Posts com a Tag ‘Peronismo’
El Peronismo de Santa Fe (1973-1976). Frentismo/rupturas internas y desestabilización institucional | Marcelo Luciano Adriani
No existen demasiadas producciones sobre la institucionalidad santafecina en el período 1973-1976, como tampoco sobre la construcción política del mismo, de su inestabilidad y los vaivenes socio-políticos que estuvieron en sintonía con el período abordado por el autor, en clave provincial y regional. Leia Mais
Historia de una relación impensada. El catolicismo en los sindicatos durante el peronismo | Jessica Blanco
Con este libro, la historiadora cordobesa Jessica Blanco revisita la historia del catolicismo argentino de las décadas centrales del siglo XX. Recorre la temática a través de algunos tópicos clásicos –los procesos de secularización y laicidad, la relación entre el peronismo y la Iglesia, y entre esta y la sociedad– con una mirada centrada en la actuación del laicado católico en el terreno sindical. Ciertamente, son pocos los estudios que han asumido el desafío de abordar las influencias e identidades religiosas de los trabajadores, sus dirigencias y organizaciones.
El presente volumen sintetiza los trabajos de la autora sobre la acción política y gremial del catolicismo cordobés en el segundo tercio del siglo XX, la Juventud Obrera Católica (JOC) y, más recientemente, el universo sindical de las izquierdas tanto en Córdoba como en Mendoza. Su mérito consiste, justamente, en volver sobre esas preocupaciones clásicas desde una perspectiva que reconoce diferencias regionales y adopta un movimiento descendente; así, desplaza la mirada desde las jerarquías hacia el catolicismo social, desde las instituciones del laicado católico intervinientes hacia los trabajadores asociados, y desde las dirigencias hacia las bases sindicales. Leia Mais
La Argentina peronista: Una historia desde abajo (1945- 1955) | Omar Acha
Con la consigna y objetivo de “90 libros de hasta 90 páginas, para leer en 90 minutos”, es que se inserta la obra que comentaremos. Con esto queremos evidenciar que no es una consigna sencilla sintetizar 10 años de historia nacional en menos de 100 páginas, es todo un desafío, y sobre todo cuando se trata del “primer peronismo”. El autor se encarga de aclarar que el concepto de “primer peronismo” a diferencia de “peronismo clásico” o “peronismo del 45”, es menos interpelante pero más adecuado a los fines de captar la variedad de experiencias que surgieron en este período (Acha, 2019: 3). Leia Mais
Descentrando el populismo. Peronismo en Argentina/gaitanismo en Colombia y lo perdurable de sus identidades políticas | Ana Lucía Magrini
El libro que se reseña a continuación representa una significativa contribución a la reflexión del populismo desde una temática y un lugar no común. Su motivación central es pensarlo como categoría analítica operativa y productiva para el estudio de los procesos histórico-políticos particulares. El peronismo argentino y el gaitanismo colombiano aportan el análisis particular. Leia Mais
A las palabras se las lleva el viento/ lo escrito queda. Revistas y economía durante el peronismo (1945-1955) | Marcelo Rougier, Camilo Mason
La reciente compilación de Rougier y Mason constituye un importante aporte para el estudio de las ideas económicas del peronismo. Especialmente, porque la propuesta se centra en un interesante abordaje que combina elementos de la historia política, económica y cultural, con puntos de encuentro entre la estadística y la lingüística. En este sentido, los autores dan cuenta de cómo la fuente para el historiador constituye un punto de encuentro entre el pasado y el presente, y en el caso de las revistas que se proponen examinar, una vacancia para analizar las cambiantes coyunturas sociales al situarse estas entre el periódico y el libro. Además, la naturaleza de este tipo de publicaciones, permite a los autores dar cuenta de los valores, compromisos y concepciones de intelectuales relacionadas al proceso histórico del peronismo, sus luchas y credenciales políticas en tanto la revista expresaría una confluencia de pasión individual y colectiva frente a los fenómenos históricos. Así, las publicaciones abordadas por los autores refieren a una variedad de temas económicos como las finanzas, el comercio, la actividad rural e industrial, en general vinculadas mayormente a organismos y asociaciones no oficialistas, lo que permite enriquecer la mirada política. Incluso, los debates que se abordan en el análisis de prensa se encuentran estrechamente vinculados a procesos puntuales de la época como la conformación de un campo de economistas, los problemas de abastecimiento del papel prensa, entre otros. Leia Mais
Agencias y funcionarios de la Argentina peronista (1944- 1955) | Hernán González Bollo e Diego Ezequiel Preyra
Este libro es una producción más que se suma al frondoso corpus de publicaciones que componen la colección “Convergencia. Entre memoria y sociedad”, editada por la Universidad Nacional de Quilmes y dirigida por la Dra. Noemí M. GirbalBlacha. Es otra obra que nos invita a reflexionar sobre el peronismo clásico en términos de continuidad con las gestiones gubernamentales previas. Los autores dialogan con las investigaciones que ponen en primer plano al Estado y estudian sus múltiples facetas: la conformación de agencias, los funcionarios y expertos que las transitaron, los saberes gestados en su interior, las capacidades estatales, entre otras. Asimismo, se vincula estrechamente con las indagaciones sobre los cuadros que conformaron las segundas líneas del liderazgo peronista.
De esta manera, Hernán González Bollo y Diego Ezequiel Pereyra historizan el proceso de conformación de un Estado planificador durante los gobiernos de Edelmiro Farrell (1944-1946) y de Juan D. Perón (1946-1955). El espinel que recorre el libro es entonces la conformación de ese Leviatán, cuyas dimensiones se vieron alteradas con la creación de Ministerios, Consejos, Direcciones y Secretarías, que incrementaron enormemente las capacidades administrativas del Estado. Con ese horizonte por delante, y utilizando herramientas teórico-metodológicas de la sociología histórica y la historia cultural, los autores reconstruyen las estructuras estatales enfocándose en la conformación de agencias y en los elencos de funcionarios y especialistas que las habitaron. Leia Mais
La democracia como mandato. Radicalismo y peronismo en la transición Argentina (1980-1987) | Adrián Velázquez Ramírez
Adrián Velázquez Ramírez nos presenta en “La democracia como mandato” una inteligente lectura sobre el radicalismo y el peronismo en la transición argentina. El libro se estructura en dos partes que no sólo abarcan el período 1980-1987, sino que lo exceden al afirmar que en esos años se estableció un lenguaje político que aún hoy habitamos. Leia Mais
Sguardi dall’Argentina in transizione. Dalla “Repubblica Impossibile” alle origini del peronismo | Francesco Davide Ragno
Sguardi dall’Argentina in transizione. Dalla “Repubblica impossibile” alle origini del peronismo coordinado por Francesco Davide Ragno está orientado fundamentalmente a un público italiano y no a un lector argentino. Como menciona su coordinador, tiene la ambición de echar nueva luz sobre un momento clave de la historia argentina, el periodo que se extiende entre fines de la década de 1930 hasta los primeros años de la década siguiente. Según Ragno, el libro pretende “analizar recorridos políticos y culturales específicos para tratar de afianzar el conocimiento de una historia rica y, al mismo tiempo, enredada”. Ragno propone ingresar al periodo en cuestión a través de la ventana que ofrece el ámbito político-cultural argentino, analizando, en primer lugar, el problema de la construcción de la argentinidad; en segundo lugar, la cuestión de la modernización política abierta con la promulgación y la aplicación de la ley Sáenz Peña; por último, lo que el autor denomina el “proceso de cambio generacional” causado por las muertes de los principales líderes políticos como Marcelo T. de Alvear y Agustín P. Justo. Ciertamente, no se trata de una tarea sencilla. Leia Mais
Estrategias de la clase obrera en los orígenes del peronismo | Nicolás Carrera
Estrategias de la clase obrera en los orígenes del peronismo, último libro de Nicolás Iñigo Carrera, es el séptimo volumen de la colección “La Argentina peronista: política, sindicalismo, cultura” dirigida por Gustavo Contreras. La colección condensa el triple objetivo de congeniar el trabajo de especialistas académicos, proporcionar los avances historiográficos sobre uno de los nudos problemáticos centrales del siglo XX argentino y armonizar un relato orientado, también, al público no especialista, sin por ello perder la densidad analítica.
