Une Histoire sociale du Nouveau Monde | Cécile Vidal

Se trata de una obra de altas calidades que constituye un paso más en un proceso de investigación en marcha desde hace varios años en uno de los “laboratorios de investigación histórica” de la École des Hautes Études en Sciences Sociales (París). La obra presenta textos de una quincena de investigadores, organizados en ocho capítulos dedicados a aspectos sustantivos de lo que desde principios del siglo XX se designó como historia social, y se acompaña, además, de una conclusión, de una introducción general y de unas palabras preliminares de la directora de edición, que presenta y aclara el proyecto general de trabajo. Leia Mais

Uma história das leishmanioses no novo mundo: fins do século XIX aos anos 1960 | Jaime Larry Benchimol e Denis Guedes Jogas Junior

O livro Uma história das leishmanioses no novo mundo: fins do século XIX aos anos 1960, de Jayme Larry Benchimol e Denis Guedes Jogas Júnior, publicado em 2020 pelas editoras Fino Traço, de Minas Gerais, e Fiocruz, do Rio de Janeiro, não é bem um livro, mas uma enciclopédia especializada. Desde a apresentação, Jayme Benchimol nos informa que haverá um próximo volume sobre a história de uma doença que tem características desafiadoras, seja por sua amplitude e singularidades geográficas, seja pela sua epidemiologia ou pela epistemologia dos fatores que interferiram nas explicações sobre sua classificação nosológica.

A dimensão épica do presente livro não é surpresa, dada a tradição de grandes empreitadas a que Jayme Benchimol se dedica, sempre na seara da história da saúde pública e da biomedicina no Brasil, especialmente a partir do Rio de Janeiro. Em publicações anteriores já vimos pesquisas de grande fôlego, tais como a divulgação da obra de Adolpho Lutz – este em parceria com Magali Romero Sá, em vários volumes, publicados entre 2004 e 2006 – ou a coordenação de publicação sobre a história da febre amarela, de 2001. Leia Mais

As cores do Novo Mundo: degeneração, ideias de raça e racismos nos séculos XVII e XVIII | Bruno Silva

Quando Diderot e d’Alembert concluíram a Encyclopédie, esse enorme empreendimento intelectual coletivo que buscava concentrar e ordenar o conhecimento possuía mais de 70.000 artigos. No entanto, nenhum deles era dedicado à América. A falta de um verbete sobre o continente americano no que foi descrito por Robert Darnton (1986, p. 247) como “o texto supremo do Iluminismo” é reveladora do espaço dedicado ao Novo Mundo nas reflexões de alguns membros da intelectualidade europeia do período das Luzes. A partir de lógicas hierarquizadoras, as terras americanas e seus habitantes foram, muitas vezes, relegados aos estágios inferiores de desenvolvimento ou de “civilização”.

Essa ausência viria a ser contornada apenas no Supplément à l’Encyclopédie, publicado entre 1776 e 1777, que não contou com a participação direta dos principais organizadores da obra original. Nele, o verbete Amérique2 é dividido entre dois autores. As questões geográficas entremeadas por debates acerca da fiabilidade das fontes sobre o Novo Mundo foram abordadas por Samuel Engel, cartógrafo ilustrado suíço que já havia dedicado uma obra ao continente americano, na qual buscava determinar como, quando e por quem essas terras teriam sido povoadas (ENGEL, 1767). Por sua vez, as discussões envolvendo os indígenas, a natureza e as influências deletérias do clima couberam a Cornelius de Pauw. Em sua parte do verbete, o intelectual prussiano descreve um continente, bem como seus habitantes, marcado pela inferioridade e pela falta em seus múltiplos aspectos: de animais de carga, de disposição e maturidade para o trabalho físico e intelectual por parte de seus moradores, de condições climáticas favoráveis à agricultura e ao desenvolvimento das sociedades, entre várias outras ausências. Leia Mais

El continente vacío. La conquista del Nuevo Mundo y la conciencia moderna – SUBIRATS (A-EN)

SUBIRATS, Eduardo. El continente vacío. La conquista del Nuevo Mundo y la conciencia moderna. Guadalajara: Editora da Universidad de Guadalajara, 2019. Resenha de SUBIRATS, Eduardo. An intellectual journey through the Americas. Notes on El Continente Vacío. Alea, Rio de Janeiro, v.22 n.1, jan./apr. 2020.

Quiero contarles la historia sumaria de El continente vacío aprovechando su edición este año de 2019 por la Universidad de Guadalajara, México. Tratándose de un libro altamente polémico de análisis filosófico de la “conquista” española de América presentar esta cuarta edición no es un evento cualquiera. La primera, publicada en Madrid en 1993, fue destruida por la propia editorial que la publicó después de que capital ligado a la Iglesia católica española la adquiriese, destituyendo a su director Mario Muchnik. La segunda edición fue publicada, unos meses más tarde, por la editorial mexicana Siglo XXI. Su director rechazó una reedición por motivos ideológicos. La tercera edición aumentada fue publicada por la Universidad del Valle en Cali, Colombia, en 2011.

Pero también deseo aprovechar esta ocasión para explicarles lo que me indujo a escribir este libro en 1988. También deseo contarles mis andanzas por las Américas que siguieron a la primera presentación de este ensayo de interpretación del colonialismo europeo en un Madrid que celebraba el V Centenario de un Descubrimiento de América para ocultarse el continuo proceso de destrucción y decadencia de los pueblos y las civilizaciones del continente americano y de la propia metrópoli que este llamado “descubrimiento” ha traído consigo.

Yo decidí estudiar y escribir sobre el proceso de colonización de América en uno de los muchos viajes a México que entonces realizaba como joven conferenciante, profesor de estética y autor de complicados ensayos filosóficos. Llevaba tiempo vagando y morando entre New York y Cusco, Buenos Aires y Manaos, São Paulo y La Habana. A lo largo de estos viajes me iba distanciando de mis años de aprendizaje en Barcelona, París y Berlín. Yo iba ampliando el horizonte de mi conciencia. Y lo que era más importante: iba reconociendo progresivamente los límites intelectuales y las riendas mentales de una arrogante, pero decadente, conciencia europea. Y un bello día, en el Zócalo de la ciudad de México, me dije: tienes que hacer algo con esos años de aventuras y experiencias en las Américas.

Decidí comenzar por el origen y el principio del nombre y la realidad histórica de estas Américas. Es decir, decidí empezar por el largo proceso de su descubrimiento, conquista, destrucción, sometimiento y conversión, que los estructuralistas franceses habían escamoteado bajo el anodino título de una “invención de América”. El continente vacío nació de una voluntad de analizar la colonización americana a partir de sus fundamentos teológicos y teológico-políticos.

Les contaré un par de anécdotas chuscas que ponen de manifiesto el ambiente que me asediaba en el Madrid del Centenario. Un bello día, en una fiesta madrileña que ofrecía el editor de la primera edición de este libro, Mario Muchnik, la entonces ministra de educación del gobierno socialista español me espetó con una inconfundible insolencia: “¡Usted ha escrito un libro terrible, Sr. Subirats!” Meses más tarde el editor fue defenestrado y destituido. Y una de sus consecuencias fue que mi libro se liquidó por “no vender”, de acuerdo con el veredicto de los nuevos propietarios de la editorial Anaya vinculados a corporaciones nacional-católicas. Todo ese proceso estaba empañado, además, por un resentimiento antisemítico.

Este mismo año tuvo lugar la solemne presentación de la edición mexicana en la Universidad Autónoma de México bajo la presidencia de dos destacados intelectuales mexicanos: Margo Glantz y Roger Bartra. Les mencionaré uno de los temas que se debatieron en esta ocasión. Margo subrayó el punto de partida implícito en el Continente vacío: las destruidas tradiciones espirituales islámicas y hebreas de la Península ibérica. Sólo esta perspectiva histórica permite comprender el proceso colonial americano, que el intelectual judío Bartolomé Casaus o de Las Casas denominó “destruycion de las Indias”, desde sus raíces constituyentes: su principio de guerra santa cristiana y su ferocidad genocida. En otras palabras, reconstruí la eliminación sistemática de dioses, templos, ciudades y vidas, de Tenochtitlán a Cusco, a partir de las cruzadas contra las memorias, las lenguas y los pueblos hebreos e islámicos de la península ibérica.

