La idea de Europa en el mundo Romano: Proyecciones Actuales | Alejandro Bancalari Molina

La primera década de los años 2000 podemos recordarla como un periodo de aperturas y reflexiones de la sociedad en un contexto globalizado, ante esta nueva situación los trabajos históricos se orientaron a trabajar bajo estos nuevos paradigmas que trajo consigo la globalización. El presente texto del destacado Historiador e Investigador Alejandro Bancalari Molina, puede enmarcarse perfectamente en esta corriente historiográfica. Debemos recordar que anteriormente el autor escribió el libro Orbe Romano e Imperio Global: la romanización desde Augusto hasta Caracalla, publicado por Editorial Universitaria durante el año 2007, el cual podemos reconocer como la antesala del análisis que el autor realiza en la presente obra, donde se ha enfoca en dos cuestiones principales: 1) la sentimentalidad de ser parte de la unión europea, la identidad que envuelve a los habitantes de Europa y 2) la reflexión histórica que subyace a esta idea de identidad europea, que tiene antecedentes directos en el mundo romano.

El libro se compone de una introducción en la cual se presenta de forma sintética y precisa diez ideas que se han desarrollado sobre Europa a lo largo de la historia, un índice de imágenes, siete capítulos, consideraciones finales, bibliografía, un índice de autores citados y un índice de fuentes trabajadas a lo largo del texto. El primer capítulo se titula “El valor Historiográfico entre los siglos XX y XXI”. En el cual principalmente se concibe un análisis de los aportes historiográficos en relación con la idea de Europa, de forma que se introduce en las reflexiones sobre este proceso. Tomando como perspectiva historiográfica autores que han realizado sus trabajos al amparo de la longue durée, se construye una idea general del “concepto” de Europa.

El capítulo II se titula “El nombre de Europa y la tradición clásica”. Desde este punto el trabajo se orienta hacia el pasado clásico y los orígenes del nombre de Europa, para ello se ha de centrar por una parte en el Teónimo, proveniente del mito del rapto de Europa, y por otra del Coronimo, remitiéndose a la caracterización de Europa como un espacio geográfico. El establecimiento de la alteridad entre griegos y bárbaros fue la primera gran diferencia de carácter peyorativo y contradictorio, Europa y Asia, la idea de libertad y civilización por sobre la esclavitud, la tiranía y la barbarie representadas por el imperio persa en los territorios asiáticos. Finalmente, el autor se remite a establecer la relación entre Europa y Alejandro Magno, donde la unificación de occidente y oriente preparan el camino hacia la constitución de la oikoumene, la construcción del propio espacio europeo.

El Capítulo III llamado “Las diversas connotaciones de la noción de Europa en Roma.” Es un apartado propiamente histórico con un gran trabajo de fuentes, el cual se ha de centrar en la construcción histórica de la noción de Europa en el mundo romano. En ese sentido el autor plantea la idea de que desde una “intencionalidad”, en la dicotomía Europa versus Asia, y que esta responde a un tópico más bien ideológico sobre la construcción de la ciudadanía, la libertad y la democracia, en contra a la tiranía y la barbarie. Para el autor la construcción de la identidad griega como ente civilizador es lo que define la identidad griega por sobre los demás pueblos que habitaron la oikoumene. El segundo punto que se ha de tratar en este capítulo se relaciona con el significado cultural atribuido a Europa como un espacio donde vive la Paideia y la Humanitas, la libertad y la democracia, occidente es el futuro del mundo, para ello menciona dos hechos: el primero de ellos es la irradiación de la humanitas durante el periodo de augusto, la unificación del mundo griego y romano, y en segundo lugar la dicotomía del origen europeo en su génesis oriental.

El Capítulo IV se titula “La trilogía, Roma- Europa- Mediterráneo: espacios interactuantes”. Apartado que tiene como objetivo analizar los espacios en los cuales se manifestó la cultura e identidad europea, lo que permitió el florecimiento de la ciudadanía. La primera unidad geográfica para este trabajo es el mare nostrum o el océano mediterráneo comprendido como corazón de la oikoumene, el mar entorno a los griegos, que se muestra propicio como un espacio Intercontinental, que comparten tanto Europa, Asia y África. Esto nos lleva a una fuente fundamental para comprender la conformación de este espacio para el mundo europeo, Polibio de Megalópolis, quien, en sus Historias, desarrolló una descripción de la oikoumene, el mundo griego que se traduce como el espacio vital para el desarrollo de una primera historia universal, un espacio que represente al universo, por este motivo a Polibio remitimos una primera concepción geográfica de Europa en un primer contexto de historia universal. Posteriormente, la integración territorial de este espacio respondería la incorporación de provincias europeas en el periodo del principado romano, especialmente remitiéndose a la Pax Romana que durante el periodo de Augusto fomentó la integración cultural y política en el cuerpo institucional romano, que dio espacio al territorio europeo como noción institucional.

