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De ὅρος a limes: el concepto de frontera en el mundo antiguo y su recepción – FERNÁNDEZ; De La FUENTE (PR)
FERNÁNDEZ, M. Alviz; DE la FUENTE, D. (Eds.). De ὅρος a limes: el concepto de frontera en el mundo antiguo y su recepción. Madrid: Escolar y Mayo editores, 2017. 256p. Resenha de: De la HOZ, E. Yepes. Panta Rei. Revista Digital de Ciencia y Didáctica de la Historia, p.191-194, 2019.
Cuando uno tiene la suerte de que llegue a sus manos un libro que trata la cultura antigua de tan forma tan relevante para el presente como De ὅρος a limes: el concepto de frontera en el mundo antiguo y su recepción, se siente agradecido. Quizá pudiera llevar a engaño un título, por lo demás perfectamente ajustado al contenido, que llevaría a pensar que se trata de otro trabajo académico y erudito más sobre la antigüedad. Y, en efecto, guarda el rigor y el buen hacer del trabajo universitario, pues se trata de la publicación de los resultados de un proyecto de investigación de dos años (entre 2012 y 2014), bajo el mismo título y a cargo del Dr. David Hernández de la Fuente (Universidad Complutense de Madrid); proyecto vinculado a la UNED, con la participación de otras universidades e investigadores nacionales e internacionales. El engaño no viene por esta parte, sino por la a veces tan mal interpretada labor de estas instituciones, la de sus profesionales y su vínculo con sus circunstancias. Pero un estudio monográfico del concepto de frontera en el mundo antiguo necesariamente nos lleva a cuestionarnos directamente sobre nuestro propio tiempo. No es este el lugar para discutir la distinción que podría haccerse entre presente y actualidad, simplemente diré que este libro está apegado a un presente que difícilmente puede comprenderse sin las ideas clásicas de límite o frontera en su recepción, pero huelga decir que también es un libro que tiene mucho que decir sobre una dolorosa actualidad.
De ὅρος a limes: el concepto de frontera en el mundo antiguo y su recepción confronta nuestro imaginario vinculado a lo fronterizo con el de nuestros antepasados (la primera frontera que hay que pensar), no con cualquiera, con aquellos de los que decimos que sentaron las bases del derecho, la filosofía o la poesía occidentales. Que nos confronte con ello no quiere decir que se limite a darnos noticia de la existencia de conceptos fundamentales como ὅρος, πέρας o limes, cuál era su significado y cómo evolucionaron y se transmitieron en sus diferentes usos políticos y militares, además nos enseña cuáles son los límites que entran en juego en el momento en que se reduce el ámbito de su sentido a su dimensión estrictamente material, la más sangrante, sin duda, pero no la única. Que no todas las fronteras se pueden tocar es algo de lo que tenemos experiencia diaria. Pero que todas ellas nos atraviesan de un modo u otro, definiendo nuestra manera de decir «nosotros», no es una reflexión que podamos simplemente pasar por alto. Este libro, de marcado carácter interdisciplinar y plural, señala insistentemente esos lugares limítrofes que la mayor parte del tiempo se nos escapan. Al enseñarnos cómo veían los antiguos las separaciones y los tránsitos entre diferentes mundos, nos ayuda a comprender un poco mejor los nuestros, al mismo tiempo que indica qué es lo que en nosotros ya no responde a un pensamiento clásico de lo fronterizo.
Tras unas breves palabras introductorias de los editores, Marco Alviz Fernández (UNED) y David Hernández de la Fuente, el libro comienza propiamente con la contribución de Federiza Pezzoli (Universidad Carlos III de Madrid), cuyo título, “Frontera y límite en los textos literarios griegos”, subraya el carácter filológico de una discusión a propósito de las distintas apariciones de los términos relacionados con lo limítrofe en los textos clásicos griegos desde Homero hasta Plutarco, pasando por Platón, Aristóteles, Demóstenes, Heródoto, Tucídides, etc. Un texto que, pese a su brevedad, funciona muy bien como introducción terminológica (en griego), poniendo al lector en una situación adecuada no sólo para seguir el resto del libro, también para profundizar en algunas de sus tesis. Se señala, además, el aspecto lingüístico de lo limítrofe, tan fundamental como actual.
Por su parte, el texto de David Hernández de la Fuente, “Dioniso y Hefesto: cruzando las fronteras entre el campo y la ciudad”, ya supone la primera sorpresa. A través de una interpretación de aquellos dos personajes míticos griegos nos presenta la complejidad y profundidad del imaginario griego, del que sólo podemos participar hoy en la medida en que lo traducimos a otro lenguaje. La cuestión de la representación, bajo el aspecto de una reflexión sobre del lugar de los dioses, los mitos y la religión en la cosmovisión griega, es uno de los temas fundamentales de este texto. El otro, sin duda, es la separación entre el campo y la ciudad, división sociopolítica que, en lo simbólico, quedaría reconciliada por el significado de Dioniso y Hefesto como dioses mediadores, y, en lo efectivo, por las celebraciones públicas en su honor, donde el vino (regalo de Dioniso) guarda el poder para apaciguar los conflictos sociales.
