LORENZO Santiago (Aut) et al, Valparaíso/ 1536-1986 (T), Ediciones “Altazor” (E), BURGOS Rodolfo Urbina (Res), Cuadernos de Historia (CHr), História de Valparaíso, Séc. 16-20, América – Chile

La vida histórica de los pueblos v ciudades es una forma específica de existencia, con su sello que la hace irrepetible dentro del contexto de las culturas nacionales, Valparaíso la tiene con características inconfundibles. Es ciudad única por su fachada urbanística y por un emplazamiento del todo ajeno a lo que ordenaban las Leyes de Indias y, por eso mismo, tan opuesto a las líneas rectas y connaturalizado con las sinuosidades. Espacio urbano increíble, compuesto de cerros y quebradas que presentan un maravilloso caos de formas y colores que tantas veces ha hecho brotar las más bellas palabras en los poetas. Pero, es único también en el modo de poblarse. La fisonomía de ciudad la fue adquiriendo con gente de diversas procedencias que se daban cita en ella, portando cada cual lo suyo para otorgarle la variedad en que radica su peculiar modo de ser.

Pero es su historia lo que aquí cuenta. Un día “nació allí sencillamente”, sin planificación alguna, cual brote espontáneo a partir de cuatro bodegas y una capilla levantadas en un estrecho pedazo de playa. Por eso, no tuvo acta de fundación en sus orígenes ni un pomposo título ni un escudo que la simbolizara. El puerto se hizo “puerta” o “garganta del reino de Chile” por donde comenzó a fluir la economía del país. Desde entonces Valparaíso fue labrando su historia con una clara vocación por el mar y el comercio.

Su vida llegó a ser dinámica y comercial en el siglo XIX, y su población creció a un ritmo acelerado. Hoy tenemos la impresión de que en cada habitante había un comerciante. En el tendero, en el prestamista, en el armador, había un modo de moverse tras los negocios con un sentido moderno del progreso material que se hacía extensivo a toda la ciudad. La vida porteña competía con la de Santiago y contrastaba con la de las villas del interior, todavía semirrurales y lánguidas a mediados del siglo XIX. En un momento, el puerto se hizo rubio-sajón y germano- y las blondas cabelleras otorgaron rostro europeo al cerro Concepción. Chilenos y europeo fueron banqueros, armadores, empresarios que hacían su fortuna apretujados en las dos cuadras de la Calle del Comercio que seguía el sinuoso, estrecho y bullicioso espacio entre el acantilado v el mar.

El europeo puso su sello al puerto y lo decoró con jardines, levantó iglesias protestantes y editó periódicos en inglés; jugó cricket e introdujo el foot-ball, y Valparaíso llegó a ser un pedazo de Inglaterra. El puerto parecía destinado a llevar la iniciativa en exponer ideas de corte moderno, en montar empresas que en nada se parecían a los negocios tradicionales chilenos, en abrir nuevos campos de la cultura. En la segunda mitad del siglo x1x era pionero en el quehacer nacional. Desde entonces parece tener sentido aquel “Valparaíso, primero siempre”. Sus capitales salieron a “correr la tierra y el mar”, se hicieron salitreros, mineros, molineros, y su dinamismo inversionista se dejó sentir en toda la franja occidental de Sudamérica. El Pacífico estuvo en la mira de un puerto que proyectaba sobre él las ansias de expansión. Valparaíso fue Chile en el siglo XIX y “Pancho”, para todos los marinos del mundo. Valparaíso y San Francisco, a igual latitud a ambos extremos del Pacífico, cumplían, a su modo, idénticos papeles en sus respectivos hemisferios. Para ambos, la espalda estaba en los cerros y en el hinterland; el rostro, en cambio, miraba al océano, su valle.

No ha habido escritor, ensayista, poeta o historiador que no se haya sentido cautivado por el encanto que desde todos los ángulos dispensa Valparaíso. Porque más allá de la vitalidad comercial de otrora, el puerto ha despertado siempre un sentimiento amoroso que muchas plumas chilenas y extranjeras han dejado estampado. Una ligera revisión bibliográfica nos permitiría reconocer que es una de las ciudades más y mejor tratadas por la literatura. Pero, justo es reconocer también que siendo una ciudad cargada de historia, de personajes relevantes, de hechos singulares, su pasado está todavía insuficientemente develado.

