Colombia. Un viaje fotográfico: las colecciones de Stübel y Reiss (siglo XIX) | Sven Schuster, Jessica Alejandra Neva Oviedo

Este libro es el resultado de un convenio entre la Universidad del Rosario (Bogotá), el Museo Reiss-Engelhorn de Mannheim (REM) y el Leibniz-Institut für Länderkunde (IfL) para la adquisición y digitalización de varias fotografías compradas por los vulcanólogos alemanes Alphons Stübel y Wilhelm Reiss durante su inesperada expedición por Sudamérica entre 1868-1877. Más en concreto, es un trabajo que se enfoca en el análisis de unas 160 imágenes recolectadas por ambos científicos en su paso por los Estados Unidos de Colombia; 1 la primera de varias paradas en el subcontinente que los llevaron a consolidar una robusta colección de 2300 piezas en nueve años: a todas luces, las más completa de mediados del siglo XIX de acuerdo con los autores de la obra (p. 41).

El viaje de Stübel y Reiss se inscribe en un conjunto más amplio de exploraciones alemanas que tuvieron por objeto dar continuidad al sendero fundante de Alexander von Humboldt en su trayecto de diez mil kilómetros por América. Y así como el célebre barón prusiano proyectó originalmente su travesía para África (donde jamás llegó), los vulcanólogos protagonistas de este libro lo habían hecho con Hawái en aras de estudiar la geomorfología volcánica del archipiélago del Pacífico. No obstante, la propuesta de Stübel de recabar información complementaria en una excursión previa de tres meses a los Andes septentrionales los hizo desistir de visitar el archipiélago y los obligó a encauzar sus energías en esta región, cuyas dimensiones geográficas excedieron cualquier expectativa inicial.

Paradójicamente, no fueron los hallazgos vulcanológicos los que granjearon a Stübel y Reiss su reputación actual, pues sus perspectivas epistemológicas sobre el origen de la actividad volcánica entraron rápidamente en desuso. En su lugar, fue su denso corpus fotográfico aquel que lograría un reconocimiento póstumo por parte de disciplinas como la historia o la antropología, toda vez que constituye uno de los registros fotomecánicos más tempranos de los paisajes latinoamericanos, sus élites, sus grupos indígenas y sus complejos arqueológicos.

Así, en un itinerario sin precedentes, los protagonistas de esta historia se empeñaron en recolectar piezas como retratos y tarjetas de visita (cartes de visite), pero también en contratar a fotógrafos para asistir por encargo directo algunas de sus salidas al terreno. Lo más curioso, es que las imágenes recabadas casi nunca tuvieron que ver con las estructuras geológicas estudiadas por los exploradores, hecho que se explica por las dificultades de maniobrar aparatosas cámaras en zonas tropicales, y por la desconfianza de los mismos viajeros frente a la poca capacidad del lenguaje fotográfico para captar con fidelidad los relieves volcánicos. Por lo tanto, los contenidos de la colección terminaron concentrándose alrededor de temas etnológicos, vistas urbanas y escenas costumbristas empleadas como ilustraciones auxiliares que daban un telón estético de fondo al conocimiento científico sobre países como Ecuador, Chile, Brasil, Argentina, Perú y Bolivia; todos ellos recorridos en etapas discontinuas.