La obra consuma una trilogía iniciada por Iñigo Carrera con La estrategia de la clase obrera, 1936, publicada en el año 2000, y La otra estrategia. La voluntad revolucionaria (1930-1935), editada en 2016, que, de conjunto, sintetizan décadas de investigación de uno de los más importantes especialistas en el estudio de la clase obrera argentina. Estructurado en nueve capítulos cortos y de lectura ágil, el libro concentra su análisis en los años que van de 1943 a 1946 aunque la dinámica explicativa hunde sus raíces y tiende lazos hacia el período que se abre a partir del golpe de Estado de 1930, repasando múltiples aristas y hechos como huelgas generales, enfrentamientos callejeros, participación electoral, panorama gremial, la construcción del enemigo de clase, entre otros. Leia Mais
En vísperas del diluvio: el gremialismo socialista ante la irrupción del peronismo | Carlos Miguel Herrera
Las preguntas sobre los orígenes del peronismo siempre trajeron a cuestas un sinnúmero de definiciones y debates en torno a los cambios que presentó la escena nacional tras su aparición. Como fenómeno multidimensional, su abordaje se ha convertido, con el correr de los años, en tierra fértil para el desarrollo de nuevas investigaciones que intentan desentrañar las particularidades de este movimiento político y social.
Conforme a este campo, En vísperas del diluvio retoma la experiencia del gremialismo socialista, el Partido Socialista (PS) y sus históricos dirigentes, en los albores del peronismo. Y al hacerlo, pone sobre la mesa las tensiones que fue experimentando el movimiento obrero ante la aparición de una figura como la de Perón que obligó a revisar estrategias, acciones e identidades. Diversos estudios, desde los clásicos de Torre, Di Tella o Del Campo hasta trabajos más recientes, han dejado latentes preguntas referidas a la importancia del socialismo dentro del sindicalismo y el gremialismo en el marco de la irrupción del fenómeno peronista. Esos puntos suspensivos y las incógnitas que quedaron irresueltas en esos trabajos precursores comienzan a ser saldados por Herrera. Leia Mais
Peronismo: como explicar lo inexplicable | Santiago Farrell
Nesse livro, mais do que teorizações acadêmicas, a ideia é pensar, a partir de memórias e histórias, um fenômeno localizado e complexo: o peronismo. Já na introdução da coletânea, o organizador afirma que “o peronismo é fácil de entender, mas impossível de se explicar”. “Les he preguntado sobre el peronismo a varios argentinos a los que conosco y ningun me respondió lo mismo”, diz o organizador, continuando, “aunque todos tenían una opinión formada, a veces parecía que hablaban de cosas diferentes” (SANTIAGO, 2016, p. 11). E é nesse sentido que o livro se constrói, juntando interpretações e “variações” de Peronismo, inclusive em relação aos pontos de partida. O norte-americano Joe Horowitz, estudioso da história argentina, é o autor do primeiro capítulo, “Un fenómeno cultural más que una ideologia”. Para ele o fenômeno cultural se sobrepõe, até porque o Peronismo, mesmo que alguns digam o contrário, nunca teve uma cara muito definida em termos ideológicos. Isso mesmo enquanto Juan Perón, o fundador esteve no poder na Argentina: sua postura e suas ações sempre foram muito mais pragmáticas, inclusive nos momentos em que ele teve que negociar ou angariar aliados para suas “causas”. Leia Mais
Los deseos imaginarios del peronismo | Juan José Sebreli
O livro Los deseos imaginarios del peronismo do filósofo e historiador argentino Juan José Sebreli, publicado originalmente em 1983, no contexto da última ditadura militar (1976-1983), tornou-se uma referência clássica para os estudos acerca do peronismo e para a compreensão tanto de suas raízes ideológicas quanto de suas vinculações, semelhanças e diferenças em relação, principalmente, ao fascismo e o populismo. Em decorrência de seu sucesso, o livro foi reeditado em 1992. Em 2019 passou por outra revisão/atualização, na qual Sebreli inseriu dois elementos de análise e discussão substanciais para a compreensão do cenário político argentino no tempo presente: o menemismo e o kirchnerismo. A atualização da obra fundamental de Sebreli é justificada pelo intento de contribuir para compreensão da “batalha cultural” entre os binômios democracia/liberdade e populismo/autoritarismo que, desde o século passado, atingem algumas regiões da América Latina até os dias atuais.
Composto por sete capítulos e quatro apêndices, o objetivo norteador do livro é discutir o caráter fascista do peronismo, identificado na atuação e influência de Perón em determinadas áreas da sociedade, como a classe obrera, grupos da sociedade civil e a classe média. Para isso, Sebreli antes se dedica à análise de movimentos anteriores ao peronismo, como o bonapartismo e o próprio fascismo. Questiona-se, todavia, se a comparação entre o peronismo e outros movimentos surgidos em lugares e períodos diferentes seria válida para a História. Leia Mais
Comunismo y clase obrera hasta los orígenes del peronismo | Hernán Camarero, Diego Ceruso
La publicación de un nuevo libro de la colección La Argentina Peronista reúne, de modo sintético y accesible, las principales tesis desarrolladas por Hernán Camarero y Diego Ceruso durante largos años, referidas a la experiencia histórica de las izquierdas y la clase trabajadora en la primera mitad del siglo XX argentino. Se trata de un trabajo en clave de difusión, centrado en el análisis del proceso de ascenso y ocaso de la influencia del Partido Comunista en la clase trabajadora, cuyo recorte se ubica entre el nacimiento de la organización y los orígenes del peronismo. Leia Mais
¿Qué es el peronismo? – De Perón a los Kirchner, el movimiento que no deja de conmover la política argentina | Alejandro Grimson
A literatura sobre a vida, o legado e o impulso político gerado por Juán Domingo Perón (1895- 1974) é vasta e variada na Argentina. O ex-coronel do Exército governou o país por dois mandatos, entre 1946-55, e por pouco menos de nove meses, entre 1973-74, sempre eleito de forma consagradora. Sua influência na vida política nacional se consolidou por meio de uma presença marcante e, sobretudo, por uma ausência que contribuiu para a formação de um personagem mítico. Golpeado, alijado do poder e levado a um exílio compulsório de quase duas décadas, Perón deu origem ao movimento que se tornou uma espécie de eixo definidor da vida pública por mais de sete décadas e gerou a esperança da afirmação de um país soberano, que se pautaria pela justiça social e por oportunidades para todos.
