Fray Antonio Montesinos y su tempo | Silke Jansen, Irene M. Weiss
La memoria y contexto sociotemporal de fray Antonio de Montesinos, queda plasmado en este compilado multidisciplinar que sale a la luz el año 2017. Se trata de un largo trabajo de edición realizado por las coordinadoras que tardó cerca de cinco años, en el contexto del coloquio realizado durante el 2012, durante el quinto centenario de un acontecimiento que cambiaría, o intentaría hacerlo; el comportamiento de los españoles con los nativos. Estos hechos fueron los sermones de Adviento, los días 21 y 28 de diciembre de 1511, los cuales hace a modo de protesta por los maltratos que vio eran realizados en contra de los nativos americanos; fue el motivo por el cual Montesinos pasó a la historia. Esto hubiese pasado al olvido si no fuese por la transcripción que Bartolomé de las Casas hizo de los sermones ya mencionados.
El libro se divide en cuatro secciones; once artículos de variadas temáticas que van en torno de Montesino y su tiempo, pero debo recalcar que está lejos de ser una biografía. Se nota que intentan incluir todos los temas que pueden hacer entender a Montesino y su contexto temporal, pese a que algunos temas se repitan.
El primer tema tratado es el choque ocurrido entre el pueblo taíno y los encomenderos. Así, Lynne Guitar presenta los cambios que le ocurrieron a los nativos, donde prácticamente todos los aspectos de la vida le fueron repentinamente extirpados, tales como el comercio, alimentación y política, así como su cosmovisión y su manera de hacer representaciones artísticas. Los cambios fueron bastante fuertes para el taíno, ya que debieron vestir a la usanza española, así como la alimentación, que se basaba más en animales terrestres que marinos, que estaban acostumbrados en la isla. Se presenta a un pueblo avanzado, no con la idea europocéntrica que presentaba a los pueblos conquistados como unos bárbaros, para justificar las atrocidades realizadas. Muestra también que los censos realizados por los españoles fueron errados, decían que la población existente era de unas 200.000 personas, mientras que los estudios arqueológicos realizados recientemente datan la población entre 4 a 6 millones, una diferencia bastante significativa, pero la llegada de los europeos hizo un fuerte descenso demográfico debido a las enfermedades traídas y otros hechos que provocó prácticamente la extinción del taíno.
Luego, Silke Jansen nos introduce al aspecto comunicativo que rodea a la encomienda, dando lugar al gran choque que debieron enfrentar tanto español como taíno. El rol de la encomienda fue fundamental para que este fenómeno lingüístico fuese cada vez más fácil para ambos, ya que el contacto permanente hacía que el aprendizaje y asimilación cultural se diera a manera de adquisiciones lingüísticas que aún persisten y produjeron que la lengua taína no quede en el olvido.
La segunda parte se centra más en Montesino, resaltando la defensa que intenta hacer de los indígenas en su sermón, ocupando la mayor parte del presente libro. Karl Kohut, se pregunta si Pedro Mártir de Anglería es el precursor de Montesino, puesto que Mártir ya en 1501 denunciaba los actos de violencia perpetrados por los españoles en contra de los nativos en sus décadas, dejando de manifiesto que se le informa de la barbarie a Cristóbal Colón, pero le importaba más su “empresa” colonizadora que la protección de quienes vivían en La Española.
Bernat Hernández investiga el sermón realizado por Montesino, pero realizando unos pequeños cambios, ya que lo contextualiza temporalmente en el medievo y, geográficamente, en el atlántico, realizando un relato inicial totalmente diacrónico que presenta una porción de la historia ibérica y los conflictos que se vivieron en el viejo continente, mucho antes de la llegada a América. Tal es el caso de los hechos ocurridos durante la invasión musulmana o el conflicto en la conquista de las Canarias, donde también los religiosos, tales como Mendo de Viedma, pudo ser un precedente para realizar el acto de denuncia de Montesino.
El tercer artículo, de Raymundo González, se ocupa del silencio y la novedad dominicana en La Española. En primer lugar, se centra en el resguardo que los españoles tenían en torno a la encomienda, ya que el trabajo indigena traído desde el imperio a América por el gobernador Nicolás de Ovando en 1502 era un excelente negocio, desde el punto de vista del encomendero, por utilizar mano de obra “gratuita” que solo debía enseñar el evangelio. Mientras que, lo novedoso del trabajo de la orden de predicadores es la educación que recibían sus miembros, con autores como Francisco de Vitoria entre su bibliografía, sobreponiendo la protección de los nativos frente al tema económico.
