. Representaban, a su vez, la “patria de nacimiento” o fuente de identidad parental y política de las personas, vínculo que trascendía al plano de lo sagrado en términos de reciprocidad respecto a sus territorios ancestrales de linaje. En este sentido, el vocablo mapuche registrado en las crónicas del siglo XVI, al aludir a la población –che– del territorio cultivado por las comunidades –mapu–, revelaba la fuerte impronta agraria de los habitantes ubicados al sur del imperio inca y las similitudes con los ayllus quechuas y aymaras como estructura familiar y comunitaria de vínculo con la tierra.

Los sucesivos capítulos nos revelan la riqueza descriptiva de las crónicas, el perfil de una sociedad sostenida a partir de un conjunto amplio de productos agrícolas y ganaderos, así como de manufacturas, cuya reproducción implicaba la articulación mercantil entre diversos espacios que incluían también el oriente cordillerano. Con gran capacidad didáctica, el autor integra los principios de producción y sustento material de estas poblaciones con las lógicas culturales de organización social y sus aspectos simbólicos y representacionales.

Ello se evidencia en la importancia que en esta estructura productiva, basada en territorios de linaje y de jefes de familia, tuvieron los rituales y eventos de consumo colectivo ligados a prácticas de cooperación productiva, mediante los que el poder político podía generar y consolidar alianzas interregionales que aseguraban el flujo del comercio entre sectores distantes. En este aspecto, el autor identifica para la población mapuche prehispánica formas de atesoramiento y acumulación de capital destinado a actividades no productivas, como el sostenimiento de soldados, pago de sueldos y construcción de fortificaciones que aseguraban la comunicación entre la Araucanía, las Pampas y la Patagonia. En este sentido, queda clara la intención del autor de mostrar que las diversas actividades productivas sobre la que se asentaba esta economía indígena –desde la agricultura hasta la ganadería de llamas, pasando por la caza y domesticación de guanacos salvajes, esenciales para la producción de tejido y el transporte, la actividad minera en cobre y plata, la producción alfarera, el abastecimiento de sal para el refinamiento de metales y procesamiento de pieles– constituían un complejo heterogéneo y hasta espacialmente diversificado, a partir de intercambios mercantiles a nivel regional. Escala que integraba a las poblaciones situadas entre el Maule y el Toltén con aquellas situadas en el oriente cordillerano.

Este análisis destaca a las alianzas interregionales organizadas por el intercambio mercantil como centrales para el desarrollo demográfico y complejización productiva de estas poblaciones, lo cual es particularmente observable en las fortificaciones y aldeas sobre el río Cautín referidas por las crónicas españolas tempranas. Puede comprenderse, entonces, el papel del otro componente destacado en el título del libro, las Cara, poblaciones o aldeas fortificadas, erigidas lo largo de la costa del Pacífico y siguiendo el curso del río Cautín hacia la cordillera, cuya función como plazas de comercio, concertación política y como espacio de almacenamiento de excedentes agrícolas, confirman nuevamente la concentración poblacional alcanzada y la importancia que adquiría la protección militar de las rutas caravaneras a larga distancia en la reproducción de la economía de los Mapu.

Este abordaje multidimensional e integrado del sistema social, territorial y productivo indígena prehispánico da lugar a la pregunta por sus continuidades y transformaciones a partir de la presencia y relación con los europeos en los siguientes siglos. El capítulo 8, dedicado a un nuevo balance demográfico de la población de la Araucanía, Neuquén y Nahuel Huapi, en 1680, da cuenta del brutal impacto de la ocupación española, del rechazo bélico de esta ocupación, del efecto de las enfermedades y las prácticas esclavistas durante los siglos XVI y XVII. Según los datos censales analizados por Inostroza, una población que a mediados del siglo XVI podía calcularse en más de tres millones de habitantes no alcanzaba a los 100.000 a fines del XVII. Los siguientes capítulos conducen la mirada hacia las notables innovaciones en la producción indígena vinculada, principalmente, a la incorporación del cultivo de trigo, de bueyes y arado para la preparación del barbecho, y procedimientos técnicos como la trilla. Transformaciones que se asentaron en la continuidad de las formas de propiedad y uso de la tierra basadas en las relaciones domésticas, de colaboración comunitaria y en los intercambios regionales con las pampas.