O ex-presidente construiu as bases essenciais do Estado argentino, no momento em que a indústria e a classe operária urbana se consolidavam em meio à Guerra Fria. O peronismo é um caso clássico do que se convencionou chamar de populismo latino-americano 2 . Mas sua perenidade e multiplicidade de facetas são de difícil definição e tornam impossível encontrar algo semelhante ao redor do mundo. Há uma constante batalha pelos sentidos do peronismo, que garante sua sobrevivência não como corrente ou sentimento político, mas como espaço público de disputas. Leia Mais
El peronismo obrero. Consideraciones a partir del devenir político y sindical de los trabajadores de los frigoríficos | Gustavo Nicolás Contreras
El peronismo obrero forma parte de la Colección La Argentina Peronista: política, sindicalismo, cultura. Gustavo Nicolás Contreras, licenciado en historia y docente de la Universidad Nacional de Mar del Plata, elabora un recorrido histórico a partir de la década de 1870 hasta finales de 1950 en el que revisa la lucha política y sindical de los trabajadores de la carne en la República Argentina, así como su reclamo por los derechos de los obreros y el surgimiento del movimiento peronista. Leia Mais
Proyectos y concreciones. Obras y políticas públicas durante el primer peronismo en Mendoza (1946-1955) | Cecilia Raffa e Ivana Hirschegger
La ampliación del campo de estudios sobre el peronismo ha permitido densificar las miradas sobre un fenómeno que ha resultado clave, qué duda cabe ya, para el proceso histórico argentino de la segunda mitad del siglo XX. El libro que aquí se reseña se integra en ese campo historiográfico, atendiendo a aspectos que, si en apariencia se vincularían solo con la urbanización y la arquitectura, dan cuenta, en cambio, de la fuerza ideológica que tuvo en sus distintas aristas un proyecto de país tal como el pergeñado por ese movimiento político. En tal sentido, la compilación aborda una serie de propuestas y acciones de obra pública en el marco del gobierno de Juan Domingo Perón, enfocadas en un espacio micro dado por la provincia de Mendoza, aunque aportando elementos interpretativos que pueden enriquecer los ejercicios comparativos con otras experiencias provinciales y la trayectoria de la gestión nacional.
Con una excelente calidad de edición, lo que resulta fundamental dada la cantidad y diversidad del material gráfico incorporado a lo largo del texto, se inicia con un prólogo elaborado por la dra. Anahí Ballent, en el cual la especialista inserta este trabajo colectivo dentro de las discusiones actuales en torno de las relaciones entre estatalidad, técnica y política, como una línea de investigación que ha encontrado notable desarrollo en la última década en nuestro país, pero también a escala iberoamericana. A continuación, las directoras de la publicación introducen los vectores principales, presentando al lector los puntos nodales que han permitido articular sus secciones más allá de la especificidad temática abordada en cada una. En tal sentido, el primer capítulo, a cargo de Laura Ortega, se ocupa de la infraestructura vinculada a la gestión hídrica; en el segundo, Verónica Cremaschi realiza lo propio con la vivienda popular; en el tercero, Ivana Hirschegger aborda la problemática de la edificación conectada con la salud; en el siguiente, Isabel Durá Gúrpide reconstruye la proyectiva y elabora un balance acerca de las construcciones para educación; y en el séptimo, Cecilia Raffa da cuenta de los esfuerzos por “democratizar” el bienestar condensados en el concepto y acción del turismo social. Como cierre se incluye un último capítulo, también redactado por Raffa, que en tanto se dedica a la planificación de un centro cívico para el gobierno provincial, apuntando con ello al corazón y motor de la gestión local, cumple bien la función de completar una mirada de conjunto de los planes y los logros del período peronista respecto de la obra pública mendocina. Leia Mais
Cuando los trabajadores salieron de compras. Nuevos consumidores/publicidad y cambio cultural durante el primer peronismo | Natalia Milanesio
La tesis del libro de Natalia Milanesio plantea que la ampliación de las posibilidades de consumo de los sectores obreros durante el primer peronismo, y el consecuente surgimiento de lo que ella denomina “consumidor obrero”, generó en la sociedad argentina profundos cambios culturales ya que estos constituyeron una fuerza social modernizadora que modeló una nueva cultura comercial.
La primera parte del libro describe medidas que no han merecido tanta atención como las ya conocidas –aumentos de salarios, control de precios, convenios colectivos, etc.,– pero fueron vitales para ampliar y sostener el mercado de consumo: por ejemplo, la creación de la Dirección Nacional de Alimentos (DNA) para el control de estos productos o la ley que controlaba la veracidad de la información que difundía la publicidad. Leia Mais
Los muchachos peronistas. Orígenes olvidados de la Juventud Peronista (1945-1955) – ACHA (A)
ACHA, Omar. Los muchachos peronistas. Orígenes olvidados de la Juventud Peronista (1945-1955). Buenos Aires: Planeta, 2011. Resenha de: SILVA, Maria Luz. Peronismo y Juventud. Volviendo a los orígenes. Antítese, v. 7, n. 14, p. 516- 520, jul. – dez. 2014.
El peronismo es un tema siempre presente en Argentina. Por lo mismo ha sido abordado desde múltiples perspectivas políticas e ideológicas y desde innumerables registros y disciplinas, las cuales comprenden desde el arte y el psicoanálisis hasta la historiografía, la antropología o la ciencia política. En ese inmenso campo de estudios, la Juventud Peronista ha sido enmarcada haciendo foco en los las décadas de 1960 y 1970, asimilándola al transcurso político vivido por las juventudes en proceso de radicalización del cono sur y el mundo. Dentro de este contexto de ideas, el libro de Omar Acha, joven historiador y docente argentino que ya detenta una prolífica producción en lo concerniente al peronismo, representa un aporte fundamental en dos sentidos. Por un lado, constituye una investigación histórica sobre un fragmento muy poco analizado sistemáticamente de la historia del peronismo: el desarrollo de la Juventud Peronista durante los años de la primer y segunda presidencia de Perón (período 1946-1955). En segundo lugar, y profundamente imbricado con el primer punto, se plantea reflexionar sobre núcleos significativos de carácter político-culturales, que dan cuenta de las peculiaridades del devenir histórico del peronismo. Para esto, busca cuestionar y explicar lo que conceptualiza como la construcción de un relato mítico. “La Juventud Peronista es un mito argentino” enuncia inicialmente, como una bofetada al lector desprevenido. Mito asociado al “compromiso político” y, como él mismo destaca, “a la añorada o temida Argentina del ‘setentismo’. Mito que evoca imágenes de conflictos nacionales, ya que no se recuerda aquella Juventud Peronista sin recordar la polémica. Mito que también registra el surgimiento de la Juventud Peronista en el año 1957, como respuesta organizativa generacional al golpe cívico-militar que derrocó al presidente constitucional Juan Domingo Perón en el año 1955. Mediante un riguroso relevamiento documental el autor espera dar cuenta de la existencia de una Juventud previa, olvidada y/o negada por los militantes peronistas de las décadas posteriores. Entre los numerosos méritos adjudicables al texto resaltamos el carácter federal en la indagación de fuentes documentales. Como abordaje metodológico de la problemática, fortalece sus hipótesis y dan cuenta de la diversidad de los desarrollos locales y regionales, a la par que supone romper con una tradición de estudios de este período anclados en la provincia de Buenos Aires.
Es dable señalar también que por momentos el texto trasciende las barreras de la historiografía en sentido estricto y se interna en controversias políticas vigentes en la actualidad en Argentina. Relativizando los planteos que reafirman “la vuelta de la juventud a la política” a partir del proceso abierto por los gobiernos peronistas de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, Acha asevera que luego de ser devastada por la dictadura militar y hasta la actualidad, la juventud del peronismo no ha podido reconstituirse como una fuerza política fuerte, con capacidad de acción estratégica y proyecto político propio.
Indagando y revalorizando lo que denomina como un proceso de crecimiento molecular y contradictorio que vivió la Juventud Peronista a partir de 1951, Acha se plantea un objetivo tan afanoso como contemporáneo en la Argentina. El mismo reside en poner en jaque la perspectiva que asevera que la Juventud Peronista durante los años de gobierno de Perón fue solamente una herramienta institucional creada “desde arriba”. Y se arriesga aún más. Alega que esta mirada responde a una mirada del peronismo y del Partido como monolítico y vertical, dando lugar a un proceso más complejo en el que también tienen injerencia las pujas internas dentro del propio movimiento.
