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Mexiko: presencia y representación en las publicaciones en lengua alemana entre 1914 y 1945 | Emma Julieta Barreiro, Bernd Hausberger
El Colegio de México publicó en 2021 el libro Mexiko: presencia y representación en las publicaciones en lengua alemana entre 1914 y 1945 que fue coordinado por la literata y traductora Emma Julieta Barreiro y el historiador Bernd Hausberger. Se trata de una obra en la que once autores exploran la forma en que periodistas, científicos, escritores y fotógrafos germanoparlantes retrataron a México, los mexicanos y lo mexicano de la Primera a la Segunda Guerra Mundial. Con ello, los autores muestran la variedad de publicaciones donde se presentó a México y nos incentivan a seguir estudiando las formas en que autores extranjeros han construido el imaginario sobre este país y su población. Leia Mais
Matters of Justice: Pueblos/ the Judiciary/ and Agrarian Reform in Revolutionary Mexico | Helga Baitenmann
Resenhista
Kevan Antonio Aguilar – University of California. San Diego.
Referências desta Resenha
BAITENMANN, Helga. Matters of Justice: Pueblos, the Judiciary, and Agrarian Reform in Revolutionary Mexico. Lincoln: University of Nebraska Press, 2020. Resenha de: AGUILAR, Kevan Antonio. Historia Agraria De América Latina, v.1, n.2, p. 130-133, nov. 2020. Acesso apenas pelo link original [DR]
Los nombres de lo indecible. Populismo y Violencia(s) como objetos en disputa – MAGRINI (ACHSC)
MAGRINI, Ana Lucia. Los nombres de lo indecible. Populismo y Violencia(s) como objetos en disputa. Buenos Aires: Prometeo Libros, 2018. 346 p. Resenha de: FRANCO, Adriana Rodríguez. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura [Bogotá], v. 47 n. 2, jul. – dic. 2020.
En la historiografia de America Latina es comun observar trabajos que dicen desarrollar una perspectiva “comparada”. No obstante, la mayoria de esas publicaciones articulan su contenido alrededor de un tema o periodo historico, pero su analisis se mantiene en la orbita de las historias nacionales. Los fenomenos que se consideran comunes a la experiencia historica del subcontinente son estudiados a partir de casos: por ejemplo, el populismo en Argentina, en Brasil o en Mexico; la violencia en Colombia, Chile o Bolivia. Algunos de estos casos se erigen al estatus de tipos ideales, a partir de los que se comparan las demas experiencias —como ocurre con el peronismo—, mientras que otros adquieren la condicion de “casos excepcionales”, como la perenne violencia colombiana.
El estudio de Magrini no sigue esta linea tradicional para abordar la tan necesaria —pero al mismo tiempo tan elusiva— comparacion; de hecho, su proposito no es plantear un contraste entre los eventos asociados al desarrollo del populismo en Colombia y Argentina, o establecer, en terminos de verdad historica, cuales serian las razones que explican el “triunfo” o el “fracaso” de la experiencia populista en los dos paises. La obra no se constituye entonces como un estudio que trate de explicar por que el populismo si tuvo arraigo en la Argentina del auge industrial de la decada de 1940, a diferencia de Colombia, pais que vio fracasados sus precarios ensayos populistas y se embarco en un conflicto politico que aun no ha encontrado solucion.
En sintesis, el planteamiento del problema de investigacion de Los nombres de lo indecible surge de comparar sistematicamente como fueron construidos dos de los significantes mas importantes de la historiografia argentina y colombiana durante casi toda la mitad del siglo xx —el peronismo y el gaitanismo, respectivamente—, y cuales fueron los conceptos que se utilizaron para llenarlos de contenido: el populismo, para el caso argentino, y la(s) Violencia(s) para el colombiano. La construccion de esas categorias es observada en sus dimensiones sincronicas y diacronicas, para lo que se propone una periodizacion de ese proceso, el cual esta determinado por la relacion entre los autores responsables de la formulacion de dichos significantes —reiterativos y a la vez disputados en el escenario intelectual y politico de los dos paises— y las condiciones sociopoliticas e intelectuales en las cuales ellos se desenvolvian. Replantear la conexion texto/contexto le permitio a la autora detectar como se gesto la resignificacion de los objetos en las narrativas sobre el peronismo y el gaitanismo durante cada periodo y su transformacion con el paso de los anos. Es en el presente, en el momento en que se conciben las narrativas, cuando “se configura, el pasado, el presente y el futuro” (p. 16).
Magrini aclara que fueron varios los conceptos que en algun momento se esgrimieron para configurar como objetos historicos, tanto al peronismo como al gaitanismo; para el primero se pueden citar “fascismo”, “autoritarismo”, “dictadura”, “bonapartismo”, entre otros, y para el segundo “terrorismo”, “revolucion”, “bandolerismo”, “conflicto interno”; entre otros mas con los que se intento no solo caracterizarlo sino tambien investirlo de significado. No obstante, fueron “populismo” y “la(s) Violencia(s)” los que demostraron tener mas arraigo en las narrativas del peronismo y del gaitanismo, y a los que se les pudo realizar tanto un seguimiento como una comparacion sistematica, toda vez que su implantacion como significantes fue resultado de multiples debates y confrontaciones, debido especialmente a su estrecha conexion con las problematicas del contexto en que eran formulados. Los dos conceptos no solo fueron consolidandose, transformandose y asimilandose; la cuestion que detecta la autora es que ambos fueron excedidos en cuanto a su significado, adquiriendo sentidos diversos y multiples representaciones, en tanto servian como instrumentos para “decir lo indecible” en el presente.
El Dia de la Lealtad (17 de octubre de 1945) en Argentina y el Bogotazo (9 de abril de 1948) en Colombia fueron fechas revestidas con un caracter simbolico en la historia politica de los dos paises, no solo por la magnitud de las movilizaciones sociales que se produjeron —con un acento dramaticamente violento en el caso colombiano— alrededor de las figuras de Juan Domingo Peron y Jorge Eliecer Gaitan, respectivamente, sino porque fueron acontecimientos continuamente revisitados, releidos y resignificados, incluso antes de que los significantes “peronismo” y “gaitanismo” fueran esgrimidos en el proceso de construccion de sus narrativas. En relacion con estos eventos, Magrini devela como las formas en que fue interpretada la irrupcion de lo popular en la movilizacion politica y social del peronismo y del gaitanismo —especialmente visible en esas dos fechas— cumplieron un papel fundamental en el desarrollo de los debates politicos contemporaneos. En este punto, la autora puede sentar otro elemento de comparacion: entretanto, en la Argentina, las controversias se desarrollaban con el peronismo como una “presencia ausente”, un legado que mantenia con vigencia su impronta pese a la ausencia fisica de Peron; en Colombia el gaitanismo tenia la condicion de “ausencia presente”, en el que la violenta desaparicion de su lider represento tambien la eliminacion de su proyecto politico, aunque sin perder totalmente su actualidad al ser anorado por algunos o evocado con preocupacion por otros. Por esta razon, se habla en la obra de ambos como “objetos parciales”, nunca concluidos, ya que su contenido en las narrativas ha estado sujeto (y podemos inferir que lo seguira estando) a los “limites de decibilidad en determinados contextos” (p. 25) o a las condiciones de posibilidad de representacion de otros objetos con los que guardan cierta continuidad o relacion.
La estructura de la obra responde al planteamiento de un marco teorico diverso y nutrido de diferentes fuentes —que se halla detalladamente expuesto en la introduccion—, y cuya formulacion se orienta a demostrar que el pasado debe ser considerado fundamentalmente como una “reconstruccion discursiva” (p. 39). Asi, la autora reconoce que sus principales referentes se encuentran en el marco de la teoria politica del discurso, la historia politica e intelectual, y la historia y la politica como significacion, convocando a autores como Elias Palti, Ernesto Laclau, Slavoj Žižek, entre otros, y a partir de los cuales espera poder estudiar las disputas por la produccion de significados sobre lo politico y sus contextos de debate, asi como explicar por que unas narrativas lograron posicionarse como hegemonicas mientras que otras pasaron a ser marginales.
Tambien se destacan las categorias de “condensacion” —vinculada al analisis sincronico en la construccion del objeto historico—, de “desplazamiento” —que en una perspectiva diacronica revela la “flotacion” de los significados y las interpretaciones— y la de “la paralaje” —que, tomada desde la astronomia y enriquecida por Žižek, remite a como la posicion de un objeto cambia de acuerdo a la posicion del observador, sin que necesariamente se este ante la tradicional relacion sujeto/objeto, en la que el segundo es exterior al primero, quien simplemente lo observa—.
Desde esta propuesta teorica, Magrini comprueba la existencia de tres tipos de narrativas sobre el peronismo y el gaitanismo, y partiendo de ellas organiza los tres capitulos sincronicos del libro; en tanto, los dos restantes tienen una perspectiva diacronica. El primer capitulo analiza dos narrativas subjetivistas, producidas por dos cercanos participes de la movilizacion peronista (Cipriano Reyes) y gaitanista (Jose Antonio Osorio Lizarazo); ambos comparten lugares de enunciacion, al haber acompanado de cerca a los dos lideres en los primeros momentos de su actividad politica, para distanciarse posteriormente al denunciar la existencia de contradicciones en el movimiento o la usurpacion de liderazgos legitimos por actores oportunistas. El capitulo analiza la contribucion de los autores a la construccion del peronismo y gaitanismo como objetos historicos, el primero falseado y el segundo no reconocido, pero en ambos casos con base en una concepcion heroica del pueblo.
En el segundo capitulo emergen las narrativas polifonicas: durante la decada de 1960, Carlos Fayt contribuyo a consolidar la ruptura entre peronismo y antiperonismo, en la que lo popular aparece vinculado a la violencia y el pueblo (masa) maleable ante la influencia de lideres negativos como Peron; en cambio, en la narrativa de multiples perspectivas propuesta por Arturo Alape sobre el gaitanismo, el pueblo (multitud), tras la ausencia de Gaitan, quedara desprovisto de orientacion populista y sera susceptible de caer en la violencia en forma de venganza.
En este punto ya se hace evidente como se vincula la estructura de las narraciones subjetivas y polifonicas con la configuracion de las relaciones conceptuales del populismo y la(s) Violencia(s).
El tercer capitulo muestra como “hacia los anos ochenta el subjetivismo y la polifonia se fundieron con las narrativas objetivistas mas relativizadas” (p.
142), siendo muestra de ello las investigaciones doctorales de Juan Carlos Torre y Herbert Braun. Los argumentos de ambos autores, aunque matizados, no superaron las visiones ya construidas desde las opticas subjetivistas y polifonicas: el peronismo como obstaculo para el desarrollo de una democracia real en Argentina y el gaitanismo como proyecto truncado de inclusion politica de las mayorias.
del gaitanismo como objetos historicos vinculados al desarrollo del populismo y la(s) Violencia(s) como conceptos polisemicos en las ciencias sociales; y tambien de los cambios en el escenario politico de los dos paises. En dicho apartado se amplia considerablemente la cantidad de autores estudiados —no es claro porque el limite temporal para la muestra bibliografica es la mitad de la decada de 1980— y se explicita la articulacion y superposicion entre los momentos en que se produjeron las tipologias narrativas desarrolladas en los tres capitulos iniciales. Aqui se hacen mas evidentes las referencias cruzadas entre las interpretaciones argentinas y colombianas del populismo y la violencia, y que, en circulos academicos y en la opinion publica, giraron alrededor de planteamientos contrafactuales sobre “que hubiera pasado si”, por ejemplo, el peronismo no hubiera sido como fue o si Gaitan hubiera efectivamente gobernado.
Para concluir, es pertinente subrayar que Magrini no busco modelar otra definicion sociologica del populismo en Argentina, ni replantear los alcances de la violencia como categoria en la historiografia colombiana. Su obra se concentro en identificar como se llego a la formulacion de esos conceptos, que significado se les otorgo y como la interaccion entre los autores y su contexto politico e intelectual las hizo vacuas, flotantes y polisemicas; pero, lo mas importante, como contribuyeron a la significacion y resignificacion de los dos fenomenos sociopoliticos mas importantes de la historia del siglo xx en los dos paises. El peronismo y el gaitanismo han convocado el interes de una inmensa cantidad de autores, con diferentes trayectorias e intereses, pero son practicamente inexistentes para el caso latinoamericano las reflexiones que conduzcan a abrir nuevas perspectivas sobre la importante relacion entre la forma en que son revestidos de historicidad los eventos del pasado y las circunstancias en que ese proceso tiene lugar.
