Apenas dos palabras conforman la frase más emblemática de la lucha por los derechos humanos en Argentina, frase que sintetizaba el deseo compartido de clausurar definitivamente un pasado traumático: nunca más. Ese fue el nombre elegido por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) para dar a conocer su informe acerca de las desapariciones ocurridas durante la última dictadura militar argentina. El informe Nunca más, publicado en 1984, generó un gran impacto entonces y años después. Por un lado, contribuyó a sentar las bases del acuerdo social sobre el cual se estableció la restauración democrática. Por el otro, configuró la interpretación de la memoria colectiva sobre el pasado reciente.
Sin embargo es llamativa la ausencia de estudios sobre la historia política de ese informe, considerando el amplio consenso que la memoria del Nunca más logró construir en los años de la transición hacia la democracia. En La historia política del Nunca más el sociólogo Emilio Crenzel explora los procesos que signaron la elaboración de dicho informe, así como los usos y resignificaciones de los que fue objeto con el transcurso del tiempo. En su libro analiza cómo la interpretación del pasado del Nunca Más se fue convirtiendo en la memoria hegemónica, asociada a la estrategia de legitimación del incipiente gobierno constitucional tendiente a clausurar un ciclo e inaugurar una nueva etapa democrática. Es que el informe Nunca más cristaliza la “teoría de los dos demonios”, que afirma que en Argentina existió una guerra entre dos “demonios” (la “guerrilla” y las Fuerzas Armadas) en la que la sociedad, como víctima inocente, quedó atrapada por la violencia desatada entre ellos. Desde esta perspectiva los jefes de ambas organizaciones eran los únicos responsables y culpables por lo acontecido. Esta interpretación, institucionalizada además con el juicio a la cúpula militar en 1985, ofreció una visión del pasado cercano acorde con las necesidades y expectativas del momento.
La memoria colectiva que inaugura el Nunca más sufrió mutaciones a lo largo del tiempo. Al inicio de sus presidencias, Carlos Menem (1989-1999) intentó generar una “reconciliación nacional”. Para ello indultó a los militares condenados en el Juicio a las Juntas y reunió a miembros de las Fuerzas Armadas y dirigentes de Montoneros en una “Misa de reconciliación nacional”. La “reconciliación”, impuesta arbitrariamente, apuntaba a la clausura del pasado sin ningún gesto de arrepentimiento ni perdón. Sólo olvido. A mediados de la década de 1990 las confesiones de militares que habían participado en la represión y la emergencia de nuevas generaciones –como los hijos de desaparecidos– abrieron nuevamente los debates referidos al pasado cercano. A partir del 25º aniversario del golpe militar, en 2001, los temas referidos a la dictadura cobraron nuevamente notoriedad en la opinión pública y en el campo de las ciencias sociales. Surgieron nuevas preguntas y se hizo posible el acceso a documentación oficial inédita. Pero quienes tuvieron un rol preponderante en esta temática no fueron los historiadores sino los periodistas y los sociólogos. La historia política del Nunca Más, escrita por un sociólogo, es un ejemplo de esto.
La hipótesis central del trabajo de Crenzel es que el Nunca más conformó un nuevo régimen de memoria sobre la violencia y las desapariciones en Argentina. Según lo explica el autor, la propiedad distintiva de un régimen de memoria radica en que sus proposiciones organizan el debate público, se convierten en objetos privilegiados de las luchas por dotar de sentido el pasado y moldean las interpretaciones divergentes. Oportunamente hace referencia a las limitaciones para acceder a fuentes sobre historia reciente, debido a que aún permanecen en poder de los perpetradores de los crímenes y a que no hay marcos legales para la consulta de esos documentos.
El libro se compone de tres capítulos dedicados al contexto de producción del informe. El último capítulo está orientado a analizar la circulación y recepción del informe, los significados otorgados y las modificaciones de su interpretación ocurrido desde su publicación hasta la actualidad. El primer capítulo, “Desaparición memoria y conocimiento”, ubica la desaparición de personas en el contexto de violencia legitimada en el escenario político argentino anterior al golpe militar. Introduce el tema, que suscita fuertes debates, acerca del grado de conocimiento de la sociedad sobre las atrocidades cometidas durante la dictadura. Crenzel resalta las características humanitarias del discurso sobre las desapariciones, que aparecían despojadas de su contenido político.
