En el año de 1996 Ánderson da Silva Almeida ingresó en régimen de internado al Cuerpo de Fusileros Navales de Brasil, donde posteriormente pasaría a componer el cuadro de músicos en la misma institución como intérprete de Bombardino.
Paralelo a su carrera como marinero y músico, Ánderson da Silva Almeida hizo su graduación en Historia con la Universidad Católica de Salvador, Bahía; y posteriormente adelantó su especialización, maestría y doctorado en Historia en la Universidad Federal Fluminense UFF donde se destacó en el año 2012, con el premio Memorias Reveladas del Archivo Nacional por su disertación de maestría que daría origen al libro “Todo o leme a bombordo: marinheiros e ditadura civil – militar no Brasil: da rebelião de 1964 à anistia” [1] .
En el año 2010, Anderson da Silva dejaría la marina luego de conseguir una beca de estudios para cursar el doctorado en la UFF, y el presente libro reseñado es fruto de ese proceso. “…como se fosse um deles: Almirante Aragão. Memórias, silêncios e ressentimentos em tempos de ditadura e democracia”, magnífica biografía histórica donde el autor deja bien claras las motivaciones generadas en la intersección de sus carreras como marinero y como historiador.
El tema central de la investigación, que dio origen al presente libro, se centra en la vida de uno de los personajes caídos en el anonimato histórico por cuenta de la turbulenta dinámica política y social experimentadas en Brasil en la segunda mitad del siglo XX, específicamente los acontecimientos que llevaron al Golpe civil militar del año 1964 que derrocó el gobierno democráticamente constituido de João Goulart, consolidándose así una dictadura que se extendería hasta el año 1985.
En el libro, el autor contextualiza al lector (sea éste nacional o extranjero, sociólogo o historiador) no solamente en la coyuntura particular de la vida del comandante del Cuerpo de Fusileros Navales en aquellos días del golpe, sino también el contexto territorial, histórico, social y político de Brasil e, incluso de la región de América Latina, durante gran parte del siglo XX.
La historia del almirante Cándido da Costa Aragão es la historia de un hombre protagonista de una época marcada por las desoladoras sequías en el sertón nordestino y posteriores migraciones de sus habitantes para las ciudades importantes del país como São Paulo y Rio de Janeiro: así mismo como testigo de las consecuencias de la Guerra Fría en el escenario político y social de América Latina, el estigma y la persecución de todo aquello que fuera relacionado con el cada vez más indeterminado peligro comunista; también experimentó el racismo y las desigualdades dentro de la estructura jerárquica de instituciones tradicionales de la nación brasileña.
Aragão llegó a la marina e a Río de Janeiro en la década de 1920 dentro de esas circunstancias: nordestino de Paraíba, pobre, negro, probablemente descendiente de africanos esclavizados, había salido del sertón huyendo del hambre junto a su familia. Ingresa bastante joven a las filas de la marina como soldado raso en la posición más baja de la jerarquía institucional, y con perseverancia, disciplina y décadas de servicio alcanzó a ser nombrado Comandante del Cuerpo de Fusileros Navales de Brasil, en 1963, durante el gobierno del presidente João Goulart. Es la única vez en la historia de esa institución que un soldado hace carrera pasando por todos los niveles desde el más bajo hasta el más superior, desde aprendiz hasta Almirante, comandante de todo el cuerpo de fusileros navales.
Llevaría para siempre las marcas de su origen tanto en su piel como en su memoria. En el camino hasta comandante, Aragão hizo amigos y enemigos dentro de una coyuntura cada vez más influenciada por la Guerra Fría y, por el involucramiento cada vez más grande de los militares en la dimensión política nacional e internacional.
Según Almeida:
La simpatía de Aragão por algunos políticos ubicados a babor durante la década de 1950 lo colocaba, también, en el discurso de sus adversarios, como un peligroso comunista, de ahí el apodo de “almirante rojo” divulgado por sus opositores. (ALMEIDA, 2017, p. 105)
De esa manera, su nombre fue tornándose incómodo entre el círculo de altos oficiales de la marina y fueron varias las veces en que intentaron removerlo de su cargo bajo acusaciones de insubordinación, mal comportamiento, incapacidad moral y otras difamaciones como mujeriego, no religioso y enviciado por los juegos de azar.
Con la crisis de los misiles en Cuba, en el año de 1961, las posturas políticas a nivel regional, nacional e internacional se fueron tornando cada vez más radicalizadas y así mismo la consciencia de Aragão se fue manifestando cada vez con más claridad. La prueba de oro aconteció en Marzo de 1964 cuando éste se negó a cumplir la orden de reprimir una revuelta de marineros que tuvo lugar en el Sindicato de los Metalúrgicos de Guanabara, en Río de Janeiro, luego de la detención arbitraria de algunos miembros de la Asociación de Marineros y Fusileros Navales, un agrupación que buscaba el mejoramiento en las condiciones de vida de los marineros.
En lugar de reprimir a los revoltosos tal como le fue ordenado, Aragão decidió escucharlos. Y la confianza del presidente Goulart en Aragão era tan grande, que terminó asumiendo personalmente las negociaciones con la Asociación de Marineros y Fusileros Navales, decretando la liberación de los miembros de ésta que habían sido presos.
