Key Elements of Social Theory Revolutionized by Marx | Paul Zarembka
A Paul Zarembka lo conocemos desde hace ya 8 años, cuando estudiamos su artículo “La acumulación primitiva en el marxismo, ¿separación histórica o transhistórica de los medios de producción?”, publicado por primera vez en 2002. Ya en ese momento se me generaron ciertas dudas respecto de sus planteamientos, ya que simplemente se desconocía que la problemática abordada había sido tratada 30 años atrás por autores como Octavio Ianni (Esclavitud y capitalismo,1975) y Roger Bartra (Estructura agraria y clases sociales en México, 1973), y lo había sido hecho yendo más allá de la exégesis textual de obras “clásicas” como en el caso de Zarembka, sino que enraizado en la tradición del análisis de clase agrario legada al marxismo por el mismo Lenin, lo cual a su vez les había permitido desarrollar la hasta cierto punto fértil noción de “acumulación primitiva permanente”. Luego de eso, hace 2 años y medio me tocó estudiar algo de Zarembka en relación con el desarrollo del marxismo en Rusia y su rescate de la figura de Nikolai Sieber. Lo que eran dudas en 2012, en 2018 se transformaron en la seguridad de un análisis equivocado… En septiembre de 2020 Brill publicó “Key Elements of Social Theory Revolutionized”, un libro de algo menos de 250 páginas en los que se tratan los más variados temas. Consta de 11 capítulos divididos en 3 partes. La primera parte consta de un solo capítulo y defiende la tesis de que no es necesario “pasar por al escuela de Hegel” para entender al Marx de El Capital, porque de hecho éste ya en sus escritos tardíos habría abandonado toda vinculación con el primero (y hasta con la dialéctica). En la defensa de esta tesis Zarembka rescata la figura de quien para él fuera el primer marxista ruso, Nikolai Sieber, lo que le sirve para desestimar la obra del primer Plekhanov y sus preocupaciones dialécticas, de paso criticando al Lenin de Empiriocriticismo y Materialismo (1908) y realzando la figura de Luxemburg. Los capítulos 2 a 9 desarrollan las concepciones de Zarembka sobre el valor, la acumulación de capital, las crisis, las diferentes formas de “composición” de el capital y temática anejas. En este contexto nuestro autor abunda respecto de la importancia de las distintas ediciones del primer tomo de El Capital (las 4 alemanas hasta la muerte de Marx, la francesa de 1872-1875), y concluye con una defensa de la tesis sobre la acumulación de capital de Luxemburg publicadas en 1913 (las cuales fueron y son criticadas aún hoy por la mayoría de los marxistas). El libro concluye con un capítulo de Narihiko Ito que trata un escrito sobre el problema nacional de Luxemburg publicado por entregas entre 1908-1909, y una suerte de colofón del mismo Zarembka en el cual éste hace un apretado “punteo” de variadas situaciones en que el Estado ha actuado de manera conspirativa (desde Napoléon III hasta el 11 de septiembre de 2001 propio de los Estados Unidos). Luego de la sucinta descripción de los contenidos del libro, pasaremos a examinar algo más en detalle sus tesis sustantivas. Antes, eso sí, es pertinente destacar como positiva la publicación por Zarembka de: a) la traducción al inglés desde el francés de la sección del primer volumen de El Capital denominada “La ley general de acumulación” (páginas 64-84); quien escribe estas líneas llama a los lectores de esta reseña a fijar la atención en las páginas 69-70, en las cuales se distingue entre concentración y centralización, y se legitima lo que en nuestro propio libro de 2017 calificamos como críticas de Marx a la tesis de concentración/proletarización lineal; b) la publicación de una completa traducción desde el ruso al inglés del Prefacio de Danielson (Nikolai-on) a la 2da edición de la traducción rusa del primer tomo de El Capital, publicado por primera vez en 1898 (la traducción fue hecha por el compañero de armas de Zarembka, James D. White y se encuentra en las páginas 92-94). Ahora vamos a las tesis sustantivas desarrolladas por Zarembka, vamos a lo problemático. En primer lugar, en la página 20 el autor vuelve sobre las tesis que le leímos hace mas de 2 años, y cita una carta de 2012 de su amigo James D. White, según el cual Plekhanov desconocería en gran parte la obra de Hegel y la dialéctica, que habría utilizado ambos de manera profusa solo para ensalzar su propia figura de marxista ortodoxo por sobre un Nikolai Sieber al cual lamentablemente nadie en ese momento prestó demasiada atención. Esto habría dado resultado, y en los 1890s el Plekhanov “dialéctico” era la segunda autoridad marxista después de Kautsky, mientras Sieber había sido olvidado. El problema con esta tesis es que la misma es falsa. No se trata de un error de apreciación o falta de material (ya que la obra completa