1. Nicholas Mirzoeff, Una introducción a la cultura visual (Barcelona: Paidós, 2003) 34.
Adriana Rodríguez Franco – Universidad del Tolima. E-mail: arodriguezfr@ut.edu.co.
Retrato de un joven pintor: Pepe Zúñiga y la generación rebelde de la ciudad de México – VAUGHAN (RBHE)
VAUGHAN, M. K.. Retrato de un joven pintor: Pepe Zúñiga y la generación rebelde de la ciudad de México. Aguascalientes, MX: Universidad Autônoma de Aguascalientes, CIESAS, 2019. Resenha de: ACERVES, M. T. F. Retrato de un joven pintor: Pepe Zúñiga y la generación rebelde de la ciudad de México (Reseña). (2020). Revista Brasileña de Historia de la Educación, 20, 2020.
Retrato de un joven pintor: Pepe Zúñiga y la generación rebelde de la ciudad de México es una obra de la historiadora Mary Kay Vaughan. Ella reconstruye la vida de Pepe Zúñiga desde la perspectiva de la nueva biografía a lo largo de 423 páginas, una introducción y 10 capítulos. Vaughan es una historiadora que ha sido pionera en diversos campos en la historia, especialmente en la historia social de la educación en México.
Las diversas investigaciones históricas de la Dra. Vaughan muestran no sólo cómo ella ha utilizado diferentes miradas para examinar a la escuela como una institución fundamental en la modernización de México del Porfiriato a la época cardenista, sino también cómo la historia se ha transformado desde la década de 1970 al presente, de una visión marxista estructuralista a una perspectiva cultural y de género.
En su primer libro sobre la educación en México, El estado, las clases sociales y educación en México, 1880-1928 publicado en 1982 por la SEP y el FCE, se interesó por examinar cómo se construyó la política educativa durante el Porfiriato y en el gobierno posrevolucionario que estableció la SEP en 1921. Evaluó los alcances y limitaciones de la puesta en marcha de la política educativa de la educación vocacional, los libros de texto y el movimiento del nacionalismo cultural en la década de 1920.
En el libro colectivo Las mujeres del campo mexicano, 1850-1990 que editó junto con Heather Fowler-Salamini, publicado en inglés en 1994 y en español en 2004, utilizaron la categoría de género y pusieron en el centro del análisis a las mujeres del campo desde la Reforma liberal en el siglo XIX hasta el neoliberalismo de finales del siglo XX. Con esta obra rompieron con la invisibilidad e imagen sumisa de las mujeres de las zonas rurales. Examinaron cómo mujeres de diversas clases sociales y trayectorias enfrentaban, acumulaban, descartaba y reformulaban valores, conocimientos, experiencias, habilidades y costumbres. Entre los aportes de esta obra están el fino análisis de las cambiantes relaciones de género y las prácticas en la política agraria de la Revolución Mexicana entre 1910 y 1940. En concreto, Vaughan arguye que las nuevas políticas posrevolucionarias generaron cambios dentro de la familia patriarcal y contribuyeron a erosionar el poder de la familia patriarcal. Las mujeres y los jóvenes tuvieron nuevos espacios y funciones a través de una política desarrollista enfocada en la familia, que permitió su movilización y su empoderamiento. Los líderes revolucionarios burgueses extendieron la definición de domesticidad por medio de la modernización de la familia patriarcal y disminuyeron las desigualdades de género.
En su tercer libro La política cultural de en la Revolución: maestros, campesinos y escuelas en México, 1930-1940, publicado en inglés 1997 y en español en 2000, dio un giro substancial para analizar la política educativa de una perspectiva desde arriba a una mirada de abajo hacia arriba, para desmenuzar cómo se construyó, implementó y negoció el proyecto de la educación socialista. La política educativa progresista de la década de 1930 buscó nacionalizar y modernizar la sociedad rural. Desde una mirada posrevisionista de la Revolución Mexicana, que entreteje posturas teóricas subalternas, de género y culturales, Vaughan reconstruye con gran detalle las voces multifacéticas, el lenguaje revolucionario de los hacedores de la política pública, maestros, campesinos en dos regiones contrastantes Puebla y Sonora. Por medio de estos dos estudios de caso incorpora la noción de la racionalización de la domesticidad, debate sobre la construcción hegemónica del Estado posrevolucionario y deconstruye el ‘discurso oculto’ de los campesinos. Su argumento central “[…] es que la verdadera revolución cultural de los años treinta no se encontró en el proyecto del Estado sino en el diálogo entre Estado y sociedad que ocurrió en torno de este proyecto” (Vaughan, 2000, p. 42). En esta obra recibió el Herbert Eugene Bolton Prize como el libro más sobresaliente en la historia de América Latina en 1997, otorgado por la Conferencia de la Historia Latinoamericana de los Estados Unidos; también ganó el Bryce Wood Award de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA).
En 1998 editó junto con Susana Quintanilla, Escuela y sociedad en el periodo cardenista, para reflexionar por qué la educación socialista no tiene paralelo con ninguna otra reforma educativa en México, se preguntaron ¿es posible transformar el sistema educativo? ¿cuáles son las estrategias para lograrlo? ¿cómo se comportan las instituciones políticas y civiles en un proceso de transición? ¿qué cambia y qué permanece dentro de la escuela? Contribuyen al entendimiento cómo fue aplicado en diferentes entidades, regiones y comunidades. Ponen especial atención a las dinámicas y procesos locales que marcaron de manera distinta la implementación de la educación socialista.
Durante la década de 1990, en especial a finales de ésta, Vaughan fue una entusiasta promotora de los estudios culturales y de género en la historia de México, mientras se daba el álgido debate en la academia norteamericana sobre el giro lingüístico y de la nueva historia cultural. La nueva historia cultural brinda herramientas para analizar los discursos, prácticas y representaciones de hombres y mujeres en su contexto. Las narrativas de sus experiencias son un vehículo para entablar un diálogo entre las fuentes primarias y las discusiones teóricas sobre discurso, experiencia, género, memoria, narrativa y subjetividad. Esta interlocución se ha dado en el campo de la historia a partir de la influencia de la antropología cultural, invitó a los historiadores a examinar las formaciones socioculturales como textos y a poner atención en los usos del lenguaje y el análisis del discurso; promovió el acercamiento a la antropología y estimuló a los historiadores a considerar a los artefactos culturales como perfomativos, más que simples expresiones. La nueva historia cultural también fue receptiva a los postulados feministas; éstos sensibilizaron sobre los vínculos entre las vidas públicas y privadas y entre ficciones e ideologías. Así mismo la nueva historia cultural se acercó a los estudios literarios para examinar las nociones como intertextualidad (una historia siempre alude a otra historia) y la recepción de los lectores. Es precisamente en esta postura que Vaughan se ha identificado. Colaboró en el debate entre varios historiadores norteamericanos mexicanistas que reflexionaron en la perspectiva cultural, poscolonial, y de género. Este debate fue publicado en un número especial en el Hispanic American Historical Review llamado ‘La lucha libre’, en 1999.
En 2006 editó junto con Steve Lewis, The eagle and the virgin: cultural revolution and national identity in Mexico, 1920-1940. Esta obra colectiva se centra en un análisis cultural y de género para deconstruir cómo la nación es inventada y reinventada, examina como el proyecto masivo de la construcción del Estado se llevó a cabo entre los decenios de 1920 y 1940. Hay un fino análisis de cómo la identidad nacional se forjó entre diferentes grupos sociales, católicos, trabajadores industriales, mujeres de la clase media y comunidades indígenas. En este libro Vaughan sopesa los debates opuestos entre el águila (el Estado secular modernizador) y la Virgen de Guadalupe (la defensa católica de la fe y la moralidad). Argumenta que, a pesar de enfrentamientos violentos y discusiones álgidas, el repertorio simbólico creado para promover la identidad nacional y su memoria al final el águila y la virgen lograron coexistir pacíficamente.
En 2006 editó junto con Gabriela Cano y Jocelyn Olcott el libro colectivo Sex in revolution, publicado en español en 2009 bajo el título Género, poder y política en el México posrevolucionario. En este libro avanzó en los debates sobre la historia de mujeres y de género en México y en América Latina porque centró su análisis en el orden de género y los cambios generados por la Revolución Mexicana y el proceso revolucionario en la sexualidad, trabajo, familia, prácticas religiosas y derechos civiles.
En 2015, Vaughan publicó en inglés la biografía del pintor Pepe Zúñiga en la editorial Duke University Press y en 2019 la versión en español1. En este estudio biográfico ha sintetizado por qué los historiadores de la cultura han dado el ‘giro a la biografía’. Pero ¿qué implicó reconstruir la vida de Pepe con base en la nueva biografía que parte del “[…] principio de que las personas están situadas ‘dentro de las estructuras sociales y los regímenes discursivos, pero no están presas dentro de ellos’”? (p. 25, énfasis añadido). De acuerdo con la autora, esta perspectiva biográfica “[…] permite ver la manera en la que las personas negocian los procesos y los encuentros educativos” (p. 25). Para el lector y/o público en general, utilizar esta perspectiva podría parecer que implica una labor sencilla. Por el contrario, Mary Kay Vaughan emprendió un trabajo titánico. Con base en un andamiaje teórico y metodológico de la nueva biografía; del análisis de Nobert Elias sobre la generación alemana después de la posguerra y su rebeldía; las propuestas de Jürgen Habermas sobre la construcción de la esfera pública; de la filosofía fenomenológica de Maurice Merleau-Ponty, y una gran sensibilidad, reflexión histórica y gran empatía de la autora, ella logra entender y construir narrativas intersubjetivas para darle voz a personas que generalmente han quedado fuera de las grandes narrativas históricas. Es decir, en esta obra, Pepe, sus hermanos, sus amigos y la autora construyeron una narrativa intersubjetiva de la experiencia y la memoria selectiva, sensorial, emotiva y generacional. Con ese ejercicio de la memoria colectiva y de ir más allá de las entrevistas, de etnografías históricas y fuentes primarias (como la letra y melodía de algunas canciones, películas y producciones teatrales; textos escolares, libros, revistas, y las crónicas periodísticas de sus exposiciones; tarjetas postales; álbumes; y fotografías) y secundarias (como el arte, la educación, la música, lo urbano, historias sobre el deporte, ensayos sobre la cultura popular y las biografías de sus amigos artistas), Mary Kay Vaughan logra reconstruir cuidadosamente las experiencias de tres generaciones de las familias materna y paterna de Pepe; de los hombres y las mujeres, sus oficios, costumbres, su vida cotidiana, prácticas religiosas, su trabajo, su sensualidad, su sexualidad y de su entretenimiento en Oaxaca y la Ciudad de México.
Para lograrlo, la autora se nutre de varias historiografías como de la vida cotidiana; de la familia; del cine (del mudo, de Hollywood, alemán, italiano y mexicano); de la infancia; social de la educación (la escuela, los libros de texto, las escuelas vocacionales, la autoformación y la Escuela La Esmeralda); de la radio; de la música; del baile (como el fox-trot, tango, sima, Charleston, tap, rumba, danzón, exóticos –Tongolele—y el rock and roll); del teatro de Pánico; de la pintura (de la Escuela Mexicana de Pintura de realismo social, basada principalmente en la pintura mural y las artes graficas; del movimiento de ‘La Ruptura’ que no enfatizaba la política social y el compromiso democrático; y la ‘generación olvidada’ de pintores distinguidos de manera aislada, nacidos entre 1935 y 1945); historia de mujeres y de género; de las masculinidades; historia social del trabajo (de sastres, costureras y técnicos del radio), y por si no fuera suficiente, la historia de las emociones, de las sensibilidades y los afectos.
La autora las entreteje estas diversas historias con una historia transnacional y global de distintos procesos históricos de corta, mediana y larga duración para ubicar a Pepe, su familia, su barrio, amigos, escuelas, aprendizaje y sensibilidades en un ‘tiempo y espacio vivido’ en la ciudad de Oaxaca y la Ciudad de México. La narrativa intersubjetiva en esta obra se mueve en distintas escalas: la emocional – corporal – subjetiva– intersubjetiva, la familia, el barrio, las generaciones, el género, lo local, regional, nacional y transnacional.
