Enseñanza y usos públicos de la historia en México y Chile | Sebastián Plá, Omar Turra-Díaz

El volumen que coordinan Sebastián Plá y Omar Turra-Díaz atrae a las voces de expertos en didáctica de las Ciencias Sociales de ambos países americanos -México y Chile- para mostrar el panorama de la enseñanza de la Historia en las escuelas, así como los usos públicos de la misma en Latinoamérica.

Trabaja líneas de investigación más actuales y coloca a los estudios en didáctica de la Historia latinoamericanos en la vanguardia. Además, supone un paso adelante en la investigación educativa y da fe del interés que los autores mexicanos y chilenos han venido desarrollando por estos temas en los últimos años, lo cual se hace evidente en el acusado aumento de la producción de tesis doctorales y artículos y en la creación de nuevas publicaciones especializadas.

Está estructurado en torno a tres grandes dimensiones sobre la enseñanza y orientación de la Historia en América Latina: las políticas y prescripciones curriculares, la incorporación de temas actuales en el aula de historia y los usos públicos de la historia con función educativa emergente.

El proyecto surgió de una colaboración de dos grupos de investigación que se remonta a 2014 y que fue auspiciada por los dos editores del tomo. El objetivo era establecer un diálogo entre investigadores de ambos países y realizar diversas actividades investigadoras y de divulgación tanto presenciales como telemáticas. Finalmente, y como consecuencia de las relaciones establecidas en los distintos encuentros y actividades, se decidió editar esta recopilación de trabajos de investigación.

Los quince capítulos del libro abordan temas diversos y lo hacen desde distintas perspectivas. Encontramos trabajos realizados con variadas metodologías adaptadas a objetivos distintos en cada caso.

El primer capítulo, escrito por Sebastián Plá analiza el currículo de la asignatura de Historia en México desde los años 70 del siglo XX hasta la actualidad y lo hace poniendo el foco en el discurso histórico y concluyendo que, pese a que el paradigma ha cambiado desde 2017, los contenidos siguen alejados de las problemáticas sociales contemporáneas.

El segundo capítulo, que firma Omar Turra-Díaz analiza cómo se ha desarrollado la materia de Historia en Chile, en qué medida se ha renovado y sus cambios en función de la situación política del país.

El tercer capítulo es fruto de una colaboración entre Dalia Argüello y Casandra Guardado, que abordan el independiente desarrollo de la enseñanza de historia y las políticas de educación intercultural en México, lo cual produce una permanencia dela misma narración histórica y perpetuación de una enseñanza de la desigualdad debida a que se extrae de los contenidos las interculturalidad de la Historia del país.

El capítulo cuatro, de Andrea Minte, aborda el patrimonio cultural inmaterial mapuche de Chile y cómo se ha divulgado o enseñado de manera parcial o interesada, poniendo el foco en elementos bélicos y sobre los guerreros y dejando a un lado otros elementos o logros igualmente o más importantes como son la medicina, la artesanía o la gastronomía, entre otros.

En el quinto capítulo, que firma Rosalía Meníndez, se analizan los libros de texto de Historia en México entre el siglo XIX y principios del XX. Este trabajo muestra que los cambios son lentos y escasos en cuanto a los contenidos.

Luis Ajagan Lester escribe el capítulo seis, que aborda la negación del mestizaje en la enseñanza de la Historia en Chile. Según sus conclusiones, la historia de este país ha sido siempre abordada poniendo de relieve las raíces españolas y dejando a un lado las indígenas; si bien a partir de 2005, algunos textos pedagógicos empezaron a incluir elementos y protagonistas diferentes, cabe destacar la importancia que el tradicional enfoque que se le ha dado a la enseñanza de la Historia en este país ha tenido en la autopercepción de sus habitantes.

El séptimo capítulo, de Mario Valdés-Vera, es un ensayo que critica la formación del profesorado de Historia en México, que presenta muchas debilidades y que se encuentra obsoleta, especialmente en cuanto a la integración de los conocimientos historiográficos y la disciplina pedagógica.

El capítulo ocho, de Gina Inostroza escribe sobre la incorporación de la perspectiva de género en la enseñanza de la Historia en Chile; para ello, analiza diversos materiales didácticos. Sus conclusiones abundan en que la enseñanza de la Historia se centre sobre todo en la política y la economía, ignorando, en gran medida, cómo era la vida de las personas en el pasado, lo cual, dados los roles de género que tenían lugar en etapas anteriores, deja el papel de la mujer en la historia en un segundo plano.