de Plekhanov en ruso está disponible en acceso libre en internet y sabemos que James D. White es capaz de traducir ruso), sino que es plena y derechamente falsa. Si ya en 1885 (“Nuestras diferencias”) Plekhanov utiliza la Filosofía de la Historia de Hegel, y en 1886-1887 trata con cierta extensión la relación entre Hegel y Marx en su escrito sobre Lassalle (que solo fuera publicado completo en 1934), a principios de diciembre de 1887 (Carta a Axelrod) ya ha recibido la Estética de Hegel. En 1888 Plekhanov traducirá el Ludwig Feuerbach de Engels, y comienza un sistemático estudio de la dialéctica hegeliana, lo que es mencionado por Ryazanov en diciembre de 1922 (Prefacio al v3 [1888-1892] de la obra Completa de Plekhanov, pp4) y mayo de 1923 (Prefacio al v7 de la obra completa de Plekhanov, pp7). De ahí que no sea extraño que en “A New Champion of Autocracy, Or Mr L. Tikhomirov Grief”, publicado por primera vez 1889, Plekhanov ya maneje La Ciencia de la Lógica de Hegel, para desembocar en el escrito referido por James D. White sobre Hegel que el ruso publicara en alemán en 1891, en el cual no solo cita de Hegel la Filosofía de la historia (como afirma White), sino que también la Enciclopedia, la Ciencia de la Lógica, y la Filosofía del Derecho. Por esto no es extraño que en las “Notas” que Plekhanov escribiera en relación con el Ludwig Feuerbach de Engels (publicadas por primera vez en 1892 y republicadas con adiciones en 1905) se desarrolle una amplia discusión referente a la relación entre Hegel y Kant, con un Plekhanov que demuestra un importante manejo y conocimiento de ambos y de la filosofía alemana en general. Esto, por lo demás, no era extraño, ya que la cultura filosófica de la intelectualidad rusa era muy versada en Hegel ya desde los 1840s: Belinsky, Herzen, Cernychevsky y Bakunin, todos ellos fueron hegelianos (y no solo de palabra). Esto, que puede saber cualquier marxista que estudie los escritos de Plekhanov sobre Cernychevsky publicados en el SocialDemokrat entre 1888 y 1892 (y en los cuales éste expresa que la reacción antihegeliana que comienza en Rusia en los 1860s es regresiva y “materialista vulgar”), explica también el amplio desarrollo que Plekhanov le da al marxismo en tanto materialismo dialéctico ya en los 1890s. Destacamos en este respecto “Essays on the History of Materialism” (publicado en alemán 1896 pero escrito en 1892-1893), un escrito fundamental para cualquiera que quiera estudiar con seriedad la especificidad del proyecto teórico de Marx (en el que Plekhanov hace amplio uso de la Ciencia de la Lógica, la Enciclopedia, la Filosofía de la Historia y la Estética de Hegel) y “La concepción monista de la historia” (publicada en ruso en 1895 y en la cual nuestro autor menciona a Hegel más de 240 veces). En segundo lugar, en las páginas 17-18 Zarembka sugiere la tesis de que la carta de Marx a Zasulich de 1881 -la cual según el primero sustanciaría la idea de que el Moro tendría una visión populista de la economía rusa (y casi del capitalismo en general) – habría sido censurada por un ortodoxo y antipopulista Plekhanov para no ser conocida sino en 1924. Nuevamente estamos en el caso de un error que linda con la falsificación (sobre todo teniendo en cuenta que el compañero de armas de Zarembka, James D. White, es versado en ruso). Por una parte, ya quien publicara la carta por primera vez, Boris Nicoalevsky (Antología de cartas de Axelrod de 1881-1896, publicada en 1924), subraya que la carta era muy conocida en el ámbito ruso, tanto que la misma es citada en el obituario hecho a Marx en el momento de su muerte en 1883, publicado por la tendencia populista (Narodnaya Volya [People’s Will]). Por otra parte, los editores de la antología de cartas de Axelrod de 1880-1892 publicada en 2006 (Из архива П. Б. Аксельрода. Вып. 1: 1880—1892 гг. — М., 2006), tienen un artículo específico en que critican la idea de que la carta fuera “censurada” o “escondida” por Plekhanov (И. «Утаенное» письмо К. Маркса. 1881 г.. Предисловие [The “hidden letter” of K. Marx. Foreword]), demostrando que el Plekhanov de ese momento no habría tenido problema alguno con la misma porque aún estaba en un momento de transición desde el populismo hacia el marxismo (todavía se organizaba en Black Redistribution [Chorny Peredjel], el Grupo por la Emancipación del Trabajo solo nacería en 1883, el mismo Plekhanov publica una nueva traducción de El Manifiesto Comunista al ruso en 1882 en que desarrolla tesis no tan distintas a las de la carta de Marx de 1881), y que la tesis de un “Plekhanov ortodoxo y censurador de la alternativa populista” es una falsificación hecha por Valentinov en 1957, la cual fue refutada por el mismo Nicolaevsky ese mismo año (mientras un intento de revivir las tesis de Valentinov en 1990 por parte