Por aquel gesto, Aragão fue levantado en hombros por los marineros huelguistas en señal de triunfo, con lo cual despertó un sentimiento de indignación y escándalo entre la aristocracia naval. El acto de Aragão y del presidente Goulart fue considerado intolerable para aquellos sectores de la sociedad y de las instituciones estatales que se tornaron entusiastas del golpe militar del día 01 de Abril de 1964.
Pocos saben que en ese momento Aragão y el cuerpo de fusileros navales fieles a éste y al presidente “Jango” estaban listos para tomar las armas y resistir a muerte el golpe para proteger la nación, tal como está estipulado dentro de los juramentos que los marineros y militares asumen. Pero la máquina del autoritarismo no tendría marcha atrás. El mundo entero estaba sumergido en una guerra transcontinental contra el comunismo soviético y Brasil pagó el precio. Aragão pasó a ser uno más de los exiliados junto a muchos otros militares, políticos, periodistas, sindicalistas y líderes estudiantiles procurados por la máquina de represión militar.
En ese momento comenzaría un largo exilio para Aragão que se prolongó por 14 años, tiempo en el cual pasó por diferentes países, experimentando en cada uno de ellos acontecimientos marcantes de trascendencia política en el Uruguay, en Chile durante la muerte de Salvador Allende, la caída del Peronismo en Argentina, la revolución de los claveles en Portugal, la lucha de Vietnam del norte en guerra contra los Estados Unidos, Argelia y sus esfuerzos de sacudirse del dominio colonial francés, y pasando también por Suiza, Francia y Venezuela.
En esos lugares que Cândido da Costa Aragão visitó durante su exilio, conoció diversas experiencias de organización y lucha socialista, al mismo tiempo que sufría la persecución orquestada por la máquina represiva de la dictadura militar en Brasil contra los exiliados y que iba dejando muertos en el camino por él recorrido.
En ese proceso estuvo buscando aliados adonde llegaba, trabajando de la mano con los partidos socialistas y comunistas en los países que recorrió, lidiando con espías e infiltrados dentro de los grupos de exiliados, planeando la lucha armada en el Brasil en el marco de una revolución socialista a escala global, diseñando planes para una eventual reforma agraria en el Brasil, así como la nacionalización de las riquezas y de los bancos, abogando desde el exterior por una amnistía general para los presos políticos en su país, aprendiendo sobre la guerra de guerrillas y sobre subversión en Vietnam del norte y Argelia, y adelantando gestiones para intentar unir a todos los militares de izquierda de América latina en un mismo bloque bélico para luchar contra el imperialismo norteamericano.
Sin embargo, ninguno de esos planes se haría realidad. Aragão era requerido por las autoridades en cada estación que hacía durante su exilio, y los espías y la vigilancia permanentes provocaron la discontinuidad de sus acciones y las condiciones históricas no fueron dadas para alcanzar esos propósitos.
Aragão regresaría al Brasil en el año 1979 sin glorias ni recepciones, sin ser esperado ni siquiera por la izquierda política brasileña, y además de ello siendo preso casi al instante de haber pisado nuevamente territorio nacional, a pesar de la amnistía que acababa de ser concedida a los presos políticos y exiliados. Aragão no gozaría de libertad plena hasta el año 1981, y estaría lidiando en los últimos años de su vida con la frustración de la lucha armada que no fue posible hacer, y con la orden presidencial que nunca llegó para tomar las armas y resistir el golpe hasta las últimas consecuencias. Aragão moriría invisibilizado totalmente en 1998, olvidado por la marina, sin los honores protocolarios. Su cuadro fue removido del álbum histórico donde figuran todos los comandantes del Cuerpo de Fusileros Navales de Brasil, y el rol que ejerció durante los días previos y posteriores al golpe de 1964 sigue siendo silenciado por la institucionalidad.
La presente obra es una muestra de las luchas por las memorias del pasado que están inmersas en las disputas por el poder del presente. También está rompiendo el preconcepto que tiende a calificar a los militares como incapaces de conciencia histórica y revelando que dentro de las instituciones armadas también tuvo lugar una lucha interna de soldados, marineros y oficiales sumidos en el anonimato y que permanecieron fieles al presidente João Goulart en la coyuntura del golpe militar de 1964 en Brasil.
El almirante Cândido da Costa Aragão tiene su lugar en la historia al margen de los lugares de la memoria oficial, en los no-lugares de los perseguidos, de los que fueron forzados a quedar en el olvido de las memorias institucionales, excluidos del álbum de fotos, difamados como parias que incomodan la realidad histórica.
Nota
1 ALMEIDA, Anderson da Silva. Todo o leme a bombordo: marinheiros e ditadura civil – militar no Brasil: da rebelião de 1964 à anistia. Rio de Janeiro: Arquivo Nacional, 2012.
Felipe Garzón Serna – Mestrando pelo Programa de Pós-graduação em História da Universidade Federal de Alagoas (PPGH/UFAL). Área de Concentração: Poder, Cultura e Sociedade. Linha de Pesquisa: Culturas Políticas, Representações, Discursos e Narrativas.
ALMEIDA, Anderson da Silva …como se fosse um deles: Almirante Aragão. Memórias, silêncios e ressentimentos em tempos de ditadura e democracia. Rio de Janeiro: Eduff, 2017. Resenha de: SERNA, Felipe Garzón. Crítica Histórica. Maceió, v.10, n.20, p.302-306, dez., 2019. Acessar publicação original [DR]
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