“Il «confine» tra verità e finzione: Filippo II e Alessandro Magno” de Giuseppe Squillace (Università della Calabria) es uno de los dos textos en otro idioma que se recogen en este volumen; el otro, “I blemi alle frontiere dell’Alto Egitto nella letteratura tardoantica” de Daria Gigli (Università degli Studi di Firenze). Ambos, escritos en un italiano muy accesible, evidencian el carácter internacional de este proyecto. El primero investiga las figuras de Filippo II de Macedonia y su legendario hijo, Alejandro Magno, y las intrigas (militares, políticas, religiosas) a través de las cuales estas figuras traspasaron la frontera hacia la ficción mítica. No menos legendarios, los blemios, pueblo antiguo nómada fronterizo con la zona del Alto Egipto, son los protagonistas del texto de Daria Gigli. Su historia de constantes luchas fronterizas es indisociable de la mitificación de su belicosidad por la literatura tardoantigua. En una línea parecida, Ricard Blanco López (IES Santa Eulalia, Terrassa) y su “El pueblo peonio a través de las fuentes literarias clásicas: de fronteras naturales a provincia romana”, reconstruye lo que pudo ser el itinerario histórico de este pueblo a través una lectura de las fuentes clásicas, desde la Ilíada, donde el pueblo peonio aparece como aliado del troyano, hasta los testimonios en época romana de la importancia que alguna vez tuvieron en la región norte de la actual Grecia. Estos tres textos, cada uno a su modo, son claros ejemplos de la importancia histórica de las fuentes literarias clásicas, que con las modernas técnicas filológicas e historiográficas se han revalorizado.
El estudio que presenta Marco Alviz Fernández (UNED) sobre la compleja figura del «hombre divino», “El concepto de θεῖος ἀνήρ”, concentra varios de los límites que definen nuestra época respecto de la clásica. Ya sea religiosa, antropológica, social, literaria o filosófica, cualquier pregunta por el significado del vínculo de la deidad con la humanidad se realiza necesariamente desde el lado de los que vemos a ciertos hombres como modelos de virtud. Aproximarnos a la figura del θεῖος ἀνήρ, al modo como quizá lo hacían algunos de los grandes nombres de nuestra tradición, nos obliga a tomar distancia respecto de toda una historia de interpretaciones que han precipitado el sentido de lo que hoy entendemos por «hombre divino». Que la frontera entre lo humano y lo divino no es una más entre otras se aprecia desde el momento en que pone de manifiesto ciertos límites de lo conceptual, no sólo por el lado de lo sobrehumano, también por la dificultad que entraña pensar el límite en cuanto tal. Pero es la búsqueda de la causa primera (otro nombre para la divinidad), lo que ha impulsado el pensamiento occidental. Origen inaccesible más que desde la reconstrucción a partir de unos efectos que revelarían los secretos del cosmos a un alma virtuosa, capaz de rastrear en ellos sus propios límites, y de este modo trascenderlos. Ninguna más capaz ni más divina que la de la Platón, que encontró en los números, como enseña Jorge Cano Cuenca (Universitat Autònoma de Barcelona) en su texto “La causa divina y la introducción de número y límite: el Timeo y el Filebo de Platón y los limitantes e ilimitados de Filolao de Crotona”, el fondo del límite, pues no puede haber dios, mundo u hombre sin geometría, esto es, sin razón en la composición.
Con “Nuevas perspectivas sobre el concepto de frontera en época romana”, la aportación de Aránzazu Medina González (Universidad de Granada), se abre la sección dedicada al mundo romano. A partir de una crítica sustentada en una arqueología del concepto de frontera en general, denuncia el reduccionismo que ha sufrido el romano en particular, rescatando así sus matices. No es fácil decidir cuál fue el «origen» de la frontera, si una marca en la tierra o una en el imaginario, razón por la cual un estudio así trasciende cualquier hecho histórico y nos sitúa ante la pregunta por la necesidad de los límites y la transformación de su significado. También José María Blanch Nougués (Universidad Autónoma de Madrid) y su “«Status civitatis» y la frontera en la antigua Roma” ahondan en el estudio del significado de lo fronterizo en el mundo romano antiguo. Muchas cosas les debemos a los romanos, pero de entre todas ellas se pueden destacar el derecho y la lengua. La ciudadanía romana (en sus diferentes formas) aparece como el punto de encuentro entre diversas culturas y modos de decir, donde las fronteras materiales fijas y de intenciones políticas y militares eran constantemente traspasadas por la búsqueda de un proyecto común, que lejos de ser ideal, también estuvo marcado por recelos, tensiones internas e imposiciones no sólo de carácter militar.