de Kunitsyn fue ampliamente refutado). Tan conocido era el “Marx populista” (sic) en la Rusia de los 1880s-1890s, que Plekhanov menciona en julio de 1894 que la carta de Marx de 1877 a Mikhailovsky (donde desarrolla ya las tesis de 1881 de su carta a Zasulich) había generalizado un tipo de marxista ruso que solo estaba de acuerdo con el Marx de esta carta (Prefacio al opúsculo “F. Engels sobre Rusia”). Por lo demás, es posible caracterizar la carta de 1881 de Marx de una forma no plenamente populista, en un contexto que traza el desarrollo de las concepciones de Marx y Engels respecto de Rusia haciéndolas converger con los desarrollos de Plekhanov sobre la materia, que es lo hemos hecho nosotros (Clase o pueblo?: una crítica científica desde el marxismo, 2017, pp 285-357). En tercer lugar, y muy relacionado con lo anterior, el Prefacio de Danielson a la 2da edición de al traducción rusa del primer volumen de El Capital de 1898, citado completo en una nota al pie por Zarembka en las páginas 92-94 de su libro bajo la traducción de James D. White, muestra un Nikolaion bastante cercano a rechazar su tesis populistas previas que negaban el desarrollo del capitalismo en Rusia (párrafos 7 y 8); de hecho, Plekhanov ya en 1895 discute con unos narodniki que retroceden en toda la línea (según ellos existe desarrollo del capitalismo, pero este no produce una clase obrera combativa -cuando en 1896 los tejedores de San Petersburgo desarrollarán algo bastante cercano a una huelga general, huelga de participación obrera mas masiva de la historia hasta ese momento en toda Europa!-). Cuarto, veamos algunas cuestiones planteadas respecto a la relación entre Sieber y Marx. A lo largo de todo su libro Zarembka defiende lo importante que es la edición francesa de El Capital (1872-1875), por las modificaciones que Marx habría hecho en su opera prima, las cuales no habrían sido incorporadas plenamente por Engels en las ediciones de 1883 (3ra) y 1890 (4ta) de El Capital I en el idioma alemán original (y que además habrían devenido canónicas debido a la gran autoridad que Engels tenía en el movimiento socialista de la época). Sin embargo, Zarembka releva la recensión de Marx de la obra de Sieber de 1871 que el Moro publica en el Afterword de enero de 1873 a la segunda edición alemana del primer tomo de El Capital. Esto es, Marx estaría “satisfecho” con la interpretación que Sieber hiciera a la primera edición alemana de su obra aún en enero de 1873, aquella edición tan desestimada por Zarembka debido a su hegelianismo. Por otra parte, la pequeña referencia que Marx hace a Sieber en el mencionado Afterword, es muy improbable haya sido escrita después de un estudio detenido del trabajo de Sieber de 1871, porque éste le escribe a Danielson que estaría encantado de recibir el texto de Sieber solo el 12 de diciembre de 1872 (carta), y aún el 18 de enero de 1873 le comenta al mismo Nikolai-on que recién ha recibido este libro junto con 5 volúmenes de Screbitsky y un libro de Golovachev (el Afterword a la 2da edición de El Capital está fechado el 24 de enero de 1873). En lo que hace al contenido de la referencia de Marx a Sieber, hay que tener cuenta que la misma no legitima la interpretación de Sieber de manera enfática, sino solo expone que para éste la obra de el Moro utiliza el método deductivo propio de los economistas clásicos (Smith, Ricardo), en tanto extracta una cita de más de una página del Messenger de San Petersburgo de 1872 escrita por otro autor para exponer su método como el “materialista dialéctico” (también debe relevarse el encuadramiento epistemológico-teórico a través de la pareja inducción-deducción, criticado y discutido por Engels en Dialéctica de al Naturaleza, MECW v25, pp506-509). Por último, Zarembka presenta la línea de Marx que hace referencia a Sieber en sus Notas sobre un libro de Adolfo Wagner (1881), para sustanciar la idea de que Marx habría leído y aprobado un texto de este autor sobre él y Ricardo de 1874 (pp128- 130). El problema es que nuevamente estamos ante algo más que dudoso, ya que la pp534 del v34 de la MECW donde se consigna la cita de Marx a Sieber en el contexto de sus notas sobre Wagner, adosa una nota editorial a pie de pagina según la cual Marx estaría haciendo referencia al libro de Sieber de 1871 y no al libro de 1874. En quinto lugar, Zarembka afirma en la nota al pie n6 consignada en la página 96 de su libro, que Plekhanov “nunca mostró gran interés en la economía política abstracta”. En este caso estamos en presencia de un nuevo error de Zarembka, que bajo la mejor interpretación puede deberse a la “ignorancia supina” (quien desconoce teniendo todas las herramientas para conocer a su alcance), y bajo la peor, a la falsificación. Esto porque es Plekhanov quien primero desarrolla la