Con base en este minucioso análisis, la autora identifica las experiencias que Pepe cuenta y sostiene que éstas aclaran cuatro procesos: 1) “[…] una movilización después de la Segunda Guerra Mundial por el bienestar de la niñez y el desarrollo personal […]”; 2) el florecimiento del entretenimiento; 3) “[…] la domesticación de masculinidad violenta relacionada con la política social y el cambio político, las cambiantes estructuras económicas, sociales, comerciales y con los medios masivos de comunicación […]” (p. 31). y 4) “[…] la formación de un publico critico de jóvenes en la década de 1960, mismo que después de 1970 catalizó el surgimiento de una esfera pública democrática de discusión política, de expresión artística y de entretenimiento. Esa esfera pública cada vez más democrática conformó y ha sido conformada por la apertura de los regímenes políticos y sociales, y por los cambios en los mercados y en las tecnologías […]” (p. 31-32).
Mary Kay Vaughan identifica los goznes, los quiebres, los turning points que Pepe Zúñiga experimentó y cómo “[…] su narración es, en sí misma, el entrelazamiento entre el proceso socioeconómico y los discursos aprendidos para interpretar este proceso” (p. 27). La autora sostiene que
La historia de Pepe muestra la manera en la que los medios de comunicación, sus mensajes y sus tecnologías, sugieren la formación de una subjetividad más crítica y exigente, y una nueva noción sobre los derechos, algo totalmente opuesto a lo que Habermas predijo en 1962 y más de acuerdo con la noción de Elias sobre un espacio cualitativo para la comunicación y el desarrollo personal en el período inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial. […] Los medios de comunicación, argumentaba él, creaban desdén y apatía hacia las instituciones públicas y la vida política (p. 32, 37)
Pepe Zúñiga proviene de una familia pobre de la ciudad de Oaxaca que migró a la Ciudad de México en 1943; él buscó y luchó su superación personal y profesional para cambiar la condición social de su familia. Para analizar estas transformaciones (familiares, culturales, educativas, laborales, emocionales y sensoriales), la autora examina distintos espacios de aprendizaje como la música, el baile, el barrio popular (Carmen Alto en la ciudad de Oaxaca y la Colonia Guerrero en la Ciudad de México), la familia (nuclear y extendida), las escuelas, la iglesia, el cine, la radio, el teatro, entre otros.
Considero que uno de los aportes más importantes de Mary Kay Vaughan en Retrato de un joven pintor es a la creciente historiografía de la historia de las emociones en Estados Unidos, Europa y América Latina. De acuerdo con la historiadora Laura Kounine, los cuatro hilos principales de la historia de las emociones son la emocionología (emotionology Peter Stearns y Carol Stearns); comunidades emocionales (Barbara H. Rosenwein); regímenes emocionales (William Reddy) y prácticas emocionales (Monique Scheer) (Kounine, 2017). En conjunto, estas metodologías examinan la forma en que las emociones se han definido, gobernado y expresado en una sociedad y período determinado y cómo han cambiado a lo largo del tiempo.
Investigar, documentar y analizar los cambios emocionales no es una tarea fácil. Mary Kay lo logra al demostrar y argumentar que “[…] hubo transformaciones en la domesticación de la masculinidad violenta, la suavización de la dureza masculina, y la feminización de su sensibilidad” (p. 44). Las fuentes que generaron estos cambios provinieron del cine, la escuela, los libros de texto, las canciones de Cri-Cri, entre otros elementos, los cuales dieron paso a la ‘ternura’. Gustavo Sainz utilizó esta palabra para describir “[…] el despertar emocional y el apalcamiento de su salvaje delicuente, el ‘Compadre Lobo’” (p. 48, énfasis añadido). Para Mary Kay Vaughan, éste es un sentimiento “[…] que estaba surgiendo entre la juventud de la Ciudad de México desde finales de la década de 1950” (p. 48). Para mi, aquí está el centro del argumento de la autora y su aportación significativa a la historia del movimiento del 68 y su rebeldía. En sus palabras, “[…] la misma privatización del sentimiento impulsó la apertura de la esfera política”. Y concluye que,
En gran medida, los jóvenes rebeldes de la década de 1960 generaron la presión, la subjetividad, y, a medida que maduraban, se convirtieron en los ciudadanos de esta democratización. Ellos, a pesar de que no lograron liberarse totalmente de los comportamientos y convenciones que denunciaban, contribuyeron a una transformación de la política, las conductas sociales y la expresión artística (p. 382).
Finalmente, considero que este libro establece puentes para entablar un diálogo desde la perspectiva histórica con las participantes de los movimientos de la ‘Diamantina Rosa’ y los performances del Colectivo de las Tesis de Chile que se han realizado en diversas ciudades del mundo, ‘Un violador en mi camino’, que han confrontado con mucha fuerza las prácticas patriarcales. Considero que las jóvenes de estos movimientos pueden aprender que ‘el patriarcado’ debe historiarse, ubicarlo en su contexto (tiempo y espacio). Por tanto, entender e identificar las transformaciones de las prácticas masculinas de poder, ayudará a no dar por sentado que el patriarcado es omnipresente. Por el contario, debemos preguntarnos cómo ha sido su construcción social histórica. Así lo hace Mary Kay Vaughan en esta obra al señalar los cambios y las herramientas (el cuchillo, las tijeras y el pincel) que utilizaron tres generaciones de los hombres Zúñiga para construir su masculinidad, ejercer la violencia, el poder y expresar sus sensibilidades.
Quedan muchas cosas más en el tintero, mi reseña es una probadita de este libro que recurre a una gran diversidad de perspectivas historiográficas, fuentes primarias y secundarias. Recomiendo su lectura no sólo para académicos interesados en la biografía y en la educación, sino también para un público más amplio.
Referências
Kounine, L. (2017). Emotions, mind, and body on trial: a cross-cultural perspective. Journal of Social History, 51(2), 219-230.
Vaughan, M. K. (2000). La política cultural de en la Revolución: maestros, campesinos y escuelas en México, 1930-1940. México, MX: Fondo de Cultura Económica.
Vaughan, M. K. (2015). Portrait of a young painter: Pepe Zúñiga and Mexico city ‘s rebel generation. Durham, NC: Duke University Press
Notas
1 Para el título en ingléses ver: Vaughan (2015).
María Teresa Fernández Aceves – Es doctora en historia de América Latina por la Universidad de Illinois en Chicago, con especialidad en historia de mujeres y de género. Se desempeña como profesora e investigadora en el CIESAS Occidente desde 2001. Su investigación se ha centrado en la historia laboral, la historia de mujeres y de género en México en el siglo XX. E-mail: materesafdez@gmail.com
Los indígenas y la construcción del Estado-Nación. Argentina y México, 1810-1920: historia y antropología de un enfrentamiento – BERNAND (FH)
BERNAND, Carmen. Los indígenas y la construcción del Estado-Nación. Argentina y México, 1810-1920: historia y antropología de un enfrentamiento. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina: Prometeo, 2016. Resenha de: ZAPATA, Horacio Miguel Hernán. Los pueblos indígenas en la construcción Nacional de Argentina y México: un contrapunto de experiencias sociohistóricas (1810-1820). Faces da História, Assis, v.7, n.1, p.480-485, jan./jun., 2020.
La participación de las sociedades indígenas dentro de los procesos de creación y afianzamiento de los Estados nacionales constituye una de las tantas problemáticas que ha marcado tanto la historiografía como la antropología latinoamericanas de las últimas décadas. Sin duda, a ello han contribuido de forma significativa, por un lado, antropólogos formados en la tradición de una Etnohistoria interesada por entrever la “perspectiva del otro indígena en las situaciones de dominación colonial y estatal” (ROJAS, 2008). En segundo lugar, han contribuido a ello también aquellos historiadores enrolados en una historia social y política “desde abajo”, preocupados por ofrecer nuevas aproximaciones a las diversas experiencias históricas de los grupos sociales subalternos – en relación con los grupos hegemónicos– a lo largo la historia. En efecto, el desarrollo de investigaciones empíricamente fundadas en la interpretación de viejas y nuevas fuentes a partir de enfoques y metodologías renovadas, ha permitido que historiadores y antropólogos pudiesen “ensanchar la base de la historia” (SAMUEL, 1984, p. 17) y explorar “una dimensión desconocida del pasado” (HOBSBAWM, 1998, p. 207-208) o, más bien, un aspecto de las culturas nacionales mal conocidas y sobre las que pesan no pocos mitos y polémicas. A partir del fortalecimiento de esta línea de trabajo innovadora, contamos con más elementos para acabar con las miradas que han concebido a las comunidades indígenas como objetos pasivos de las políticas impuestas en el pasado y el presente.
Como consecuencia, en los nuevos estudios e interpretaciones histórico-antropológicas los pueblos indígenas se nos presentan como verdaderos actores, sujetos constructivos y activos frente a la realidad que los contiene y que se transforma continuamente a través de las sucesivas adecuaciones, inventivas e impugnaciones barajadas gracias a su capacidad de agenciar – de manera armónica o contradictoria – distintos bienes, prácticas y representaciones del mundo en que viven. Precisamente gracias a que existen estos incesantes esfuerzos de distintos académicos por producir conocimiento social sobre las comunidades originarias es que hoy contamos con el libro Los indígenas y la construcción del Estado-Nación. Argentina y México, 1810-1920, de la afamada etnohistoriadora francesa Carmen Bernand. Elaborado y publicado originalmente como un manual destinado a abordar el tema del concurso de acceso a la condición de profesor de la enseñanza pública en Francia, el presente libro constituye la versión traducida al castellano y mejorada por su propia autora, convirtiéndose en una voluminosa obra dedicada a presentar – como bien indica su título – un estudio de antropología histórica comparada de los complejos vínculos entre los indígenas y los nuevos Estados nacionales surgidos a partir del descalabro del otrora imperio español.
Como podrá advertir el lector avezado, su redacción obligó a reunir y compaginar un creciente y heterogéneo universo de resultados de investigación sobre diferentes objetos y en diversos registros, propios y ajenos, cuya articulación no siempre resulta evidente, en una narración atrapante donde su objeto nunca se desdibuja. Su composición permite ver con claridad tanto las líneas maestras del oficio como la manera, precisa y elocuente, de trabajar con un corpus significativo de fuentes (correspondencia oficial y personal, periódicos, informes de comandancias de frontera, los registros de gastos de compensaciones, memorias particulares y diarios de viajeros) en un esfuerzo para comprender, de manera vívida y sugerente, los significados que una sociedad atribuye a los acontecimientos en los que participa. Si bien los argumentos vertidos a lo largo del libro – en la mayor parte de los casos – no son naturalmente novedosos para los especialistas, el mismo no carece de la profundidad propia de las obras que obligan a ajustar cuentas con los estudios anteriores y marcan pautas para futuras investigaciones, sobre todo en lo que se refiere a la principal hipótesis de la autora. Y es que el objetivo central de Bernand es demostrar que los grupos indígenas fueron partícipes de los dramáticos avatares derivados de la conformación de los actuales Estados republicanos de México y Argentina a lo largo del siglo XIX, ya que – en tanto agentes activos – tejieron relaciones de negociación, conflicto y subordinación con las elites en el poder.
Sin embargo, pese a su nueva adaptación, la investigadora logró conservar esa particular “identidad mestiza” (VIAZZO, 2003), que supo imprimirle al ensayo original, desdibujando las fronteras entre Antropología e Historia, combinando un conjunto de preocupaciones teóricas del campo antropológico con el andamiaje empírico que provee del decurso histórico. En este sentido, el lector podrá observar que en la arquitectura global del libro hay secciones que resultaron más históricas, mientras que otras se tornaron más antropológicas; ello no quita que, por momentos, el abordaje conjugue ambos enfoques. Ciertamente, la obra divide el estudio de las trayectorias indígenas en dos grandes partes. Bajo el subtítulo de “Jalones”, la primera parte expone y analiza los principales hechos en el orden cronológico en el que se presentaron a lo largo de un apartado introductorio y siete capítulos. Los capítulos, a su vez, se hallan delimitados a partir de distintos clivajes temporales que responden – en términos generales – a una periodización secular significativa para ambos países, cuyo inicio arranca en el año 1810 y su cierre alrededor de inicios de la década de 1920. Si bien la decisión de Bernand de recurrir a una periodización inconveniente (por su apego a efemérides patrias o convenciones historiográficas tradicionales, pero no así a las dinámicas del mundo indígena), es indudable que la misma se convierte en un mapa de lectura muy útil.