No hay frontera sin intercambio. No hay cultura sin frontera. Sabemos que no todas las lindes son externas, que no hay exterior indiferente al interior, y viceversa. Las distintas manifestaciones artísticas, siempre muy sensibles a la experiencia de los intercambios culturales, son algunas de las señas que definen lo más propio de un modo de comprender el mundo en constante transformación. “La frontera entre la Galia y Germania como espacio de apertura estilística y el retrato imperial durante el siglo III”, de Alejandro Cadenas González (UNED/Universität Potsdam), rastrea los orígenes de un cambio estético en el mundo romano, vinculado a un cruce de influencias con el arte galo y el germano (incluye imágenes como apoyo documental). Por su parte, “El mar, la última frontera” de David Álvarez Jiménez (Universidad Internacional de La Rioja/Grupo Barbaricum) estudia las relaciones del mundo romano con el mar, desde la desconfianza que podría producir entre sus gentes el contacto con lo indomable y misterioso de la naturaleza, peligrosidad que habría calado marino era imposible sustentar el Imperio, haciendo del Mediterráneo el centro geopolítico de la época. La contribución de Eike Faber (Universität Postdam) lleva por título “Más allá de las fronteras del imperio. Los hunos, Atila y el Imperium Romanum”, y es otro claro ejemplo de cómo lo que está más allá de los límites constituye su más más acá. Un texto sorprendente, quizás demasiado breve y en algunos puntos un tanto oscuro, especialmente en su referencia a los conceptos de Deleuze y Guattari y a su aplicación al caso concreto de la relación entre el mundo romano y el de los hunos, que pide ser profundizada y ampliada.
El trabajo de Saúl Martín Gonzáles (IES Gabriela Mistral, Arroyomolinos/Asociación Zamora Protohistórica), “El saltus como limes interno: minas y rutas en la Sierra de Francia en época romana” es un ejemplo de buen hacer metodológico. Con una precisión y un conocimiento de la materia admirables, presenta a parir del caso concreto la Sierra de Francia lo que significó en términos prácticos la romanización de un territorio (también incluye imágenes).
La tercera sección estaría compuesta por los textos dedicados a algunos aspectos de la recepción de la noción clásica de frontera. Toda herencia señala insistentemente un límite, sobre todo si este es constantemente traspasado por su acogida, y llama a ser pensado. “Órdenes militares y fronteras en la España medieval” de Carlos Barquero Goñi (UNED) estudia la importancia de las órdenes militares en la responsabilidad sobre la frontera. Con las religiones del Libro aparecieron las guerras santas y nuevas perspectivas sobre la legitimidad que influyeron sin duda en la idea de lo fronterizo. Andrea Castro Soto (Universidad Complutense de Madrid) y su “Límites de la democracia y la antidemocracia en la recepción moderna de la figura de Sócrates” retoman el viejo debate a propósito de la implicación de la filosofía en la política a través de ciertas lecturas de la figura de Sócrates. Detrás de los debates sobre si Sócrates (normalmente el Sócrates platónico) es o no un demócrata está la idea (platónica, quizá socrática) de que el mejor de los hombres sólo puede serlo si es de lo mejor. Por último, “Los límites de la política: Hannah Arendt y la polis griega” de Cristina Basili (Universidad Carlos III de Madrid) presenta las tesis de esta pensadora alemana muy preocupada por lo político y lo griego, y nos enseña que los límites y posibilidades de lo humano se dicen en un lenguaje político que abre la comunidad a ser de otro modo.
Dieciséis aportaciones (252 páginas) que hacen que De ὅρος a limes: el concepto de frontera en el mundo antiguo y su recepción sea un completo estudio colectivo sobre la materia, y por ello muy recomendable tanto para los que quieran profundizar en el estudio de la frontera como para los que simplemente quieren una lectura agradable que les enseñe cómo comprendían los antiguos su mundo y cómo algunos conceptos son aun hoy de aplicación.
Ethan Yepes de la Hoz – Universidad Autónoma de Mad.
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História militar do Mundo Antigo: guerras e representações | Pedro Paulo A. Funari et. al
A obra História Militar do Mundo Antigo, lançada em 2012 pela editora Annablume, é dividida em três volumes: I – Guerras e Identidades, II – Guerras e Representações e III – Guerras e Culturas. A série é organizada pelos estudiosos Pedro Paulo Abreu Funari, professor da Universidade Estadual de Campinas, Margarida Maria de Carvalho, da Universidade Estadual Paulista (campus de Franca), Claudio Umpierre Carlan, docente de Unifal, e Érica Cristhyane Morais da Silva, da Universidade Federal do Espírito Santo. Nesta resenha, será analisado o segundo volume, que objetiva mostrar como distintas culturas do Mundo Antigo se representavam nos conflitos bélicos.