En el capítulo nueve, Ariana Martínez y Michelle Otero se centran en analizar la percepción de los jóvenes estudiantes del movimiento social de México en 1968 y la matanza de estudiantes por parte del ejército. Los educandos buscan el significado de los hechos a través de la historiografía, la memoria y los museos.

Patricio Guzmán ofrece en el décimo capítulo una valoración de la asignatura de Historia por parte de los educandos de dos liceos de Chile. De este estudio destaca la percepción por parte del estudiantado de que la materia ayuda a la comprensión del presente y a desarrollar una conciencia crítica y social.

El capítulo once, que escribió Mayra Rodríguez consiste en una evaluación de los conocimientos históricos del alumnado a través de un instrumento que evalúa los procesos cognitivos más allá de los conceptos que recuerden por haberlos memorizado para una prueba escrita.

El duodécimo capítulo es obra de Lucero San Vicente y en él analiza el trabajo de un grupo de jóvenes estudiantes mexicanos que llevaron a cabo un proyecto que se valía de argumentos históricos para manifestarse en contra de la construcción de una carretera. Esta obra amenazaba áreas naturales protegidas y las tradiciones del municipio de Tepoztlán.

El capítulo trece, realizado por Marco Antonio León, revisa la manera de presentar a ciertos personajes históricos durante el gobierno de la Unidad Popular y la dictadura militar en Chile. Concluye que el discurso histórico de las escuelas se utilizó para poner en valor el modelo de estado y denostar a los opositores. La Historia se instrumentalizó mediante discursos sesgados o parciales que se hicieron llegar a la población a través de medios de comunicación.

El decimocuarto capítulo, que firma Xavier Rodríguez versa sobre el potencial de los estudios culturales para la enseñanza de la Historia, concretamente se centra en el empleo de la música como herramienta en el aula.

Por último, Evelyn Zagal analiza en el décimo quinto capítulo el papel de los medios de comunicación en la conformación y asentamiento de los estereotipos sociales y su potencial como herramienta para el estudio de la Historia. Asume que los medios son importantes para el conocimiento histórico y se centra en el tratamiento que estos le dan a la violencia de género durante el siglo XX en Chile.

Enseñanza y usos públicos de la Historia en México y Chile constituye una obra que, si bien es diversa y ambiciosa en tanto que abarca gran variedad de temáticas, permite acercarse a la situación de la enseñanza de la Historia en estos países desde diversas perspectivas.

Se trata de una obra necesaria, pues se atreve a tratar temas que, por su componente político o ideológico -que todavía divide a algunos sectores de la sociedad- puedan resultar polémicos. El tema más paradigmático en este sentido es la reflexión y el análisis del uso de la materia de Historia en función de los intereses de la clase política del momento en el que se enseña, tanto en cuanto a contenidos, como también en perspectivas; un ejemplo de la historia reciente es el de la dictadura militar chilena (1973-1990).

Otros temas necesitados de revisión y estudio sobre el aprendizaje de la Historia que se tratan son la perspectiva de género o el origen multicultural de la población latinoamericana, temas ambos necesitados de un análisis crítico como el que se produce en esta obra. Acabar con las desigualdades y la discriminación es responsabilidad de todos; la educación es uno de los instrumentos más importantes para este objetivo y la enseñanza de la Historia debe ser un agente consciente de su papel en el cambio de paradigma de la sociedad.

Finalmente, destacamos también la búsqueda en las voces del alumnado las respuestas a algunas preguntas sobre temas tan controvertidos como los sucesos de ocurridos en México en 1968.

Esta obra abre camino a muchos otros trabajos de investigación sobre estos y otros temas actuales que requieren del estudio de unos investigadores, como los que firman este trabajo, ávidos de dar respuestas a las múltiples cuestiones en torno al papel de la enseñanza de la Historia de Latinoamérica en la sociedad.


Resenhista

Ismael Piazuelo Rodríguez – Universidad de Zaragoza. E-mail: ismaelpiazuelo@unizar.es ORCID: 0000-0002-0017-9261


Referências desta Resenha

PLÁ, Sebastián; TURRA-DÍAZ, Omar (Coords.). Enseñanza y usos públicos de la historia en México y Chile. México: Instituto de Investigación sobre la Universidad y la Educación; Universidad Autónoma de México, 2022. Resenha de: RODRÍGUEZ, Ismael Piazuelo. Clío – History and History Teaching. Zaragoza, n. 48, p. 470-474, 2022. Acessar publicação original [DR/JF]

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