El Capítulo V titulado “La relación entre Europa y el mundo romano”, se preocupa de profundizar esta relación en el periodo del principado romano, dividiendo el problema en dos periodos que tradicionalmente la historiografía ha estructurado como: El Alto imperio y el Bajo imperio. Durante el alto imperio el autor centra su atención en la unidad geográfica devenida de los principados de los Julio-Claudios, Flavios, Antoninos y Severos, que dieron forma al imperio y el establecimiento de los limes. La integración de los territorios, especialmente de los bárbarosgermanos fueron dando forma a la idea de Europa, donde el mundo romano surge como una entidad civilizada, tricontinental que abarca los territorios de África, Asia y Europa, unificadas en una ciudadanía universal que fue otorgada por el edicto de caracalla el 212 d.C. El segundo apartado de este capítulo trata de Europa y su vinculación con la idea de Roma eterna (principalmente bajo imperio), donde el imperio se funde en uno, donde se forja la idea de la urbs eterna. Roma finalmente se establece como el nombre de una comunidad, como una entidad global que incluyó a todos los pueblos, el imperio es la base de esta cuestión que dará forma a la idea de Europa.

Los dos últimos capítulos se han de centrar en la relación entre el mundo romano con la unión europea. Siguiendo esta línea el capítulo VI se titula “Convergencia de la civitas romana a una ciudadanía europea”. El autor presenta las dimensiones de la ciudadanía romana, su caracterización, realizando una reflexión tomando como perspectiva historiográfica la longue duree, de la ciudadanía como algo horizontal que esta abierto para todo el mundo, en ese sentido la unificación del imperio significó una cuestión angular para la formación de una nueva ciudadanía integradora, una ciudadanía para todos. El problema entonces se orienta sobre la contemporaneidad, en una reflexión que busca establecer la viabilidad de una “ciudadanía europea”. En el presente, el autor remitiéndose al pasado romano nos plantea la idea de una Europa abierta para todos, en ese sentido el tratado de Maastricht (1992) el cual fue la inauguración de la unión y conformación de la ciudadanía europea, como una ciudadanía complementaria y no sustitutiva. Algo similar a la situación del imperio romano donde existió la patria local y la romana, un claro ejemplo es la figura del retórico Elio Arístides o el filósofo Plutarco, ambos ciudadanos de sus respectivas poleis, pero también ciudadanos del imperio. De esta forma el autor establece una relación directa entre Roma y Europa ateniéndose a los puntos comunes a través de la ciudadanía.

El último capítulo es el VII, titulado “El imperio romano como modelo para la unión”, apartado donde hábilmente el autor establece una metodología comparativa que permite establecer a modo de exemplum, el modelo romano como una alternativa para el modelo ciudadano de la unión europea. El indagar en la historia de Roma implica a su vez indagar en la memoria de Europa, Roma es el depósito del pasado europeo y base de su conformación. Por ende, consultar la historia romana implica una proyección histórica de la idea de Europa en el tiempo.

Roma se posiciona como el pasado de la unión europea, como una entidad geográfica, política y cultural que en variadas ocasiones a lo largo de la historia de la humanidad regresa para recordar las raíces de la civilización y cultura occidental. Desde Latinoamérica resulta fundamental en este período de conexiones globales comprender las relaciones de nuestro continente con ese pasado lejano, sin ir más lejos nuestro idioma, la estructura de nuestras ciudades e inclusive nuestras leyes encuentran ecos en ese lejano lugar.


Resenhista

Felipe Montanares-Piña – Programa de Doctorado en Historia, Universidad de Concepción, Chile. Correo electrónico: felipemontanaresp@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7627-5682


Referências desta Resenha

MOLINA, Alejandro Bancalari. La idea de Europa en el mundo Romano: Proyecciones Actuales. Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 2015. Resenha de: MONTANARES-PIÑA, Felipe. Revista de Historia. Concepción, v.2, n.29, p.744-747, jul./dic. 2022. Acessar publicação original [DR/JF]

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