Para el autor, el olvido de la primera Juventud Peronista da cuenta de rasgos perdurables en la cultura política peronista en particular, y en la cultura política argentina en general, respecto de la juventud en el marco de partidos políticos. Ahonda en las peculiaridades de la definición política de la juventud en el ideario “peroniano”, sobrevolando el complejo vínculo entre juventud y política. Por esto, el texto aunque según indica su título se ancla en una década específica, se desliza reflexivamente, yendo y viniendo por el siglo XX argentino.
Tal como afirma, existen dificultades para el estudio de una originaria Juventud Peronista. Las mismas responden a varios factores entre los que subraya: la imagen del niño peronista, construida durante el gobierno de Perón que negaba a los jóvenes del momento su potencial político relegándolos para “el futuro”; la imagen negativa construida en torno de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y, tal como adelantara, la construcción de un relato mítico que la omite. Acha concluye que efectivamente hubo una Juventud Peronista previa a la que surgió en los albores del golpe militar que derrocara a Perón, de tiempo breve pero no por eso menos importante. Surgida en los meses que rodearon la reelección de Perón en noviembre de 1951, durante la campaña del Almirante Teisaire para llegar a la vicepresidencia, tuvo su fin junto al gobierno peronista.
Un factor importante de su negación fue la traba interna en el propio peronismo que dificultaría el surgimiento de la Juventud Peronista como actor político, aunque ya en occidente se estuviera dando la estructuración de la juventud como sujeto social diferenciado en tanto etapa específica de la vida. Se establece allí una segunda hipótesis: es en el seno del peronismo en el poder donde se niega el carácter de sujeto político a la juventud, subsumiéndola a las actividades deportivas y asociativas. Cuando el escenario político cambia a mediados de la década del cincuenta, y la caída del peronismo era inminente, ya era tarde para ello. Probar esta idea mediante el relevamiento de fuentes periodísticas, de los órganos de funcionamiento del Partido y de los discursos de Perón, estructura gran parte del desarrollo siguiente del texto.
Apela además aquí a un breve recorrido del siglo para afirmar que la noción de juventud política precede al tiempo peronista retrotrayéndose prácticamente a principios de siglo. Para las décadas de 1930 contaban ya las juventudes ligadas al socialismo, el anarquismo, el radicalismo, el comunismo, a sectores de la derecha y el catolicismo, con un desarrollo dispar pero considerable y con una presencia real en las calles en los momentos de surgimientos del peronismo. A esta altura, la juventud ya era percibida como problema social y en Argentina comenzaría a ser catalogada en términos de clase y cultura. Distinción particularmente aplicada a los jóvenes de las clases populares que se integrarían al peronismo desde las jornadas de 1945, mientras que los jóvenes universitarios serían abiertamente antiperonistas. En este punto Acha nos entrega una piedra de Rossetta del siglo XX argentino: con la salida de los jóvenes a las calles durante el primer peronismo, comienza a imponerse una distinción en la juventud, que traccionará hacia el peronismo la descalificación de lo juvenil de corte popular: ya no serán considerados “jóvenes” sino “muchachones”. Constituye ésta una clave interpretativa que el autor anuncia y que invita a ser profundizada aún más, no sólo para entender un período histórico específico, sino porque nos otorga indicios de un modo de comprender la compleja trama social tejida a partir del derrotero peronista, muchas veces teñido de preconceptos y prejuicios académicos y políticos.
En lo que refiere a la puesta en práctica del ideario de Perón en torno a la juventud, Acha afirma que Perón y sus equipos técnicos tuvieron como proyecto la creación de una nueva infancia y juventud a través de modificaciones en el ámbito educativo, que trasladaría inmediatamente a la juventud como actor del futuro, no de aquel presente. Con ese marco, el proyecto peronista de integración social esperaba integrar a los jóvenes a partir de un triple enfoque de: incorporación al mercado laboral, educación moral y actividad deportiva. Como el peronismo se asumía a sí mismo como el fundador de un nuevo orden social futuro, superador de partidos políticos, a la infancia y la juventud le depararían la organización corporativa o asociativista, claramente no política.
Aquí el texto pone luz de alerta en ciertos sentidos comunes académicos sobre el peronismo. Para el autor, el asociacionismo favorecido por el peronismo no respondió a un uso meramente manipulatorio o totalitario, sino que responde a la lógica principal del poder peronista por el cual Perón esperaba obtener una estructura piramidal que permitiera la conciliación del conjunto de la sociedad a los fines de la armonía social. Este era el espíritu de su “comunidad organizada” en la que la juventud tendría su lugar predestinado como “nueva generación” renovadora de la Argentina. Con este cuadro de situación, durante los años de Perón en el gobierno, la Juventud Peronista navegaría entre lo político y lo apolítico. Proceso organizativo en el que el autor identifica dos fases sucesivas.
1951 sería el año de su conformación pero aún como un proceso débil y múltiple. Como viéramos, en su argumentación Acha destaca ciertas dificultades políticas, históricas y culturales que presenta la Juventud Peronista para traducirse en una matriz de organización política clara. En este sentido, afirma que los procesos electorales de ese año funcionaron como factor fundamental para el nucleamiento y expansión de la organización de los jóvenes, con la creación del Movimiento Juvenil Peronista (MJP) con ambiciones de alcance nacional. Allí tiene lugar la primera fase de la Juventud, que no era considerada aún una organización política propiamente dicha, con capacidad estratégica propia dentro del movimiento, sino subsumida a los actores políticos mayores. Para 1952 surge el nombre alternativo de Movimiento de la Juventud Peronista, que marca con su redefinición conceptual, lo que el autor denomina “la fundación subjetiva” de una Juventud políticamente relevante, dando pie al comienzo del proceso organizativo, que contó con las resistencias de propios y ajenos. Como tal no estaba integrada al esquema del Partido Peronista. Para 1954, dado el alcance nacional que había alcanzado, ya era evidente la necesidad de autonomización y acumulación política. Siendo esto contrario al ideario “peroniano” y a los hábitos del Partido es desarticulada. A partir de allí tuvo lugar la segunda fase, en un momento en que crecía la conflictividad entre el peronismo y sus opositores. Estos últimos meses de peronismo en el poder estarían marcados por el crecimiento y visibilidad de un nuevo activismo juvenil necesario para atemperar las circunstancias políticas en defensa de un gobierno cada vez más violentado. Surgirían allí los gérmenes del uso de la violencia en la acción directa dentro del peronismo y la presencia en los espacios públicos, que luego se multiplicarían en los años de la resistencia peronista a la dictadura militar. Siendo estos aportes originales de la Juventud, comenzaba a ser vista por algunos sectores como potencial rama del movimiento lo que generaría fricciones internas.
El advenimiento del golpe militar en septiembre de 1955 dio por tierra con estas fricciones y el reconocimiento debería esperar quince años para efectivizarse. A partir de allí comenzaría un tiempo político muy diferente. Frente a la dictadura militar y el exilio del líder, surge una nueva Juventud revolucionaria e insurreccional. Ésta comenzaría a plantearse como protagonista, partiendo de diferenciarse de su predecesora e instalándose como fundadora de un nuevo tiempo y de una nueva política peronista, pero esta vez con verdaderas y visibles pretensiones de autonomía. Con el tiempo sería asociada a un relevamiento generacional, lo que sería llamado por el propio líder el “trasvasamiento generacional”. Tanto la historia académica como aquella constituida por las memorias de los militantes ligados a esta nueva Juventud confinarían así al olvido, la negación o la invisibilización de la primigenia Juventud.