economía política marxista en vena crítica a su primera interpretación reformista bajo manos de los primeros kadetes, que apoyaban sus tesis en un Rodbertus ya fallecido. En efecto, y como hemos mencionado en nuestro trabajo de Mphil sobre el desarrollo del marxismo fuera de Marx y Engels entre 1865 y 1896, los trabajos A New Direction in Political Economy (Новое направление в области политической экономии, nov 1881) y The economic theory of Karl Rodbertus – Yagetsov (Экономическая теория Карла Родбертуса – Ягецова, 1881-1883), son prueba fehaciente, tanto del amplio tratamiento que Plekhanov le dio a la economía política abstracta (el primer trabajo suma 37 pp en Word arial narrow tamaño 13 sin espacios, el segundo alcanza 105pp bajo el mismo formato) en el momento en que transitaba desde el populismo hacia el marxismo, como de su lucidez económico-teórica (Engels solo comenzaría sus críticas sistemáticas a Rodbertus en 1884). Sexto, en las páginas 86-89 Zarembka afirma que Lenin (como heredero del Plekhanov de los 1880s1890s) nunca trató de manera correcta y extensa la comuna rusa (obschina, mir), mientras Luxemburg sí fue más sensible a la misma y su especificidad. Respecto de esto, hay que notar algunas cuestiones. En el caso de Plekhanov, este trata el problema de la comuna desde sus primeros momentos y conoce al dedillo los escritos teóricos y estadísticos de su tiempo; su opción marxista en relación con la comuna (obschina) es porque supera su propio populismo vigente desde 1878 a 1882 (fundador de Selmya Volya – Tierra y libertad/voluntad), el cual precisamente se basaba en fetichizar la comuna. Para citar solo algunos ejemplos tenemos que Plekhanov trata sistemáticamente un escrito de Kovalevsky en su “Land community and its probable future” (En-Feb 1880) [Поземельная община и ее вероятное будущее], el mismo Kovalevsky que se supone hizo a Marx adoptar tesis populistas sobre la comuna. El trabajo de Kovalevsky es On the Disintegration of Communal Landholding in the Canton of Vaadt, London, 1876 [О распадении общинного землевладения в кантоне Ваадт]. En este mismo texto Plekhanov trata a Orlov y sus estadísticas agrarias sobre la cuestión. Plekhanov, por lo demás, era muy riguroso y trata el problema agrario y su vinculación de manera no menor en Nuestras diferencias (1885), donde se basa en gran parte en Orlov:
“He was particularly impressed by Orlov’s work, Communal Property in Moscow Uezd. He later reported that it “strongly shook my narodnik convictions”; see “Russkij rabocij v revolijucionnom dvizenii,” Soc’inenija, III, 197 (Plekhanov on Russian Capitalism and the Peasant Commune, 1883-1885, Baron, 1953). En relación con Lenin, éste trata la comuna y su relación con el desarrollo del capitalismo en el agro desde sus más primeros tiempos (New economic developments in peasant life, 1893), y vuelve a tratar esta cuestión en sus escritos hasta el mismo 1915 (su libro sobre el desarrollo del capitalismo de 1897- 1899 dedica la mitad de sus páginas a tratar el problema agrario y largas páginas a analizar las estadísticas de los zemstvos en al menos 10 regiones rusas; incluso tiene una subsección de 8 páginas denominada “XI. Continuation.—The Village Community.—Marx’s View on Small-Scale Agriculture.—Engels’s Opinion of the Contemporary Agricultural Crisis” (pp323-331), y el concepto “village community” aparece en casi 100 ocasiones en este libro). A esto se suman infinitos escritos agrarios que tratan el problema, todos los cuales se expresan en más de un programa agrario científicamente elaborado y adoptado por el POSDR. Zarembka, por su parte defiende las tesis populistas de una comuna impermeable al capitalismo (tesis que atribuye a Luxemburg), citando “The Peasant in Nineteenth-Century Russia”, del cual toma en especial el artículo: “The peasant and the village commune” (de Francis M. Watters). Lo problemático con esto es que, si bien Zarembka dice que es un estudio reciente, el mismo fue publicado en 1968 en base a conferencias dadas en Stanford en 1966. En un review escrito en septiembre de 1994 (25 años atrás) sobre el próximo texto que Zarembka utilizará para tratar esta problemática, se consigna que el libro más reciente en inglés sobre la cuestión es el siguiente: “…political and economic aspects of peasant life. (These are dealt with in an even more recent collection of essays: Esther Kingston-Mann and Timothy Mixter, eds., Peasant Economy, Culture, and Politics of European Russia, 1800-1921 [Princeton, N.J., 1991]” (The World of the Russian Peasant: Post-Emancipation Culture andSociety by Ben Eklof and Stephen Frank; Peasant Russia: Family and Community in thePost-Emancipation Period by Christine D. Worobec (Reviews by David Christian, The Journal of Modern History, Vol. 66, No. 3, Sep., 