La salud en Chile. Una historia de movimentos, organización y participación social | Carmen Muñoz Muñoz

El libro La salud en Chile. Una historia de movimientos, organización y participación social fue escrito por la Dra. Carmen Muñoz y publicado por Ediciones UACh. El texto se presenta de manera muy atractiva, no sólo para profesionales del ámbito de la salud, sino también para otras disciplinas, como Trabajo Social, Historia, Ciencias Políticas o cualquier otra interesada en conocer la injerencia, desde una óptica sociohistórica, de los movimientos sociales en las políticas de salud.

La Dra. Muñoz busca construir un relato historiográfico del movimiento social relacionado con la salud en Chile, lo que pone en tensión y contexto el estado actual de la salud en el país. Para lo anterior, recurre a la perspectiva de la Salud Colectiva, posicionamiento declarado por la autora para realizar un análisis diacrónico que reconstruye diversos episodios de forma cronológica, lo que permite interpretar la relación entre los movimientos sociales y la salud. Así, la obra emplea diversas voces para construir una panorámica de la participación social en salud, empleando entrevistas a expertos/as, análisis documental en prensa escrita y revistas, revisión de textos históricos, entre otros.

El texto se articula en cinco partes: una desarrollada introducción más cuatro capítulos estructurados en diferentes períodos de la historia de Chile. La introducción invita al/a lector/a a comprender el porqué del manuscrito. Aquí, la autora hace una breve alusión a su historia personal señalando una importante advertencia: la imposibilidad de una imparcialidad en su relato. De esta manera, toma postura señalando la precariedad y el distanciamiento con la democracia del sistema de salud chileno e intenta explicar cómo se ha llegado a una instrumentalización del concepto de participación social, que escasamente ha incidido en la construcción de políticas sanitarias justas. La autora señala que poco se ha escuchado a la población y se han desatendido sus requerimientos de transformaciones profundas en el sistema, priorizando los intereses de grupos económicos y políticos de élite que, bajo un burdo maquillaje, hacen transformaciones mínimas a un sistema que pronto ya no podrá dar más. También, describe cómo se ha entendido la participación social en salud, considerando perspectivas teóricas e históricas. Junto con ello, realiza una revisión de: los procesos del asociativismo desde 1835, de la participación en la Sociedad de la igualdad en 1850, de las Sociedades de socorro mutuo de 1853 y del tránsito del mutualismo al sindicalismo desde 1900.

El primer capítulo reconstruye lo comprendido entre 1970 y 1973, los tres años de gobierno de la Unidad Popular bajo la presidencia de Allende. Aquí, se propone cómo la salud en el sistema público fue un eje central en la época y una “herramienta para la democratización del poder” (p. 25). Se describen las motivaciones centradas en realizar transformaciones estructurales y la necesidad de romper con la dominación de la burguesía y el imperialismo. Así, se da cuenta de los procesos por medio de los cuales se organizan los territorios en diferentes poblaciones, donde los/as trabajadores/as se constituyen como protagonistas. Conjuntamente, se describen las maneras en que se buscó mejorar los indicadores de salud en la población, por ejemplo, creando: los Consejos populares de salud, los Consejos populares de cuadra (o de pequeño poblado campesino), el Tren de la salud (formas de desplazamiento de profesionales por diferentes localidades), las brigadas para organizar las campañas de vacunación. Junto con lo anterior, se fortalecieron: los Consejos locales y paritarios de salud, los servicios de voluntariado y el rol de los líderes comunitarios de salud. Además, se destaca el rol del Programa de la leche y se describe el coartado proyecto del Sistema Único de Salud. Se concluye evidenciando cómo la participación social en salud fue un pilar central en todo el desarrollo del gobierno de la Unidad Popular.

En el capítulo dos, se realiza una descripción respecto a cómo las políticas de participación en salud fueron suprimidas entre 1973 y 1990, en la dictadura cívico-militar de Chile. Se construye una contextualización de la situación política del país, destacándose la instalación de los Consejos de Guerra, que permitieron la tortura y la violación de otros derechos humanos; y el desarrollo del modelo económico neoliberal, lo que implicó la disminución del Estado en el área social y de salud, y por consiguiente la acentuación de la desigualdad social.

Algunas de las pocas formas de participación social que emergen como una respuesta a la represión son los movimientos vinculados a la iglesia y parte de la organización civil, destacando los movimientos poblacionales. Los colegios profesionales quedan en el estatuto de Asociaciones Gremiales, perdiendo su rol central en aspectos cruciales como la tuición ética. Además, se da cuenta de cómo se debilita el sistema público de salud al mismo tiempo que se fortalece el sistema privado, bajo la lógica de que “la salud gratuita debería estar destinada sólo a indigentes” (p. 135). Sin embargo, también se describe cómo varias acciones implementadas por la Unidad Popular se mantuvieron mostrando sus efectos positivos en los indicadores de salud.