El segundo capítulo contextualiza la conformación de la CONADEP, la investigación y la redacción del informe. Lejos de ofrecer una mirada lineal, el autor recrea las discusiones sobre el proyecto de organización bicameral de dicha comisión, la convocatoria a los integrantes y la diversidad de posturas de los partidos políticos y demás organismos frente a la comisión. Además, discute la interpretación que considera que el Nunca más es fruto del esfuerzo del Estado y el grupo de notables de la comisión. Crenzel demuestra que se trató de un proceso más complejo. Sostiene que en el informe confluyó la voluntad de la conducción del Estado y del grueso del movimiento de derechos humanos que, a través de una alianza tácita con la CONADEP, participó e influyó en el informe.
El tercer capítulo analiza la narrativa que utilizó la CONADEP para publicar los resultados de su investigación. Allí el autor destaca las características de la narración usada. Una de ellas es la pretensión de objetividad y despolitización, lo que permitió su utilización como prueba judicial. Otra es su restricción al período de la dictadura, dejando afuera la violencia desatada en los años previos. Una tercera es la presentación de la sociedad como víctima inocente de los excesos de los “dos demonios”. Estos rasgos conforman una memoria emblemática, es decir, una lectura fundacional sobre el pasado reciente.
En el cuarto capítulo, “Usos y resignificaciones del Nunca más”, Crenzel analiza la interpretación del pasado como memoria hegemónica. El Nunca más fue utilizado en el ámbito judicial como prueba irrefutable. Además tuvo y tiene un peso notorio en el discurso público, retomado por diversos actores y medios de comunicación. También en el debate político y en producciones culturales importantes sobre el tema, como las películas La historia oficial (1985), y La noche de los lápices (1986). El autor analiza, además, la transmisión de este relato, sus múltiples significados, sus defensores y detractores y el sentido que ha recobrado para nuevas generaciones. En este sentido centra la atención, también en el modo en que es transmitido en las escuelas.
La metodología se basa en el análisis de un complejo corpus de fuentes: prensa nacional y provincial de diversos géneros, documentos oficiales (1983- 2007), archivos de la CONADEP, Memoria Abierta y la Editorial de la Universidad de Buenos Aires. Otras fuentes son las entrevistas a integrantes de la CONADEP, dirigentes políticos y de organismos de derechos humanos, intelectuales, traductores y editores locales y extranjeros. Además, realizó entrevistas como aproximación exploratoria del “mundo de los lectores”, para conocer algo sobre la circulación y recepción de la obra. Este análisis se completó con observaciones de campo de diversos actos públicos evocativos del Nunca más.
Este libro permite una clara comprensión de los problemas centrales de la historia reciente argentina a los lectores que son ajenos al ámbito académico. Mediante una narración con términos simples y precisos logra concentrar en pocas páginas un rico trabajo de investigación. Las notas, que ocupan aproximadamente 1/3 de la obra, están agrupadas en las últimas páginas. Posee un anexo de ilustraciones, como las portadas de las ediciones del Nunca más en Argentina y el exterior, los collages realizados por el artista plástico León Ferrari para la publicación del Nunca más en fascículos y las portadas de dos libros que se autodefinen como la contracara del Nunca más.
La memoria social es un campo de luchas simbólicas por los sentidos del pasado en el cual se enfrentan los intereses, valores e ideologías de diversos grupos sociales. Por ello es oportuno preguntarse por el entramado político que permite extender una interpretación del pasado hasta convertirla en memoria hegemónica y perdurable. Coincidiendo con Crenzel se puede afirmar que este libro contribuye a comprender los procesos políticos y culturales que hicieron del Nunca más el relato que estructuró la forma de evocar y pensar las desapariciones y la violencia política en Argentina. La memoria de las desapariciones es un buen punto de partida para comenzar a pensar también las mutaciones de la memoria colectiva, un campo en permanente evolución.
Resenhista
Natalia Giles – Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina.
Referências desta Resenha
CRENZEL, Emilio. La historia política del Nunca Más. La memoria de las desapariciones en la Argentina. Buenos Aires: Siglo XXI, 2008. Resenha de: GILES, Natalia. Tiempo Histórico. Santiago, n.1, p. 163-166, 2010. Acessar publicação original [DR]
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