Ciencia, lengua y cultura nacional. La transferencia de la ciencia del lenguaje em Colombia, 1867-1911 | Andrés Jimenez Ángel
Andrés Jimenez Ángel | Foto: UR |
Este libro se ocupa de la configuracion de la ciencia del lenguaje en Colombia desde 1867 —ano atado a las reformas educativas de los gobiernos del Olimpo radical y en el que se publico la primera edicion de la Gramática de la lengua latina de Miguel Antonio Caro y Rufino Jose Cuervo— hasta 1911 —fecha del deceso de Cuervo; Caro habia muerto en 1909—. Al insistir en el proceso productivo de la forma vernacula de un conocimiento tecnico con pretensiones universales, evita hacer enfasis en lo que se haya recibido de tradiciones intelectuales foraneas o valorar esa recepcion en los terminos del centro y la periferia. Asi, el principal valor del libro es que se concentra en la circulacion de un saber y los efectos de ese movimiento sobre el modo de ser de ese saber circulante.
Adicionalmente, el punto de vista de la circulacion asumido por Jimenez Angel nos permite desmitificar la unidad de los saberes para verlos en sus formas multiples, relativas a marcos espaciotemporales diversos. Gracias a ello, podemos enfatizar los aspectos locales del proceso y tambien dar a Europa un lugar mas adecuado en la vida intelectual de otros centros de produccion de conocimiento.
Europa deja de aparecer como la chispa que siempre vuelve para encender la hoguera del saber en America —como ha ocurrido, por ejemplo en las historias de la filosofia en Colombia—, para convertirse en un leno, entre otros tantos, que alimenta ese fuego con intensidades de combustion y aromas propios.
Mi registro de lectura de Ciencia, lengua y cultura nacional es el clasico problema de las relaciones saber-poder. Solo que el libro, en lugar de hacer una especulacion argumentativa, examina este problema a traves de una revision documental en un marco espaciotemporal preciso desde donde Jimenez Angel triangula una reflexion vernacula sobre el lenguaje, su influencia cultural y el ejercicio de la administracion publica (no pocas veces en los niveles mas altos del gobierno nacional central). Estos elementos ya han sido puestos en juego en otros trabajos sobre historia de Colombia. Es mas, la pregunta por la importancia de las relaciones entre los gobernantes y sus preocupaciones en torno a los estudios de la lengua se hizo celebre tras la publicacion del articulo “Del poder y la gramatica”1 en el que el autor indica la conexion entre la actividad cultural y el ejercicio de cargos publicos en el siglo xix colombiano.
Basta leer el indice del libro de Andres Jimenez Angel para identificar, y, luego de leer, corroborar que alli se cumple a cabalidad con la tarea de hacer visible lo que en el articulo de Malcolm Deas apenas queda senalado: la forma efectiva de esa relacion, las vias por las que la ciencia del lenguaje adquirio tanta importancia, las razones por las que su dominio se convirtio en un elemento de prestigio. Dos hipotesis orientan el trabajo. Una anuncia la configuracion y desarrollo de un “proyecto cultural conservador” que reacciono frente a las politicas educativas del Gobierno en los tiempos del Olimpo radical. La otra hipotesis, mas concentrada en el contenido efectivo de la produccion escrita, resalta la compleja relacion que a traves de la ciencia del lenguaje trazaron los gramaticos colombianos con Espana, en el marco de la produccion de un saber local articulado con centros de produccion internacional mas reputados que los espanoles; un saber que se convirtio tambien en una forma de resistencia contra el estilo anticuado de los estudios de la lengua peninsulares.
Andres Jimenez Angel teje una serie de elementos que configuraran un saber local a partir de insumos diversos: una circunstancia politica, unos espectros de “Europa” (que van de la aceptacion hasta el rechazo, del aplauso reverencial hasta heroes nacionales latinoamericanos y europeos. Acercarnos a este tejido permite ver, en primer lugar, el modo en que se fue definiendo un objeto para esa nueva ciencia del lenguaje vernacula: la unidad de la lengua en ambos lados del atlantico.