Les contaré todavía otra anécdota que personalmente me parece curiosa. Apenas comenzando mi nueva vida estadounidense en la Universidad de Princeton, en 1994, entregué un ejemplar de El continente vacío a Princeton University Press con el objeto de su edición inglesa. Lo leyeron atentamente e hicieron elogios de su scholarship, pero dijeron que no podían publicarlo porque citaba a demasiados autores latinoamericanos, de Garcilaso y Las Casas a Bonfil Batalla, que sólo conocían aquellos lectores de habla castellana ya familiarizados con la edición mexicana del Continente vacío. Además, me señalaron explícitamente en una carta que mi punto de vista era eurocéntrico, porque partía de la lógica de las cruzadas y de la teología política del Imperio Romano y Cristiano.

No tengo que subrayarles mi opinión sobre semejante veredicto. Pero añadiré que la ignorancia y la falsificación del proceso colonial de Ibero-América sigue siendo amparado, si más no por simple omisión, limitación y pereza intelectuales, por el eje militar del Atlántico Norte en las más significativas instituciones académicas y editoriales de Berlín, Princeton o Madrid: hoy lo mismo que en el siglo dieciséis.

Con eso creo que ya puedo dar por explicado de qué trata este libro. Es la reconstrucción de la teología política de la colonización que recorre las cartas de San Pablo y los tratados de Las Casas; que recorre la destrucción sistemática de lenguas, memorias y espiritualidades a lo largo del continente americano; y que recorre la esclavitud y el genocidio de millones de seres humanos como una de sus últimas consecuencias. Pero tengo que añadir un breve comentario a esta definición minimalista del proyecto que subyace a este ensayo.

En El continente vacío seguí al pie de la letra el mantra que pronuncio el Inca Garcilaso en sus Comentarios reales: América, antes destruida que conocida y reconocida por el Occidente cristiano. Por consiguiente, decidí reconstruir la teología de la destrucción y definir la hermenéutica de restauración de las memorias y el esclarecimiento de la noche oscura de las sucesivas cruzadas de las Américas. Lo que quiere decir que es tan importante la primera parte de El continente vacío, en la que analizo desde una perspectiva netamente negativa la teología de la sujeción y subjetivación coloniales, como su segunda parte, que es afirmativa. En esta segunda parte pongo de manifiesto un vínculo ocultado entre el Inca Garcilaso y el filósofo sefardí Leone Ebreo, y señalo la alternativa hermenéutica y el nuevo humanismo que se desprende de este encuentro espiritual desde una perspectiva rigurosamente filosófica y precisamente actual; una perspectiva explícitamente crítica con la lógica del suicidio instaurado en los poderes corporativos globales.

Pero les iba a contar la historia del viaje filosófico por las Américas que siguió a la realización de este libro, y me he quedado en México. El siguiente paso, después de México, me llevó a los Estados Unidos. Y en el departamento de Literaturas Romances de Princeton University me encontré con la memoria viva de dos profesores exiliados de la dictadura española de 1939: Américo Castro y Vicente Lloréns. El título del libro que resume esta nueva aventura intelectual es Memoria y exilio, que, en su segunda edición aumentada y revisada, modifique por el de La recuperación de la memoria. En realidad, la colección de ensayos que reúnen estos libros tratan de ser ambas cosas: define la memoria exiliada como una constante del nacionalcatolicismo español hasta el día de hoy; asimismo expone una estrategia de recuperación de estas memorias impunemente negadas y clausuradas desde el siglo de la Inquisición hasta la era de Internet.

Un libro es la continuación del otro. La reconstrucción de la teología colonial en El continente vacío se abre, en Memoria y exilio, a la crítica del absolutismo monárquico, de la arrogancia nacional-católica y de los excesos doctrinarios en la historiografía moderna de la Península Ibérica e Iberoamérica. Y el análisis de la destrucción colonial de las altas civilizaciones americanas desemboca, como su última consecuencia, en una crítica de las culturas de América Latina perenemente sometidas al atraso moral, económico y político, y a la continuidad sin fisuras de las dependencias coloniales y neocoloniales. El mundo hispánico no ha tenido humanistas (los que lo fueron eran, en su mayoría, conversos, como Luis de León o los hermanos Valdés, y fueron encarcelados y exiliados, cuando no torturados y asesinados por la Inquisición). Este pequeño mundo hispánico tampoco ha tenido un pensamiento esclarecedor (los llamados “ilustrados” nunca cuestionaron el sistema autoritario que recorría la tradición escolástica ni la autoridad de la Inquisición en el Siecle des lumières); no ha conocido el liberalismo moderno (fue asesinado o exiliado con la restauración Borbónica a comienzos del siglo diecinueve); y ha cerrado sus puertas a la construcción de un pensamiento crítico en las situaciones cruciales del siglo veinte. Esos son los problemas que debatí en Memoria y exilio.

Pero quiero regresar al relato de mis viajes panamericanos. Y cerraré esta brevísima relación con un tercera y última estación. La titulé Paraíso. Esta colección de ensayos posee múltiples ediciones con títulos ligeramente diferentes, desde una optimista A penúltima visão do Paraíso, publicado en São Paulo en 2001, hasta la más sobria visión en su edición electrónica bajo el título escueto de Paraíso, en el Fondo de Cultura Económica, de 2013.

Paraíso es un cuaderno de viaje intelectual. Y, por consiguiente, es un libro más versátil que versado. Más bien me parece una rapsodia de los motivos y las motivaciones que encontraba en mi camino, guiado por la mano de andanzas y aventuras fortuitas. Y es, con todas sus torpezas, un libro de encuentros con arquitectos como Oscar Niemeyer o Lina Bo Bardi, con artistas y poetas populares, con manifiestos de la música, la pintura, la poesía y la literatura americana como los de Tarsila do Amaral, Oswald de Andrade, Villa Lobos y Mário de Andrade. Y un libro que me abrió las puertas a los estudios posteriores sobre momentos cruciales de la cultura latinoamericana moderna como el Muralismo mexicano o Yo el Supremo de Augusto Roa Bastos.

Permítanme concluir con unas palabras sobre el concepto de esclarecimiento. Su importancia en la historia moderna no puede subrayarse lo suficiente. Sin esclarecimiento no habría existido la Independencia de los Estados Unidos ni la Revolución francesa. Sin esclarecimiento tampoco hubiera tenido lugar la independencia de las naciones iberoamericanas, con todas las ambigüedades que esta translatio imperii de la escolástica y la contrarreforma españolas al esclarecimiento de Francia, los Países Bajos, Inglaterra o Alemania ha llevado consigo. Sin esclarecimiento no existirían joyas arquitectónicas y artísticas como la ciudad de San Petersburgo. Sin esclarecimiento no tendríamos una Novena Sinfonía de Beethoven. Tampoco podríamos contar con la crítica del capitalismo de Marx y la crítica del cristianismo de Nietzsche. En fin, sin esclarecimiento seriamos capaces de citar la máxima por excelencia del psicoanálisis de Freud y Jung: “Donde era Ello debe devenir Yo”, o más exactamente, donde reinaba lo inconsciente debe venir el proceso luminoso de la individuación autoconsciente. Esclarecimiento es también la finalidad suprema de la meditación en sus formas védicas, tántricas, budistas y taoístas. Y sin esclarecimiento no tendríamos el canto prometeico a un desarrollo humano en el medio de una tierra fecunda que Diego Rivera plasmó en los murales de la ex-iglesia católica de Chapingo.

A lo largo de los últimos años he organizado una serie de eventos con otros intelectuales de las Américas en torno a la idea de “esclarecimiento en una edad de destrucción”. Hemos tratado de redefinir el concepto filosófico, educativo y político de esclarecimiento desde una serie de perspectivas diferenciadas, tanto filosóficas como pragmáticas, en Sofía, Ouro Preto, Bogotá y Lima, y en New York y Santiago de Chile. Y hemos hecho público este último proyecto a lo largo de una serie de ensayos y artículos. Finalmente, también cristalizamos estas discusiones en un libro colectivo: Enlightenment in an Age of Destruction (“Esclarecimiento en una edad de destrucción”)

Pero antes de definir el significante esclarecimiento o enlightenment tengo que explicar el concepto de destrucción. Hoy vivimos amenazados bajo una gama amplia de fenómenos industriales que tienen a esta destrucción o autodestrucción como denominador común: la carrera armamentista del complejo tecnológico-industrial-militar, el envenenamiento químico de ecosistemas y el calentamiento global, y no en último lugar, los desplazamientos y el encierro en campos de concentración de decenas de millones de humanos. Paralelamente nos confrontamos con una serie de fenómenos de fragmentación política, segregación social y violencia. Y nos enfrentamos con sistemas electrónicos de manipulación y control corporativos totales sobre la vida individual de centenares de millones.

