Eslabones del mundo andino es una obra dedicada a demostrar los intensos intercambios que, en el siglo XVII, se presentaban al interior y entre territorios andinos del Nuevo Reino de Granada y la Audiencia de Quito, áreas que, comparadas con Nueva España o Perú, parecían no importar a la Corona española. Para tal fin, Yoer Castaño se vale del estudio de las actividades relacionadas con la producción, distribución y consumo de ganado y sus derivados. Se trata de una investigación innovadora en cuanto a sus temáticas, escalas, fuentes, explicaciones y, sobre todo, por su ruptura con supuestos historiográficos tradicionalmente aceptados. Sus aportes han sido reconocidos con anterioridad a la publicación de este libro y desde su defensa en 2015 de su tesis de doctorado en Historia en El Colegio de México. La misma institución le otorgó el premio Adrián Lajous Martínez a la mejor tesis y, en 2016, la Fundación Alejandro Ángel Escobar le concedió Mención de Honor en la categoría de Ciencias Sociales y Humanas. Por las discusiones historiográficas que puede motivar esta publicación, cabe resaltar algunas de sus contribuciones puntuales.
Primero, superando el énfasis que tradicionalmente los colonialistas han hecho en la minería y, en ocasiones, la agricultura, Castaño resalta el papel vertebral de la ganadería en la economía neogranadina, su temprana expansión por los altiplanos y valles interandinos y sus vínculos (con frecuencia no dependientes) con otras actividades económicas. En el lapso 1580-1730, aunque la conexión y flujos entre las áreas productoras y consumidoras fue dinámica, según condiciones como los auges mineros, la fluctuación de la población, las sequías y las plagas de langosta, son claros los puntos principales de origen y destino. Como áreas productoras y abastecedoras de Quito y el Nuevo Reino de Granada se destacaron el valle geográfico del río Cauca (jurisdicciones de Cali, Buga, Caloto, Cartago y Roldanillo) y el alto Magdalena (jurisdicciones de Neiva, Timaná y La Plata). Como principales ejes articuladores del intercambio y el consumo figuraron, primero, los mercados permanentes en las dos ciudades capitales, Quito y Santafé; segundo, las áreas captadoras-redistribuidoras que eran centros de acopio para abastecer a otras zonas o lugares intermedios en el tránsito pecuario, como fueron Cartago, Cali, Popayán, Pasto e Ibarra; tercero, los mercados fluctuantes, con frecuencia zonas mineras que, mientras estaban en auge, atraían comerciantes de reses y productos pecuarios.
Un segundo aporte del autor, relacionado con el anterior, es el conjunto de argumentos contra una tradición historiográfica1 que ha dibujado un territorio desconectado, aislado y en donde, desde tiempos prehispánicos y hasta la actualidad, se configuraron zonas autárquicas y archipiélagos económicos. Aunque, lamentablemente desde la defensa de la tesis doctoral hasta la publicación del libro, Castaño no actualizó la bibliografía (ninguna referencia es posterior a 2014), su obra se inserta en una tendencia reciente que ha venido cuestionando este supuesto de la fragmentación2 . Definidos los ejes articuladores del intercambio, mencionados arriba, el autor profundiza de manera innovadora en el papel de los intermediarios entre la producción y el consumo, a los cuales, como agentes operadores, dedica el capítulo 3. En este grupo no solo se encontraban los comerciantes especializados en el oficio, sino que se contempla la participación informal, espontánea y hasta clandestina de personas con poder y vínculos para mover a su favor, como diezmeros, corregidores, jueces de comisión y visita, miembros de cabildos, curas, jerarquía eclesiástica y comunidades religiosas (en especial, los jesuitas). El autor reconstruye la forma en la cual llevaban a cabo sus operaciones comerciales, destacando la costumbre de pagar por adelantado la mitad del valor del hato; las multas o descuentos por cambios en los tiempos y cantidades de entrega; las cartas de poder y de obligación como mecanismos de crédito; las asociaciones para compartir pérdidas y ganancias; el pago de ganado con oro y plata fundida y acuñada, el oro en polvo o el trueque por tejidos o esclavos nativos.