O livro se inicia com uma apresentação dos organizadores que recapitula o estudo da História Militar e defende como ele tem sido renovado graças à incorporação de temas relacionados à vida sexual, às identidades sociais, ao colonialismo, às relações de gênero, às subjetividades e ao abastecimento militar. O primeiro artigo do tomo é de Katia Maria Paim Pozzer, professora da Universidade Federal do Rio Grande do Sul, e de título “Guerra e Arte no Mundo Antigo: Representação Imagética Assíria”. Nele, Pozzer investiga os baixo-relevos de palácios assírios, advogando-os como fundamentais na organização social daquela sociedade, em particular na guerra. Isto porque os relevos apresentam, muitas vezes, as vitórias assírias obtidas no campo de batalha, em especial a crueldade empregada contra seus atacantes. Além disso, mostravam o monarca como campeão militar, aspecto de primeira grandeza em sua legitimidade.
O segundo artigo do volume é “Marchando ao som de auloí e trompetes: a música e o lógos hoplítico na Grécia Antiga”, do docente da Universidade Federal de Pelotas, Fábio Vergara Cerqueira. O autor defende que a música encontrava-se no âmago na sociedade grega Antiga, se fazendo presente até nas mais ígneas batalhas, conforme encontrado em autores clássicos e na iconografia de vasos de cerâmica. Também é destacado o pioneirismo espartano no uso de instrumentos em campos de guerra, facilitando a comunicação entre os combatentes. Maria Regina Candido, professora da Universidade do Estado do Rio de Janeiro, e Alair Figueiredo Duarte, doutorando da mesma instituição, assinam o texto “Atenas entre a Guerra e a Paz na Região de Anfípolis”. Analisando como região de Anfípolis era de grande importância estratégia devido a seus recursos naturais e questões relativas ao abastecimento militar, os estudiosos relatam toda a série de escaramuças que ocorrem por seu controle. Já Ana Teresa Marques Gonçalves, professora da Universidade Federal de Goiás, e Henrique Modanez de Sant’Anna, docente da Universidade de Brasília, põem sua rubrica no texto “As Mandíbulas de Aníbal: os Barca e as Táticas Helenísticas na Batalha de Canas (216 a.C.)”. O artigo desvenda as estratégias do célebre general cartaginês durante as Guerras Púnicas, alegando que a vitória avassaladora das forças de Cartago na batalha de Canas teria promovido uma profunda reorganização das tropas romanas, que voltaram a pautar seu contingente pelo apelo aos “soldados-cidadãos”.
O escrito “Aquisição de inteligência militar entre Alexandre e César: dois estudos de caso” é de lavra de Vicente Dobroruka, também da Universidade de Brasília. Nele, define-se aquisição de inteligência militar como a obtenção de informações acerca do inimigo, aspecto explorado na análise das trajetórias dos conquistadores supracitados. Valendo-se de trechos de autores como Plutarco, Arriano e do próprio César, Dobroruka objetiva demonstrar como a obtenção de dados sobre os adversários é um prática que data de há muito, embora com notáveis diferenças em relação ao mundo hodierno. Claudia Beltrão da Rosa, professora da Unirio, contribui com “Guerra, Direito e religião na Roma tardo-republicana: o ius fetiale”. Os ius fetiale, mencionados no título, eram sacerdotes romanos responsáveis por uma declaração formal de guerra, por meio de uma série de rituais, o que os colocaria como personagens de relevo numa sociedade marcada pela interseção entre o direito, a guerra e a religião. Fundamental mencionar que estes rituais sofreram mudanças ao longo do tempo, em particular durante o período imperial, no qual as batalhas eram travadas a distâncias cada vez maiores da Península Itálica.
O professor Fábio Joly, da Universidade Federal de Ouro Preto, é responsável pelo capítulo “Guerra e escravidão no Mundo Romano”. Nele, o que mais chama a atenção é o relato das ressignificações que a figura do escravo rebelde Espártaco teve no correr dos séculos, de ícone da luta proletária marxista a baluarte da disputa por liberdade política na Europa do Antigo Regime. A docente da UFPR, Renata Garraffoni, assina “Exército romano na Bretanha: o caso de Vindolanda”. Garraffoni revisita as formas por meios das quais a História e a Arqueologia abordaram as relações culturais no Mundo Antigo, primeiro com modelos normativos rígidos e depois com abordagens mais multifacetas e fluidas. No caso de Vindola, região da Bretanha Romana, mostra-se como inscrições encontradas em cultura material podem advogar em favor de uma sociedade na qual as mulheres também possuíam certa voz ativa. Lourdes Feitosa, da Universidade Sagrado Coração, e Maximiliano Martin Vicente, da Unesp/Bauru, também analisam as questões de gênero em “Masculinidade do soldado romano: uma representação midiática”. O estudo de caso dos autores é o seriado “Roma”, exibido nos canais HBO e BBC. De acordo com os estudiosos, a série reforça os estereótipos de Roma com uma sociedade violenta e libidinosa. Neste particular, as personagens masculinas, como legionários e centuriões, são, amiúde, representadas como beberrões, mulherengos e impetuosos.