En cuanto al concepto de esclarecimiento podemos definirlo, negativamente, por lo que no es. En primer lugar, esclarecimiento no significa “ilustración”, una palabra castellana que define el lustre y el brillo de la ciudad letrada hispánica como epítome del eterno anti-esclarecimiento nacional-católico español. En segundo lugar, esclarecimiento no significa información; ni tampoco la robotización de esta información por los softwares académicos. Su fundamento es la experiencia individual de conocimiento y las posibilidades de un diálogo público sobre nuestra experiencia en el mundo. Este diálogo social esclarecedor parte de una premisa: el desarrollo de nuestras capacidades intelectuales y, por consiguiente, de los sistemas, discursos y estrategias educativas.

Nuestros sistemas educativos, en México, en Brasil o en la Península ibérica se encuentran en un estado ruinoso perfectamente administrado a través de sus salarios miserables, sus deplorables medios técnicos, la escasez de becas, y unas alternativas laborales y sociales mediocres. En los Estados Unidos las humanidades se desmoronan ostensiblemente bajo el dogmatismo antihumanista, antiestético y antifilosófico de las corporaciones académicas. Por encima de todo ello el intelectual independiente capaz de criticar, esclarecer y movilizar a una masa electrónicamente embrutecida brilla por su más obscena ausencia. Las tiranías y gobiernos corruptos dan por sentado que no es necesario investigar, ni pensar, ni esclarecer, puesto que ya tenemos smartphones.

La reivindicación del esclarecimiento y la renovación de su proyecto intelectual, referido específicamente a América Latina en la constelación del colapso completo de sus organizaciones de resistencia anticolonial, es el hilo de oro que recorre mi último ensayo Crisis y crítica. Con este proyecto, que significa revertir el proceso de regresión política y decadencia cultural impuesto por nuevas formas totalitarias de gobierno en el mundo entero, deseo poner punto final a esta presentación. A semejante tarea nos debemos todos nosotros.

Eduardo Subirats. Autor de El continente vacíoMito y LiteraturaParaíso, La existencia sitiada, entre otras decenas de libros y ensayos. Ha vivido en España, México, Brasil y en los Estados Unidos, donde fue profesor de la Universidad de Princeton. Trabaja actualmente en la New York University. E-mail: eduardosubirats@msn.com.

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Paradis du Nouveau Monde | Nathan Wachtel

As associações interdisciplinares entre os campos historiográficos e antropológicos parecem render grandes contribuições para o entendimento da História, como é possível de se perceber, por exemplo, pela abordagem histórico-cultural da Arqueologia, segundo a apresentação de Bruce Trigger (2004). É, pois, a partir dessa rica relação com a Antropologia que Wachtel, historiador nomeado à Cátedra de História e Antropologia das sociedades meso e sul-americanas do Collège de France em 1992 e grande expoente em seus “estudos marranos”, elabora os capítulos de seu livro2. Sendo dividida em duas grandes partes, separadas em um total de cinco seções, ademais de introdução e conclusão, a obra congrega suas considerações sobre algumas das concepções paradisíacas colocadas sobre a América. Desse modo, em sua Avant-propos, o pesquisador, tratando das principais questões historiográficas da atualidade, situa este livro como parte de suas análises marranas, apoiando-se em uma bibliografia embasada nas discussões sobre os pensamentos ocidentais e sobre a aculturação, bem como em documentos de trabalhos teóricos e de campo, históricos e antropológicos. Portanto, conclui que sua denominação de “Paraíso”, como resposta a eventos traumáticos, surge mais enquanto vocábulo contraditório, ao passo que recupera, pelas comparações paradisíacas, os terrores infernais vivenciados pelo continente americano.

Diante dessas primeiras considerações, o autor dá início à primeira parte de seu texto, denominada “Fables D’Occident”, nela assinalando os impactos do encontro do novo continente sobre o mundo ocidental. Assim sendo, ao inaugurar o primeiro capítulo de sua produção, intitulado “Le paradis en Amérique”, remete à extensa bibliografia dedicada à localização dos paraísos terrestres, um debate renovado com as descobertas de Cristóvão Colombo. Inserindo nesse cenário a obra de Antonio de León Pinelo, erudito e cristão-novo, o percebe alinhado cronologicamente à narrativa barroca, atribuindo a suas observações sobre o continente americano os preceitos e reafirmações de sua fé cristã e mariana. Nelas, coloca, em termos geográficos, e não metafóricos, o paraíso terrestre nas porções de terra centrais americanas, pensando, ainda, sobre questões como as origens do mundo, a presença e a chegada das populações das Américas, a remota existência de gigantes, a presença da Árvore do Conhecimento do Bem e do Mal e dos rios paradisíacos no recém conhecido continente. Por esse modo, teria ele principiado um pensamento racional e, tal qual outros cristãos-novos, o advento da Modernidade Ocidental. Para além do literato espanhol, Wachtel atenta-se para o jesuíta português Simão de Vasconcelos, sobretudo por sua colocação metafórica do Paraíso em solo brasileiro. Dessa maneira, assevera a concretização do comum trato narrativo das maravilhas americanas, igualmente que as constatações comparativas entre o Novo Mundo e as qualidades paradisíacas. Leia Mais

Antigüedad clásica y naciones modernas en el Viejo y el Nuevo Mundo | A. Duplá Ansuáteguia, E. Dell’Elicine, J. Pérez Mostazo

El presente libro es una compilación de artículos que se proponen analizar la utilización del pasado clásico en la construcción de los discursos identitarios en la modernidad, tanto en Europa como en América. La introducción del libro ya señala que la utilización de ese pasado remite a la necesidad de constituir una suerte de continuidad entre la Antigüedad y las naciones en formación. [1] Leia Mais

As Américas na primeira modernidade – CAÑIZARES-ESGUERRA (H-Unesp)

CAÑIZARES-ESGUERRA, Jorge; FERNANDES, Luiz Estevam de Oliveira; MARTINS, Maria Cristina Bohn. (Orgs.), As Américas na primeira modernidade. Curitiba: Prismas, 2017. 1, 359p. Resenha de: SÁ, Charles Nascimento. Novo Mundo e Modernidade: debates e estudos sobre a colonização das Américas na Idade Moderna. História v.38  Assis/Franca  2019.

Uma das qualidades que se busca na produção acadêmica é a capacidade de cativar e prender a atenção de seu leitor. Ao longo de séculos, escritores e suas obras têm tido sucesso ou insucesso nesse sentido: conseguir produzir um texto que seja interessante, que produza reflexões no ledor e que estimule a busca por mais conhecimento, seja para seu interesse pessoal ou para sua área profissional, é prova inequívoca de que o trabalho atingiu seu objetivo.

Em um romance publicado pela Editora Record, intitulado A livraria mágica de Paris, de autoria da francesa Nina George, a autora, por meio de seu personagem Jean Perdu, define a função da livraria similar à de uma farmácia literária. Perdu nega-se a vender um livro quando percebe que não é aquele que a pessoa necessita. Por meio dos livros, o indivíduo, com seus problemas, dores, tristezas e incertezas, pode aí encontrar sua cura, ou, pelo menos, um paliativo (GEORGE, 2016).

Inicio esse texto abordando uma obra literária porque entendo que, no que concerne à escrita e seu reflexo na formação e melhoramento do conhecimento humano, todo tipo de saber deve ser aproveitado. Seja para momentos de deleite – de puro prazer literário, seja para crescimento profissional e acadêmico, todo livro deve trazer em seu bojo as benesses que uma boa escrita traz para a mente e o coração.