Vuelve Acha nuevamente aquí a una de sus argumentaciones iniciales. Fue fundante para los nuevos militantes erigirse como actores autónomos tanto política como simbólicamente, desconociendo o repudiando los procesos de organización previos de la otra Juventud. También, por qué no, cuestionando subrepticiamente o explícitamente la autoridad de Perón. Se instituirían así como nueva “generación política” y darían cuerpo a lo que con el tiempo sería el mito masivamente aceptado sobre la historia del peronismo. Este relato mítico fue eficaz y funcionó como herramienta de legitimación política dentro del propio peronismo, transmitido como memoria de una generación y devenido relato de orígenes. Para Acha el mito, en tanto narrativa, supone una operación política y por ende, un instrumento de disputa en un campo de fuerzas en competencia. Acha sintetiza el mito desde su carácter instrumental, y he aquí un argumento de su obra que podría ser revisado. Como diversas disciplinas han propuesto ya, los mitos no sólo refieren a la legitimación de una posición en una disputa, en este caso política, aunque este pueda ser sin dudas un núcleo constitutivo de los mismos. También se entrelazan con aspectos valorativos, afectivos, cognitivos, de cualquier colectivo social, que son especialmente sobresalientes en el peronismo, al que sus propios militantes consideran más que una identidad política una identidad cultural. Para el autor, a través del mito sobresalen los rasgos de la nueva Juventud: nacimiento en el “desierto”, inocencia revolucionaria y mística antiinstitucional. Diferenciándose sobre todo moralmente de la experiencia juvenil anterior considerada traidora y burocrátizada, establece una matriz de refundación del peronismo. Esta nueva juventud formaría parte de la emergencia de pequeños y diferentes grupos, lento proceso de convergencia de diferentes núcleos juveniles que conformó en 1959 una Mesa Ejecutiva de la Juventud Peronista y que lograría finalmente plasmarse generacionalmente dada una aspiración de acumular poder propio. La negación de la precedente juventud jugó a favor de este proyecto generacional dando forma al relato identitario que suprimía una historia originaria propia del período 1945-1955. Como cierre es importante señalar que, tal como esperamos dar cuenta aquí, el texto no sólo indaga en la caracterización política de la inicial Juventud Peronista, sino que también aporta argumentaciones en clave histórico-cultural sobre su confinación al olvido como indicios para pensar procesos históricos y conflictos nacionales más amplios.
Maria Luz Silva – Antropóloga. Profesora de la Universidad Autónoma de Entre Ríos. Doctoranda en Humanidades y Artes con mención en Antropología de la Universidad Nacional de Rosario. Becaria CONICET.
Los dos príncipes: Juan D. Perón y Getulio Vargas. Un estudio comparado del populismo Latinoamericano – Groppo (HH)
GROPPO, Alejandro. Los dos príncipes: Juan D. Perón y Getulio Vargas. Un estudio comparado del populismo Latinoamericano. Villa María: EDUVIM, 2009, 479 p. Resenha de: CARRIZO, Gabriel. Acerca del “renacer de los estudios sobre el Populismo”: una (nueva) mirada comparativa del Peronismo y el Varguismo. História da Historiografia. Ouro preto, n.5, p.205-211, set. 2010.
En los estudios acerca del populismo en América Latina ha primado una explicación historicista de dicho fenómeno político. En efecto, la tradición latinoamericana ha entendido que el populismo se encuentra circunscrito en un período histórico particular de América latina, desde la década del ‘30 hasta la desaparición del modelo de desarrollo de industrialización mediante la sustitución de importaciones a fines de la década del ‘60. En esta perspectiva es clara la fuerte asociación entre la política populista (entendida como una alianza de clases bajo la conducción de un líder carismático) y la estrategia de desarrollo mediante la industrialización por sustitución de importaciones (ISI). Asimismo, en cuanto estudio historiográfico del populismo exista, se ha destacado su uso reduccionista, su vaguedad e imprecisión, su estiramiento conceptual, su carácter pantanoso que obligaría a su olvido. Se lo ha postulado como sinónimo de Estado interventor y asistencialista y / o como negación de los valores elementales de la democracia representativa al poner énfasis en la cuestión del liderazgo demagógico, las relaciones clientelistas y la manipulación de masas, lo que ha implicado no pocas veces considerar al populismo como un “peligro”.
Por ello se lo ha destacado como una anomalía que aparece en los sistemas políticos que no son estables y dinámicos y que una vez en el poder, el populismo busca debilitar las instituciones al privilegiar la relación directa con la gente.
Para Francisco Panizza (2009), el problema de este enfoque historicista es que presenta serias limitaciones en el momento de explicar fenómenos populistas que trascienden la etapa histórica y el lugar geográfico. Además, los aportes provenientes en su mayoría de la sociología política, nos siguen mostrando que el populismo es un término que todavía hoy evoca una serie de significados contradictorios. Como ha apuntado Gerardo Aboy Carlés (2003), en algunas utilizaciones “anárquicas” del concepto, algunos autores han concebido al populismo como un mero estilo de liderazgo, asociando dicha categoría con la demagogia.
En el año 2009 se editó un nuevo libro acerca del populismo en América Latina, en el marco de lo que Paula Biglieri ha denominado “el renacer de los estudios sobre el populismo” (2007). La obra de Alejandro Groppo no solamente presenta una serie de novedades teóricas y empíricas que seguramente habrán de revitalizar los estudios del peronismo y el varguismo, sino que además presenta una mirada comparativa entre Brasil y Argentina (no muy usual) a partir del enfoque de Ernesto Laclau desarrollado últimamente en su Razón Populista (2005).
Para Alejandro Groppo, el populismo estaría dado por un nombramiento político o inclusión radical que le da una existencia simbólica a aquellos sujetos que no habían sido incluidos simbólicamente en la política. Este nombramiento político implica tanto la expansión como la redefinición de los límites de la comunidad política, al incorporar a aquellos sujetos que estaban relegados en los márgenes de la política. En el caso del peronismo, la profundidad dislocatoria del mismo radica en que es el Estado (a través de Perón) el que produce dicha nominación perdiendo su neutralidad para tomar partido por un sector específico.
Además, este nombramiento político se da de manera paralela con una visión no condicionada de la justicia social, produciendo estos dos procesos la politización del campo de las relaciones laborales y sociales.
Lo novedoso de la estrategia de investigación desarrollada por Groppo es que él se desplaza desde el sistema de enunciación y producción del discurso hacia su enunciación y recepción, pues el autor entiende que al indagar y analizar cómo otros discursos políticos existentes reaccionaron ante una enunciación dada, conoceremos cómo ellos percibieron esa enunciación y por qué lo hicieron así.
En el caso argentino, en ese nombramiento político mucho tuvo que ver la intervención ideológica de Perón, la cual será determinante para otorgarle una nueva dirección a la revolución de Junio de 1943. El contexto político de la revolución sin una dirección definida, la falta de liderazgo presidencial en el proceso iniciado en Junio, así como también la ausencia de una definición clara de identidad en los partidos políticos y otros actores sociales, fueron factores que le facilitaron a Perón iniciar un proceso de rearticulación de las fuerzas socio-políticas. Esa nueva dirección tuvo que ver con una re-descripción de la revolución como una revolución esencialmente social, operación ideológica que fue acompañada por el significante justicia social. Groppo afirma: la nueva interpretación de la revolución como revolución social se fue convirtiendo progresivamente en el significado mismo de la revolución como tal. La principal operación retórica de Perón fue introducir en la arena pública una profunda re-descripción del proceso revolucionario en nuevos términos. Al hacer esto, Perón borra del imaginario de la revolución su contenido político – institucional y lo llena y dota con un nuevo contenido.