De ese modo, en el capítulo introductorio se presentan cuestiones que la autora entiende como fundamentales para la comprensión del recorrido histórico de los siguientes acápites, como la situación en los Virreinatos de Nueva España y del Río de la Plata a fines del siglo XVIII, dos territorios mucho más extensos que las repúblicas que llevaran los respectivos nombres de México y Argentina, los caracteres y dinámicas sociales de los grupos indígenas que habitaban más allá de las fronteras de ambas jurisdicciones, las descripciones etnográficas sobre éstos legadas por funcionarios, misioneros y viajeros y los fundamentos políticos sobre los que se erigieron las jóvenes repúblicas. Seguidamente, en los capítulos primero y segundo, la autora describe los corolarios producidos sobre las poblaciones indígenas por el proceso de la insurgencia en México y en las Provincias Unidades del Sur. A continuación, los capítulos tres y cuatro reconstruyen el largo período caracterizado por una sucesión de guerras civiles y de conflictos internacionales abiertos luego de la independencia política de ambos países.
Allí, Bernand sitúa al indígena dentro del conjunto de grupos socioétnicos que tomaron parte, según sus propios intereses y oportunidades, en los conflictos que forjaron los Estados republicanos modernos, historizando las acciones emprendidas por las distintas facciones políticas criollas en pugna (caudillos unitarios y federales en el caso del Río de la Plata y liberales o conservadores en el caso del México), para ganar la colaboración militar de algunas de las parcialidades indígenas y los diversos posicionamientos que éstas últimas adoptaron. Resultado de esa participación fueron, como muy bien explica la autora, la progresiva pérdida de la autonomía y los enfrentamientos interétnicos que comenzaron a vivirse dentro de las propias sociedades indígenas. A su vez, a lo largo de los capítulos cinco, seis y siete, se explora cómo el triunfo de las políticas librecambistas, la vinculación de ambas regiones con el mercado mundial y los procesos de consolidación de la soberanía territorial exigieron la anexión de nuevas áreas productivas y un fuerte disciplinamiento social, acentuando las políticas ofensivas de ambos Estados contra los aborígenes y volviendo imposible su existencia de éstos como formaciones sociales independientes. El relato prosigue con la situación de las comunidades una vez que las empresas de expansión territorial colocaron paulatinamente las últimas “fronteras interiores” bajo el control del nuevo Estado. Se examina la forma en que los miembros de comunidades indígenas que sobrevivieron a tal embestida perdieron total autonomía y pasaron a ser incluidos en forma subordinada a las sociedades nacionales de Argentina y México, como ciudadanos de segunda clase entre fines del siglo XIX y principios del XX.
Al finalizar este primer gran apartado, cualquier lector quedará con la sensación de haber recorrido una historia propiamente hablando, en la cual es posible identificar algunas coyunturas claves o episodios específicos, que operan como disruptivos en la dinámica de interacción socio-política general y, sobre todo, ciertas transformaciones ocurridas en los vínculos entre indios y cristianos a lo largo del período de estudio, sin perder de vista las continuidades que se manifestaron en la larga duración. Además, desde ese marco temporal amplio, el lector también podrá observar las rupturas y continuidades en la vida de los pueblos indígenas durante la formación de las culturas nacionales de cada país, así como también las similitudes y contrastes que existieron entre los casos argentino y mexicano. Ello, sin duda, llevará a los lectores a prestar atención a las características regionales; al tipo de intereses conjugados en las relaciones interétnicas; al carácter de frontera o de dominación ya consolidada de los ámbitos que estructuraban estas relaciones; a las modalidades jurídicas y legales ofrecidas por los sucesivos gobiernos en los diferentes contextos sociohistóricos; y, finalmente, a los rasgos sociopolíticos de las poblaciones indígenas. De allí se desprende la intención de dar cabida a ciertas individualidades a medida que entran en escena, en función de ciertos problemas y la importancia asignada a correspondencias con la trama social en la que se insertan. En efecto, a lo largo del libro las ejemplificaciones ofician como una herramienta interpretativa – no la única, por supuesto – capaz de dar cuenta del carácter complejo de las interacciones y conflictos que caracterizaron el vínculo de los indígenas con las diversas instancias estatales de cada país y de las miradas opuestas o alternativas que unos y otros construyeron en aras de definir la forma de inclusión de “lo indígena” a las culturas nacionales en definición. Para la autora, el hecho que las sociedades indígenas fueron las grandes derrotadas en la construcción estatal constituye un desenlace humanamente trágico a la vez que paradójico, puesto que en ese mismo momento ambas sociedades atravesaban sus primeras experiencias de ampliación política democrática: ya sea a través de la vía reformista seguida en Argentina y expresada en la ley Sáenz Peña (que garantizaba el derecho al voto universal, secreto y obligatorio), cuya aplicación llevó a la presidencia al radical Hipólito Yrigoyen en las elecciones de 1916; ya sea a través de la vía revolucionaria ocurrida en México, la cual se manifestó en el estallido de la Revolución agraria en 1910 y concluida en 1917.
Bajo el título de “Problemáticas”, la segunda parte del libro comprende un conjunto de textos que se alejan de un abordaje de tipo cronológico y, organizados en los restantes cinco capítulos, tienen por propósito profundizar la complejidad de los modos de organización y cosmovisión de las sociedades indígenas y sus transformaciones a lo largo del período analizado. Consciente del desafío de bosquejar esta complejidad lo más claramente posible para el lector no especialista, alejado de las eruditas y no siempre fáciles discusiones metodológicas, la autora estudia – del capítulo ocho al once – el largo devenir de la agencia indígena desde ciertos nudos problemáticos. De ese modo, Bernand explora la estructura y funcionamiento de los cacicazgos, las múltiples dinámicas (alianzas políticas, conflictos armados, intercambios comerciales y procesos de mestizaje) que tenían lugar en los espacios de frontera, la conversión de los indígenas en proletarios a partir de su desarticulación (en el caso argentino), la pervivencia de las economías campesinas a partir de los procesos de comunalización (en el caso mexicano) y, finalmente, el impacto heterogéneo del catolicismo – con sus misiones y cofradías, fiestas y rituales – sobre la cultura de los pueblos nativos. Por último, en el capítulo doce, Bernard analiza el vínculo entre los indígenas y la memoria a partir de los distintos significados adjudicados a este último concepto como narración identitaria, como representación visual y como relato experiencial. Para ello la autora identifica y describe los contrastes existentes entre las configuraciones particulares que asumen las formas de recuerdo (u olvido) de “lo indígena” en el arte, la fotografía, el folklore, las coleciones patrimoniales de los museos y las etnografías. Si bien los temas nativos fueron retomados por ciertas vertientes del nacionalismo cultural de las décadas de 1910 y 1920, Bernand indica que los indígenas fueron valorados únicamente en función de ciertas producciones estéticas de su cultura que, desde una mirada occidental, resultaban curiosas, llamativas y exóticas. Esta apreciación prejuiciosa y estereotipada tuvo su correlato en el largo y progresivo proceso de negación y olvido generalizado de la participación del indio en la historia patria. Sin embargo, Bernand concluye que esa misma memoria oficial se ha visto impugnada a partir de los procesos de reemergencia identitaria y, en particular, de las acciones llevadas adelante por líderes y organizaciones indígenas para la reivindicación de sus derechos y territorios, tanto en México como en Argentina, a finales del siglo XX y principios del nuevo milenio.
Por lo antedicho, no solamente nos hallamos frente a un insumo bibliográfico básico para el investigador y para el formador de docentes e investigadores, sino también una muy buena obra de divulgación, adecuada e interesante para un público que rebasa el ámbito de los especialistas en temas indígenas. Y es aquí donde reside una de sus principales virtudes: logra brindar al lector lego una imagen clara, precisa y equilibrada de las diversas contingencias que atravesaron las relaciones que los diversos gobiernos establecieron con los indígenas durante la formación del Estado en ambas experiencias nacionales a través de una síntesis elaborada con un lenguaje sencillo y desprovisto de los tecnicismos propios de la jerga académica. Pero otra virtud del libro, quizás menos visible pero ciertamente válida, es que se trata de una obra que saca a la luz significados que son posibles de extraer a través de un minucioso trabajo forjado donde el pasado histórico nos sacude y nos arroja involuntariamente a reflexionar sobre el presente y el futuro de los pueblos originarios en América Latina.
Referencias
HOBSBAWM, Eric. Sobre la Historia. Barcelona, España: Crítica, 1998.
ROJAS, José Luis de. La Etnohistoria de América. Los indígenas, protagonistas de su historia. Buenos Aires, Argentina: Editorial SB, 2008.
SAMUEL, Raphael. Historia popular y teoría socialista. Barcelona, España: Crítica-Grijalbo, 1984.
VIAZZO, Pier Paolo. Introducción a la Antropología Histórica. Lima, Perú: Pontificia Universidad Católica del Perú, 2003.
Horacio Miguel Hernán – Magister Internacional en Ciencias Humanas y Sociales por el Instituto de Desarrollo Humano de la UNESCO, Madrid, España. Docente-Investigador de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), Resistencia, Argentina. Formador de Formadores en la Dirección de Nivel Superior del Ministerio de Educación de la Provincia de Corrientes, Argentina. Correo electrónico: horazapatajotinsky@hotmail.com.
[IF]Educar na realidade – L’ECUYER (C)
L’ECUYER, C. Educar na realidade. São Paulo: Fons Sapientiae, 2019. Resenha de: GONZALEZ, Nancibel Webber. Conjectura, Caxias do Sul, v. 25, 2020.
Catherine L’Ecuyer é canadense e reside na Espanha. Graduada em Direito, possui especialização pelo IESE Business School e título de Mestre Europeu Oficial em Pesquisa. É doutora em Educação pela Universidad de Navarra e publicou o artigo “The Wonder Approach to Learning”, pela revista Frontiers in Human Neuroscience, em que apresenta sua teoria sobre aprendizagem. L’Ecuyer é autora de Educar en el asombro, traduzido ao português como Educar na curiosidade: a criança como protagonista de sua educação e Educar en la realidad, traduzido ao português como Educar na realidade, do qual trata a presente resenha.
L’Ecuyer assessorou o Governo do Estado de Puebla, no México, para uma reforma da Educação Infantil, formou parte de um grupo de trabalho para o Governo da Espanha sobre o uso das novas tecnologias pelas crianças e participou da elaboração de um relatório sobre leitura digital para o Centro Regional para a promoção do Livro na América Latina e Caribe (Cerlac) (Unesco). Recebeu o Prêmio Pajarita da Associação Espanhola de Fabricantes de Brinquedos. Ministra palestras sobre Educação em diversos países, mantém um blog educativo com mais de 1 milhão de visitas e escreve artigos sobre Educação para o jornal El País. Catherine L’Ecuyer também é colaboradora do grupo de pesquisa Mente-Cerebro da Universidad de Navarra, Espanha. Leia Mais
Podemos gobernarnos nosotros mismos: La autonomía, una política sin el Estado – BASCHET (RTA)
BASCHET, Jérôme. Podemos gobernarnos nosotros mismos: La autonomía, una política sin el Estado. Chiapas: Ediciones Cideci, 2017, 150 p. Resenha de: GUERRA, Rodrigo de Morais. Autonomia, espacialidades e novas sociabilidades no Tempo Presente: a experiência zapatista. Revista Tempo e Argumento, Florianópolis, v.11, n.28, p.534-539. set./dez., 2019.
Consagrado pelos seus estudos sobre o medievo, Jérôme Baschet nos propõe com “Podemos gobernarnos nosotros mismos: La autonomia, una política sin el Estado” uma nova perspectiva acerca do seu trabalho como historiador, bem como, acerca das relações político-sociais do Tempo Presente. Professor da Universidad Autónoma de Chiapas, desde 1997, Baschet vivenciou o enfervecido contexto mexicano de fins do século XX e presenciou um dos momentos mais marcantes da história dos novos movimentos sociais latino-americanos: a insurgência zapatista para o mundo no 1º de janeiro de 1994. Neste livro, o historiador adentra ao complexo universo zapatista, explora suas espacialidades e nos oferece novas reflexões a respeito das (con)vivências em sociedade e seus desafios frente a uma pluralidade de mundos que coexistem em nossas ricas diferenças culturais.