Se na obra literária a narrativa deve sempre buscar a atenção do leitor, prendendo-o com recursos estilísticos diversos – suspense, drama, assassinatos, crises, traições, reviravoltas, etc. -, no livro acadêmico nem sempre isso é possível, ou tem o autor a verve necessária para produzir tal feito. Algumas obras historiográficas conseguiram esse feito: Casa Grande e Senzala, de Gilberto Freyre, Formação do Brasil Contemporâneo, de Caio Prado Júnior, Caminhos e Fronteiras, de Sérgio Buarque de Holanda, Apologia da História, de Marc Bloch, Segredos Internos, de Stuart Schwartz, Um Contraponto Baiano de Bert Barickman são alguns dos autores que produziram obras acadêmicas relevantes e paradigmáticas que também possuem estilo literário que cativa e prende a atenção de seus leitores.

As obras acima referidas possuem outra característica em comum: são frutos de um único autor. Nesse sentido, possuem uma coerência narrativa e vigor estilístico que surge da força criativa, da concepção teórica e da escrita de seu autor, ou mesmo de um dom que este possua.

Essa capacidade da escrita de ser leve e profunda, de fácil percepção para quem lê, nem sempre é conseguida em livros com vários autores. Obras coletivas, mesmo as literárias, perdem muito pela forma e característica com que cada escritor percebe sua produção e a transmite por meio de sua grafia. Esse desequilíbrio é sempre um fator a desmerecer o quantum de uma obra com vários autores.

Passados por esta breve introdução, adentremos no que de fato concerne este texto, isto é, a análise do livro: As Américas na primeira modernidade (1492-1750). Organizado por Jorge Cañizares-Esguerra, Luiz Estevam de Oliveira Fernandes e Maria Cristina Bohn Martins, publicado pela Editora Prismas, conta com textos de diversos autores em colaboração com os três já citados, ou em outras parcerias. Os autores são docentes e pesquisadores do Brasil, Estados Unidos e Europa. Instituições como Unicamp, UNISINOS, Universidade da Califórnia, Universidade do Texas, Universidade da Integração Latino-Americana e Universidade de Barcelona estão aí representadas. Todos esses centros estudam e pesquisam o passado do continente americano, e seus professores, presentes no livro, demonstram por meio dos capítulos o estágio atual da pesquisa sobre a história da América colonial.

Na introdução da obra, os organizadores fazem uma análise historiográfica da produção sobre a América na Idade Moderna. O processo de colonização, os entendimentos sobre a conquista, as ideias e conceitos que foram utilizados ao longo do tempo para compreensão desse fenômeno são aí abordados. Ao mesmo tempo, indicam os novos olhares e caminhos que têm sido discutidos pelos estudiosos para o entendimento da colonização do continente entre os séculos XV até o XVIII.

Alexandre C. Varella abre o primeiro capítulo, intitulado: Os índios: povos ancestrais, sujeitos modernos. Estes são tratados não apenas dentro de sua ancestralidade, mas também naquilo que carregavam e carregam de moderno. Os povos indígenas que habitavam o continente não são encarados como vítimas circunstanciais da dominação europeia na América, mas se apresentam como indivíduos ou coletivos que produzem com suas ações e ideias sua própria história. Em seu texto, a dicotomia usual entre opressores e oprimidos cede lugar a “caleidoscópio de posições e situações instáveis, contextuais, plurais”. No seu texto fica claro que “existem mais paradoxos que soluções para a análise dos indígenas no início da modernidade” (p. 48).

O segundo capítulo traz em seu bojo o processo de conquista da América, intitulando-se A conquista da América como uma história emaranhada: o intercâmbio de significados de uma palavra controversa. O primeiro item a destacar aqui diz respeito ao fato que esta ação deve ser compreendida não apenas como um processo unilateral, que parte de ibéricos sobre americanos. Segundo o texto de Luiz Estevam de Oliveira Fernandes e Eliane Cristina Deckman Fleck, um dos elementos a obnubilar o entendimento do conflito que terminou por colocar o continente americano sobre a égide espanhola foi o de entendê-lo a partir de uma visão unilateral.

Para os autores do segundo capítulo, a gênese e o desenvolvimento de todo esse épico conflito devem ser compreendidos a partir das junções de acordos e da geopolítica que envolvia os povos e nações existentes no mundo mexicano e peruano, para ficar aqui nas regiões mais famosas. Para os ameríndios que participaram do processo que resultou na queda de Tenochititlán e Cuzco, os espanhóis não foram os senhores que comandaram o processo, mas parceiros em toda a guerra que resultou na queda dos adversários históricos dos grupos oprimidos por astecas e incas. Além disso, o texto possui uma fluidez e uma escrita muito cativante. Nesse texto, o leitor torna-se partícipe de todo o conflito, a narrativa possui aquela característica tão carente em obras de história feita por historiadores: lucidez e simplicidade, atrelados a excelente pesquisa de fontes e bom diálogo com outros autores.

O terceiro capítulo, de autoria de Maria Cristina Bohn Martins e Leandro Karnal apresenta a questão da fé, atrelado a dois outros efes: fama e fortuna, seu título, por isso mesmo chama-se Fama, fé e fortuna: o tripé da conquista. Nesse texto, os autores desenvolvem uma interessante discussão sobre o impacto que a chegada dos europeus e a conquista dos impérios asteca e inca tiveram no desenvolvimento do imaginário europeu no início da modernidade e a importância disso para que outros indivíduos sonhassem em conquistar os mesmos louros que Cortez e Pizarro. Questões envolvendo fé, fama e fortuna foram paralelas e congênitas no empreendimento que resultou na conquista do Novo Mundo. Para os autores, porém, é importante não esquecer que o elemento que dominou toda a ação dos ibéricos foi sempre a fé católica e sua propagação para outros povos, afinal, “a compreensão das ações espanholas não pode prescindir da sua dimensão religiosa e espiritual” (p. 176). Nesse sentido, assemelha-se ao que Charles Boxer, em sua clássica obra O império marítimo português – 1415-1825, já assinalava quando de sua publicação em 1969. Para o historiador britânico, das quatros questões que nortearam a expansão lusitana – a saber, a guerra contra infiéis, a busca de ouro, a busca do reino de Preste João e a expansão da fé católica, foi sempre esta última a que de fato serviu como elemento justificador e impulsionador das navegações portuguesas em mares nunca dantes navegados (BOXER, 2002).

No quarto capítulo, que tem como título O lapso do rei Henrique VIII: inveja imperial e a formação da América Britânica, Jorge Cañizares-Esguerra e Bradley J. Dixon analisam o impacto da conquista e a formação do império ibérico no mundo anglo-saxão. Com suas minas e riquezas advindas do Novo Mundo, a Espanha se consolidou como a maior potência na Europa do início da modernidade. Isso, mais a rivalidade com a consolidação da Reforma na Inglaterra, levou os ingleses a buscarem imitar seus rivais castelhanos na construção de colônias na América. Ao longo dos séculos XVI e XVII encontrava-se na península ibérica a inspiração que os ingleses buscavam para a construção de seu próprio império. Foi somente no século XVIII, com a disseminação da “Legenda Negra” e a percepção de que o modelo ibérico não seria viável para os objetivos anglicanos, que a Grã-Bretanha encetou novo processo de povoamento e conquista na América desvinculado do modelo ibérico. Isso, porém não simbolizou o abandono do modelo espanhol. Durante todo o período de construção de suas colônias a Inglaterra teria no seu adversário o exemplo a seguir ou criticar.

Não foi só de pessoas que se constituiu a formação do mundo colonial americano. Benjamin Breen, no quinto capítulo do livro, analisa o Meio ambiente e trocas atlânticas. A migração de povos do Velho para o Novo Mundo se deu por volta de 60.000 anos atrás, segundo as pesquisas desenvolvidas por vários arqueólogos na América. Houve contatos com vikings durante o ano 1.000, mas as colônias por eles fundadas desapareceram sem deixar traços mais profundos. Assim, ao longo de vários séculos, povos, animais e plantas, além dos micro-organismos, estiveram longe do contato com outras espécies. A vinda dos europeus trouxe consigo não apenas as transformações no estilo de vida desses povos, mas representou também o intercâmbio entre diferentes indivíduos e seres vivos. Dessa forma,

[…] a história ambiental do mundo atlântico também ajuda a compreender duas das mais colossais catástrofes da história humana recente. A primeira é a impenetrável tragédia ocasionada pelas mortes de dezenas de milhões de nativos americanos devido a doenças infecciosas como a gripe, o sarampo e a varíola, contra as quais os indígenas não possuíam resistência. A segunda é a contínua diminuição da biodiversidade global, a qual muitos ecologistas identificam agora como a maior extinção em massa desde o desaparecimento dos dinossauros há 65 milhões de anos (p. 247).