En este capítulo además se muestra cómo durante los años 80’ se realiza un esfuerzo desde las organizaciones sociales por reestablecer el vínculo entre los movimientos y la participación social vinculante. Al respecto, se subraya la reorganización de los sindicatos. También se destaca la reacción del gobierno frente a los primeros casos de VIH, describiendo las acciones vinculadas a la persecución de homosexuales y trabajadoras sexuales con el objeto de someterles a la realización obligatoria de exámenes por parte de la brigada de delitos sexuales de la Policía de Investigaciones.

El capítulo tres da cuenta del período de la postdictadura y del retorno a la democracia bajo el gobierno de los partidos de la Concertación (1990-2010). Aquí se narra cómo aparece un auge en el desarrollo del concepto de participación social y se desarrollan diferentes esfuerzos para buscar su ilación con la salud, frente a las demandas de la sociedad por recuperar la democratización de los procesos del país. Se hace una crítica a la “política de los acuerdos y consensos” (p. 151), señalando cómo se perdió la oportunidad de realizar reformas estructurales en el período. Si bien el rol del Colegio Médico es considerado en todo el libro, en esta etapa se hace un especial énfasis por su protagonismo en diferentes sucesos.

También se destacan distintos proyectos y situaciones: como los esfuerzos por terminar con las colas en los consultorios, la contratación de miles de médicos extranjeros, el desarrollo del plan AUGE, el rol de las ISAPRES, la polémica por la píldora del día después, la “fuga” de médicos/as a la atención privada y los múltiples esfuerzos por posicionar la participación social en salud, pero mostrando su poca injerencia real en las políticas públicas.

El capítulo cuarto y final aparece como una posibilidad tras el crudo y completo diagnóstico del rol de la sociedad civil en la salud. Se realiza una propuesta para que la participación pueda ser más efectiva, donde se destaca el saber popular y la representación plural y vinculante como ejes centrales, pensando, al mismo tiempo, cómo la propia organización traspasa los límites del ámbito de la salud. Por ello, la ejecución técnica debe ser competente y dejar a un lado la utilización político-partidista de la participación social.

El libro de la Dra. Muñoz resulta un aporte transversal para diversas áreas del conocimiento. Su forma de articular diferentes perspectivas en la reconstrucción histórica, de manera crítica y con sustento en distintos registros, resulta una mirada innovadora, a la vez que provocadora, para la comprensión de la salud en el país. Esta forma de reconstruir la historia permite evidenciar los procedimientos sesgados en los que la participación social ha sido suprimida e “invitada” a dar su opinión, pero negada de forma recursiva y prolongada hasta nuestros días. Esta ausencia de involucramiento en el diseño y toma de decisiones frente a políticas sanitarias, que tiene una repercusión en la misma población, evidencia una desarticulación entre los intereses y las necesidades de la ciudadanía frente a la política partidista.

Sin embargo, el texto permite imaginar un futuro de participación ciudadana real en el ámbito de la salud, en la medida que se reconozca la interrumpida historia que ha desembocado en la forma de hacer participación social hoy en el país. Entendiendo que la ausencia de participación democrática en general es un procedimiento instaurado en dictadura y heredado por la política partidista que ha gobernado desde 1990 en adelante, se establece como una posibilidad de generar una transformación estructural al sistema, de manera que diversas voces sean integradas en la construcción de políticas que incidan en sí mismas.

Especialmente hoy, ad portas de la posibilidad de reescribir la constitución chilena, el libro realza su relevancia pues permite tomar una posición respecto a la validación (o no) de un modelo que poco ha hecho por los/as ciudadanos/as en materia de salud y en otras múltiples e incontables acentuaciones de injusticias sociales.


Resenhista

Rodolfo Morrison – Facultad de Medicina, Universidad de Chile. E-mail: rodolfo.morrison@uchile.cl  http://orcid.org/0000-0002-2834-1646


Referências desta Resenha

MUÑOZ, Carmen Muñoz. La salud en Chile. Una historia de movimientos, organización y participación social. Valdivia: Ediciones UACh, 2019. Resenha de: MORRISON, Rodolfo. Sophia Austral. Punta Arenas, n. 26, p. 467-469, jul./dic. 2020.  Acessar publicação original [DR]

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