Oriunda de uma verdadeira imersão intelectual e antropológica, a pesquisa de Baschet resulta em um estudo que tem como problemática central compreender de forma mais aprofundada as sociabilidades zapatistas, a partir de uma análise ampla do conceito de autonomia e seus efeitos. Para tanto, a obra gira em torno de duas perguntas basilares: “o que pode ser uma política da autonomia?” e “há outras opções frente a devastação capitalista?”. A fim de endossar este debate, temos, logo de início, uma distinção política que polariza a problemática em questão por meio de duas formas, não apenas distintas, mas antagônicas, de exercer um governo: a política de arriba e a política de abajo. Como forma política de arriba, temos uma política que segue as instituições do Estado moderno, englobando seus partidos políticos, toda a classe política e todo o seu aparato burocrático; por outro lado, como forma política de abajo, temos uma política que segue estritamente o povo. Para além de suas distinções estruturais, essas duas formas políticas diferem, essencialmente, em suas manifestações de poder e participações plenamente democráticas, assim, ambas as formas políticas apresentam-se numa condição de total incompatibilidade, de modo que, a primeira (de arriba), caracterizada, por desapropriar o povo de suas capacidades de auto-organização, por meio de seus mecanismos institucionais, não admite o pleno exercício da segunda (de abajo); que, por sua vez, não tem como ser exercida se não combater a primeira e o seu monopólio na centralidade do poder. Portanto, diante de tal cenário, a autonomia zapatista incorpora um caráter anti-institucional: uma forma política de abajo, exercida por e para o povo e constante combatente à centralidade do poder político heterônomo estatal (de arriba).
Sendo assim, a autonomia zapatista, uma configuração governamental político-popular, fruto de um processo histórico de lutas e resistências frente à imposição do poder (o que caracteriza a violência) de cima para baixo, ocupa o cerne do texto com sua conceituação e aplicabilidades práticas. A autonomia surge, destarte, não como um sonho ou devaneio dos indígenas de Chiapas, mas como uma arma de resistência, como um refúgio para a proteção de suas vidas, como uma resposta ao Estado moderno heterônomo capitalista e, incessantemente, mantém seu processo construtivo ativo, diante das necessidades de adaptação e autotransformação, a partir dos novos desafios propostos pela experiência vivida. Dessa forma, a autonomia zapatista materializa-se numa configuração que Jérôme Baschet (2017) distingue em três dimensões: a comunidade, ou seja, o modo de organização dos povos indígenas, assumindo a dimensão coletiva do viver; o território, compreendido como as partes habitadas e cultivadas, mas também bosques e montanhas, como o lugar próprio da consistência e singularidade da comunidade; e a terra, dimensão caracterizada por Baschet como “potência de vida englobante”, que seria, portanto, sua vida, sua tradição, sua cultura, sua visão do mundo, sua coesão e sua identidade (BUENROSTRO Y ARELLANO, 2002, p. 17). Em sua aplicabilidade prática, a experiência zapatista ainda propõe uma organização política articulada em outros três níveis: comunidade, município e zona, nos quais, cada um dispõe de mecanismos vigilantes de seus plenos funcionamentos enquanto política de abajo, tais como: assembleias e autoridades eleitas, Conselho municipal autônomo e Juntas de bom governo, conformando, assim, a estrutura organizativa política autônoma de abajo zapatista.
Ao ser estabelecida uma estrutura política para gerir um sistema autônomo, podemos nos indagar sobre a real horizontalidade neste governo, pois, se há instituições organizativas das sociabilidades dos sujeitos, presume-se que há hierarquias e superioridades. Entretanto, a existência de uma estrutura reguladora do poder não deve ser confundida com um sistema de dominação através do poder. O poder, em sua essência, jamais será singular, mas sempre plural, como nos advertiu Hannah Arendt (2010); o poder aparece, pois, como manifestação organizativa das aspirações coletivas. Dessa forma, a autonomia, por mais que se estabeleça sob a responsabilidade de promover uma sociedade em que todos estão em pé de igualdade e todos têm responsabilidade sobre todos, ainda assim, é um modelo político no qual as relações de poder são fundamentais para a sua existência e sobrevivência. Para lidar com essa questão, os zapatistas dispõem de mecanismos reguladores que preservem a forma política de abajo de se autogovernar, para tanto, o seu já consagrado oximoro mandar obedecendo é um dos pilares de sustentação do bem caminhar da autonomia. Algumas características fundamentais do mandar obedecendo que regulam esta dinâmica são: os mandatos se concebem como cargos realizados para servir à comunidade, sem remuneração, nem nenhum tipo de vantagem material; ninguém se autopropõe para as funções e são as próprias comunidades que solicitam a quem consideram que podem exercê-las; os cargos são assumidos sobre a base de uma ética efetivamente vivida do serviço à coletividade; e os cargos sempre são exercidos de maneira colegiada e sob o controle permanente tanto da “Comissão de vigilância”, responsável por conferir as contas dos conselhos, quanto da população, à vista que os cargos são revogáveis a qualquer momento, fazendo valer a máxima de que o poder só é efetivado quando a palavra e o ato não se divorciam (ARENDT, 2010, p. 249).
Ademais das características descritas que garantem a governabilidade autônoma, o mandar obedecendo engloba um outro aspecto de fundamental importância que consiste na “desespecialização” das tarefas políticas. A partir de uma não especialização dos representantes do povo no governo, o exercício da autoridade se cumpre desde uma posição de não saber e “asumir ese no saber es lo que permite ser una ‘buena autoridade’, la cual se esfuerza por escuchar y aprender de todos, sabe reconocer sus errores y deja que la comunidad la guíe en la elaboración de las decisiones” (BASCHET, 2017, pp. 32-33). Logo, permitindo que o mandar obedecendo constitua uma “sólida defensa contra el riesgo de una separación entre gobernantes y gobernados (BASCHET, 2017, p. 33). Por fim, “Podemos gobernarnos nosotros mismos” traz importantes contribuições para o campo teórico no estudo da autonomia. Uma primeira reflexão diz a respeito de que uma política não-estatal não exige, necessariamente, um horizontalismo puro: há momentos em que o povo manda e o governo obedece, e há momentos em que o povo obedece e o governo manda, configurando, dessa forma, o exercício coletivo do poder, como já apontamos, o que, por sua parte, não dissocia inteiramente as duas relações inversas, mas as coloca numa condição de reciprocidade. Desta forma, não se trata de um poder heterônomo e, tampouco, de uma perfeita horizontalidade, mas o exercício de uma coletividade do poder que permite o pleno funcionamento da autonomia e não põe em risco toda a dinâmica de governo. Posto isso, enquanto que o Estado heterônomo emprega um modelo de delegação dissociativa, ou seja, na articulação com a estrutura social, almeja produzir e reproduzir a separação entre governantes e governados, concentrando o “poder-sobre” em um aparato burocrático e um grupo isolado; a autonomia sugere um modelo de delegação não dissociativa, ou seja, busca restringir ao máximo a separação entre governantes e governados, através de mecanismos ativos no combate à dissociação e na manutenção do uso efetivo da potência coletiva.
Por último, mais uma importante provocação levantada por Baschet (2017) consiste na eterna condição de inacabada da autonomia, o que o autor coloca como “um processo sem fim”. A autonomia, desse modo, consiste, portanto, em uma manifestação política incompleta e, necessariamente, infinita, pois, a pretensão de se criar uma sociedade ideal que afirmaria ter alcançado seu objetivo e sua forma última, completa e realizada, significaria, imediatamente, a morte da autonomia, haja vista que a autonomia, tal qual o rio de Heráclito, está, cotidianamente, transformando e transformando-se, destacando, dessa forma, uma condição paradoxal para a sua vigência: a autonomia só existe enquanto ela não é. Diferentemente das utopias normativas, que partem de pressupostos e objetivos finais a priori, a autonomia parte das singularidades de suas vivências concretas, utilizando-se da sua inacabável capacidade de adaptar-se e reinventar-se, o que os zapatistas tratam como “buscar el modo”, ou seja, descartar toda resolução pronta, abstrata e geral. Opondo-se, drasticamente, às lógicas constitutivas do Estado capitalista, a autonomia “es una política procesual que no puede ser(pre)determinada por ningún texto; se ubica en las antípodas del fetichismo de la Constitución” (BASCHET, 2017, p. 64). Portanto, a busca pela autonomia consiste na elevação do espírito inquieto, na permanente insatisfação, na constante vigilância frente aos erros e incansáveis esforços para retificá-los. Trata-se de uma experimentação que busca seu caminho, caminhando.
Em suma, o autogoverno zapatista não é mais que uma expressão da capacidade coletiva de organizar-se e afirmar formas de vidas próprias aos avanços da coletividade e dignidade compartilhada. Muito mais do que uma utopia, a autonomia mostra-se como uma arma de resistência, como uma “potência destituinte” (BASCHET, 2017), como um caminho em busca da emancipação abarcado por uma dupla dimensão: destruição-negação do mundo capitalista que ameaça a vida indígena; e construção-afirmação de uma nova sociabilidade possível. A experiência zapatista extrapola os limites das simplistas interpretações da autonomia, nos propõe novos modelos de espacialidades e nos faz repensar as sociabilidades regidas por um Estado heterônomo: valorosas contribuições em tempos de crises políticas no Brasil, na América-Latina e no mundo.
Rodrigo de Morais Guerra Mestrando em História pela Universidade Federal do Rio Grande do Norte (UFRN). Natal, RN – BRASIL. E-mail: rodrigo.morais.guerra@gmail.com.
Caribbean Revolutions. Cold war armed movements.
MAY, Rachel; SCHNEIDER, Alejandro; GONZALEZ, Roberto. Caribbean Revolutions. Cold war armed movements. Cambridge University Press, 2018. 165P. Resenha de: GIRALDO, Fernando. Memorias – Revista Digital de Historia y Arqueología desde el Caribe, Barranquilla, n.39, set./dez., 2019.
Este libro se propone brindar elementos de análisis para una mejor comprensión del origen y la evolución de los movimientos armados en El Salvador, Guatemala, Colombia, Nicaragua y Puerto Rico durante los años de la llamada Guerra Fría, desde una perspectiva comparada. A fin de cumplir este propósito se analiza el carácter jerárquico de sus estructuras, sus alianzas, patrones de movilización y bases ideológicas, continuando el análisis de trabajos clásicos como el de Timothy Wickham: Crowley Guerrillas and Revolutions, publicado en 1991.
Según los autores, la ocupación norteamericana tanto en México, Cuba y Nicaragua, contribuyó a que sus procesos revolucionarios fueran a su vez de liberación nacional, en los cuales hasta las élites tuvieron interés y participación en su lucha contra Gobiernos militares que les habían cerrado espacios de gobernabilidad. También la capacidad de convocatoria de los movimientos guerrilleros, por ejemplo en Cuba y Nicaragua, hizo posible la vinculación de fuerzas obreras, campesinas, estudiantiles e incluso religiosas. A ello habrá que agregar que la comunidad internacional fue solidaria con las luchas contra estas dictaduras y en casi todo el continente se celebró luego el advenimiento de la democracia a estos países.
May, Schneider y González sostienen que tanto en México como en Cuba y Nicaragua se registraron intervenciones militares y despojos territoriales de los Estados Unidos. Recordemos, en el caso de México, la pérdida de Texas, Nuevo México y California (en 1847); la intervención en Nicaragua del filibustero William Walker y el precio que tuvo que pagar Cuba por la injerencia de los Estados Unidos en su independencia de España.
Se aborda la excepcionalidad del respaldo ciudadano en Colombia al M-19 -en contraste a otros grupos armados como las FARC o el ELN- porque fue una guerrilla muy pluralista e incluyente que no aparecía como un movimiento dogmático y, por lo tanto, las clases medias, la juventud, la intelectualidad simpatizaban con sus luchas y sus operaciones muy mediáticas. Ello explica el hecho de que luego de su desmovilización (ocurrida el 9 de marzo de 1990) recibió un amplio apoyo ciudadano representado en varias votaciones para cargos de elección popular.
Hubiera sido interesante en el libro que se incluyeran las perspectivas actuales de esas guerrillas, sobre todo en aquellos países donde hoy son partido de gobierno como en El Salvador o Nicaragua, pero quizá esto rebasa el periodo de estudio.
Resulta de mucha vigencia la lectura de esta obra dado que existe un gran desconocimiento de la naturaleza, características y particularidades de la historia política más reciente de América Latina y el Caribe, máxime por parte del púbico angloparlante. También cabe destacar que el caso de la guerrilla puertorriqueña ha sido poco estudiado por parte de la literatura más clásica sobre estos temas, lo cual sin duda es un aporte de este libro.
Resulta interesante el trabajo colaborativo de académicos de la Universidad del Sur de la Florida (USF), la Universidad Nacional de La Plata y la Universidad del Norte, autores de esta publicación.
Fernando Giraldo – Ph. D., profesor titular, Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Universidad del Norte.
[IF]
Porous Borders: Multiracial Migrations and the Law in the U.S.-Mexico Borderlands – LIM (THT)
LIM, Julian. Porous Borders: Multiracial Migrations and the Law in the U.S.-Mexico Borderlands. Chapel Hill, NC: The University of North Carolina Press, 2017. 320p. Resenha de: BELL-WILSON, Chloe. The History Teacher, v.52, n.4, p.719-720, ago., 2019.