Más importante aún para la demostración de la integración del territorio, es la reconstrucción que hace en el capítulo 4 de las distancias, los caminos y los obstáculos que ofrecían. Aunque no se niega la existencia de condiciones que podrían parecer adversas para el intercambio relacionadas con la topografía, el clima, la falta de infraestructura, las prohibiciones oficiales, las cargas fiscales o el paso por territorios de indios insumisos, el autor ejemplifica las estrategias empleadas para superar las limitaciones y llevar ganados desde puntos tan distantes entre sí como Neiva y Santa Fe o Neiva y Quito. Por ejemplo, evidencia la existencia de una red de caminos, no solo reales, sino de senderos alternativos y clandestinos, a lo largo de los cuales se encontraban áreas de pastos para la recuperación de los ganados por días o semanas. Sobre todo, enfatiza en las estrategias evasivas de las prohibiciones santafereñas que favorecieron el intenso flujo de ganados de Neiva, La Plata y Timaná hacia Quito, un mercado que era más atractivo por precios, condiciones de pago, distancia, estado de los caminos, menor tiempo de recorrido y, por ende, costos reducidos. Demuestra así la existencia de intercambios entre audiencias, provincias y reinos, tradicionalmente desestimados por la historiografía.
Una tercera contribución del autor es el cuestionamiento al supuesto de crisis generalizada en los territorios de la monarquía hispánica durante el siglo XVII. En parte, esta visión se ha construido por falta de profundización en actividades diferentes a la minería, el enfoque en centros específicos o, por el contrario, la falta de estudios regionales que, en contraste, resultan claves para Castaño. Por ejemplo, en Eslabones del mundo andino vemos como, si bien en el lapso 1630-1680 hay un declive en la explotación aurífera neogranadina, especialmente en Antioquia, la producción pecuaria del valle del río Cauca no menguó, sino que se valió del trueque y la extensión a otros mercados en Quito, donde la población estaba aumentando y circulaban tejidos y plata peruana. Como anota el autor en sus conclusiones3 , insistir en un panorama de crisis generalizada invisibiliza los mecanismos de comercio clandestino, el aumento de población urbana, la expansión de la frontera minera, la diversificación de la producción agropecuaria y de sus áreas productivas.
En cuarto lugar, aunque de nuevo se evidencia la falla en la actualización bibliográfica y el autor afirme, erróneamente4 , que no hay trabajos sobre las alteraciones medioambientales generadas por la ganadería5 , es destacable que se sume a los esfuerzos en esta línea y amplíe el panorama de la Historia Económica incorporando en sus explicaciones factores biofísicos. Así, considera algunas condiciones permanentes, principalmente edafológicas y climatológicas, de las áreas productoras del valle del Cauca, el alto Magdalena y el altiplano cundiboyacense (relacionadas con los desbordamientos periódicos de los ríos que dejaban nutrientes a su paso, la presencia de salares, los pastos nativos y plantas forrajeras…) y otras condiciones coyunturales como las alteraciones meteorológicas, las plagas y las enfermedades humanas y del ganado. A lo largo del libro, es clara la relación entre las crisis en la producción ganadera (y, por ende, el abasto de los centros urbanos y mineros) con las sequías que agotaban los pastos y provocaban el bajo peso y muerte de las reses, acompañadas o seguidas por nubes de langostas que arrasaban las gramíneas que quedaban en pie, o las enfermedades que diezmaban el ganado y la mano de obra. Con las fuentes que maneja, puede marcar puntos críticos en 1619, 1622-1623, 1630-1631, 1656-1657 y la década de 1690. Estos datos arrojan luces para la historia climática de estas regiones, aún en construcción y a la espera de investigadores.