Desde ese momento en adelante el significante “justicia social” proveyó el principio de fijación que nombraba al proceso en curso (GROPPO 2009, p.
195-196).
Al definir el significante justicia social como el contenido de la Revolución de Junio, Perón además criticó la no intervención del Estado en el área de las relaciones laborales y con esta operación generó una inédita politización de la cuestión laboral en Argentina. Asimismo, el discurso de la revolución social adquirirá con Perón un carácter nacional. Y la institución específicamente diseñada para tal pretensión será la Secretaría de Trabajo y Previsión y la instalación de las respectivas delegaciones regionales. Dicha Secretaría se constituyó en el primer ejemplo de centralización y expansión a nivel nacional de una oficina estatal a cargo de la política y la previsión social. A partir de aquí, la extensión de la revolución a través del territorio nacional fue precisamente una manera de politizar la “cuestión laboral”, cuyo impacto ha comenzado a analizarse en algunos casos provinciales (ERBETTA 2008; ROMANUTTI 2008).
Es interesante ver cómo esa nueva dirección que le imprime Perón a la Revolución de Junio afecta el espacio rural. Para Groppo, fue fundamental el nombramiento político de Perón del trabajador rural como “esclavo”, es decir, que dicho actor social encarnaba la idea misma de injusticia social. El Estatuto del Peón de 1944 vino a aumentar el nivel de antagonismo en el campo y su resultado fue tanto la reactivación de demandas rurales anteriormente postergadas como un incremento en los niveles de organización y sindicalización de los trabajadores rurales. Como se muestra en la obra, tanto la Sociedad Rural Argentina como la Federación Agraria Argentina, se oponían a los dos elementos centrales que implicaba el Estatuto: la imposición de patrones de nacionalización en el modelo de salarios mínimos en todo el país, y la estrategia política de burocratización de las relaciones laborales.
Tanto la SRA como la FAA discutían la definición del trabajador rural como una esclavo (para ellos las relaciones laborales estaban basadas en términos de paternidad); se oponían a la nacionalización de los salarios mínimos (para ellos era contraproducente porque debían tenerse en cuenta los aspectos económicos y las diferencias regionales); y cuestionaban la política de Perón que favorecía el conflicto y generaba antagonismo político (para ellos, en el campo debía seguir primando la armonía social, es decir, un ámbito libre de conflictos).
Como vemos, en el caso del peronismo, el Estado no fue considerado por los grupos económicos dominantes como un factor externo formando parte de una alianza policlasista como ha entendido gran parte de la historiografía dedicada al tema, sino todo lo contrario: fue percibido como un agente antagónico ubicado totalmente del lado de los trabajadores.
Esta intervención discursiva de Perón generó una serie de dislocaciones traumáticas en todas las fuerzas políticas opositoras. Tanto el Partido Socialista, el Partido Comunista como la Unión Cívica Radical tenían una visión condicionada de justicia social, no entendían los derechos de los trabajadores en términos de antagonismo político, se opusieron a la estrategia impulsada por Perón de nacionalización de los salarios mínimos y demonizaron al peronismo, colocándolo en el lugar de lo abyecto. Como bien muestra Groppo, al analizar los discursos de las fuerzas políticas opositoras en la emergencia del peronismo, se percibe que no había tanta diferencia entre ellos, explicando la aparente heterogeneidad de la Unión Democrática. Para las fuerzas políticas opositoras al peronismo como es inexplicable que haya sido posible ese vínculo tan íntimo entre sujetos del pueblo y la propuesta de Perón, esta relación se ve como anti natural en el sentido que es necesario explicarla como una reversión misma del sujeto humano. El argumento anti humanista explica esa galvanización identitaria peronismo –sujetos apelando precisamente al carácter bestial, calculador, hedonista, materialista del ser humano (GROPPO 2009, p. 263).
Lo interesante del libro de Groppo es que muestra de qué manera, a partir de otros presupuestos teóricos que leen la evidencia empírica, se puede llegar a una interpretación distinta acerca de los populismos en América Latina. La tradición latinoamericana no solamente postulaba a los casos de Argentina, Brasil y México como ejemplos clásicos de Populismo, sino que también establecían determinadas periodizaciones para cada caso. El enfoque propuesto por Groppo permite revisar estas afirmaciones.
En el caso de Brasil, 1930 era considerado un punto de ruptura en tanto la Revolución cerraba la etapa de la República Vieja para dar paso al Varguismo, al romperse el pacto del café con leche. Para Groppo, esta ruptura no es tal por varias razones. En primer lugar, porque Vargas representaba la estabilidad de los grupos dominantes en el poder. En segundo lugar, porque el proyecto político de la elite paulista era vista como cercana a la política de Vargas. Y lo que es más importante, porque Vargas no era descrito como un peligro a los ojos de la elite paulista. Vargas no era expresión de fuerzas largamente reprimidas sino que era su barrera de control.
El actor político que sí va a generar un trauma, que según Groppo lo asemeja a Perón, fue Luis Carlos Prestes. En efecto, el líder intelectual y político de los tenentes introdujo en la formación política brasileña la idea de revolución social. Entonces, Prestes y no Vargas representó la radicalización de la revolución, introdujo el antagonismo y facilitó la extensión de fronteras discursivas. Con esto, Prestes era representado como una amenaza más peligrosa que Vargas.
En su Manifiesto de Mayo de 1930, Prestes politiza el conflicto social, interpela a la población marginal de la sociedad brasileña (hablando de “proletariado sufriente”, “trabajadores oprimidos” y “masa miserable”) y expone una clara visión de la articulación entre áreas urbanas y rurales. Para Prestes, el programa político de la Alianza Liberal era un simple cambio de hombres, y que no prometía una verdadera revolución, al garantizar virtudes liberales solamente. En la recepción en los demás actores políticos, la intervención discusiva de Prestes fue considerado un evento dislocatorio, que remitía a imágenes del “abismo”, tratando de evitar llegar a opciones radicales.
Groppo también explica la imposibilidad de la politización de la cuestión social en Brasil, aun bajo el Estado Novo. Esto se debió a que el gobierno no la institucionalizó como una política nacional y universal eficaz en todo Brasil, articulando trabajadores urbanos y rurales, como sí lo hizo Perón. Esto se debió a que los sectores dominantes en Brasil postulaban una visión condicionada de la justicia social, respecto de las posibilidades económicas, productivas o regionales. La justicia social debía ser establecida de acuerdo con la capacidad sistémica y económica de sostenerla.
Lo revelador del trabajo de Groppo es que para él la concepción de justicia social en Vargas estaba también sujeta a consideraciones económicas o al logro de ampliación del mercado interno. Dice el autor: Tanto Vargas como los sectores económicos dominantes tenían una visión similar acerca del rol de la “justicia social” en la formación política. Esto explica el apoyo de esos sectores al varguismo. Es más, estos sectores no mostraron una identidad dislocada en términos del liberalismo económico ni sostuvieron una visión de la intervención del Estado como una “amenaza” al patrón establecido de relaciones sociales, ni tampoco articularon una idea monetarista – cuantitativista del incremento de salarios (…) como sí fue el caso de los sectores dominante contra Perón en Argentina (GROPPO 2009, p. 408).
Lo mismo es posible de ser observado con la Ley de Salarios Mínimos de 1936. Aquí el análisis de Groppo muestra que las demandas del empresariado se mantuvieron firmes en torno a la institucionalización de la regionalización de los salarios.