Borderlands history, already a crowded field, has found a new, multiracial, multinational narrative in Julian Lim’s Porous Borders: Multiracial Migrations and the Law in the U.S.-Mexico Borderlands. In her introduction, Lim sets out clearly what she intends to do: mitigate the history about erasure and reveal the history of the multiracial past that “has become so hidden, erased from geographical and historical landscape of the borderlands and the nation itself” (p.5). Spanning the 1880s to the 1930s and using rich archival sources from both sides of the Mexican-American border, she shows how the borderlands was never just a space where people of two opposing nationalities vied for dominance. Instead, it was a complicated place that saw the intersection of Native Americans, white (or more white) Mexicans and Americans, black peoples, and Chinese peoples.
Lim looks mainly at the border town of El Paso, Texas, tracing its foundation as a small backwater to its growth into a thriving commercial metropolis, thanks to the arrival of the train. As a border town, El Paso proves an effective window into larger ideations of race, class, and nationalities from both the United States and Mexico. She also examines the sister city of Ciudad Juárez, just on the other side of the border, to illuminate similarities and differences in the two countries.
For a large portion of her work, Lim draws upon legal evidence to substantiate her claims. Some of what she draws upon is well known, like the Treaty of Guadalupe Hidalgo and the Chinese Exclusion Act. But in her assessment, she adds a layer of complexity by showing not only how those in power expected their legislation to function, but also how everyday people circumvented them or, indeed, used them to their own advantage. The Chinese, she explains, were able to flout the Exclusion Act by trickling into El Paso through Mexico. They also used, for a time, racial blending to avoid detection, successfully masquerading as Mexican to cross into the United States. She also makes use of more everyday court cases, like those of miscegenation, workers compensation, and race classification. Though the prohibition of black/white relationships in twentiethcentury America is well known, Lim adds to the interrogation of interracial relations by investigating the way the courts attempted to regulate intermarriage between Chinese, Mexican, and African Americans. In doing so, she shows how socio-cultural norms translated into legal proceedings, and vice versa.
Additionally, Lim’s commitment to showing a well-rounded, inclusive narrative produces an analysis that shows how racial and national identity intersect to create complicated lives. One of her strongest points to this effect is her analysis of how African Americans, after finding themselves rejected by Mexico as either immigrants or tourists, identified even more strongly as proud Americans, even as conditions in the Jim Crow South continued to deteriorate for them. She also carefully traces agency for each group across the entire period she assesses. She opens her work with a detailed assessment of the role Native Americans had in constructing the borderlands, showing that their patterns of commerce, travel, and living in fact set the stage for how the borderlands developed. Rather than abandoning their narrative after both Mexico and the United States forcibly displaced them, however, she then follows their story through the rest of her work.
For example, in 1916, the Apache acted as scouts for the U.S. military during the retaliatory Punitive Expedition in response to the feared invasion of Pancho Villa. Thus, importantly, Lim asserts the continued presence and role of Native Americans at the border.
With clear, well-written prose, Porous Borders provides an illuminating narrative that would be useful for both undergraduate and graduate students looking to understand more about the evolvement of the Mexican-American border into what it is today. For secondary school teachers, Lim’s complex understanding of landmarks in history, like treaties and major immigration legislation, can be used to help students understand the difference between intentions of those in power and the realities of everyday life. Overall, Lim provides a fascinating insight into a period and a narrative that too often faces neglect in borderlands history. Her balance of cultural and legal history in the borderlands provides insight into how large-scale events play out at the local level—a useful conceptualization neatly applied and worth copying.
Chloe Bell-Wilson – California State University, Long Beach.
[IF]The Mexican Press and Civil Society 1940-1976: Stories from the Newsroom, Stories from the Street – SMITH (THT)
SMITH, Benjamin. The Mexican Press and Civil Society 1940-1976: Stories from the Newsroom, Stories from the Street. Chapel Hill, NC: The University of North Carolina Press, 2018. 382p. Resenha de: CUDDY, Zachary. The History Teacher, v.52, n.4, p.725-727, ago., 2019.
Benjamin T. Smith’s The Mexican Press and Civil Society examines three and a half decades of journalism in mid-twentieth-century Mexico. Smith makes the argument that press readership increased significantly in the 1940s and 1950s, culminating in the 1960s, which saw a more literate Mexico of all classes read the press. In addition, Smith argues that control of the press was often heavy-handed and corrupt. Nevertheless, it varied regionally, and geography played a bigger role than previous historical accounts have posited. The press, Smith argues, was never truly free, but it was not controlled completely by a centralized Partido Revolucionario Institucional (PRI) in Mexico City either. Rather, numerous individuals and organizations worked within the rigid and corrupt system to reach out to many different types of social classes in civil society. Like most historians, Smith pays homage to past works, but he argues that some literature does not go far enough in truly explaining the nuances of the press. For example, Smith argues that Daniel Cosío Villegas’s idea of Mexican newspapers having unimportant, national news is inaccurate because it ignores tabloids and the decentralized nature of the regional press (p. 6).
Smith’s eight-chapter, 282-page book has three major sections and begins with “Part One: The Reading Public.” The only chapter in this section is an important foundational piece, for it traces political, economic, and social elements of how newspaper readership rose in Mexico from 1940-1976. Smith brings up the role of Mexican presidents, U.S. surveys, censorship, specific national and regional newspapers, and important government bodies like Productora e Importadora de Papel (PIPSA). Smith then pivots to “Part II: The Mexico City Press.” The three chapters in this section detail themes of how to control the press, how and why satire declined in newsprint, and how Mario Menéndez and the radical press functioned in and out of the capital. Smith’s last major section, “Part III: The Regional Press,” encompasses four distinct chapters, the first of which comes back to the theme of controlling the press (badly) from a regional perspective.
The author then explores “gangster journalism” in context with Mexican press baron José García Valseca, and concludes the book with two specific geographic case studies in Oaxaca and Chihuahua.
Smith’s book is highly recommended for upper-division and graduate students of history or journalism. However, it might be too much for 100-level students, for it is quite dense at times due to Smith’s extensive research. For example, in “Chapter 2: How to Control the Press,” Smith has almost eight pages on financial incentives. From a pedagogical perspective, this works, but an inexperienced student might get lost in all of the numbers. Conversely, Smith’s book is most effective when driven by significant and interesting characters, which help attach the reader to a region or time. For example, in “Chapter 6: The Real Artemio Cruz,” Smith breaks down the life of José García Valseca, examining themes of gangster journalism, government killings, shifting ideologies, and extortion. But the chapter also introduces potential historical connections to today’s underworld of journalism and the “deep state” in Mexico, while bringing up unanswered questions such as how involved the Mexican government was in engineering García Valseca’s bankruptcy. Moreover, the relationship “between business and journalism, regional editors and state governors,” is very much alive today as well (p. 189). Therefore, Smith’s book could arguably be more effective when used one chapter at a time, due to the fact that there is so much information to soak up in each chapter. At the very least, the book should be available in the library as a resource reference because of the thorough geographic nature of Smith’s work.
The Mexican Press and Civil Society is well organized, has clever chapter titles (e.g., “The Taxi Driver”), and has useful acronyms at the beginning of the book for non-Spanish speakers. On the other hand, there were a few instances where Smith could have used more clarity. For example, in “Chapter 4: From Catholic Schoolboy to Guerilla,” Smith begins by saying the Mexican government “probably bombed” the offices of Roger Menéndez (p. 114). The reader is left wondering what evidence there is of this “probable” bombing. However, for the most part, Smith does a fine job interweaving primary and secondary sources with his own insight. Despite the fact that there are no pictures and very few graphs, Smith’s use of songs and humorous quotes add flavor to each chapter.
For example, when delving into the alcoholic male world of journalism, Smith quotes an editor telling a journalist, “You write much better when you’re drunk” (p. 53). Overall, Smith’s book leaves one with a much greater understanding of the struggles and triumphs journalism went through, and gives the reader a desire to begin pouring over the archives of newspapers like Por Qué?
Zachary Cuddy – Southwestern College (California).
[IF]Raza y política en Hispanoamérica – PÉREZ VEJO; YANKELEVICH (RHYG)
PÉREZ VEJO, Tomás; YANKELEVICH, Pablo (coords.). Raza y política en Hispanoamérica. Ciudad de México: Iberoamericana, El Colegio de México y Bonilla Artiga Editores, 2018 (1ª edición 2017). 388p. Resenha de: ARRE MARFULL, Montserrat. Revista de Historia y Geografía, Santiago, n.41, p.199-205, 2019.
El conjunto de trabajos presentados en esta compilación realizada por Tomás Pérez Vejo y Pablo Yankelevich, que en total suman diez, incluyendo dos capítulos de los compiladores, es un apronte serio y actualizado del ya muy referido –aunque nunca agotado– tema de la construcción nacional en las diversas repúblicas americanas. El elemento novedoso en este caso es la sistemática inserción de la discusión sobre la “raza” que guía cada uno de estos trabajos, en un esfuerzo por hacer converger los idearios de identidad nacional que emergieron en América tras las independencias y las conflictivas relaciones político-sociales evidenciadas en estos espacios, a las que, con cada vez más fuerza y honestidad, definimos como racializadas .
Para los compiladores, proponer el análisis de estas dinámicas nacio- raciales en los siglos XIX y XX aparece como necesario ya que, según indican, “no es que la raza formase parte de la política, sino que era el fundamento de la política misma” (p.12). Partiendo, así, de esta premisa, los diez autores convocados ensayan y demuestran cómo es que las ideologías racialistas que se gestaron en América desde la conquista o desde el siglo XVIII ilustrado, calaron profundamente y configuraron de manera compleja las propuestas romántico-nacionalistas, liberales y cientificistas de los siglos XIX y XX –a lo menos–, hasta mediados del siglo pasado. Leia Mais
El derecho educativo: miradas convergentes – GONZÁLEZ ALONSO (C)
GONZÁLEZ ALONSO, F. (Ed). El derecho educativo: miradas convergentes. Espanha: Caligrama Editorial, 2018. Resenha de: TIMM, Jordana Wruck. Conjectura, Caxias do Sul, v. 24, 2019.
O livro intitulado El derecho educativo: miradas convergentes, editado por Fernando González Alonso, foi publicado pela Caligrama Editorial, em outubro de 2018 e é fruto das discussões feitas durante o CICNIDE 2017 (V Congreso Internacional y I Congreso Nacional de Investigación en Derecho Educativo), realizado no México. Trata-se de contribuições de representantes das RIIDES Nacionais (Rede Internacional de Investigação em Direito Educativo) de oito países, sendo eles: Argentina, Brasil, Colômbia, Costa Rica, Cuba, Equador, Espanha, México.
O livro está dedicado a todos os que buscam a paz, a tolerância, o respeito e a convivência. Também aos que se esforçam pela promoção e defesa dos direitos, bem como a toda a RIIDE estendida por tantos países, conforme dedicatória que abre a presente obra. Além disto, o livro é composto pelo prólogo de autoria de Andrés Otilio Gómez Téllez (presidente da RIIDE e representante da Rede no México), de doze capítulos, sendo onze redigidos em Língua Espanhola e um escrito em Língua Portuguesa. Leia Mais
A Malinche dos cronistas – JOSÉ (FH)
JOSÉ, Maria Emília Granduque. A Malinche dos cronistas. Curitiba: Editora Prismas, 2016. 158 p. Resenha de: SILVA, Rodrigo Henrique Ferreira da. A Malinche do Século XVI. Faces da História, Assis, v.5, n.2, p.316-321, jul.dez., 2018.
A utilização da crônica e de outros textos semelhantes é de suma importância para os estudos coloniais sobre a América. O uso de tais documentos é um campo aberto que começou a ter mais atenção no Brasil nas duas últimas décadas. Além das fontes de arquivos e cultura material, os trabalhos sobre o período colonial se enriquecem com as crônicas, pois cada espaço do continente americano teve seus próprios cronistas, desde os primeiros contatos entre europeus e indígenas, passando pelo processo de conquista, colonização e catequese. A obra aqui resenhada, A Malinche dos cronistas, da historiadora Maria Emília Granduque José, insere-se nesse crescimento de pesquisas que tomam por corpus documental essas crônicas.
A proposta do livro visa preencher uma lacuna em relação aos estudos da história da conquista espanhola sobre as populações indígenas astecas, entre os anos de 1519 e 1521, no atual território do México. Diante dos atores desse evento, uma das personagens destacou-se entre os próprios pares e foi reinterpretada durante longo tempo na historiografia dedicada à conquista espanhola. Trata-se de Malinche, uma índia intérprete que se envolveu e participou desse momento da conquista.