As trocas envolvendo os dois lados do Atlântico e a inclusão do Índico e suas variedades de fauna e flora estão diretamente vinculadas à constituição do mundo contemporâneo e suas variedades de flores, frutos e fauna tal qual conhecemos hoje; seu custo para povos e seres que habitavam a América foi altíssimo.

O sexto capítulo da obra, Saberes e livros no mundo atlântico: o intercâmbio cultural na carreira das Índias, aborda as trocas de livros e saberes no mundo atlântico moderno. De autoria de Carlos Alberto González Sánches e Pedro Rueda Ramírez, faz uso de documentos e produções do período para discutir como o saber e sua disseminação por meio de obras muitas vezes não permitidas se fizeram presentes no universo colonial ibérico. A perseguição da Coroa e da Igreja a obras consideradas impróprias e a manutenção por parte do Estado espanhol do sigilo em torno de mapas e descrições do Novo Mundo, com o objetivo de proteger suas minas e riquezas de seus adversários, foram elementos a direcionar a atuação do governo e sua censura sobre livros e saberes.

No último capítulo da obra, Entre textos, contextos e epistemologias: apontamentos sobre a “Polêmica do Novo Mundo”, Beatriz Helena Domingues e Breno Machado dos Santos discutem os textos e obras que, no século XVIII, polemizaram a respeito do Novo Mundo e seus habitantes. De modo particular são aqui estudadas as obras de Buffon e De Paw, na discussão que o italiano Antonello Gerbi denominou como disputa ou controvérsia do Novo Mundo em seu clássico livro O Novo Mundo: história de uma polêmica.

Nesse texto que encerra o livro, as discussões sobre as características inferiores que a América apresentaria quando comparada com o Velho Mundo, tese defendida por Buffon e ampliada por De Paw, são contextualizadas e inseridas dentro de todo o debate que os estudos desses dois intelectuais produziram no período das Luzes. De modo particular, tem-se aqui a ação dos padres jesuítas da América espanhola e portuguesa, bem como dos representantes dos recém-emancipados Estados Unidos, em sua defesa pela semelhança entre os continentes da América e Europa.

A atuação de personagens da América espanhola e dos norte-americanos foi mais destacada que a dos residentes na América portuguesa. Tal fato é explicado por terem sido os padres jesuítas lusitanos encarcerados em Portugal na ocasião da expulsão dos membros da Ordem pelo Marquês de Pombal. Já os espanhóis puderam ir para o exílio em Bolonha, nos Estados Pontifícios. Como apontam os autores: “ainda que a situação do exílio seja sempre terrível, há uma enorme diferença entre Bolonha e as masmorras portuguesas” (p. 336).

Retomam-se aqui, para concluir a presente resenha, os tópicos indicados no início desse texto. Quando escreveu seu emblemático livro Apologia da História, ou o ofício do historiador, o historiador francês Marc Bloch disse: “decerto, mesmo que a história fosse julgada incapaz de outros serviços, restaria dizer, a seu favor, que ela entretém” (BLOCH, 2001, p. 43). Em outras palavras, quis esse estudioso indicar que compete ao texto histórico fazer com que seu leitor se entusiasme pelo que lê. Partindo desse ponto, os artigos encontrados no livro As Américas na primeira modernidade, 1492-1750 cumprem a contento tal expectativa. Torna-se prazerosa e instrutiva sua leitura, pois o leitor fica preso ao texto. Ao mesmo tempo, a precisão acadêmica, o confronto entre diferentes fontes, o diálogo envolvendo a bibliografia mais atual e a já consagrada encontram-se aí presentes. Sendo uma obra coletiva, o vigor acadêmico em nenhum momento se perde no conjunto da obra.

Outra perspectiva que a obra possui tem correlação com aquilo que o historiador Luiz Felipe de Alencastro defende em sua obra O Trato dos Viventes (2000) Nela, Alencastro aponta que, para entender o Brasil dos séculos XVI ao XVII, é preciso ir para fora dele, isto é, só se pode compreender a gênese da formação da América portuguesa olhando para o Atlântico. Nesse oceano e em suas conexões, no caso de Alencastro, de modo particular, a África, pode-se esclarecer e entender todo o processo formativo da sociedade e economia brasileira nesses dois séculos. O livro organizado por Jorge Cañizares-Esguerra, Luiz Estevam de Oliveira Fernandes e Maria Cristina Bohn Martins cumpre bem esse papel ao dar o destaque necessário às correlações envolvendo povos e territórios do além-mar e suas conexões não apenas com a Europa e África, mas também com a Ásia.

Tanto o indicativo de Bloch quanto o de Alencastro são seguidos no livro. Outro item que vem tendo destaque nas pesquisas envolvendo o mundo colonial da era moderna é abordado no volume que analisamos. Trabalhos oriundos dos Estados Unidos e Europa, bem como outros feitos na África, Ásia e América Latina, têm chamado a atenção para a necessidade de se pesquisar o passado colonial focando em questões e conceitos muitas vezes relegados pela historiografia. As noções de rede, nobreza, império ultramarino, monarquia pluricontinental, monarquia compósita, Antigo Regime, absolutismo, conquista, colonização, hibridismo cultural, miscigenação, direito, dentre outras temáticas foram incorporadas ou rediscutidas para compreensão do passado colonial da América e suas conexões com outros povos.

Nesse sentido, As Américas na Primeira Modernidade tem o mérito de abordar em seus capítulos essa discussão já tão presente no mundo europeu, na América do Norte, em partes da África e do continente asiático. A literatura por eles utilizada assenta-se em nomes como Serge Gruzinski, Sanjay Subrahmanyam, Stuart Schwartz, Jack Greene, Anthony Pagden, Vitorino Godinho, Charles Boxer, Antonello Gerbi, além dos próprios organizadores da coleção e seus autores. Nesse sentido, o diálogo aí presente é fecundo e levanta diversas indagações.

Nós, latino-americanos, fomos marcados pela intolerância, perseguição, guerras, mortes, doenças e pela conquista, mas também nos caracterizamos por dotar o planeta de sua concepção de modernidade. Foi somente pela chegada dos europeus ao Novo Mundo que o planeta iniciou o processo de constituição da economia mundo, afinal “o impacto das explorações oceânicas europeias estava sendo sentido fora da Europa, em uma terra que não possuía atividades transatlânticas […]” (WOOLF, 2014, p. 257).

Ao mesmo tempo, ao saber que outros povos e outras concepções de mundo existiam além do universo do Velho Mundo, religiosos e estudiosos depararam-se com temas que os levaram a redefinir suas concepções sobre o planeta, bem como sobre suas crenças. Como indica Serge Gruzinski, as certezas do conhecimento clássico foram postas em cheque e um novo saber pôde ser realizado.

A obra, porém, possui um revés. Mesmo se tratando das “Américas”, o livro ainda permanece com a divisão que exclui do universo colonial do Novo Mundo a América portuguesa. A região dominada pelos lusitanos somente é abordada no último texto e em vagos momentos está presente em outros poucos capítulos. Argentina, Paraguai e Uruguai são também pouco abordados. Nesse sentido, é necessário que se possa de fato interconectar os diversos povos e histórias da América em seu contexto colonial. Cada vez é maior o número de pesquisas no Brasil, e fora dele, que apontam para as redes abarcando os mercados e povos do mundo luso tropical com áreas da América sob domínio de Madri ou Londres. Envolver esses povos e territórios em uma única rede, ou em várias conexões, tende a tornar a história do continente em algo verdadeiramente americano.

O ponto acima não desmerece o livro analisado aqui. Pelo contrário, serve de indicação para outras obras futuras. Estas, por sua vez, tendem a ser beneficiadas pelo roteiro bibliográfico que todos os capítulos, bem com a Introdução do livro, trazem. Neles é possível entrar em contato com a historiografia sobre o continente e suas diversas concepções. O livro As Américas na primeira modernidade torna-se, assim, valioso contributo para todos aqueles que pesquisam, estudam ou querem entender o passado colonial de Novo Mundo, sejam alunos ou professores.