1994), pp. 664-667) A esto se suma quese trata de un artículo de 15 páginas de un estudiante que resume su tesis doctoral, el cual no consigna bibliografía explícita, solo notas al pie al final, las que a su vez no citan un solo autor marxista que haya tratado el “campesinado” entre 1880 y 1920 (sea Riazanov, Plekhanov, Trotsky, Lenin o Pokrovsky), ni tampoco autores con los cuales los marxistas de la época discutieran (Miliukov, Struve, Chicherin, Maslow, Klyuchevski, etc). El libro entero del cual éste capítulo es solo una parte, solo contiene una referencia a Plekhanov (a su artículo “Our populist fiction writers” [Наши беллетристы-народники]), ninguna a Riazanov, Pokrovsky, y sí a autores con los cuales discutieron los marxistas en este tiempo (Chicherin, Klyuchevsky). El segundo texto que Zarembka utiliza para sustanciar sus tesis populista en relación con el mir y el agro ruso (Mironov, Boris, 1990, “The Russian Peasant Commune after the Reforms of the 1860″, in B. Eklof and S, Frank, eds., “The World of the Russian Peasant: Post-Emancipation Culture and Society”. Boston, Massachusetts: Unwin Hyman, pp. 7-43), es muy lejano al análisis de clase marxista: “Remarkably, the Eklof and Frank volume is the first collection of this kind to appear since the publication of the collection edited by Wayne S. Vucinich (The Peasant in Nineteenth Century Russia [Stanford, Calif., 1968]). The essays concentrate on aspects of culture, material life, and “mentalities,” rather than on the political and economic aspects of peasant life”
(…) “The underlying message of both these fine volumes is similar: if twentieth-century historians are to treat nineteenth-century peasants more sensitively than did Russian bureaucrats, then we must take them on their own terms, and we must understand their world, a world that was autonomous, resilient, and different: “a completely separate world, in the very foundations of its civic order profoundly distinct from all other social groups in the Russian population” (cited in Boris Mironov’s essay in the Eklof and Frank volume, p. 25). (The World of the Russian Peasant: Post-Emancipation Culture andSociety by Ben Eklof and Stephen Frank; Peasant Russia: Family and Community in thePost-Emancipation Period by Christine D. Worobec (Reviews by David Christian, The Journal of Modern History, Vol. 66, No. 3, Sep., 1994), pp. 664-667) En séptimo puesto, en la página 39 Zarembka sostiene que la noción de “tiempo de trabajo socialmente necesario” solo emerge en El Capital I y no antes (sobre todo no a fines de los 1850s y no en el texto de Marx “Contribución a una crítica de la economía política”). Sin embargo, nos parece extraño que esta noción no aparezca en la Contribución del Marx de 1859, porque Lassalle la utilizó en lugares cruciales en el Bastiat-Schulze de 1864 y dice tomarla de la Contribución: “Allgemeine gesellschaftliche arbeitszeit hat aber ihr selbstandiges dasein als – geld. Die allgemeine gesellschaftliche Arbeitszeit hat aber ihr selbständiges Dasein als — Geld. Geld ist vergegenständlichte gesellschaftliche Arbeitszeit, gereinigt von jeder individuellen Bestimmtheit der besonderen Arbeit (als Arbeit in Stecknadeln, Holz, Linnen etc.). Nur durch ,,den Sallo mortale der Ware in Gold” betätigt sich tue Ware daher als das, was sie sein soll, als Dasein gesellschaftlicher Arbeitszeit. Sie sehen, Herr Schulze, daß Sie sich diese Erkenntnisse zum Teil aus eindringendem Lesen der englischen Ökonomen, zum Teil durch originales Fortdenken hätten erzeugen können. Inzwischen originales, schöpferisches Fortdenken kann von niemand gefordert werden. Aber das, Herr Schulze, kann doch von jedem, der in einer Materie schreibt und ,, lehrt”, mit strengem Fug gefordert werden, daß er wenigstens alles Große und Bedeutende kennt, was in dieser Materie bereits geleistet worden ist. Und sehen Sie, Herr Schulze, was ich Ihnen hier zuletzt entwickelt habe, über das Geld, wie über die gesellschaftliche Bedeutung der Arbeitszeit als Maßeiñeit des Wertes, — das ist alles seiner geistigen Giiindlage nach vollständig entnommen imd nur der gedrängte Gedankenextrakt aus einer äußerst bedeuteuden und meisterhaften Schrift, aus welcher auch die soeben in Anführung gesetzten Worte herrühren; aus einer Schrift, die schon 1859, also fünf Jahre vor Ihrem Katechismus erschienen ist, und die Sie also schlechterdings hätten kennen müssen! Aus einer Schrift, die Sie um so mehr hätten kennen müssen, als sie im Verlag Ihres Freundes Duncker erschienen ist, aus der vortreffliehen und epochemacheiKlen Schrift von Karl Marx nämlich: „Zur Kritik der politischen Ökonomie”* * Berlin, 1859, Verlag von Franz Duncker. — Leider ist von diesem ausgezeichneten Werke vorläufig nur das ,,die Ware” und „das Geld” behandelnde erste Heft