El quinto aporte para destacar se relaciona con el consumo de carne por parte de las capas más bajas de la sociedad, también minimizado por la historiografía6 . Como explica el autor, una de las razones por las cuales los cabildos tenían entre sus funciones regular el precio de la carne, vigilar pesos y medidas, supervisar el aseo de carnicerías y mataderos y facilitar el acceso a ejidos de los ganados para el abasto de las ciudades era precisamente la generalización del consumo de carne, aunque los mejores cortes y los animales más escasos estuvieran destinados a los más privilegiados. Para el caso de Quito, muestra que bovinos y porcinos estaban en las mesas de los más pudientes, mientras la abundancia de caprinos y ovinos abarataba su carne y la ponía a disposición de todos. En cambio, en el caso de Santa Fe, por su abundancia, el consumo de porcinos y vacunos era generalizado, con excepción de los terneros, los mejores cortes de res y los carneros, accesibles para las autoridades y los más acaudalados. Pese a esta diferenciación, incluso negros, indios y mestizos pobres tenían acceso a la carne por las raciones repartidas en las minas (que podían ser hasta de media arroba semanal) o aquellas que se incluían como pago parcial de un trabajo bien retribuido en mataderos y carnicerías oficiales. El consumo no solo estuvo mediado por la oficialidad, sino por la participación que estos sectores tenían en el comercio clandestino de carne y ganados.
La sexta contribución de Castaño es el abordaje innovador de las que llama industrias de transformación de materias primas pecuarias7. Si bien se trataba más de producciones artesanales que de industrias, es de interés la reconstrucción que hace de diferentes aspectos ligados a la elaboración de jabón, velas y cueros. Por ejemplo, explica que la producción de jabón, que no podía acaparar la metrópoli por su rápido deterioro, se constituyó en un elemento de amplia oferta porque solía ser una producción doméstica (aunque con mayor excedente en las regiones de tierra caliente y alto Magdalena), con materias primas accesibles: sebo vacuno y ceniza de árbol de guásimo. En cuanto a las velas, fuente básica de iluminación de múltiples espacios, resalta la conservación de la materia prima (el sebo, de nuevo) en alforjas de cuero, las condiciones de fabricación y comercio oficial y clandestino, además de los constantes problemas que representaba la alteración en su peso, composición y material de los pabilos. Respecto al curtido y la talabartería, muestra su relación no solo con la ganadería, sino con la producción de cal, cortezas y casca para taninos, además de la ubicación y el funcionamiento de las curtiembres, el papel de los jesuitas en el cubrimiento de la mayor parte de la oferta, entre otros aspectos. Más que una tarea concluida, llama la atención sobre los vacíos de conocimiento sobre estos temas y las vetas de investigación que pueden abrirse.
Por último, como base de todo lo anterior, es destacable la labor del autor en la reconstrucción de información que pareciera inexistente demostrando que, si se innova en las preguntas y la búsqueda, es posible hacer nuevos aportes. Ante la carencia de fondos específicos sobre ganadería, Castaño debió reconstruir la información a partir de protocolos notariales, libros de cuentas de carnicería, registros de sisas y alcabalas, actas de cabildo, juicios civiles y criminales, entre otros materiales. A partir de la información recopilada, ofrece datos sobre precios de ganado en pie, carne y velas de sebo; número de cabezas en algunos hatos o propiedades; salarios y raciones de los trabajadores de los rastros; envíos de ganado a zonas auríferas y centros de consumo importantes como Santa Fe, Popayán y Quito. Esta información, con frecuencia sintetizada por el autor en mapas, gráficas y tablas, puede ser de utilidad para futuras investigaciones. Buena lectura a todos los interesados en nuevas perspectivas como esta.
Notas
1 Yoer Javier Castaño Pareja, Eslabones del mundo andino. Comercio, mercados y circuitos pecuarios en el Nuevo Reino de Granada y la Audiencia de Quito 1580-1715 (Medellín: Editorial EAFIT, 2019), 207.