Como homenaje a los 450 años de la ciudad, el Instituto de Historia de la UCV organizó, en julio de 1986, la “Primera Jornada de Historia Urbana” dedicada a Valparaíso, con la participación de destacados investigadores de dicho Instituto de Historia y de otras universidades del país. Los 12 trabajos presentados en aquella Jornada están ahora contenidos en el libro ” Valparaíso, 1536-1986“, cuya cuidada edición ha sido posible gracias al patrocinio prestado por diversas instituciones y empresas de la región. El libro corresponde al primer volumen de la “Serie Monografías Históricas” c.¡ue tiene el propósito de reunir en cada número las investigaciones dedicadas a un tema histórico específico, o trabajos monográficos de los profesores del Instituto de Historia de la UCV. El contenido del libro aborda diversos aspectos de la Historia de Val paraíso, desde el siglo XVI al XX. Su temática central es la Historia Económica, pero no están ausentes los aspectos sociales, urbanísticos y administrativos, con valiosas contribuciones que hacen de este volumen un digno aporte a los cuatro siglos y medio de la historia de la ciudad.

Santiago Lorenzo, autor de la Introducción, elabora una lograda síntesis del desarrollo de Valparaíso a través de observaciones, tales como la del gobernador Jaraquemada, el viajero Frazier, el jesuita Molina y otros, para detenerse en la descripción que Jotabeche hace de la vida callejera del puerto en 1843. No deja de mencionar el destacado papel que le ha cabido a Valparaíso en la tradición literaria e intelectual chilena, para finalizar con una sucinta presentación de los trabajos contenidos en la obra.

Juan Eduardo Vargas estudia el tema de los Comerciantes chilenos de Valparaíso durante la primera mitad del siglo XIX; trabajo elaborado sobre la base de papeles de la sección notarial y judicial que se guardan en el Archivo Nacional, especialmente particiones, protestos de documentos financieros, contratos, inventarios, cartas comerciales y material contable, que han permitido al autor estudiar los establecimientos comerciales nacionales, las inversiones de los grandes empresarios-armadores y la influencia que ejercieron fuera de Valparaíso sobre hacendados, mineros y molineros el país. El estudio está estructurado en tres partes: los negocios de las firmas nacionales, mercaderes chilenos en el alto comercio de Valparaíso y, finalmente, el repliegue de los negocios internacionales.

Por su parte, Julio Pinto aborda el caso de Valparaíso, metrópoli financiera del boom del salitre en cuatro momentos: acercamiento y penetración (1854-1873); retroceso y expulsión (1873-1879); reinserción limitada (1879-1887), y triunfo de Inglaterra y Santiago (1887-1891). Valparaíso y el proceso de industrialización en Chile a fines del siglo XIX, es el aporte que entrega Baldomero Estrada al analizar el caso de Valparaíso dentro del contexto del desarrollo industrial del país, subrayando la participación que le cupo a los inmigrantes extranjeros en cuanto influencia tecnológica, social y política en beneficio de la ciudad a fines de esa centuria. En esta misma línea, Luis Ortega ofrece un estudio sobre Valparaíso: comercio exterior y crecimiento urbano entre 1800 y 1880, en que analiza detenidamente la transformación que experimenta la ciudad, que pasa de aldea “pobre y miserable”, como se la describe en la primera mitad del siglo x1x, a “lujosa”, “opulenta” y principal centro financiero del país, como indicaban las descripciones al terminar la centuria.

Bajo el título de Valparaíso como lugar de encuentro entre Chile y el mundo, Karin Schmutzer y Adolfo lbáñez Santa María pasan revista al movimiento marítimo del puerto entre 1880 y 1930, la nacionalidad de las naves, los productos movilizados, la cuantía, el tipo y procedencia, tanto interior como exterior. Se consignan datos sobre armadores, casas comerciales impulsoras de este comercio, impuestos recaudados por el Estado, etc., utilizando los documentos conservados en la Superintendencia de Aduanas, Aduana de Valparaíso y Empresa Portuaria de Chile, como asimismo, prensa de la época, Estadística Comercial del período 1880-1890, Anuario Estadístico de la República de Chile en sus partes correspondientes a comercio exterior y comunicaciones entre 1910 y 1920. Por su lado, Guillermo Bravo se detiene en La crisis de 1929 y los problemas de la sociedad urbana de Valparaíso, en relación con cuatro puntos esenciales: los ciclos económicos; una reseña sobre el efecto macroeconómico social del crac a nivel nacional; caracterización de Valparaíso a fines de la década de 1920 y, análisis del impacto que causó la “Gran Depresión” en Valparaíso.