erschienen. (pp218-220, Herr Bastial-Schulze von Delitzsch, 1864, Gesammelte Reden und Schriften herausgegeben und eingeleitet von Eduard Bernstein, Fünfter Band: Lassalles Ökonomisches Hauptwerk, Verlegt bei Paul Cassirer, Berlin 1919) [Damos la traducción al inglés: “However, general social labour time has its independent existence as – money. The general social labour time, however, has its independent existence as – money. Money is objectified social working time, cleansed of every individual determination of the particular work (as work in pins, wood, linen, etc.). It is only through “the sallo mortale of the commodity in gold” that commodities become active as what they ought to be, as the existence of social labor time. You can see, Herr Schulze, that you could have generated these insights partly from penetrating reading by English economists, partly from original thinking. In the meantime, original, creative thinking cannot be demanded of anyone. But Mr Schulze, anyone who writes and “teaches” in a subject can strictly be required to know at least everything great and important that has already been achieved in this subject. And see, Herr Schulze, what I recently developed for you here, about money, as well as about the social significance of working time as a unit of value, – all of this is completely taken from its intellectual foundations and only the condensed extract of thoughts from an extremely important one and masterful writing, from which the words just quoted come from; from a work that appeared in 1859, five years before your catechism, and which you should have known absolutely! From a work that you should have known all the more since it was published by your friend Duncker’s publishing house, from the excellent and epoch-making work by Karl Marx: “On the Critique of Political Economy” * * Berlin, 1859, published by Franz Duncker. – Unfortunately, only the first booklet dealing with “The Goods” and “The Money” has been published for the time being. (pp218-220, Herr Bastial-Schulze von Delitzsch, 1864, Gesammelte Speechen und Schriften edited and introduced by Eduard Bernstein, Volume Five: Lassalles Ökonomisches Hauptwerk, published by Paul Cassirer, Berlin 1919)] Un octavo elemento relevante es que según Zarembka el desarrollo de Marx del concepto de “capital” es solo afirmado enfáticamente en un sentido relacional en El Capital, cuando cualquier marxista más o menos formado no deja de verse sorprendido por lo enfático que es Marx en su relacionismo clasista para comprender el concepto capital ya en Trabajo Asalariado y Capital (NRZ, 1849). Noveno, Paul Zarembka pone mucho énfasis en la distinción entre “trabajo” y “fuerza de trabajo” y critica mucho al Engels tardío por deformar a Marx, omitiendo que el Prefacio de Engels al tomo II de El Capital de 1885, es la primera defensa sistemática de la teoría del valor marxista que enfatiza de modo principal la distinción entre “trabajo” y “fuerza de trabajo”. En décimo puesto, en la página 96 el autor hace referencia a un libro de Flerovsky de 1869 cuyo título es “La condición de la clase obrera en Rusia” (“Положение рабочего класса в России”) y para sustanciar sus tesis populista falsea el título escribiéndolo de la siguiente forma: “Condition of the Working [Peasant] Class in Russia”. Solo en la página 126 somos informados que Flerovsky utiliza el concepto “obrero” en el título, pero Zarembka corrige al propio autor escribiendo: “utiliza “obrero” donde nosotros diríamos “campesino”. Todo esto no es sino una falsificación (mal)intencionada de veta populista, que como tal siempre ha sido incapaz de distinguir explotados y explotadores en el seno del agro de cualquier formación social y quiere adosar a Flerovsky su propia incomprensión. Clase obrera en ruso se escribe “рабочего класса”, “campesino” se escribe “крестьянин”. El libro de Flerovsky puede encontrarse : http://az.lib.ru/, http://az.lib.ru/b/berwiflerowskij_w_w/text_1869_polozhenie_rab_klassa_oldorfo.shtml Un onceavo elemento a relevar es que en la pagina 192 Zarembka afirma que el trabajo asalariado improductivo no es un fenómeno sustancial sino hasta el siglo XX. Esto es un error muy grave en el caso de un marxista que busca ser tenido como experto en El Capital I, ya que: “On p. 393 of Capital, Marx quotes figures of the composition of the English population. In 1861 there was a total of 20 million people in England and Wales. Of these, 1,605,440 persons were employed in the main branches of factory industry.