En esta segunda parte, el trabajo avanza en las transformaciones y continuidades de estas pautas de producción y organización a partir de la integración de la producción indígena al mercado triguero capitalista, cuya demanda creció especialmente durante el siglo XIX. Los mecanismos extendidos de este sistema, como el intercambio mercantil y el empleo de bienes como moneda, empero, no son considerados por el autor como el producto de una asimilación al modelo económico capitalista, sino a una estrategia cultural diferente de la organización de la economía, a “un sistema de acceso a recursos interregionales mediante un comercio direccionado a través de circuitos territoriales marcados por relaciones de parentesco entre unidades sociales situadas en diferentes nichos ecológicos y con actividades productivas complementarias” (Inostroza Córdova 202: 114). En otras palabras, el uso de recursos materiales y organizativos propios, en base a mecanismos decisionales ligados a las pautas culturales de unidades domésticas y comunidades parentales, habilitó una integración exitosa en términos del desempeño económico excedentario y el crecimiento demográfico de la Araucanía, constatados ya en la primera mitad del siglo XX.

Este es uno de los señalamientos centrales del autor, para quien la forma de propiedad de la tierra mapuche constituyó un puente de continuidad desde tiempos prehispánicos hasta los siglos XIX y XX, habilitando a la población indígena estrategias de articulación mercantil exitosas, aún en el período reduccional. El proceso de creación de reducciones, que tuvo también su mayor protagonismo en los territorios entre el Cautín y el Toltén, donde se conformó la abrumadora mayoría de las reducciones de la Araucanía, se reflejará en la importancia de su caudal de producción dentro de la economía regional. Pese a que el proceso reduccional significó un despojo monumental de tierras a la población indígena, el mismo posibilitó la continuidad del vínculo productivo y ritual con la tierra, creando las condiciones para la reproducción de esta “cultura del trabajo”, que Inostroza reconoce en las culturas andinas. Estas pautas tradicionales, también modalidades de intercambio mercantil intraétnico, tales como las medierías y ventas de barbecho, en las que Inostroza visibiliza el papel significativo de las mujeres como actoras económicas, dueñas y herederas de tierras y bienes capital para la producción.

En síntesis, la obra del Dr. Inostroza Córdova constituye un aporte muy significativo a la etnohistoria mapuche, en tanto el autor da visibilidad al peso de las estructuras sociales que regían la relación y uso productivo de la tierra en la sociedad indígena al sur del río Maule al momento de la aparición de los españoles, inscribiendo a estas poblaciones en lógicas sociales que organizaban el mundo andino en general. Permite comprender, desde un enfoque regional, la participación de las Pampas y la Patagonia como parte de este sistema extenso e integrado de relaciones de intercambio y abastecimiento en la larga duración, integrando de esta manera espacios marginados por las historiografías de molde nacional. Profundiza en los sentidos y valores que participan de la reproducción de estas lógicas sociales vinculadas a los mapu, prestando atención al papel del género en la división del trabajo y visibilizando el papel de la mujer en la propiedad, la herencia, las concertaciones mercantiles y los procesos de acumulación. Ofrece, finalmente, un seguimiento en el largo plazo, atendiendo a la continuidad y la transformación como dos caras infalibles de los procesos históricos, evitando plantear las relaciones con los estados coloniales y republicanos desde concepciones simplistas o maniqueas, para revelar desde el ángulo de las prácticas económicas aspectos centrales de la agencia mapuche en la larga duración. Remarcamos, por último, el admirable conocimiento que el Dr. Inostroza demuestra tener sobre fuentes de distintos períodos, en una lectura sensible al detalle que busca siempre reconocer su papel en la dinámica social. Su capacidad didáctica hace de su libro un trabajo ameno y, a la vez, complejo, esclarecedor y necesario para los historiadores y antropólogos involucrados en el conocimiento de la historia indígena.


Resenhista

Ingrid de Jong – CONICET-Argentina Universidad Nacional de la Plata. Universidad Nacional de Buenos Aires.


Referências desta Resenha

CÓRDOVA, Luis Iván Inostroza. Mapu y Cara. Agricultura y economía mapuche. Temuco: Ediciones UFRO, 2020. Resenha de: JONG, Ingrid de. Autoctonía. Revista de Ciencias Sociales e Historia, v.7, n.1, p. 652-657, ene./jun. 2023. Acessar publicação original [DR]

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