Ao tratá-la como principal objeto de pesquisa, Maria Emília José tem por objetivo consultar os relatos que versam sobre a conquista espanhola do México para analisar o que os próprios cronistas narraram sobre a indígena e qual a imagem que esses homens produziram dela em seus textos escritos no século XVI. Dito isso, a intenção da autora não é propor a busca de um retrato mais verdadeiro, mas sim, analisar a perspectiva desses diferentes cronistas na própria época da conquista, o que não significa ser um registro mais confiável sobre a Malinche em relação aos documentos de séculos posteriores. O estudo em questão contribui no preenchimento da lacuna do tema abordado e, mais especificamente, a participação da Malinche nesse evento. “Saber o que esses cronistas disseram sobre ela é saber um pouco mais sobre o encontro dos espanhóis com os nativos mexicanos e, assim, sobre a conquista do império de Montezuma […]” (JOSÉ, 2016, p. 85).
O livro é composto por uma apresentação, duas partes com quatro tópicos na primeira e sete na segunda, além de um prefácio escrito pelo historiador Leandro Karnal, e palavras finais. É na apresentação e nas palavras finais que a proposta da historiadora justifica-se ao cotejar as correntes do pensamento mexicano mais expressivas dos séculos XIX e XX, que, inclusive, são bem distantes das construídas pelos contemporâneos quinhentistas, mesmo em relação à representação de Malinche.
A primeira delas refere-se ao discurso nacionalista dos primórdios da independência do país, na primeira metade do século XIX. Na intenção de estabelecer uma identidade mexicana, tais autores releram essas crônicas e consideraram a indígena como a grande culpada pela queda do império asteca ao colaborar com Cortés e seus soldados espanhóis e a consequente situação colonial do México. Com isso, nas obras de temática indigenista, “Malinche aparece como uma anti-heroína que vende seu povo aos invasores externos durante a conquista espanhola […]” (JOSÉ, 2016, p. 147). Ou, como afirma Karnal no prefácio da obra, ela seria uma personalidade contraditória por não ter desenvolvido a “consciência étnica”, um conceito europeu e essencialista no sentido de nação de indígena do Oitocentos. Se a intérprete é personificada como um símbolo de traição à pátria, os expoentes do nacionalismo buscam nos governantes astecas – como Cuauhtemoc – a expressão do herói nacional para representar os mexicanos contra os invasores espanhóis.
No entanto, podemos identificar, ainda nos séculos XIX e XX, o enfoque hispanista, que buscou, na escrita, a construção de uma imagem positiva da Malinche ao destacá-la como uma das figuras mais importantes da conquista, sendo esta um feito benéfico na formação de toda a estrutura social e política do México. Além disso, “Malinche aparece, nessa versão, como uma valiosa colaboradora para a obra religiosa e civilizacional promovida pelos conquistadores” (JOSÉ, 2016, p. 148). Por fim, existe uma terceira corrente, a mestiça, que busca conciliar o elemento indígena e espanhol ao usar a mestiçagem como um fator de coesão da nação mexicana. Logo, a intérprete é lida como a “madre da pátria” por gerar o primeiro mestiço mexicano, fruto de sua relação com Cortés, e simbolizar a união do espanhol com o indígena.
Os autores oitocentistas e novecentistas que se propuseram a analisar a figura da Malinche partiram das crônicas quinhentistas para ampararem suas teses e desenvolverem as variadas interpretações da índia, de acordo com seus contextos históricos. Entretanto, Matthew Restall aponta que “quase todos esses elementos são muito reveladores da história mexicana moderna – mas não da Conquista em si […]” (RESTALL, 2006, p. 157), o que faz com que Maria Emília José busque nesses mesmos homens do século XVI os seus relatos sobre a Malinche. São eles: os próprios soldados do momento da conquista, Hernán Cortés e Bernal Díaz; Francisco de Gómara, em 1552; o religioso Bernardino de Sahagún, em 1575; e também os cronistas mestiços Diego Munhoz Camargo, durante 1584-1585, e Alvarado Tezozomoc, em 1598.
Ao verificar nesses diversos textos as informações transmitidas sobre a Malinche, a historiadora sustenta em seu livro uma tese de que os escritos dos cronistas não são coincidentes no que se refere à origem, ao modo como a intérprete chegou até Cortés e ao seu desfecho após o término da conquista aqui retratada, até pelo fato desses homens partirem de lugares diferentes no registro de suas narrativas, já que há crônicas de conteúdos religiosos e outras mais apegadas a questões militares. Por outro lado, a autora mostra na obra que “as impressões legadas por esses narradores acerca da personagem são formadas muito mais por semelhanças do que diferenças” (JOSÉ, 2016, p. 20), e mesmo no caso dos cronistas mestiços, as anotações são equivalentes às dos espanhóis e “suas opiniões acabam se complementando, ou melhor, ajudam a construir uma mesma imagem da parceira de Cortés” (JOSÉ, 2016, p. 21).
Como dito anteriormente, o livro se estrutura em duas partes. Ao considerar o documento da crônica como um suporte textual para armazenar o registro do encontro entre espanhóis e indígenas e as percepções da Malinche, a proposta da primeira parte concentra-se na discussão do processo de formação dessas narrativas, o gênero cronístico e seus autores; mais adiante, analisam-se os motivos e razões da escrita dos textos, levando em consideração os propósitos e interesses pessoais de cada cronista e as leituras e ideias compartilhadas na época que orientaram os olhares sobre os acontecimentos.
A historiografia atual da escrita da crônica segue um caráter inter ou transcultural da produção histórica, devido à suposta dificuldade em generalizar a obra como sendo espanhola, indígena ou mestiça em sentido étnico; ou seja, a produção cronística não necessariamente representa a origem étnica de seu autor, pois cada texto é visto como interlocução particular de um contexto específico, da interação entre tradições distintas e a disposição de diferentes opções e possibilidades segundo o público alvo. Um cronista pode ser indígena de origem, mas socialmente pode pertencer a qualquer grupo pelo fluxo e refluxo constante de informações e ideias; tudo procede das configurações culturais resultantes da produção de significações por interesses, alianças e cumplicidades (LEVIN ROJO; NAVARRETE; INOUE OKUBO, 2007). Como afirma Inoue Okubo, na discussão epistemológica, pode-se reconhecer as três denominações – espanhóis, índios e mestiços – como provisórias apenas para facilitar a compreensão, mas nunca como absolutas. Essa é a linha historiográfica que Maria Emília José segue ao tratar da questão da crônica e dos homens quinhentistas que utiliza como exemplos: Sahagún é um espanhol religioso que usou elementos indígenas para conhecer o passado mexica; Muñoz Camargo é um mestiço que se valeu de elementos europeus na narrativa sobre Tlaxcala. “Ambos os relatos foram o resultado de uma interação cultural nascida do contexto histórico em comum, vivenciado e atuado tanto por indígenas quanto por espanhóis” (JOSÉ, 2016, p. 39).
“A especificidade dos autores envolvidos com essa escrita também configura uma característica dessas crônicas” (JOSÉ, 2016, p. 39). Seus propósitos pessoais em registrar um texto que reafirme seus interesses na América estão interligados, segundo a autora, com o próprio contexto histórico do período: são homens renascentistas em busca de honrarias (valores caros no mundo ibérico), glórias, fama, títulos e todo tipo de recompensas do rei a fim de eternizarem seus nomes na história e servirem de exemplos para as gerações futuras. O renascimento, especialmente o espanhol, coloca em tensão as hipóteses dos antigos gregos com a nova realidade americana. As referências dos cronistas ainda se respaldam nos clássicos antigos e medievais,2 mas algumas teses consolidadas são contestadas pelos seus novos feitos com as navegações e descobertas marítimas; conhecimentos que os povos antigos não obtiveram. Com isso, era preciso igualar os antigos e superá-los com os novos conteúdos e feitos, o que justifica as constantes disputas envolvendo os diferentes pontos de vista defendidos pelos cronistas acerca das novidades. “É dessa forma, pois, que o afã por escrever um texto inovador ou produzir uma obra única caracterizou o cronista espanhol desse contexto” (JOSÉ, 2016, p. 46-47).
Outra referência fundamental e talvez a mais expressiva entre elas, é a premissa religiosa bíblica que conduziu as visões e os olhares desses homens dentro de uma concepção providencialista do mundo.
“Como se vê, o tom pessoal do cronista teve um peso considerável no momento da escrita, de modo que a necessidade de se inserir na história da conquista o fez criar outra ordem para os eventos” (JOSÉ, 2016, p. 76). Com toda a discussão feita em torno da produção cronística, Maria Emília José adentra na segunda parte do livro e analisa a construção da memória dos atores da conquista pela crônica, enfaticamente a Malinche, como foi vista por esses cronistas do século XVI e retratada em seus supracitados relatos.
A história da conquista dos povos astecas pelos espanhóis e outros aliados indígenas foi marcada pelo problema da comunicação. Para que Cortés e seus soldados conseguissem dialogar com os diversos nativos foi preciso a colaboração de intérpretes que entendessem as várias línguas em contato, como o maia, o náhuatl e outros dialetos locais, além do castelhano. Alguns índios capturados por guerra costumavam burlar e distorcer as informações aos espanhóis por animosidade e os induziam ao erro, sendo, com isso, ocultados das crônicas. Entretanto, as exceções foram os intérpretes Aguilar e, principalmente, a Malinche, lembrada em muitos relatos da conquista, mesmo que de forma limitada. É por essa peculiaridade percebida nas crônicas e por outros pontos notáveis revelados pelos cronistas que motivou a autora a estudar seu objeto de pesquisa: o olhar construído sobre a Malinche na própria época dos Quinhentos.
Malinche teria sido enviada de presente junto a outras dezenove mulheres aos espanhóis pelos índios de Tabasco como recompensa por perder a guerra,3 com a intenção de servi-los nos afazeres domésticos, sendo batizadas e repartidas entre os melhores soldados. As mulheres pertencentes à linhagem nobre, normalmente filhas dos senhores principais, eram entregues com a finalidade de se tornarem esposas dos novos aliados – o caso de Malinche –, e as demais, sendo escravas, deveriam servir em diferentes funções a seus novos donos. Há divergências das narrativas sobre o local de origem de Malinche e o modo como foi entregue aos índios de Tabasco, mas, todas em geral reconhecem sua condição que passou por diversas províncias até chegar a Tabasco. Os cronistas Bernal Díaz e Gómara sugerem que o conhecimento linguístico de Malinche se deve à convivência com diferentes grupos durante os anos em que foi tratada como escrava por essas outras populações, o que pode ter contribuído para o aprendizado das línguas faladas na região e que permitiram a comunicação com boa parte dos nativos, e com os hispânicos, posteriormente.
O aparecimento de Malinche foi importante para intermediar os diálogos que serviram de negociações de alianças com os senhores de Tlaxcala e o contato entre Cortés e Montezuma, agindo em benefício dos conquistadores por julgar adequado para os seus objetivos, ao contrário de outros índios intérpretes. O respeito e admiração conquistados faz com que Malinche seja vista como a “lengua de Cortés” e alcance uma posição de destaque entre os espanhóis: é reconhecida como senhora nobre e exemplar, sendo até chamada de “doña Marina”.4 Toda essa “ponte comunicativa” possibilitada pelas habilidades linguísticas e persuasivas de Malinche a coloca como uma típica faraute, a intérprete responsável pelo trânsito das mensagens.
Talvez por isso nossa personagem tenha ganhado certo destaque nas crônicas […]. A tarefa exercida de intermediar a comunicação entre tais culturas distantes, a partir da constituição de uma fala comum a ambas, pode ser percebida nas páginas escritas pelos diferentes testemunhos da conquista.
É uma imagem construída tanto pelas crônicas aqui consultadas como pelos códices indígenas produzidos nessa época, especialmente o Códice Florentino, que traz cenas de Malinche em pé, à frente dos conquistadores, negociando pontualmente com os naturais (JOSÉ, 2016, p. 120).