* Furthermore, there were 1,208,648 members of the servant class, and in a footnote to the second edition Marx refers to the very rapid growth of this class. Now just imagine that there were “Marxists” in England who divided 1,600,000 by 20,000,000 to judge the “unifying significance of capitalism”!! The result would be 8%—less than one-twelfth!!! How can one speak of the “mission” of capitalism when it has not united even onetwelfth of the population, and when, moreover, there is a more rapid increase in the “domestic slave” class—representing a dead loss of “national labour,” which shows that “we,” the English, are following the “wrong path”! Is it not clear that “we” must “seek different,” noncapitalist “paths of development for our fatherland”?!” (What the “friends of the people” are and how they fight the social-democrats, Lenin, enmay 1894, LCW v1, pp318, Progress publishers, Moscow, 1960) Como vemos, Lenin, ya en 1894 era capaz de notar la relevancia del trabajo realizado por “sirvientes”, muchos de los cuales eran asalariados improductivos (su salario era solventado por patrones que lo gastaban como “renta” y no lo reinvertían en el proceso productivo para continuar la acumulación). En doceavo lugar, Zarembka afirma en la página 138 que el debate sobre la ley de la tendencia descendente de la tasa media de ganancia solo comienza en 1900 en función de un libro publicado por el ruso Tugan-Baranovsky, todo esto, después de la publicación del tomo tres de El Capital por parte de Engels en 1894. Sin embargo, con ello se omite que el marxismo ruso de la escuela plekhanoviana (tan destinado por el populista Zarembka) ya discutía esta cuestión en 1893, como puede verse en “On the so-called “market question” (Lenin, oct 1893,1937). Cuestión que nosotros mencionamos hace 2 años en nuestro Mphil. Si Tugan-Baranovsky discute esta cuestión en 1900, es porque ya se discutía en el seno del marxismo ruso desde hace años). Por otra parte, es Engels quien rescata esta discusión en su Prefacio al vIII de El Capital: “His is the honour of independently finding the correct explanation developed by Marx in the third part of the third volume for the hitherto inexplicable sinking tendency of the rate of profit, and, similarly, of explaining the derivation of commercial profit out of industrial surplus value, and of making a great number of observations concerning interest and ground rent, in which he anticipates ideas developed by Marx in the fourth and fifth parts of the third volume” (Die Durchschnittsprofitrate auf Grundlage des Marx’sehen Wertgesetzes, Conrad Schmidt,1889) [The average rate of profit on the basis of Marx’s law of value, Conrad Schmidt, 1889) (Preface by Engels to Capital III, 1894, MECW v37, pp15) El autor de la obra, Conrad Schmidt, a la que hace referencia Engels, fue parte de la tendencia Jungen del SPD que se desarrolló entre 1887 y 1894, tendencia opuesta al reformismo de Kautsky y que fue políticamente destruida por éste en alianza con Bebel y Liebknecht (Engels presta un circunstancial apoyo a Kautsy et al, criticando al elemento teórico más débil de la tendencia, Paul Ernst). Una treceava cuestión digna de notar es cómo Zarembka acepta la idea de que existe una transferencia de valor entre países pertenecientes a la OCDE y países no pertenecientes a la OCDE (nota al pie 18 en la pagina 151, en la cual nuestro autor cita a “Cope, Z. (2012), Divided world divided class; Global political economy and the stratification of labour under capitalism”, Montreal: Kersplebedeb). Si seguimos a este Zarembka tendríamos que entender que Chile (país miembro de la OCDE desde mayo 2010) es parte de un bloque imperialista que transfiere valor desde países más pobres no pertenecientes a la OCDE! Por catorceava parte, es importante criticar como sumamente anacrónica la afirmación de Zarembka en la página 229 según el cual la Francia bajo Napoleón III (1851-1870) habría sido una sujeta a una dictadura fascista o proto-fascista. En quinceavo puesto, en lo que hace a las tesis de Zarembka sobre la composición materializada del capital (C/v+s) (que distingue de la composición en valor, la composición orgánica y la composición técnica), concepto que dice tomar de Anwar Shaik y que desarrolla ampliamente para enfrentar la cuestión de la tendencia descendente de la tasa media de ganancia, la teoría de las crisis y problemas anexos, queremos expresar lo siguiente. Por una parte, se hecha en falta la referencia sistemática a autores como Michael Roberts (mencionado solo en una nota al pie y no en la bibliografía), Guglielmo Carchedi (mencionado en la bibliografía, pero en el texto solo en la nota al pie n4 respecto a la dialéctica y no a la cuestión de las crisis y la TDTMG), Andrew Kliman (solo mencionado en la bibliografía en relación con un corto artículo del 2000) y Alan Freeman (no mencionado). Por otra parte, emerge como problemático un encuadre poco teórico de la problemática, lo cual lleva soslayar las dimensiones políticas de cada teoría alternativa de las crisis. En los 1970s, un marxista como