A diferencia del caso del Peronismo, donde la lucha política era entre una tendencia a la nacionalización (la política social de Perón) y sus escollos regionales (sectores económicos y políticos opositores), en el caso de Brasil tenemos una discusión entre la política oficial ya mediada por las demandas regionalizantes y los sectores que impulsan una profundización de esta segmentación. Entonces, el desarrollo desigual entre regiones y estados fue efectivamente en Brasil un factor estructural condicionante, pero lo fue precisamente porque estaba inscripta tanto en el discurso político de los sectores económicos como en la estrategia política del gobierno de Vargas (GROPPO 2009, p. 414).
Es por ello que, al observar la recepción discursiva que la ley tuvo en los sectores del trabajo, Vargas fue percibido como alguien ajeno a sus intereses.
Es más, para los trabajadores Vargas representaba los intereses del bloque de poder.
La legislación laboral no fue un factor de conflicto entre las asociaciones de empleadores y sectores empresarios y Vargas. Tampoco produjo una dislocación generalizada en la identidad de las elites económicas dominantes, y por lo tanto, no vieron de manera traumática a la política social de Vargas.
En definitiva, el libro de Groppo nos muestra que si tomáramos al populismo como sólo un estilo carismático de liderazgo beneficiado por la rápida industrialización de algunos países latinoamericanos desde la década del ‘30, no se advertirían las diferencias en las estrategias ideológicas discursivas entre Vargas y Perón, como veremos a continuación.
En primer lugar, las condiciones estructurales iniciales, esto es, una estructura histórica nacionalizada y desarrollo más homogéneo, facilitaron la emergencia del peronismo. En segundo lugar, con respecto a la inclusión radical de un sujeto subalterno, en Perón la estrategia discursiva vinculó a los trabajadores urbanos y rurales como un modo de articular el campo y la ciudad, mientras que en Vargas ese lazo estaba ausente. Ese acto de inclusión radical en Perón cuestionó las bases que organizaban la comunidad hasta ese momento, convirtiéndose para los demás discursos en un peligro para el orden social. Es en este último punto donde Groppo señala cierta equivalencia entre Perón y Prestes. Sin embargo habían dos diferencias sustanciales: en primer lugar Perón gobernó el país, lo que le permitió introducir el antagonismo desde el Estado y a través de decisiones de política pública; en segundo lugar, introdujo desde el Estado el antagonismo en un espacio donde no existía. Por último, la introducción de un tipo específico de significante vacío también muestra diferencias. Si en Perón el significante “justicia social” originó las reacciones en su contra, en el caso de Vargas el significante “unidad nacional” evitó la formación de una oposición política.
Referencias ABOY CARLÉS, Gerardo. Repensado el Populismo. Política y gestión. Rosario: Homo Sapiens Ediciones, vol. 4, 2003.
BIGLIERI, Paula. El concepto de populismo. Un marco teórico. En BIGLIERI, Paula & PERELLÓ, Gloria (comps.). En el nombre del pueblo. La emergencia del populismo kirchnerista. Buenos Aires: UNSAM Edita, Universidad Nacional de General San Martín, 2007.
ERBETTA, María Cecilia. “Rápida, justa y barata”. La implementación de la justicia del trabajo en Santiago del Estero (1943-1955).Ponencia, Primer Congreso de Estudios sobre el Peronismo. La Primera década.
Universidad Nacional de Mar del Plata, 6 y 7 de Noviembre, 2008.
LACLAU, Ernesto. La razón populista. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2005.
PANIZZA, Francisco. Introducción. El Populismo como espejo de la democracia.
En PANIZZA, Francisc (comp.). El Populismo como espejo de la democracia, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2009.
ROMANUTTI, Virginia. Discurso político e instituciones. La Delegación Regional de la Secretaría de Trabajo y Previsión como organizadora de la cuestión social en Córdoba durante el Peronismo. Ponencia, Primer Congreso de Estudios sobre el Peronismo. La Primera década. Universidad Nacional de Mar del Plata, 6 y 7 de Noviembre, 2008.
Gabriel Carrizo – Investigador Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA) gabo.carrizo@gmail.com Avenida Comodoro Rivadavia, 716 – Standar Norte Comodoro Rivadavia – Chubut 9005 Argentina Palabras-clave Populismo; Historiografia; Análisis del discurso.
Relaciones tumultuosas: Estados Unidos y el primer peronismo | Mario Raport e Claudio Spiguel
Estamos en presencia de una muy importante contribución a la historiografía argentina, en una temática que siempre suscita renovadas preguntas y debates. A lo largo de una introducción, 16 capítulos y una conclusión se analiza una época decisiva, no sólo de la historia nacional, sino también del devenir de la historia internacional. Dos apéndices, uno estadístico y el otro documental cierran el libro, ofreciéndole al lector valiosos elementos adicionales para su propia evaluación crítica. Los ocho primeros capítulos están dedicados a los antecedentes inmediatos de la década del primer peronismo. Se establecen allí las grandes líneas de las relaciones argentino-norteamericanas a partir de 1933, conectándolas siempre con el más antiguo vínculo británico y el entonces tan polémico tema de la Alemania nazi. El legendario choque entre el embajador Spruille Braden y Juan Perón (1945-46) se ubica justamente en la sutura entre dos épocas, yuxtaponiendo buena parte de los mitos y realidades de la Segunda Guerra Mundial al inicio de las tensiones mundiales que se convertirán en la Guerra Fría. Leia Mais
Relaciones tumultuosas: Estados Unidos y el primer peronismo – RAPPORT; SPIGEL (RBPI)
RAPOPORT, Mario & SPIGUEL, Claudio. Relaciones tumultuosas: Estados Unidos y el primer peronismo. Buenos Aires: Emecé, 2009, 522 p. Resenha de: BUCHRUCKER, Cristian. Revista Brasileira de Política Internacional. v.53 no.1 Brasília Jan./July 2010.
Estamos en presencia de una muy importante contribución a la historiografía argentina, en una temática que siempre suscita renovadas preguntas y debates. A lo largo de una introducción, 16 capítulos y una conclusión se analiza una época decisiva, no sólo de la historia nacional, sino también del devenir de la historia internacional. Dos apéndices, uno estadístico y el otro documental cierran el libro, ofreciéndole al lector valiosos elementos adicionales para su propia evaluación crítica. Los ocho primeros capítulos están dedicados a los antecedentes inmediatos de la década del primer peronismo. Se establecen allí las grandes líneas de las relaciones argentino-norteamericanas a partir de 1933, conectándolas siempre con el más antiguo vínculo británico y el entonces tan polémico tema de la Alemania nazi. El legendario choque entre el embajador Spruille Braden y Juan Perón (1945-46) se ubica justamente en la sutura entre dos épocas, yuxtaponiendo buena parte de los mitos y realidades de la Segunda Guerra Mundial al inicio de las tensiones mundiales que se convertirán en la Guerra Fría.
Los ocho capítulos siguientes desarrollan los altibajos de la primera y segunda presidencia de Perón, conservando la dinámica expositiva de la parte anterior, en la que las figuras relevantes siempre se muestran interactuando con restricciones y oportunidades cambiantes que surgen del entorno regional e internacional. Desfilan así la normalización de las relaciones (1946-47), las conferencias interamericanas y el Plan Marshall, la proclamación de la “Tercera Posición”, la crisis de 1949, el inicio de un viraje (1950), el retorno de los conflictos (1951-52), la nueva política peronista (1952-53) y las renovadas tensiones de 1953-54, hasta culminar con la caída del gobierno en 1955. El aparato erudito que fundamenta todo esto es extenso y sólido: los autores han consultado las fuentes documentales relevantes de Argentina, Estados Unidos, Gran Bretaña y las Naciones Unidas en 38 archivos y colecciones, más de 300 libros y capítulos de libros, 46 artículos de publicaciones periódicas e internet, así como 25 diarios y periódicos argentinos, 10 norteamericanos, 6 británicos y 7 de otros países americanos y europeos.