Primeiro volume de uma coleção que deverá ter mais dois livros, essa obra inaugural nos leva à expectativa quanto ao teor e profundidade dos demais, ao mesmo tempo em que embala novos debates e saberes sobre o mundo colonial da América. Boa leitura.

Referências

ALENCASTRO, Luiz Filipe de. O Trato dos Viventes. São Paulo: Companhia das Letras, 2000. [ Links ]

BLOCH, Marc. Apologia da História ou o Ofício do Historiador. Rio de Janeiro, Jorge Zahar, 2001. [ Links ]

BOXER, Charles R. O império marítimo português. São Paulo: Companhia das Letras , 2002. [ Links ]

CAÑIZARES-ESGUERRA, Jorge; FERNANDES, Luiz Estevam de Oliveira; MARTINS, Maria Cristina Bohn. (Orgs.) As Américas na primeira modernidade. Curitiba: Prismas, 2017. v. 1. 359 p. [ Links ]

FRAGOSO, João; GOUVÊA, Maria de Fátima. Na trama das redes: política e negócios no império português. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 2010. [ Links ]

GEORGE, Nina. A livraria mágica de Paris. Rio de Janeiro: Record, 2016. [ Links ]

WOOLF, Daniel. Uma história global da história. Petrópolis: Vozes, 2014. [ Links ]

Charles Nascimento de Sá – Historiador, Mestre em Cultura e Turismo, Doutorando em História e Sociedade na UNESP/Assis. Professor da Universidade do Estado da Bahia -UNEB, campus XVIII, Av. David Jonas Fadini, 300, Eunápolis 45823-035, Bahia, Brasil. E-mail:  charles.sa75@gmail.com.

Nobrezas do Novo Mundo: Brasil e ultramar hispânico, séculos XVII e XVIII | Ronald RAminelli

A obra de Ronald Raminelli ajuda a entender um pouco mais o universo da América portuguesa e espanhola. Tecendo seu livro em duas partes, Raminellli apresenta discussões acerca da heterogeneidade das nobrezas do Antigo Regime, ou seja, o estamento nobre da sociedade em que, de acordo com o autor, exibe distinções e aproximações entre Metrópole e Colônia. Isto se dá, especialmente quando Raminelli analisa o envolvimento de chefes indígenas e negros frente às Ordenanças Militares, comparando, entre outros pontos, a percepção nobiliárquica de enobrecidos hispânicos coloniais e enobrecidos portugueses da Colônia.

Raminelli nessa obra apresenta um balanço historiográfico da pesquisa dos enobrecidos das possessões americanas, e em suas considerações reflete acerca de crioulos e mazombos, os quais almejam ingressar no estamento nobiliárquico da sociedade hispânica, em especial na hierarquia nobre do Vice-reino de Peru e Vice-reino da Nova Espanha. Quanto à América portuguesa, o autor intenta estudar os índios e mulatos e suas tentativas de obter, por meio de algumas guerras entre Portugal e Holanda no litoral colonial, algumas ascensões sociais e possíveis privilégios das ordenações. Leia Mais

New World coming: the sixties and the shaping of global consciousness – DUBINSKY (RBH)

DUBINSKY, Karen et al. New World coming: the sixties and the shaping of global consciousness. Toronto: Between the Lines, 2009. 515p. Resenha de: CORREA, Sílvio Marcus de Souza. Revista Brasileira de História. São Paulo, v.29, n.58, dez. 2009.

New World coming reúne mais de quarenta artigos apresentados durante um encontro internacional em junho de 2007, em Kingston (Canadá). Naquela ocasião, centenas de especialistas, estudantes e (ex-)militantes de vários países debateram sobre a década de 1960 e seus desdobramentos. Os artigos coligidos pelos editores para este livro representam amostra significativa de vários temas tratados durante quatro dias de verão na Queen’s University.

Apesar dos diferentes temas e enfoques, a formação de uma consciência global perpassa todos os artigos. Questões como raça, gênero, sexualidade, nacionalidade, classe, religião, imperialismo, colonialismo, sexismo e capitalismo foram tratadas a partir de diversos lugares; porém, como afirmam os editores de New World coming“every locality has a global history”.

O quadro temporal das análises poderia dispensar maiores comentários sobre a sua relação com uma nova consciência global. No entanto, os próprios editores chamam atenção para a arbitrariedade ou fluidez de marcos, pois certas análises das tendências da década de 1960 podem ter a Guerra da Argélia (1954) ou a Conferência de Bandung (1955) por ponto de partida.

Ao levar em conta certos movimentos de resistência e protesto em várias localidades do globo, os editores de New World coming apresentam um con-junto de contribuições sobre as mudanças culturais, sociais e políticas da década de 1960 com base em suas particularidades históricas. Também logram enfoques inovadores com grupos de atores até então pouco conhecidos como, por exemplo, mulheres em Havana, jovens em Dacar, exilados caribenhos em Montreal ou trabalhadores porto-riquenhos em Nova York. O Ocidente deixa, portanto, de ser o epicentro de um mundo em transformação.

A primeira parte do livro (Nation-Descolonization-Liberation) explora as implicações do nacional para vários movimentos de libertação. Movimentos de descolonização na África e de redemocratização na América Latina não foram, todavia, o eixo temático dos 12 artigos que compõem a primeira sessão do livro. Movimentos de protesto e de resistência no Canadá, nos Estados Unidos, na Alemanha, na Itália e na Holanda são apresentados como elos de uma mesma cadeia, ou seja, de uma solidariedade internacional emergente na década de 1960. Estranheza causa a ausência de um artigo sobre a “revolução tranquila” no Québec. Ainda mais quando o assunto é nação, descolonização e libertação nos anos 60.

A segunda parte do livro (Cultural Citizenship) é composta por 12 artigos que enfatizam a circulação de ideias e valores em um mundo globalizado, ou melhor, em esfera cultural transnacional. São contribuições sobre novas subjetividades que se expressam por meio de produtos culturais, como filmes, músicas, peças teatrais e pôsteres, que circulam por vários espaços diferentes e que conectam pessoas através do mundo porque elas compartilham um novo imaginário social. Mas não se trata da cidadania dos habitantes da aldeia global de Marshall McLuhan. A maioria desses cidadãos se encontra em lugares desfavorecidos como um gueto em Chicago ou uma favela em São Paulo. Festivais de arte, manifestações da cultura popular e movimentos de contracultura foram tratados por vários especialistas, tendo por objetos de estudo a representação revolucionária no cinema cubano, o teatro de trabalhadores rurais na Suécia, os refritos da música pop internacional e sua importância para jovens mexicanos, o sentido de resistência da música soul na Tanzânia, o Primeiro Festival Mundial de Arte Negra, em Dacar (1966), a arte dos pôsteres de protestos etc.

Na terceira parte do livro (Mobilizing Bodies), dez artigos tratam da complexa politização do corpo durante aquela década. Destaque para a segunda onda do movimento feminista e seus desdobramentos. É nessa sessão do livro que aparece o único artigo sobre algo que se passou no Brasil à época. A organização dos primeiros grupos de conscientização de mulheres é o tema do artigo da historiadora Joana Maria Pedro (UFSC), que demonstra como outras professoras universitárias, com base em suas experiências nos Estados Unidos nos anos 60, introduziram em São Paulo e no Rio de Janeiro o modelo de consciousness-raising group. Esses primeiros grupos de conscientização foram organizados no início da década de 1970 e teriam uma função de rizoma, no sentido que Felix Guattari empresta ao termo. A conexão entre a segunda onda do feminismo em nível internacional e o que se organiza em termos de grupos de conscientização no Brasil nas décadas de 1970 e 1980 acusa um movimento de libertação que não deixa de ter suas implicações com a redemocratização da sociedade brasileira. Nesta terceira sessão do livro, o movimento feminista em Cuba, o radicalismo do feminismo nos Estados Unidos, o pacifismo e a consciência ecológica no Canadá e alhures são tratados de forma crítica. Injustificável é a falta de um artigo sobre a mobilização do corpo homossexual nessa década.