Paul Mattick fue capaz de bosquejar mejor las cuestiones político-teóricas insertas en este debate, y hasta incluso un sociólogo burgués como Erik Olin Wright fue capaz de sintetizar con mayor lucidez la cuestión en su “Crisis, Clases y Estado” de 1978. Debe decirse, por lo demás, que no es arbitrario que Zarembka intente defender su noción luxemburguista de acumulación en función del Kautsky subconsumista de 1901-1902, ya que ya en 2012 en “Marxist political economy without Hegel? Contrasting Marx and Luxemburg to Plekhanov and Lenin”, nuestro autor defendía el análisis de Kalecki (un keynesiano marxistizante). Si bien en septiembre de 2020 se distancia algo de Kalecki (aunque no completamente), Zarembka prefiere legitimar sus nociones subconsumistas en la poskeynesiana Joan Robinson, desestimando al Lenin crítico de Sismondi de 1897, el cual fue defendido por John Weeks (quien no soprendentemente es uno de los primeros en desarrolla una crítica sistemática y marxista al luxemburguismo de fines del boom de la postguerra, el dependentismo de Rui Mauri Marini – “International Exchange and the Causes of Backwardness”, John Weeks, 1979). Finalmente, las nociones de Zarembka sobre valor, acumulación y crisis no pueden sino verse debilitadas en tanto éste no trata en ninguna parte del capítulo X de El AntiDuhring, escrito por Marx (y el Anti-Duhring entero, con el cual Marx explícitamente concordó siempre en sus cartas) Como décimo sexto aspecto a enfatizar, cabe mencionar el trabajo de Ito sobre el nacionalismo en Rosa Luxemburg. A través de Ito, Zarembka reivindica, por una parte, un enmarcamiento del problema nacional que es científico-políticamente errado:
“If we scientists give up on considering nationalism by calling it an “Aporia’, how can we contribute to create a world with peace and justice?” (pp197) Tal enmarcamiento hubiera enfurecido a Marx y Engels, cuestión que Zarembka sabría si no solo citara “The great Men of Exile”, sino hubiera estudiado y concordara con este escrito de mayo-junio de 1852 de los fundadores del comunismo científico (escrito que por lo demás fuera censurado por Bernstein y solo publicado en 1930). O, por caso, si le diera la debida importancia a las Glosas Marginales sobre el Programa de Gotha de Marx (1875,1891), a la carta de Marx a Sorge del 19 de octubre de 1877, del Moro a Wilhelm Bracke del 23 de octubre de 1877, de Engels a Bernstein del 26 de junio de 1877 o a la Circular programática de Marx y Engels a los líderes del SPD del 17-18 septiembre de 1879 (carta que fue censurada por éstos y solo publicada en 1924). En lo que hace al escrito analizado por Ito, los pasajes reproducidos por Zarembka del texto de Luxemburg “La autonomía nacional y la autonomía”, no ponen buena luz sobre la polaca. Se nos muestra a una Luxemburg etapista y hasta con dimensiones frentepopulistas; en este sentido, este escrito de Luxemburg no pareciera ser realmente rescatable. Por último, cabe mencionar que Zarembka consigna en la pagina 106-107 una nota al pie de denuncia al Lenin de “How to organise competition? (dic 1917, LCW, v26, 404-416), explicitando por tanto una postura política contraria al control obrero y sus dimensiones transicionales. Si Lenin y los obreros rusos de ese momento hubieran seguido los consejos de Zarembka, el proceso revolucionario se hubiera detenido y no hubiera devenido permanente como sucedió durante los próximos años. Esta denuncia del Lenin de diciembre de 1917 y del control obrero (que fuera rescatado por Chile Hoy n8, 14-21 aug 1972 en el Chile de UP), pareciera no estar desligada de una posición política a todas luces cuestionable del mismo Zarembka, el cual en 2014 firmó una carta a los líderes del Partido Demócrata reivindicando un salario mínimo de 10.10 dólares la hora, cuando las fracciones de “izquierda” -en realidad burocracias regresivas que actúan en el seno de un partido burgués- ya demandaban 15 dólares la hora como salario mínimo a nivel nacional (https://www.epi.org/minimum-wage-statement/). Por todo lo anterior, es importante que quienes se están formandos en el marxismo, no sigan los consejos de Zarembka, y estudien los trabajos del Plekhanov 1883-1895, así como también los del Lenin de los 1890s; trabajos muy distintos a los de Rosa Luxemburg entre 1893 y 1895, los cuales no son reivindicables desde una perspectiva de clase.
Resenhista
Manuel Salgado Muñoz – Autor de “Clase o pueblo?: Una crítica científica desde el marxismo (2017). E-mail: alta.composicion.organica@gmail.com
Referências desta Resenha
ZAREMBKA, Paul. Key Elements of Social Theory Revolutionized by Marx. Brill Editors, 2020. Series: Studies in Critical Social Sciences. Volume: 168. Resenha de: MUÑOZ, Manuel Salgado. Revista Izquierdas, 50, 2021. Acessar publicação original [DR/JF]