Luego, Ramón Valdivia Giménez nos comenta sobre el sermón de Montesino, que produce como consecuencia casi inmediata las Leyes de Burgos. Esto no es solo por la protección espiritual como corporal de los indígenas y españoles, sino que la protección de la Corona también estaba en juego, debido a lo que más tarde fue llamado como la “duda indiana”, donde surge el cuestionamiento sobre la legitimidad de la presencia europea en América, donde se puso por encima el tema mercantil por sobre el evangelizador, que era el objetivo de la encomienda. Sin embargo, las Leyes de Burgos solo sirvieron a modo de regulación de la encomienda. De hecho, el autor nos indica que eran más bien Ordenanzas y debió pasar mucho tiempo para que esta práctica dejara de existir, lo que sucede en 1718.
Ludolf Pelizaeus nos presenta el impacto de los sermones de Montesino en el sistema jurídico de principios del siglo XVI, el cual es el último capítulo de la segunda parte, pese a la interrogante frente a la veracidad de la transcripción realizada por Las Casas del sermón de Montesino, lo cual difícilmente algún día se vislumbre, pero el autor pone énfasis en dos palabras claves: derecho y justicia. Un paralelo que podemos encontrar más cercano a nosotros es el caso de Guamán Poma de Ayala, quien presenta una visión crítica del sistema jurídico español, pero admiración frente al incaico, pese a las dificultades de ejercer este poder frente a la población, desde el periodo precolombino hasta la colonia.
En la tercera sección del libro nos presenta el legado que dejó Montesino y el pueblo taíno. Este último aspecto es el que nos presenta Jesús María Serna Moreno, mediante la aportación indígena en el Caribe insular. Mediante el proceso de asimilación cultural entre el pueblo taíno y el hispano hubo, con o sin querer, sincretismo, mayormente absorbido por los ibéricos, ejemplificando esto por intermedio del legado de técnicas agrícolas, utilización de términos lingüísticos de tradición taína y actos culturales legados por este mismo pueblo, además de la espiritualidad. Adicionalmente, el autor agrega sobre la actualidad del sermón de Montesino, ya que realiza la comparación entre lo sucedido con el fraile y lo que hoy se vive en México, ya que los indígenas y los más desfavorecidos aún siguen siendo abusados. La editora del libro Irene Weiss realiza una investigación en torno a la película “También la lluvia”, de Icíar Bollaín. En ella se presenta el estallido realizado por los indígenas de La Española luego de la llegada de Colón, quien valida la explotación por parte de los encomenderos y hace presente el sermón de Montesinos en ese pedido de clemencia por los indígenas. Aquí se hace el paralelo entre esto y la situación con la que se encontraron en Bolivia, específicamente en Cochabamba, al momento de realizar esta producción, donde los indígenas también realizan un estalido debido a los derechos del agua que son transferidos a privados.
La última sección es sobre las voces de los dominicos. Un ejemplo de ello es el capítulo sobre Montesinos, que es el portavoz de una comunidad defensora de la vida, de Luisa Campos Villalón, resaltando figuras como Pedro de Córdoba y Montesinos y dejando de manifiesto que son otras las órdenes que participaron activamente en las labores de exterminio y abuso contra los indígenas. Pese a ser un pueblo no avanzado tenían una vida bastante armónica, enfatizando que pese a ser una cultura gobernada divididamente se protegían entre sí, los caciques incluso llegaron a ser torturados para que diesen información y no lo hicieron.
Por último, el aporte que realiza Mario Rodríguez León nos muestra a Montesinos y los frailes dominicos y su actuación en el Caribe, quien hace un pequeño recuento de las carreras de quienes fueron los primeros religiosos en llegar al nuevo continente, con la labor de convertir a los indígenas al cristianismo. Lo que se encontraron fue abuso y sufrimiento, ya que estaba instaurado el repartimiento y, posteriormente, la encomienda, que fueron utilizados para normalizar el trabajo indígena y los abusos cometidos por los españoles.
El libro termina siendo un buen recuento de la obra de Montesinos, como también pone énfasis en el contexto histórico que vivió el fraile. Al juntar a varios autores puede que más de un tema se repita, pero no resulta incómodo. Me parece que la última sección está de más, perfectamente podría haber sido inserta en otra de las partes del libro. Además, al ser la opinión de personas que pertenecen a una órden, tienden a ser condescendientes con la misma, sin ver que otros también ayudaron a disminuir el sufrimiento de los nativos.
Resenhista
Rita Poblete Caro – Centro de Estudios Históricos. Universidad Bernardo O’Higgins, Chile.
Referências desta Resenha
JANSEN, Silke; WEISS, Irene M. (Eds.). Fray Antonio Montesinos y su tempo. Madrid/Frankfurt: Iberoamericana; Vervuert, 2017. Resenha de: CARO, Rita Poblete. Autoctonía. Revista de Ciencias Sociales e Historia, v.6, n.2, p. 927-931, jul./dic. 2022. Acessar publicação original [DR/JF]