A quarta parte do livro (Lasting Legacies) enfoca alguns movimentos políticos e paisagens culturais forjadas durante a década de 1960. Ao tratar de algumas questões como a democracia participativa, os autores dos oito artigos que compõem esta última sessão fazem um tipo de balanço dos anos 60 com base na identificação de alguns de seus desdobramentos nas décadas seguintes. Por epílogo, tem-se uma avaliação das possibilidades e problemáticas do ‘Terceiro Mundo’. Algumas alternativas de cenário(s) futuro(s) são esboçadas, num louvável esforço intelectual para superar qualquer teoria de modernização, mas que mais parece um trabalho de Sísifo. Interessante é a atualização da alcunha de Albert Sauvy, inspirada no famoso panfleto do abade Sieyès, Qu’estce que le Tiers État? (1789). Ao almejar seu reconhecimento, o Terceiro Mundo transformaria seu potencial revolucionário em ato. Seriam essas experiências relatadas e analisadas em New World coming os indicadores de uma consciência global que, ancorada na solidariedade internacional e no reconhecimento da liberdade e da alteridade, emerge de um passado recente e serve de orientação para a construção de um novo mundo.

A proposta eclética de New World coming trata da década de 1960 e de seus desdobramentos com base em certos grupos em seus espaços da vida cotidiana. São trajetórias por geografias que implicam uma história sem centro, porém em conexão num mundo cada vez mais globalizado.

New World coming logra um mosaico da formação de uma consciência global a partir da década de 1960. Nesse sentido, a panóplia de movimentos de resistência sugere um grande movimento libertário, mesmo com seus descompassos e suas particularidades. Apesar do ecletismo e a descentralização da história proposta pelo livrotem-se a impressão de que uma interpretação teleológica de história emerge do conjunto dos textos, como se um fim imaginado (de liberdade) fosse o ponto de partida em direção à década de 1960, período grávido de movimentos sociais, culturais e políticos que baliza(ra)m os caminhos atuais rumo ao reconhecimento da(s) liberdade(s). Enfim, um passado recente parece ter sido analisado com base num futuro próximo.

As evidências do legado dos anos 60 apontariam, então, para variações desse movimento global de libertação: os exemplos do movimento feminista em Cuba, no Brasil ou na Palestina, do pacifista de mulheres norte-americanas, do antirracista de jovens africanos ou afro-americanos, do ecológico de ambientalistas de países setentrionais, do democrático de exilados latinoamericanos seriam como vários afluentes desaguando no oceano da liberdade.

A leitura instigante das dezenas de artigos de New World coming não deixa de ser tentadora na medida em que nos dá a impressão de provarmos de um futuro que se antecipa, talvez com pressa, como se o que podemos ter amanhã já foi esboçado ontem. O risco de uma racionalidade a posteriori está presente em todas as partes do livro; mas as evidências de uma consciência global diante das injustiças do mundo contemporâneo foram tratadas com acuidade pelos articulistas. Resta saber até que ponto certa nostalgia da década de 1960 tolhe as análises e sínteses elaboradas pelos editores e coautores do livro.

Sílvio Marcus de Souza Correia – Doutor em sociologia pela Westfälische Wilhelms-Universität Münster (Alemanha); estágio de pós-doutorado, Institut National de la Recherche Scientifique (INRS), do Québec (Canadá). Depto. de História. Centro de Filosofia e Ciências Humanas – UFSC. Cidade Universitária. 88040-900 Florianópolis – SC – Brasil. E-mail: silviocorrea@cfh.ufsc.br.

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Born to Die: Diease and New World Conquest / Noble D. Cook

COOK, Noble David. Born to Die: Diease and New World Conquest, 1492-1650. Cambridge: Cambridge University Presss, 1998. 248p. Resenha de: NOELLI, Francisco Silva. Revista de História da Arte e Arqueologia, Campinas, n.3, p.140-141, fev., 2000.

Francisco Silva Noelli – Universidade Estadual de Marigá.

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Nossa América: A Utopia de um Novo Mundo | Eugênio R. Carvalho

Com o titulo Nossa América: a utopia de um Novo Mundo, o historiador Eugênio Rezende de Carvalho nos apresenta o pensamento de José Martí, grande poeta, escritor de uma obra bastante densa e também revolucionário cubano. Sem dúvidas, uma das figuras substantivas do pensamento americanista do século XIX. Eugênio Carvalho há alguns anos vem trilhando pelos caminhos tortuosos do estudo da História das idéias e do pensamento latino-americano, tendo como foco central de sua atenção a produção intelectual de José Martí. Este livro é sua primeira obra, permitindo identificar um escritor refinado com uma linguagem densa mas sumamente acessível ao público universitário e geral. Trata-se de uma obra síntese em que o autor se propõe a nos apresentar as premissas básicas que estruturaram o pensamento de José Martí sobre o mundo latino-americano; principalmente no que concerne ao seu projeto identitário de construção de uma América que fosse ‘Nossa’. Seu livro merece destaque por introduzir a obra de José Martí no mercado editorial nacional; vindo desta forma, suprir uma carência de estudos desta figura importantíssima do pensamento latino-americano.

Pela leitura da obra, percebe-se que o projeto contido em Nossa América de José Martí é a proposta da construção de uma indentidade continental, expressão de um desejo de integração que se estrutura na convicção de que se possui um destino próprio, diferenciado porém comum. É um desejo que funciona como fator de identificação. É o nome de uma ‘comunidade imaginada’, e imaginada não por irreal e sim por ideológica, por ser sonhada, cobiçada. O discurso americanista de Martí representa uma ação a nível real e simbólico, contribui na produção de uma realidade e é a expressão de um imaginário social, um desejo e uma identidade, um desejo de identidade. E como todo produto social e cultural, o americanismo tem sua história, afinal, as condições de enunciação do discurso, que permitiram tanto sua gestação quanto sua difusão são de suma importância a qualquer estudo histórico. É o chamado contexto, tão caro a nós historiadores, e que nos permite penetrar no diálogo que o escritor estabelece com as demandas de seu tempo, com suas carências que são também as carências de sua sociedade, e, acima de tudo nos possibilita buscar quais são os interlocutores deste autor – qual o debate de idéias que está sendo travado, as visões e projetos que estão em combate. É exatamente por este caminho que nos conduz a leitura do livro de Eugênio Carvalho.

O autor busca e consegue proporcionar uma visão panorâmica do século XIX, século das independências dos países da América Latina, contexto social e político propiciador do surgimento de projetos utópicos.

Afinal, é o momento em que a identidade representa uma preocupação premente para a intelectualidade latinoamericana. Para a elaboração de um projeto é condição imprescindível o diálogo com os antecedentes históricos para se estabelecer a diagnose do período que se vive; uma espécie de inventário para identificar os erros e desvios tendo em vista apontar e legitimar o caminho a seguir para mudar o estado das coisas.

Estas são algumas das questões tratadas no capítulo primeiro de Nossa América. Eugênio Carvalho mostra qual foi o diagnóstico estabelecido por José Martí, e como seu discurso se estrutura no sentido de revelar os perigos que rondavam a América Latina.

José Martí, dono de uma narrativa permeada por um emaranhado abundante e complexo de figuras literárias e metafóricas de riqueza ímpar, faz uso destas últimas para nomear os perigos que assolavam o mundo latinoamericano. A estes ele nomeou de tigres, os de dentro e os de afuera, tigres que deveriam ser o objeto primeiro das preocupações dos homens de nossa América, pois, traiçoeiros, poderiam estar a espreita atrás de qualquer árvore. A segunda categoria de tigres, os de fora, é identificada pelos Estados Unidos (Martí é um dos primeiros a identificar o perigo que representava para a America Latina o espírito imperialista deste país). Já os primeiros, são os tigres internos, os fantasmas pessoais do mundo latinoamericano, ele aponta como sendo o produto da herança colonial, o localismo também chamado de espírito aldeão, a falta de raízes fruto de um sentimento de inferioridade, a importação cega de modelos e formas alienígenas, os falsos eruditos ou letrados artificiais, etc.

Eugênio Carvalho também procura trabalhar o processo da ‘evolução do pensamento’ de José Martí rumo a uma tomada de consciência maior sobre a realidade da América que ele propunha nossa.

Nos apresenta quais foram as experiências significativas para a configuração desta percepção consistente, assim como, exibe as teorias sociais e filosóficas em voga no período. Teorias que se propunham tanto a interpretar quanto a modernizar a América Latina, tirando-a do estado de bárbarie e levando a se constituir como civilização. Estas representavam o outro projeto de identidade com o qual Martí se bateu e debateu por considerá-lo incompatível com a realidade latinoamericana – um programa que era o fruto do desconhecimento dos reais problemas da América Latina.