“O Poder romano por Flávio Josefo: uma compreensão política e religiosa da submissão” é o título do texto de Ivan Esperança Rocha, da Unesp/Assis. Ao aquilatar os escritos de Josefo, o autor pondera sobre os seus aspectos dúbios, uma vez que eles, ao mesmo tempo, são elogiosos tanto a romanos quanto a judeus. Regina Maria da Cunha Bustamante, da Universidade Federal do Rio de Janeiro, emprega sua pena em “Bellum Iustum e a Revolta de Tacfarinas”. O conceito romano de Bellum Iustum liga-se à noção “guerra defensiva”, ou seja, um conflito militar que tem sua origem numa infâmia provocada pelo inimigo. Já a Revolta de Tacfarinas foi um levante que insurgiu contra o jugo romano no norte da África no princípio do século I. Andrea Rossi, da Unesp/Assis, é a autora de “As guerras dádicas: uma leitura da fontes textuais e da Coluna de Trajano (101 d.C – 113 d.C.)”. Visando a uma diálogo entre as fontes materiais e textuais, o artigo analisa a expansão territorial promovida pelo Imperador supracitado tanto à luz dos autores clássicos como das imagens de seu triunfo estampadas na famosa coluna. “Exército, Igreja e migrações bárbaras no Império Romano: João Crisóstomo e a Revolta de Gainas”, de Gilvan Ventura da Silva (Universidade Federal do Espírito Santo) é o último artigo do volume. O autor versa a respeito de toda a série de conflitos ocorridos no período final do Império romano em virtude das migrações bárbaras e suas relações com os imperadores e as práticas religiosas.
Diante do que foi exposto, fica patente que História Militar do Mundo Antigo: guerras e representações é uma obra de grande valor. Trata-se de um volume com artigos de alto grau de sofisticação e com reflexões que, decerto, irão interessar não somente aos aficionados pelos combates travados na Antiguidade, mas a todos que têm em mente a máxima de Heráclito: “a guerra é o pai de todas as coisas”.
Thiago do Amaral Biazotto – Graduado em História pela Unicamp. Mestrando em História pela mesma instituição.
FUNARI, P. P. A.; CARVALHO, M. M.; CARLAN, C.; SILVA, E. C. M. (Orgs.). “História militar do Mundo Antigo: guerras e representações”. São Paulo: Annablume, 2012. Resenha de: BIAZOTTO, Thiago do Amaral. Alétheia – Revista de Estudos sobre Antiguidade e Medievo. Jaguarão, v.9, n.1, p.160-163, 2014.
El dios bes de Egipto a Ibiza – BRIEVA (RMA)
BRIEVA, Francisca Velázques. El dios bes de Egipto a Ibiza. Elvissa: Museu Arqueològic d’Eivissa, 2007. Resenha de: BAKOS, Margaret M. Revista Mundo Antigo, v.1, jun., 2012.
Bês é uma divindade que nunca fez parte dos considerados grandes deuses egípcios, não pertencendo a nenhum dos sistemas cosmogônicos da religião egípcia. Ele foi, não obstante, desde priscas eras, um deus muito popular no Egito e em muitos sítios, ao longo do mar Mediterrâneo, inclusive, durante o período conhecido como Mare Nostrum, sob a dominação romana. Aliás, a sua presença é particularmente sentida na ilha de Ibiza.
A primeira análise científica realizada sobre essa divindade encontra-se na Description de l’ Egypte. Nesse texto, ele é identificado como Tifón, ser monstruoso, o menor dos filhos de Gea e Tártaro, com características de homem e de animal. Champollion, entretanto, logo se insurge contra essa proposição, advertindo que vários deuses estariam representados nessa mesma figura básica. Leia Mais
A Civilização Grega – CHAMOUX (RA)
CHAMOUX, François. A Civilização Grega. Lisboa, Portugal: Edição 70, 2003. Resenha de: SANTOS, Maria Carolina Alves dos. Revista Archai, Brasília, n.2, p. 165-167, jan., 2009.