A pesar de estar firmemente anclada en los documentos, cosa que siempre debe ser elogiada, esta no es simplemente una tradicional historiografía narrativa-lineal, sino un estudio consciente de la necesidad de hacer explícitos sus supuestos teóricos. En ese sentido resulta especialmente significativo el siguiente pasaje:
“Los enfoques teóricos que han descuidado el análisis profundo de la vinculación entre los procesos económicos, políticos y estratégicos niegan la existencia de la contradicción en tanto concepto central de las ciencias sociales y asumen esa ‘incoherencia’ como muestra de una posible irracionalidad institucional. En resumen, suplantan el análisis complejo de la realidad en el proceso de toma de decisiones en materia de las políticas exteriores [ ] por la interpretación psicológica de los individuos o de las instituciones y/o por la competencia burocrática resultante. Pierden así de vista la verdadera índole de los factores que pujan entre las bambalinas del poder, o de esos pocos que lo ostentan, como titula su libro de memorias uno de los más perspicaces diplomáticos británicos de la época, Sir David Kelly, quien desde la embajada en Buenos Aires seguía paso a paso la conducta de estos actores.” (p.62)
Rapoport y Spiguel logran desplegar una época no sólo relatando, sino tambien analizando y explicando toda su complejidad, mostrando los nexos entre política interior y exterior, el peso de la economía y el claroscuro de las ideas. Todo eso da origen a un oscilante campo de fuerzas condicionantes, que permite más de una opción, pero que también implica costos para cualquier camino que se tome y siempre reserva una gran cuota de incertidumbre a la hora de prever resultados. Este enfoque supera claramente las deficiencias de numerosos ensayos sobre el siglo XX argentino hasta fines de la década de 1990, difundieron el cómodo estereotipo del “actor racional” operando en “los mercados” según una única doctrina económica válida o conduciendo un país como estadista iluminado que tiene recetas preparadas de antemano para todas las contingencias. Ya el título de esta obra permite advertir que no vamos a encontrar tales simplificaciones. Más fieles al mundo real, los autores nos introducen en “relaciones tumultuosas” y heterodoxias, dejando la linealidad y las ortodoxias (del tipo del “librecambio” universalmente bienhechor) relegadas a las páginas de ciertos manuales.
Sobre este trasfondo se hacen más inteligibles ciertas continuidades históricas, no sólo en lo referente a las estructuras, sino incluso en la actuación de determinadas figuras, como fue el caso de Braden, que ya en los años 30 había chocado con la diplomacia argentina, esa vez en la persona del canciller Carlos Saavedra Lamas. Paso a paso, vinculando magistralmente las fuentes con el análisis crítico, los autores logran una reconstrucción histórica que no deja mitos en pie. Creo que en esta reseña resulta especialmente interesante referirse a tres de esos lugares comunes de vida excesivamente larga.
En primer lugar: la pretensión del sedicente “realismo” de entender la política internacional como la interacción entre Estados que se conciben como bloques homogéneos. Lo que este libro muestra claramente es que en cada encrucijada deben ser estudiados cuidadosamente los diferentes sectores internos (coaliciones de políticos y diplomáticos, militares y grupos empresarios) y las recurrentes tensiones entre “duros” y “blandos”, entre rupturistas y negociadores. Y esto vale tanto para Buenos Aires como para Washington.
En segundo lugar, la vieja tesis del supuesto carácter “nazi” del golpe militar del 4 de junio de 1943. Conectando su propia investigación con los resultados sólidos alcanzados por la historiografía a nivel internacional, los autores llegan a la conclusión de que el tópico de la “amenaza nazi” fue “la modalidad principal que adoptó la legitimación de la acción política de los Estados Unidos en el conflicto con la Argentina, buscando el logro de sus objetivos y la expansión de su influencia, en la que trató de doblegar a su voluntad a sucesivos regímenes argentinos: Castillo, la junta militar de 1943, Perón”. (p.83)
Por último, la supuesta falta de adecuación de una Argentina excesivamente arrogante al escenario internacional de los años cuarenta y cincuenta. Variaciones de esta tesis se encuentran en una parte no despreciable de la lo que se viene publicando desde hace décadas, a menudo con el agregado conjetural de que una política argentina más “adecuada” y humilde hubiese dado como resultado vaya a saber qué maravillosos beneficios para los argentinos. Sin embargo, ni la historia comparada con otros países en situaciones aproximadamente similares, ni el estudio detallado de las relaciones argentino-norteamericanas han logrado producir muchas pruebas que avalen esas apreciaciones. En ese sentido, las conclusiones a que llegan Rapoport y Spiguel después de su paciente indagación resultan un verdadero ejemplo de rigor analítico y apego a la evidencia documental. En el “desafío nacionalista” de la política exterior peronista no fueron lo fundamental ni el “estilo de gobierno”, ni “un liderazgo circunstancial”, ni una “inadecuación”. En realidad, tanto el oficialismo como “buena parte de la oposición” consideraban que “el carácter periférico y dependiente del país respecto de las grandes potencias” no era una “condición natural”, sino un obstáculo que debía ser superado. En el desarrollo concreto de la política exterior, esta percepción básica (que no parece haber estado muy alejada de la realidad) no pudo manifestarse en una sola línea, sino que tuvo cambios de instrumentación, dado el “el contexto de una determinada correlación de fuerzas a nivel nacional e internacional.” En el diseño de esos cambios “la gama de opciones” disponibles estaba determinada también por el “sustento social y objetivos del proyecto gubernamental.” Habiéndose dado esas condiciones, no resulta sorprendente que quedasen descartadas, “tanto una ruptura radical del tipo de vinculación externa que había caracterizado a la Argentina, como una ‘asociación estable’ que supusiera la subordinación periférica a una gran potencia.” (p.447)
Como siempre que se escribe historia, nadie puede pretender que se ha dicho alguna vez “la última palabra”. Pero de este libro cabe decir que sus excepcionales características lo convierten en referencia obligatoria para todos los que pretendan informarse seriamente y entender en profundidad no sólo las relaciones entre Estados Unidos y el primer peronismo, sino también sus proyecciones hasta nuestro tiempo.
Cristian Buchrucker – Professor de la Universidad Nacional de Cuyo (Argentina) y investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas – Conicet ( buchruckerc@logos.uncu.edu.ar).
Multidões em cena: propaganda política no varguismo e peronismo | Maria Helena Rolim Capelato
Conhecida pela sua larga produção intelectual, a profª. Maria Helena Capelato é autora de O Bravo Matutino, Imprensa e ldeologia: O Jornal ”O Estado de São Paulo”, (em co-autoria com Maria Lígia Prado), O movimento de 1932: A causa Paulista, (em co-autoria com Carlos Guilherme Mota), Imprensa e História do Brasil, e Os Arautos do Liberalismo: Imprensa Paulista 1920-l94. Como se pode notar, teve sua preocupação centrada nos anos 30 e em especial no Estado Novo e na análise da imprensa no período, e agora apresenta-nos mais este livro, que é um estudo sobre o varguismo e o peronismo.
Multidões em cena tem como objeto o estudo comparado entre o varguismo e o peronismo no tocante ao significado da propaganda política idealizada e posta em prática, tanto pelo Estado Novo (1937) como pelo Peronismo (1945-1955). Estes regimes, por sua vez, inspiram-se nos métodos de propaganda nazista e fascista, adaptados para a realidade histórica brasileira e argentina, pois, nesse período, estes países têm necessidades de projetar-se enquanto Estado-Nação, e dessa maneira, nada mais adequado do que inspirar-se nas nações ditas civilizadas, daí, a inter-relação de idéias que havia no período do entre-guerras nos países que adotaram políticas antiliberais. Leia Mais