El recorte espacial en Colombia obedece a la desatención historiográfica que ha recibido el corpus visual de Stübel y Reiss en este país particularmente, a diferencia de casos como Brasil o Ecuador en donde se han gestionado esfuerzos pioneros de análisis y conservación. Animados por equilibrar ese desbalance alrededor de una misma colección, Schuster y Neva se propusieron atender una tarea doble: (I) tramitar la licencia de las imágenes en alta resolución para su exhibición divulgativa en el sitio web del Archivo Histórico de la Universidad del Rosario, complementándolas con metadatos que permitieran a jóvenes investigadores conocer mejor sus contextos de producción; 2 y (II) someter aquella muestra a una serie de preguntas que los autores intentan resolver en el libro aquí reseñado, entre ellas, qué clase de actores suministraron imágenes a Stübel y Reiss durante su estancia colombiana; qué tópicos visuales predominaban en los estudios fotográficos de la época –considerando que una buena parte de las imágenes ya habían sido creadas antes de su compra por parte de los viajeros; y cuáles fueron los usos dados a dicho material en el marco de una expedición geológica que, desde el principio, no tuvo contemplado servirse de una aún deficiente técnica fotográfica y sí de recursos ilustrativos afianzados en las comunidades científicas imperiales como el dibujo o la pintura.

Estos interrogantes son desarrollados por los autores en dos grandes partes. La primera de ellas se preocupa por tematizar las condiciones de producción de las imágenes adquiridas por Stübel y Reiss en Colombia. Esa inquietud conlleva un acento especial en la materialidad misma de las fotografías, es decir, en el equipamiento tecnológico con que fueron registradas, en los insumos químicos empleados para su intervención, sus costos en el mercado local, y hasta los tipos de papel en los que circularon transnacionalmente.

De igual modo, la primera parte es bastante generosa en la recuperación de los estudios fotográficos y los proveedores de fotos que establecieron contacto con los exploradores en busca de material para su colección. A juicio de la presente reseña, este es uno de los grandes méritos de la obra, pues constituye una tentativa innovadora para reconstruir tanto las dinámicas logísticas como el mapa de actores de lo que –en términos bourdieanos– podríamos denominar el “campo fotográfico” de la época. Campo que, valga mencionarlo, no se limita a la identificación de fotógrafos y comerciantes en tanto individuos aislados, sino que se extiende a la composición de sus redes familiares, sus colaboraciones mutuas con otros practicantes del oficio, y sus interacciones con el agitado ámbito político decimonónico.

De lejos se nota que reconstruir aquella constelación de intermediarios ha sido un trabajo artesanal y en buena medida desagradecido con la investigación por la fragmentación de las fuentes. Esto lleva a Schuster y a Neva a no siempre resolver cómo llegaron ciertas piezas al catálogo de los alemanes o a proponer hipótesis que quedan abiertas frente a la necesidad de más estudios de caso sobre fotógrafos y establecimientos fotográficos puntuales. Para ser francos, eso no necesariamente es un desacierto de los autores. Quienes nos hemos aproximado a la segunda mitad del siglo XIX colombiano desde otras preocupaciones analíticas, somos conscientes de las asimetrías documentales que se presentan entre repositorios regionales. Considerando que el libro se sirve de vestigios identificados en archivos de Bogotá, Popayán, Medellín, Bucaramanga y, además, de colecciones privadas, es perfectamente entendible que algunos intercambios de los vulcanólogos con actores locales sean más sencillos de demostrar que otros.

Los impases metodológicos no impiden que la obra revele al lector una Colombia sintonizada con los gustos de un mercado global de fotografías. Más interesante es el hecho de que algunas ciudades rotuladas hasta la fecha de “periféricas” dominaran con soltura los formatos, los materiales y los discursos visuales demandados por esos circuitos culturales. Tal sería el caso de Popayán, donde indicios como estampas con el nombre de estudios o facturas de venta entregadas a Stübel y Reiss permitieron a los autores localizar artífices de la cámara como Mariano Cobo Rincón, Mariano Ramírez y José María Fernández, aún sumidos en el anonimato de las escasas historias de la fotografía con que cuenta Colombia. Sus trayectorias no deberían seguir pasando inadvertidas. En su supuesto aislamiento geográfico, estos exponentes estaban familiarizados con el papel albúmina y los soportes firmes de cartón, conocían de pigmentos y colorantes, importaban trípodes, cámaras oscuras francesas y hasta lentes intercambiables con las que hicieron de su producción fotográfica un objeto validado por las convenciones escópicas del periodo (p.119). En este sentido, las imágenes compradas por los vulcanólogos no solo dicen algo sobre la “mirada alemana” o la sensibilidad coleccionista del XIX. También remiten a un rico escenario de conexiones translocales que definieron la práctica fotográfica en regiones determinadas y que las articularon a redes mundiales de consumo sin pasar por la mediación de la capital Bogotá.