Notável helenista nascido no início do século passado, François Chamoux é especialista em história da civilização, filologia e literatura gregas, lecionou arqueologia e história da arte em Nancy; literatura e civilização gregas na Sourbonne. Foi diretor da Revue d’Études Grecques durante dez anos, e é autor de inúmeras obras.
Nesta, indaga sobre o que nos foi legado pela vasta a complexa civilização dos antigos gregos, cujos traços arquetípicos tendem a se esmaecer em nossa memória, embaçando a visão que possa haver sido retida das origens do pensar no Ocidente.
Chamoux apela ao homem do presente para que se disponha, enfrentando o desafio, a tentar religar-se mais intimamente ao que nossa cultura originária tem de perene. De modo abrangente e cristalino, nos nove capítulos de que a obra se compõe, tece uma rede de temas essenciais: urde a época arcaica e clássica desde as realidades materiais (território, propriedades, monumentos, túmulos), às maneiras de ser e às criações da consciência (costumes, crenças, ritos, linguagem, matemática, literatura, política, filosofia) com descrições fundamentadas nas mais variadas fontes.
Em sua dinâmica a exposição percorre desde a época micênica (e os séculos obscuros que a ela se sucederam), a época geométrica de Homero, caracterizando em pormenor a vida cotidiana, a produção intelectual, filosófica, literária, artística, a índole religiosa e política. Sob este particular aspecto da configuração do poder, a função da guerra é considerada vital, pois o grego identifica a luta com a própria vida: os confrontos, desencadeados por interesses conflitantes, são os geradores do progresso. Diz Heráclito (fr.53,80):
“A guerra (pólemos) pai e rei de todas as coisas, que a uns faz deuses e a outros homens, que a uns torna livres e a outros escravos, é universal”.
Além das virtudes do guerreiro (o heroísmo e a coragem), o grego valoriza sobretudo a firmeza de alma (exemplificados no Prometeu de Ésquilo e na Antígona de Sófocles); a criação de obras-primas da arte e da técnica; a vida moral e, mais ainda, o humanismo tal como é expresso pelo coro dos anciãos tebanos na Antígona de Sófocles, que canta o homem como a maior das maravilhas entre todas as outras existentes no mundo.
O ritmo ágil e imagético da exposição revela, assim, como todos esses aspectos sejam em forma de crença ou de mentalidade religiosa, sejam como um modo de racionalidadeembora irredutíveis entre si, interligam-se estreitamente, conferindo coesão e unidade à totalidade dessa cultura: constituem a um só tempo o fundamento e a condição de sua existência. E, ao ressaltar a força de sua expressão social e sua presença histórica, o texto de Chamoux vai dando, gradativamente, maior visibilidade à sua permanente atualidade na civilização moderna.
Toda sociedade, enquanto experiência plena e original não é, paradoxalmente, herança recebida de seu s antepassados à qual se funde, e que com forte impacto será legada a seus pósteros? Todas as grandes obras então surgidas que derivam do diálogo incessante que seus autores mantiveram com seus antecessores, resultam para nós, em última análise no plano da história desse significativo encontro entre a cultura atual e o conjunto de heranças distantes que este livro explicita e condensa em algo de monumental riqueza. Consagra-se uma convergência única, irrepetível, que nos revela o que na verdade somos: c om esse livre exercício de rememoração revivemos extraordinária aventura, recuperamos algo que, mesmo delineado há muitos séculos, permanece ainda intacto, a nossa real identidade..
Um dos capítulos de especial interesse para a fecundidade desse exercício é o que se refere à civilização micênica (instalada na bacia do Mar Egeu), desenvolvida num período ainda obscuro e misterioso da Grécia arcaica, conhecido como a Idade Média helênica. A língua então usada (em meados do século XV), simbólica (ideogramas desenhados em plaquetas de argila com um estilete), só recentemente está sendo decifrada (e nomeada Linear B). Abrem-se assim novas perspectivas de compreensão das origens de uma civilização helênica brilhantemente desenvolvida, com uma população aproximada de 50 mil habitantes, dando notícia da pujante vida cotidiana e da organização social e religiosa que floresceu três mil e quinhentos anos antes da época de Homero. Este estudo esclarece o quanto é longo e rico o trajeto iniciado pelos poetas micênicos que lhe são antecessores, e que se estende até Platão, mostrando que na corrente temporal desses 10 séculos, não cessam de fluir esforços e tentativas, explorações e batalhas, rivalidades e emulações. Mais que isso, fornece importantes elementos para uma reflexão e conseqüente reformulação dos nossos parâmetros a respeito do período em que se datou, historicamente, como o das origens da filosofia e das condições culturais decisivas que propiciaram esse nascimento. Diz Chamoux, como conclusão de sua exposição:
“Esse pequeno povo simultaneamente uno e diverso, elaborou de forma paciente, apesar das discórdias internas e das ameaças externas, uma cultura original, inovadora e completa, onde os principais aspectos da condição humana têm seu lugar: fé religiosa, confiança no homem, sentido do mistério cósmico, vontade de compreender a natureza, idéias de hierarquia e igualdade, respeito pelo grupo social, interesse atribuído ao indivíduo. E, todos esses campos do saber constituem exigências contraditórias que suscitam incessantes conflitos tanto entre os espíritos, como entre os Estados, gerando progresso: têm proporcionado um comentário sem fim sobre essa cultura que fundamenta os 20 séculos de cultura européia nos seus mais variados domínios”.