No capítulo II, sob o título, A proposta, o autor mostra as figuras recorrentes no discurso martiano, a retórica construída para ilustrar a especificidade do mundo latinoamericano, que por sua vez demandava a busca de um caminho próprio e não a cópia de modelos oriundos de outra realidade histórica. A utopia martiana é considerada uma utopia realista por estar ancorada numa realidade concreta, em um profundo conhecimento das limitações e possibilidades efetivas existentes. O autor busca mostrar esta lucidez do pensamento de José Martí, clarea algumas questões que poderiam se apresentar contraditórias no pensamento de Martí, enfatizando assim possuir grande intimidade com seu objeto. Neste capítulo o autor demonstra a preocupação com os conceitos utilizados por Martí, como o de Nossa América, América Latina e modernidade.

Frente a uma realidade confessadamente fragmentada o exercício ordenador de Martí busca defender a América dos tigres tanto internos quanto externos. Defende a idéia da unidade latinoamericana por via de dois níveis interligados. O primeiro seria a necessidade de defesa frente a um inimigo comum, consubstanciado na ameaça de intervenção estrangeira (norteamericana); o outro ponto, foi o que José Martí designou como sendo a unidade de alma e espírito (acreditava que existia um espírito prórpio latinoamericano). Para ele, conseguir a sobrevivência de Nossa América só seria possível se hovesse a unidade destes dois níveis; uma vez que, estes representavam o componente sentimental essencial na consolidação de um projeto de “identidade-nós”. Um projeto que despertasse o sentimento de co-pertencimento numa realidade que se apresentava fragmentária, propugnando um passado e um futuro semelhantes.

Com relação ao conceito de identidade em Marti, este pregava a busca de equilíbrio entre a parte e o todo, entre a especificidade da cultura latinoamericana e sua integração a uma totalidade cultural a nível universal. Não é contra o diálogo com outras culturas (o que ele denomina de enxertos), mas defende a necessidade de preservação das raízes culturais próprias (o tronco). Considerava que o mundo latinoamericano muito teria a dar em contribuição às outras culturas, desde que despertasse do estado de inautenticidade e apatia em que se encontrava.

No capitulo terceiro, Eugênio Carvalho analisa a questão do sujeito que deveria encabeçar o projeto utópico elaborado por Martí, o chamado homem natural. Como nos capítulos anteriores o autor procura mostrar como foi ocorrendo a evolução do pensamento de José Martí até a definição final de homem natural. Para ele, este seria o mestiço, uma espécie de síntese superadora do europeu e do indígena autóctone, síntese esta que posteriormente englobaria os elementos de origem africana.

Todavia, como é apresentado pelo autor, quando Martí fala de mestiçagem, não está se referindo no sentido biológico, uma vez que ele é contra o conceito de raça. Quando ele usa tal conceito, está se referindo a uma comunidade cultural, a mestiçagem seria, portanto, uma mistura de culturas, fruto de um processo contínuo de enxertos e depurações.

Na época estava muito em voga a teoria da eugenia, como representante maior desta no continente temos a figura de Domingos Faustino Sarmiento (1811-1888), este considerava o elemento estrangeiro como sendo a figura responsável pela purificação do sangues do povo latino assim como alavancador da civilização moderna nos trópicos. Martí, ao contrário via com certa cautela esta migração, não que a ele fosse indesejada, mas considerava outro o protagonista da nova América. Para ele, o elemento indígena seria uma figura de suma importância para o futuro do continente, este mesmo elemento que na atualidade estava dormido, mas que uma vez desperto (livre dos vícios da escravidão e servidão) e instruído, assumiria o papel de verdadeiros sujeitos históricos do munto latinoamericano.

Como podemos observar, Eugênio Carvalho nos coloca algumas questões interessantes sobre o fenômeno das identidades. Perguntas bastante pertinentes a quem se aventura no campo da história das idéias e do fenômeno da constituição de identidades. Questiona sobre a produção dos discursos e os envolvidos em tal processo, sobre quem nomeia e quem é nomeado, porque silenciado (sem voz), assim como da autoridade e legitimidade de tal discurso. O realismo utópico de José Martí, baseado em um criterioso diagnóstico e em uma proposta/projeto de igual forma lucido muito tem a contribuir para uma reflexão maior sobre as especificidades/identidades das sociedade latinoamericanas. Martí buscou descobrir o homem latinoamericano a partir de uma visão própria, não com os olhos do outro, não com o pensamento impregnado de teorias (pré-conceitos) alienígenas, fruto de outras realidades sociais e históricas.

Constitui um truísmo o fato de que quando o historiador se volta para o passado esta viagem é levada a termo tendo em vista a busca de respostas às inquietações e carências do presente. Partindo desta premissa, a obra aqui resenhada mostra uma grande relevância por tratar de questões que são bastante caras à atualidade histórica. A identidade é uma questão central das sociedades modernas, a fragmentação do sujeito, o desaparecimento das fronteiras culturais devido aos meios de comunicação de massa, a sociedade de consumo e os avanços imperialistas reclamam uma reflexão maior sobre este fenômeno.

Constitui uma necessidade para que estas possam continuar existindo como unidades autônomas ainda que inter-dependentes.

Como José Martí pregava, “injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco há de ser el de nuestras repúblicas”. Mas para que os enxertos realizem sua função de desenvolver/fortalecer a planta é necessário que se conheça bem o solo que esta habita. E, da mesma forma que é necessário distinguir as características daquela que irá acolher o enxerto também o é para a que será enxertada.

A obra aqui apresentada constitui material rico que muito estimula uma reflexão maior quanto às especificidades do mundo latinoamericano e seus projetos identitários. O diagnóstico feito por José Martí no século XIX pode facilmente ser transposto para o atual momento histórico sem incorrermos em muitos anacronismos. Afinal, os tigres, os de afuera e os de adentro estão nitidamente materializados e seus perigos apresentam-se cada vez mais reais e concretos. Quanto ao entorpecimento do homem latinoamericano, este ainda constitui um dado de nossa dura realidade que reclama por mudanças iminentes.

Márcio Antônio de Santana – Mestrando em História pela Universidade Federal de Goiás. Pesquisador do Centro de Estudos do Caribe no Brasil.


CARVALHO, Eugênio Rezende de. Nossa América: A Utopia de um Novo Mundo. São Paulo: Editora Garibaldi, sd. 106p. Resenha de: SANTANA, Márcio Antônio de. Revista Brasileira do Caribe, São Luís, v.2, n.4, jan./jun., 2002. Acessar publicação original. [IF].

A descoberta do homem e do mundo | Adauto Novaes

descoberta do homem e do mundo é o resultado do primeiro ciclo de conferências promovido pela Funarte sobre os quinhentos anos do descobrimento do Brasil. Segundo o organizador do evento e do livro, Adauto Novaes, até o ano 2000 três outros ciclos completarão a série de palestras sobre o mesmo tema.

A partir do título, pode-se já perceber que a descoberta em questão constitui não apenas a do Novo Mundo e de seus habitantes, conseqüência imediata das grandes navegações, mas igualmente a descoberta de um homem novo a habitar o mundo velho. Dizendo de outra forma: os descobrimentos e o nascimento da modernidade são facetas de um mesmo tempo de passagem, quando o homem europeu descobre-se — ao desvelar a América —, e inventa-se civilizado — ao construir o discurso sobre a diferença, concretizada no selvagem. O ponto de partida da coletânea e de todo o projeto parece então ser o de reforçar claramente a relação existente entre modernidade e descobrimentos, ao ponto de tomá-la quase como natural, suficiente e necessária. Leia Mais

Terra à vista: Discurso do confronto: velho e novo mundo – ORLANDI (RBH)

ORLANDI, Eni. Terra à vista: Discurso do confronto: velho e novo mundo. São Paulo: Cortex Editora, 1990. 255p. Resenha de: MICELLI, Paulo. Conhecer, nomear, governar… O Índio como se fosse o Ìndio. Revista Brasileira de História, São Paulo, v.11, n.21, p.241-254, set.1990/fev.1990.

Paulo Micelli – Professor da Universidade de Campinas.

Acesso apenas pelo link original

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