El gobierno político-militar de Valparaíso, 1682-1811, es el tema que analiza María Teresa Cobos, proponiendo una periodificación de la historia del puerto entre 1544 y 1811. La autora indica algunos hitos en el desarrollo como centro urbano; primero como “puerto de aquella tierra y ciudad de Santiago”; luego el intento de fundarla formalmente en 1611, con el nombre de “Valparaíso de Montes Claros”; el papel que le cabe en la defensa del Reino con el fuerte San José; el gobernador “de armas” y la posterior elevación de Valparaíso al rango de “gobierno-militar”; la modernización de sus fuertes en el siglo XVIII; las vías de acceso; las milicias, etc.; la población de “estantes” y habitantes v de “salientes” y “entrantes”; la creación del cabildo a fines de la centuria y, en 1802, el título de “la muy leal e ilustre ciudad de San Antonio de Puerto Claro”.

Luz María Méndez en Plazas y parques de Valparaíso. Transformaciones en el micropaisa;e urbano, 1850-1900, realiza un estudio de las plazas, paseos, parques y jardines públicos y privados en la segunda mitad del siglo XIX, poniendo énfasis en la influencia de los inmigrantes extranjeros en la decoración de la ciudad; el romanticismo de la época y el aprecio por la naturaleza; los nuevos valores estéticos europeos, etc. A la par que aumentaba la población, el comercio y el ruido, aparecían los descansos de la vista y la recreación del espíritu en los jardines, parques e infinidad de rincones apacibles que ofrecía la ciudad en sus dos sectores del puerto y del Almendral.

Otras novedades, como El ferrocarril, un elemento destacado en la urbanización de la región de Valparaíso contribuyeron al desarrollo de la ciudad. Sonia Pinto estudia las comunicaciones terrestres de Val paraíso antes de 1810, para pasar luego al tema del ferrocarril que Wheelright propusiera en 1842, cuyos trabajos se iniciaron diez años después. Dentro de la magna empresa para unir Santiago con el puerto, destaca el ferrocarril urbano y las polémicas que desató el proyecto, pues si bien contribuiría a la modernización de la fisonomía urbana, significó también, expropiaciones en un vasto sector de la ciudad. Su trazado abrió las puertas al poblamiento de Viña del Mar. Urbanización y cambio social. Comerciantes y artesanos de Valparaíso en la segunda mitad del siglo XIX es el título del estudio de Eduardo Cavieres, donde analiza el desenvolvimiento que experimenta la ciudad en cuanto al número de establecimientos comerciales con distinción de rubros, tanto en cerros como en el sector céntrico, todo lo cual aparece vinculado a los cambios paulatinos de comportamiento social, como son las costumbres y las formas de vida, paralelamente al aumento de la población y a la modernización. El autor define esta sociedad como de transición hacia la modernidad.

Por su parte, René Salinas se refiere a la Nupcialidad, familia y funcionamiento del mercado matrimonial en Valparaíso durante el siglo XIX, contribución seria a la Historia Demográfica, realizada sobre la base de actas conservadas en las iglesias “Matriz”, “Doce Apóstoles” y “Espíritu Santo” entre 1845 y 1885, que permiten estudiar los casamientos y “recasamientos”. A lo largo del trabajo se analizan la nupcialidad, la exogamia geográfica, la edad al matrimonio y las segundas nupcias, más algunas interesantes informaciones sobre el origen de los novios, edad, estado civil de los contrayentes, viudez, “recasamientos”, etc., y diversos datos sobre orfandad y uniones consensuales. Finalmente, Ricardo Coudjoundjian nos ilustra en Apuntes sobre el periódico inglés de Valparaíso: “The South Pacific Mail”, uno de tantos periódicos extranjeros que circulaban en la ciudad a principios del siglo XIX y donde residía el núcleo más importante de súbditos británicos, aludiendo también a otros periódicos de habla inglesa de duración efímera. Su análisis se detiene en el “Mail”, cuyo primer número aparecido en 1909, se mantiene sin interrupciones hasta 1965. Traza un bosquejo de la evolución y contenido del periódico, hasta su traslado a Santiago en 1950 cuando la mayoría de las compañías extranjeras se habían instalado en la capital y donde residía el mayor número de familias de origen inglés. Por esa fecha se iba notando el sensible decaimiento de la comunidad británica de Valparaíso.

Por el contenido de las doce contribuciones y la calidad de las mismas, compartimos la opinión que Santiago Lorenzo anota en la introducción al libro, al considerarlo como “uno de los aportes más importantes que se han hecho en los últimos años a la historia de nuestro primer puerto”.


Resenhista

Rodolfo Urbina Burgos


Referências desta Resenha

LORENZO, Santiago; et al.  Valparaíso, 1536-1986. Viña del Mar: Ediciones “Altazor”, 1987. Resenha de: BURGOS, Rodolfo Urbina. Cuadernos de Historia. Santiago, n.8, p. 170-173, Diciembre, 1988. Acessar publicação original [DR]

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