O autor utiliza-se ao fim de cada capítulo, didaticamente, referências bibliográficas específicas, que permitem ao leitor aprofundar-se no assunto tratado; além de um substancioso índice documental de 60 páginas, com os verbetes utilizados ao longo de sua exposição, que constituem um valioso instrumento de leitura para aqueles que estão se iniciando neste estudo.
Trata-se de um livro indispensável, um clássico no sentido usual do termo, que está ai para ser lido e relido por ser um testemunho histórico primoroso que põe em relevo aspectos essenciais da civilização que transcendeu seu tempo para permanecer historicamente em latência no nosso e falar através dele. O caráter desse dizer oferece insights a todo aquele que busca conhecer mais solidamente o fundamento e os elementos insubstituíveis do nosso patrimônio cultural. Mais que uma especulação de caráter geral, o livro é um convite a um contato direto, pessoal, íntimo com algo valioso, que propicia o regresso no tempo e o encontro de sua parte nessa herança para além dos traços eternos do homem, pelo diálogo com o que há de mais profundo em si mesmo.
Os comentários de Chamoux nos permitem renovar nossa compreensão da civilização dos gregos, naquilo que ela tem de imorredouro, pois, apesar das lacunas não se mostra petrifica da mas plena de vida, desde que enraizada em nossos instrumentos intelectuais, a linguagem, o imaginário (seus mitos misteriosos são ricos de sugestões que estimulam nossa sensibilidade), as categorias do nosso pensamento, nossos valores, princípios políticos e morais: nessa medida, podemos dizer que o antigo está para sempre em nosso porvir.
Maria Carolina Alves dos Santos – Professora de Filosofia Antiga na FSB (Faculdade de Filosofia São Bento)
a cultura della plebs romana – HORSFALL (RBH)
HORSFALL, Nicholas. La cultura della plebs romana. Barcelona: PPU, 1996. Resenha de: FUNARI, Pedro Paulo A. Revista Brasileira de História, São Paulo, v.18 n. 36, 1998. PPU, 1996. Resenha de:
Nicholas Horsfall debruçou-se sobre o tema da cultura da plebe romana, a convite da Academia Americana em Roma, em 1995, e este livro, publicado em italiano pela Universidade de Barcelona, representa o resultado final, após a sua apresentação em diversas universidades (Oxford, Roma, Barcelona, entre outras). Horsfall já era bastante conhecido por sua reflexão sobre a importância da escrita no mundo romano, não tanto em termos estatísticos, pois que não podemos sabê-lo com qualquer grau de certeza, mas como um estado d’alma (state of mind)1. Neste livro, Horsfall estuda, de maneira geral e articulada, as artes e linguagens da plebe romana, em especial a partir da tradição literária, não temendo apresentar seus argumentos contra mundum, para citar suas palavras2. O autor, ainda que se refira à plebe no título do livro, esclarece que prefere tratar daquilo que define como “cultura popular”, já que as fontes antigas referem-se à plebs, plebecula, rustici, entre outros termos, para designar essa cultura não-erudita. Como estudioso da literatura greco-latina, Horsfall concentra sua atenção nas fontes literárias e não se preocupa com o fato de mesclar, para um mesmo argumento, documentos separados por meio milênio, como admite, logo ao início3.
Horsfall aproveita-se da riqueza da língua italiana para referir-se ao povo, objeto de sua pesquisa, utilizando-se de termos como “popolano”4, “svantaggiati”5, “popolo minuto”6. O autor começa por lembrar a existência de uma cultura oral de longa duração, radicada na memória e fundada na música, cujos versos, cantáveis e de cunho político, podiam transforma-se em instrumento político potente e duradouro, podendo servir tanto de apoio como de crítica7. Em seguida, passa a tratar da cultura formal e reafirma que “no mundo romano a capacidade de ler, escrever e contar não dependia, necessariamente, de uma formação escolar”8, ainda que não saibamos como se processaria esse aprendizado popular. De maneira muito perspicaz, propõe que o conhecimento de lugares-comuns filosóficos, atestados nos grafites e na boca dos libertos, no Satyricon, poderiam provir das alusões filosóficas presentes no mimo, um gênero teatral popularesco9. Ainda nessa linha, discute o papel dos circulatores, organizadores de círculos, entendido circulus como um círculo de ouvintes ao redor de um organizador (“intrattenitore”), cuja função consistia em cantar ou ler poesias, trechos de livros, atuando como lector (leitor ou leitor dramático). Um escólio esclarece que “ao meio dia, eles declamam poesia ligeira10.