Tal unidad era “un constructo al que los intelectuales gramaticos, siguiendo la linea discursiva de la pureza y la unidad liderada por la rae, le atribuian caracteristicas que encarnaban el ideal politico y cultural de una lengua nacional” (p. 84). Estas caracteristicas, atadas a la definicion de esa unidad y su historicidad, no respondian solo a una cuestion epistemologica. La lengua fue vista como poseedora de cualidades civilizatorias que se articularon bien con la direccion que los gramaticos querian darle a la nacion. En este sentido, resulto sencillo asociar a la lengua con festejos diversos y homenajes a personalidades continentales. La lengua fue usada, ademas, para establecer una imagen jerarquica de la sociedad que no solo tuvo que ver con linajes y educacion, sino con niveles de conocimiento de la lengua misma. La lengua sirvio, asimismo, como guia de la mirada hacia las diversas Europas que circularon. Se rechazo, por ejemplo, el afrancesamiento con fines de proteccion de la cultura.
Como se ve, al menos tres elementos gravitaron en torno a la definicion del objeto del que se ocuparia el saber vernaculo sobre la lengua: aspectos epistemologicos, politicos y culturales. El modo en que se abordaron estos tres aspectos dependio de un segundo elemento constituyente de la localidad de la ciencia del lenguaje, es decir, del proceso de consolidacion del equipo de agentes que promovieran este saber.
Jimenez Angel nos habla de este proceso en tres etapas; en la primera, los soportes materiales de la comunidad de agentes, ademas de la impresion de libros sobre una importante diversidad de temas y niveles de profundidad en el conocimiento de la ciencia del lenguaje, fueron algunas publicaciones seriadas; impresos que consolidaron una tradicion literaria nacional de la mano del trabajo de intelectuales que apostaron por el proyecto cultural conservador.
Para hablar de estos intelectuales, Jimenez Angel acuna el termino “pluriactividad” como caracteristica central de estos personajes que “al tiempo que se ocupaban de estudios filologicos, linguisticos o gramaticales, hacian las veces de lideres politicos, altos oficiales militares, empresarios, educadores, colaboradores y fundadores de revistas y periodicos” (p. 125).
Durante la segunda etapa, se mantuvo la publicacion de un buen numero de obras que siguieron sirviendo como parte del sustrato sobre el que se fundo la comunidad de agentes, pero sobre todo fue importante una dimension institucional: se fundo la Academia Colombiana (1871) y luego su organo impreso (1874). En la ultima etapa, la cuestion se hizo mas institucional, la promocion del proyecto cultural habia dado sus frutos y ahora, auspiciados por la Regeneracion, sus efectos sobre la sociedad resultaron mas evidentes. A traves del proceso, Jimenez Angel muestra el ascenso de un grupo y la importancia de acercase a la ciencia del lenguaje, no como una unidad de contenidos reproducibles en cualquier lugar y tiempo, que circula internacionalmente y se adopta en diversos grados de calidad, sino con dinamicas de circulacion y formas institucionales sui generis como una ciencia vernacula.
Entre estos caracteres de la pluriactividad, el autodidactismo es el primero de varios modos de adquisicion de la ciencia del lenguaje y de la figura del letrado conservador. Otros son la obtencion de volumenes en bibliotecas privadas y la circulacion de estos entre la comunidad de gramaticos, un mercado de libros mas o menos estable, el intercambio intelectual a traves de un “disciplinado y estrategico cultivo de relaciones epistolares con intelectuales, escritores, filologos y linguistas colombianos, americanos y europeos” (p. 173), tambien la coordinacion de proyectos intelectuales a ambos lados del atlantico.
Esta presentacion de la configuracion del objeto de un saber, de la promocion del saber mismo y de la consolidacion de un grupo de intelectuales evidencia la existencia de un campo cultural en el que se dio forma peculiar a este saber.
Tal formacion dependio de un proyecto cultural centrado en el desarrollo local de la ciencia del lenguaje que tuvo efectos sobre un amplio sector de la sociedad colombiana, gracias a, como se vio, la articulacion de elementos muy diversos.