El contenido de las imágenes gana mayor centralidad en la segunda parte del tomo. Con estas Schuster y Neva no se limitan a un análisis discursivo o estilístico de las piezas, ya que los criterios con que fueron organizadas originalmente también es útil para rastrear las fases del viaje de Stübel y Reiss por Colombia, desde su desembarco en el puerto de Santa Marta en 1868 hasta su paso a Ecuador en 1870 por la senda de Popayán (p. 127). Al respecto, la clasificación temática dispuesta por los exploradores para el material visual que iban acopiando en el camino no es un aspecto secundario de la investigación; sobre todo la que asignó Stübel a su colección personal (con más de 1700 piezas), pensada para levantar su propio museo de geografía comparada en Leipzig con muestras minerales, objetos arqueológicos, cuadros de costumbres y fotografías de tipos populares con claros visos antropométricos.

Sin embargo, fueron varios los obstáculos que impidieron a dichas imágenes permanecer exhibidas por mucho tiempo en el entonces reino de Sajonia (cuando Stübel aún vivía) y, ya en la segunda mitad del siglo XX, en la República Democrática Alemana (RDA) por falta de fondos y malos manejos de las colecciones. Pese a todo, el esquema organizativo con el que Alphons Stübel concibió su proyecto museográfico logra ser recuperado por los autores de la obra mediante la traducción al español de catálogos derivados del corpus y el cruzamiento de las fuentes visuales con registros textuales, tales como anotaciones descriptivas al reverso de las fotos o pasajes de los diarios de campo escritos por los viajeros durante la expedición. Esto facilita a Schuster y Neva acceder a los marcos de sentido con los que el creador de la colección buscó hacer inteligible la complejidad de un país mediante artefactos fotográficos, dividiendo la muestra en tópicos discernibles como recursos naturales, élites, arqueología, bellezas femeninas y enfermedades locales.

Este libro atiende vacíos de áreas complementarias como la cultura visual, la historia de la ciencia y la historia cultural del siglo XIX colombiano. El acervo del que parte posee gran valor documental y es interpretado con una escritura concisa. No está de más reiterar, que algunos de sus interrogantes de base exceden las posibilidades tanto del archivo como de la literatura disponible y ameritan lecturas más reposadas. Con todo, supone un ejercicio innovador que combina apuestas académicas con entusiasmos divulgativos de un patrimonio fotográfico escasamente conocido. A lo mejor esa consigna le merezca a la obra una valoración diferente, toda vez que ha asumido el reto de enriquecer una historiografía de lo visual aún en proceso de confección para el caso de Colombia.


Notas

1 Nombre oficial que tuvo la actual república de Colombia entre 1863-1886 bajo un modelo federal liderado por sectores radicales del Partido Liberal.

2 Hoy día el material se encuentra disponible al público en https://exposicionesarchivo.urosario.edu.co/


Resenhista

Óscar Daniel Hernández Quiñones – Katholische Universität Eichstätt-Ingolstadt, Alemania. E-mail: hernandez9412daniel@gmail.com https://orcid.org/0000-0003-2793-1772


Referências desta Resenha

SCHUSTER, Sven; OVIEDO, Jessica Alejandra Neva. Colombia. Un viaje fotográfico: las colecciones de Stübel y Reiss (siglo XIX). Bogotá: Universidad del Rosario, 2022. Resenha de: QUIÑONES, Óscar Daniel Hernández. Secuencia. Reseñas, 2022. Acessar publicação original [DR/JF]

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