O autor ressalta que as manifestações coletivas populares, como cantos, slogans, insultos rítmicos (vaias) e aclamações, não devem ser interpretados como mero resultado da manipulação por parte da aristocracia. Neste sentido, denuncia o “coro uníssono de desprezo” pela cultura popular romana11. Segundo o modelo dominante, a grande maioria – vítima das necessidades econômicas, da prepotência aristocrática e da instrumentalização política – estaria condenada ao analfabetismo e à ignorância, depauperada intelectual e culturalmente. Horsfall discorda radicalmente deste esquema e prefere propor um modelo bipolar (pace Ginsburg): “há bons motivos para aceitar a existência de uma outra cultura `paralela’, popular, também essa rica e vigorosa, à sua maneira, fundada não sobre os textos literários, mas sobre a música, as canções, o teatro, a memória, os jogos”12. Ainda contra a corrente, característica, aliás, marcante do livro, o autor não concorda com a interpretação canônica (E.G. Walsh), segundo a qual Petrônio, no Satyricon, apresenta os libertos como dignos de desprezo, mas, ao contrário, os libertos aparentam amar seu modo de falar, assim como demonstram usar com entusiasmo e com criatividade sua língua. Não se consideravam ignorantes, no plano lingüístico, mas criativos13.
Horsfall, embora ressalte a especificidade da cultura popular, lembra que havia gostos partilhados com a elite e que esta, em particular, não deixava de se deleitar com certos entretenimentos populares; para tanto, lembra que Andreotti, ao viajar de avião com a seleção italiana, não deixava de …jogar baralho com os jogadores! Ademais, os próprios autores eruditos podiam escrever obras que se destinassem, segundo as palavras dos próprios autores, ao povo. Assim, Cícero (Pro Murena 61) lembra que “homens do mais baixo nível econômico (homines infima fortuna), sem esperança de qualquer atividade política (nulla spe rerum gerendarum), artesãos (ofices), gostam da História”. Também Plínio, o Velho menciona que seus trinta e sete volumes da História Natural haviam sido escritos para o “povo humilde (humili vulgo)… para a massa de camponeses e artesãos (agricolarum, opificum turbaepra)“14. Para a elite, no entanto, o povo, normalmente, era descrito como composto de imperiti, indocti, stulti, insipientes (grosso modo, ignorantes das regras eruditas), viés que predomina, em grande parte, na historiografia moderna sobre o tema. Horsfall não hesita em incluir-se, pois, em uma interpretação minoritária da cultura popular romana que se recusa a aceitar os juízos da elite como parâmetro. Dessa posição decorre uma conclusão de caráter tanto cultural quanto político. Culturalmente, não se deveria julgar a cultura popular como inferior ou como mera imitação degenerativa daquela erudita, pois, antes de mais nada, era diversa, rica a seu modo. Em seguida, se o povo era autônomo em sua cultura, não se poderia admitir que fosse pura e simplesmente manipulado politicamente, espectador passivo do pão e do circo, ou que se concebesse sempre como agregado, dependente do compadrio, como os modelos dominantes nos tentam fazer crer. Horsfall, ainda que se limite às artes e às linguagens representadas na tradição literária, deixando de lado as inscrições, a cultura material e as representações em geral, não deixa de demonstrar que uma leitura menos subserviente e mais crítica das fontes antigas pode nos relevar uma cultura original e criativa. Não fossem outros os méritos da obra, só esta independência intelectual do autor já recomendaria a sua leitura.
Notas
1 Cf. “Statistics or state of mind?”. In Journal of Roman Archaeology. Supplementary series nº 03, pp. 59-76.
2 HORSFALL, Nicholas. La cultura della plebsromana. Barcelona, PPV, 1996, p. 68.
3 Idem, p. 13, (così mi sembra già di sentire qualche brontolio sul mio modo apparentemente disinvolto di usare testimonianze separate da mezzo milenio di tempo).
4 Idem.
5 Idem, p. 27.
6 Idem, p. 51.
7 Idem, p. 19.
8 Idem, p. 21.
9 Idem, p. 25.
10 Idem, p. 134, (meridie levia carmina dicunt, Schol Persio1).
11 Idem, pp. 33-34.
12 Idem, p. 34.
13 Idem, p. 38.
14 PLINIO (o Velho). Naturales Quaestiones. Paris, “Les Belles Lettres”, s/d, ef. 06.
Pedro Paulo A Funari – Universidade Estadual de Campinas
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