En la configuracion de este saber local, como un saber cientifico que se oponia a formas antiguas y rudimentarias de hacer reflexion sobre la lengua, Europa no fungio simplemente como un centro reproductor de ideas —como por entonces se vio a Alemania—, o como aquello que debia ser rechazado —fue el caso de Espana—. Europa fue tambien fuente de modelos historicos de autocomprension: franceses e ingleses educados en Alemania se sumaron a la narracion historica oficial de la historia internacional de la filologia como disciplina, un relato conocido con la expresion francesa fable convenue. Ese relato fue un esquema narrativo que le permitio a los gramaticos americanos pensarse como parte del proceso de produccion de la ciencia del lenguaje.
El impacto de este relato sobre las imagenes de lo propio a nivel nacional y mas alla de lo nacional queda bien descrito por el autor cuando afirma, a proposito de la tension entre el saber sobre la lengua del que hacian gala los espanoles y el proveniente de otros lugares de Europa, que “la variacion en la forma de relacionarse tanto con ese corpus heredado como con el modelo encarnado en la ciencia del lenguaje” afecto diversos aspectos, entre ellos […] la valoracion del espanol americano, […] el papel de Espana, en general, y de la rae, en particular, en la configuracion de las rela ciones entre este ultimo y el castellano peninsular; la reivindicacion del trabajo linguistico de los americanos; y el lugar de las lenguas indigenas en la formacion de la cultura nacional (p. 230).
No solo se busco una posicion dentro de la historia del saber foraneo, tambien dentro de Latinoamerica y a nivel nacional. Estos reposicionamientos tuvieron como efecto el acceso a un prestigio y una autoridad asociadas a una resistencia partidista en contra de los gobiernos liberales. El exito del proyecto regenerador en la tercera etapa de consolidacion de la comunidad de gramaticos podria explicarse en parte por los efectos culturales de este proceso. Esto daria cuenta tambien de la importancia que tuvo la revaloracion de la figura de Andres Bello, quien se presento como alguien que mostro la lengua como un “mecanismo de creacion de unidad nacional, continental y trasatlantica”. Por ello la gramatica resultaba tan relevante “en la vida cotidiana, la educacion, la administracion publica y las relaciones internacionales” (p. 290).
Desde el punto de vista del contacto de la cultura y formas de poder, Ciencia, lengua y cultura nacional muestra el proceso de configuracion de un saber vernaculo en el cruce de elementos como la definicion de un objeto de saber, de una comunidad de expertos, de unos medios de adquisicion de ese saber, de la integracion en la historia del saber internacional por parte de los agentes locales y del posicionamiento de estos ultimos en el contexto local. Tales elementos, y otros tantos que ordena Jimenez Angel en su libro, permiten ver que la relacion entre los intelectuales-gramaticos y el ejercicio del gobierno ni se juega en una correspondencia directa entre ambas partes, ni en la concomitancia necesaria de ambos fenomenos. En lo que, a mi juicio, radica la importancia de su trabajo historico es que muestra operar dicha relacion en diversos niveles de existencia y despliegue; niveles relativos a grados de conocimiento de la ciencia del lenguaje, a escalas de impacto locales, nacionales, continentales e internacionales. En el libro se muestra que la transferencia, mas que una mera circulacion, es un acto de produccion local, llevada a cabo por individuos especificos que, ademas de pasar por la importacion de unos contenidos, deben realizar luchas con formas culturales dentro y fuera del ambito de la nacion.
Nota.
1. Malcolm Deas, Del poder y la gramática. Y otros ensayos sobre historia política y literatura colombianas (Bogota: Tercer Mundo, 1993).
Resenhista
Carlos Arturo López J. – Instituto Pensar. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, Colombia. E-mail: carloslopez@javeriana.edu.co.
Referências desta resenha
ÁNGEL, Andrés Jiménez. Ciencia, lengua y cultura nacional. La transferencia de la ciencia del lenguaje em Colombia, 1867-1911. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2018. 444p. Resenha de: LÓPEZ J., Carlos Arturo. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura. Bogotá, v.48, n.1, ene./jun. 2021. Acessar publicação original [IF].