2 Nelson González Martínez, Ricardo Uribe y Diana Bonnett Vélez, eds., Comunicación, objetos y mercancías en el Nuevo Reino de Granada (Bogotá: Universidad de los Andes, 2017); Katherinne Mora Pacheco, «Monotonía, aislamiento y atraso agrícola. Descripciones de viajeros del siglo XIX e historia agraria de la sabana de Bogotá (Colombia)», HiSTOReLo. Revista de historia regional y local 7, n.o 14 (2015): 180- 213, http://dx.doi.org/10.15446/historelo.v7n14.48625; Oscar Granados y José Joaquín Pinto, «Más allá de Pamplona (Nueva Granada): circuitos cacaoteros del suroccidente durante la transición, 1790-1821», Revista de Historia Económica – Journal of Iberian and Latin American Economic History 37, n.o 3 (diciembre de 2019): 539-66, https://doi.org/10.1017/S0212610918000204; Nathalie Moreno Rivera, «Circulación de efectos de Castilla en el Virreinato de la Nueva Granada a finales del siglo XVIII», Fronteras de la Historia 18, n.o 1 (2013): 211-49; Marta Herrera Ángel, El conquistador conquistado. Awás, cuayquer y sindaguas en el Pacífico colombiano, siglos XVI-XVIII (Bogotá: Universidad de los Andes, 2016).
3 Castaño Pareja, Eslabones del mundo andino, 385.
4 Aunque la producción sobre el tema es aún escasa, existe y ha venido aumentando en los últimos años por parte de un creciente grupo de historiadores ambientales. Ver por ejemplo: Fabio Yepes, «Ganadería y transformación de ecosistemas: un análisis ambiental de la política de apropiación territorial», en Naturaleza en disputa. Ensayos de historia ambiental de Colombia 1850-1995, ed. Germán Palacio Castañeda (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia – Instituto Colombiano de Antropología e Historia, 2001), 119-72; Alberto Flórez Malagón, ed., El poder de la carne. Historias de ganadería en la primera mitad del siglo XX en Colombia (Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2008); Shawn Van Ausdal, «Pasture, profit, and power: An environmental history of cattle ranching in Colombia, 1850–1950», Geoforum 40, n.o 5 (2009): 707-19, https://doi.org/10.1016/j.geoforum.2008.09.012; Katherinne Mora Pacheco, Prácticas agropecuarias coloniales y degradación del suelo en el valle de Saquencipá, provincia de Tunja, siglos XVI y XVII (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2015); Aceneth Perafán Cabrera, Peña Salamanca y Óscar Buitrago Bermúdez, Humedales vallecaucanos. Escenario Enrique natural de cambios históricos de ocupación y transformación (Cali: Universidad del Valle, 2018); Katherinne Mora Pacheco, Entre sequías, heladas e inundaciones. Clima y sociedad en la sabana de Bogotá, 1690-1870 (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2019).
5 Castaño Pareja, Eslabones del mundo andino, 42.
6 A diferencia de la visión de fragmentación, en este caso el autor no entra en discusión con estudios previos. Sin embargo, sus evidencias contradicen obras que circunscriben el consumo de carne a los más privilegiados. Ver por ejemplo: Maurice Philip Brungardt, «Tithe production and patterns of economic change in Central Colombia, 1764-1833» (PhD Thesis, Austin, University of Texas, 1974); Marta Herrera Ángel, Poder local, población y ordenamiento territorial en la Nueva Granada -Siglo XVIII- (Bogotá: Archivo General de la Nación, 1996); Eugenio Gutiérrez Cely, Historia de Bogotá. Vol. 2: siglo XIX (Bogotá: Villegas Editores, 2007); Robert Ojeda, «Abastecimiento de Santa Fe antes de la independencia. A propósito de la tienda de Llorente», n.o 8 (2008): 147-75.
7 Castaño Pareja, Eslabones del mundo andino, 134-44.
Resenhista
Katherinne Giselle Mora Pacheco – Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia(UPTC), sede central Tunja, Colombia. Licenciada en Ciencias Sociales. Universidad Pedagógica Nacional, magister en Medio Ambiente y Desarrollo y Doctora en Historia, Universidad Nacional de Colombia. E-mail: Katherinne.mora@uptc.edu.co https://orcid.org/0000-0001-8483-3728
Referências desta Resenha
CASTAÑO PAREJA, Yoer Javier. Eslabones del mundo andino. Comercio, mercados y circuitos pecuarios en el Nuevo Reino de Granada y la Audiencia de Quito 1580-1715. Medellín: Editorial EAFIT, 2019. Resenha de: PACHECO, Katherinne Giselle Mora. Historia y Espacio. Cali, v. 16, n. 55, p. 143-148, jul./dic. 2020. Acessar publicação original [DR]
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