Diante dessas situações, Maria Emília José afirma a boa imagem de Malinche nas crônicas quinhentistas, tendo seu lugar nos discursos realizados durante a conquista e nas décadas posteriores. Mesmo com a divergência de informações no que se refere a algumas particularidades de Malinche, seja pelos distintos interesses desses narradores com a escrita, seja pelo confronto de dados sobre a personagem, “[…] não alterou, no entanto, o consenso entre os cronistas sobre a sua relevante contribuição como tradutora nos diálogos estabelecidos durante a conquista” (JOSÉ, 2016, p. 141). Portanto, uma imagem da Malinche como figura central na comunicação e papel protagonista desse evento histórico, mesmo com poucas menções; bem diferente das visões historiográficas posteriores mencionadas no início da resenha.
O livro de Maria Emília José traz grande contribuição para os estudos da história da conquista, pois trata sistematicamente de uma personagem histórica indispensável para os sucessos dos espanhóis e aliados indígenas, e como a índia intérprete foi retratada por um seleto grupo de cronistas do século XVI – uma importante lacuna que necessitava ser preenchida. A autora também se propõe a analisar as representações históricas de Malinche na historiografia moderna mexicana, com destaque às correntes nacionalista, hispânica e mestiça. A obra também possibilita pensar outras questões da conquista no que se refere à participação da Malinche inclusive no campo de estudos sobre gênero, atualmente em expansão na área de estudos históricos.
Notas
2 Maria Emília José menciona as que seriam as principais referências que amparam a escrita dos homens quinhentistas: a busca pelas maravilhas do Oriente relatadas por Marco Polo e Mandeville; os mitos antigos dos antepassados, como o das guerreiras Amazonas e a terra dos Gigantes; a literatura cavalheiresca, responsável por ensinar os modos e condutas de agir dos heróis para buscar a honra e a glória.
3 A doação de mulheres era uma prática comum entre os nativos em situação de guerra, tanto para estabelecer alianças com os adversários como para estreitar laços de amizade.
4 É importante ressaltar que Malinche passa a ser chamada de Marina após receber o batismo cristão.
Já a expressão “doña” possuía um grande peso social por ter origem nobre ou ter prestígio reconhecido.
Referências
INOUE OKUBO, Yukitaka. Crónicas indígenas: una reconsideración sobre la historiografia novohispana temprana. In: LEVIN ROJO, Danna; NAVARRETE LINARES, Federico (Orgs.). Indios, mestizos y españoles: Interculturalidad e historiografia en la Nueva España. México: Universidad Autónoma Metropolitana & IIH – UNAM, 2007. p.55-96.
JOSÉ, Maria Emília Granduque. A Malinche dos cronistas. Curitiba: Editora Prismas, 2016.
RESTALL, Matthew. As palavras perdidas de La Malinche: o mito da (falha na) comunicação. In: RESTALL, Matthew. Sete mitos da conquista espanhola. Trad. Cristiana de Assis Serra. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 2006.
Rodrigo Henrique Ferreira da Silva – Doutorando em História pela Universidade Federal de Ouro Preto (UFOP), sob a orientação do Prof. Dr.Luiz Estevam de Oliveira Fernandes. E-mail: silvarhf@gmail.com.
[IF]Bandoleros Santificados: las devociones a Jesús Malverde y Pancho Villa – JÓNSDÓTTIR (PL)
La investigadora Kristín Guðrún Jónsdóttir de origen finlandés, con estudios de doctorado en Literatura Hispánica y Estudios Latinoamericanos por la Arizona State University, desde 2004, además, profesora invitada en reconocidos centros de investigación y universidades en México, Puerto Rico y España. Públicó en 2014 “Bandoleros Santificados: las devociones a Jesús Malverde y Pancho Villa”, título editado por el Colegio de Michoacán y el Colegio de la Frontera Norte en México.
Este libro que recogió algunos apartados de la tesis doctoral de la autora (2014, p. 231), es un valioso aporte para el estudio del bandolerismo y sus implicaciones en la cultura de los grupos marginados o “subalternos”. La investigadora aborda uno de los fenómenos característicos de la religiosidad popular en el siglo XX, la transformación de antiguos bandoleros en santos populares en el norte de México (JÓNSDÓTTIR, 2014, pp. 11 – 17). Leia Mais
Convergencias teóricas: usos y alcances de la retórica – VIDAL; CISNEROS (C)
VIDAL, G. R.; CISNEROS, É. L. Convergencias teóricas: usos y alcances de la retórica. México: IIF/Unam, 2015. Resenha de: PAULA, Erico Lopes Pinheiro de. Conjectura, Caxias do Sul, v. 22, n. 3, p. 618-622, set/dez, 2017.
A obra é o 32º volume da Colleción Bitácora de Retórica, editada pelo Instituto de Investigaciones Filológicas da Universidad Nacional Autónoma de México (IIF/Unam). O trabalho foi organizado pelos professores Gerardo Ramírez Vidal e Érika Linding Cisneros, com o subtítulo “Homenaje a Helena Beristáin”. A coletânea reuniu 17 textos acadêmicos, para marcar os dois anos de falecimento da pesquisadora emérita do IIF/Unam. Sobre os organizadores, Vidal foi secretário-geral da Asociación Latinoamericana de Retórica entre 2010 e 2012. O pesquisador desenvolve projetos individuais com enfoque no movimento sofístico nos séculos 5-6 a.C. na Grécia. Cisneros é membro do Sistema Nacional de Investigadores no México, desde 2007, e direciona seus trabalhos ao fenômeno da construção do pensamento social e político.
Logo na apresentação, os organizadores citam quais seriam as aplicações atuais para a disciplina “Retórica”. Segundo Vidal e Cisneros, entre as atividades teóricas e didáticas empreendidas de forma subjacente, a retórica possibilita investigar questões teóricas e metateóricas, relacionando-as com um sistema crítico. A seção também sistematiza breve apresentação dos artigos reunidos, analisando-os em três capítulos independentes. Leia Mais
História da América Latina / Maria Ligia Prado
O espaço reservado à história da América Latina em editoras de livros didáticos e acadêmicos – assim como da África – tem se ampliado no decorrer dos últimos anos. Parte do resultado deve-se ao empenho de professores-pesquisadores dessa área, que têm empreendido inúmeros esforços para que os brasileiros conheçam melhor os fatos, personagens e processos que compõem a rica narrativa histórica dessa região tão complexa e diversificada em termos tanto geográficos quanto culturais. Embora essa realidade esteja se configurando, ainda é perceptível a ausência de trabalhos que sejam, além de acessíveis a públicos distintos, também, confiáveis, sob o ponto de vista histórico, teórico e metodológico.
A obra História da América Latina é parte integrante da Coleção “História na Universidade”. A larga experiência de pesquisa e de ensino na área de História da América de suas autoras, Maria Ligia Prado e Gabriela Pellegrino Soares, ambas, docentes-pesquisadoras da Universidade de São Paulo, confere legitimidade ao trabalho. Dividido em doze capítulos a publicação é composta por um panorama amplo de temas, privilegiando aqueles mais recorrentes nos cursos de graduação de História, na disciplina de América Latina.
Respeitando os protocolos próprios do ofício do historiador – leitura crítica das fontes, conhecimento sólido da bibliografia e emprego das ferramentas teóricas e metodológicas (p.9) –, as pesquisadoras demonstram cautelas necessárias na análise das conjunturas históricas e ações dos múltiplos sujeitos ali tratados. Distanciam-se, por exemplo, de armadilhas traiçoeiras, como dividir personagens em dois campos opostos e simplistas, que oscilam entre a “heroicização” e a “demonização”.
O leitor não encontrará análises e discussões metodológicas sobre as múltiplas fontes citadas – não é a proposta. Contudo, ao tratarem sobre os temas, fazem frequentes referências a romances, textos de imprensa, filmes, ensaios, memórias, cartas, imagens (pinturas, fotos), músicas e filmes que foram explorados – de forma crítica e aprofundada – por elas e/ou outros historiadores, noutros trabalhos nos quais se debruçaram sobre grandes questões da América Latina, analisando tais documentações. Algumas dessas pesquisas são relacionadas, no fim da obra, como indicações de leituras.
Prado e Soares fazem questão de ressaltar a dificuldade e, ao mesmo tempo, a urgência da ênfase às especificidades no trato das histórias dos países latino-americanos. Dessa forma, ao tratarem das temáticas, embora busquem estabelecer conexões entre os respectivos contextos históricos, contemplando experiências que transcenderam fronteiras nacionais, demonstram sérias preocupações em marcar as diferenças que caracterizaram a história de cada Estado nacional. Frente à impossibilidade de abordarem todos os temas e países de forma equânime, optaram por alguns enfoques com o formato “box”, de modo que certos temas e trajetórias biográficas foram analisados separadamente. Alguns deles: as independências do Haiti, do México e de Cuba; Reforma Universitária de Córdoba, de 1918; escravidão na América Espanhola; os conflitos políticos na região do Rio da Prata; a guerra entre México e Estados Unidos, a Guerra no Pacífico e suas implicações e um recorte biográfico de Eva Perón.
Sobre o Brasil, “parte da América Latina” – como gostam de sublinhar –, pode-se afirmar que não foi tomado como alvo de reflexões específicas. No entanto, as pesquisadoras traçaram uma narrativa paralela, travando aproximações com os demais países, desde o processo de colonização ibérica, as lutas por independências políticas, a formação dos Estados nacionais, chegando até o século XX, com assuntos ligados às Ditaduras Civis-Militares.
Optaram por iniciar o texto historicizando a denominação “América Latina”. Ali, já fica evidenciado o quanto a origem e difusão do termo trouxeram, no seu bojo, variados interesses – externos e internos – que estiveram presentes no tabuleiro das pelejas políticas e ideológicas. São colocadas em discussão as apropriações e manipulações do conceito bem como as disputas envolvendo interesses expansionistas, considerando os campos de atuação e influência por parte da Europa – naquele momento, França, em especial. Merece atenção a vertente mais recente, que considera que “[…] a denominação não foi imposta, mas cunhada e adotada conscientemente pelos latino-americanos, a partir de suas próprias reivindicações […].” (p. 9)
Ao abrirem o livro com o tema das identidades, tão caro aos pesquisadores da área, a América Latina é apresentada como um cenário marcado por complexas estratégias da parte de atores e interesses em disputa que se travaram (e se travam) no cenário geopolítico e cultural. Textos ensaísticos clássicos, bastante conhecidos por estudiosos da área são mencionados, com o intuito de dar uma dimensão do quanto a região tem uma história vibrante, além de mostrar os embates identitários em jogo. Entre outros, Nuestra América, do cubano José Martí, Carta de Jamaica, do venezuelano Simon Bolívar ou Ariel, do uruguaio Enrique Rodó.
As Independências Latino-americanas, um dos “grandes temas” de América, mereceu destaque e a análise considerou as dificuldades inerentes à difícil arte da conciliação de interesses, as disputas e visões divergentes de líderes políticos e grupos sociais que compuseram a trama que marcou o longo e complexo trajeto de luta. Não foi omitido o registro dos sentimentos díspares de líderes que, como Simón Bolívar ou Bernardo de Monteagudo conviveram com esperanças e desencantos ao longo do processo.
A “guerra” de símbolos, a construção de representações e discursos identitários, em disputa pelos sujeitos históricos, também estiveram presentes no momento da formação dos Estados nacionais, processo longo, marcado por inúmeros avanços e recuos na história de cada um dos povos da região. Maria Ligia Prado e Gabriela Pellegrino Soares deixam evidenciado, na escrita, o quanto o processo envolveu embates de forças antagônicas que evidenciaram dissensos regionais articulados em torno de duas forças principais: Liberais e Conservadores ou, no caso argentino, “Unitários” e “Federalistas”. Cada um dos grupos é bem examinado, de forma que o leitor possa entender os seus horizontes políticos e as razões de suas disputas.
O tema da “Modernidade” perpassa alguns capítulos, sendo entrelaçado, especialmente, com a temática da identidade nacional. Ao abordarem-no, não negligenciam as necessárias distinções entre conceitos relacionados (modernização e modernismos). No campo da Educação, enfatizam projetos culturais colocados em prática pelos governantes, em associação com artistas e intelectuais. Com campanhas de alfabetização e outras ações, eles buscavam “elevar” o nível cultural e técnico de grupos subalternos, preparando-os para as necessidades e exigências da “modernidade”. A leitura de artistas e intelectuais frente aos esforços de governantes e elites econômicas para engendrarem a modernização, não passou ao largo da análise. Seja quando esses artistas se referiam às mudanças, dando conotações positivas ou quando se manifestaram, denunciando os custos sociais e humanos que as inovações técnicas, o “desenvolvimento” alteraram as relações de grupos com a terra e com o trabalho.
Sobre o papel da Igreja Católica no imbricado jogo das questões políticas, em vez de simplesmente reforçarem a atuação da instituição ao lado de grupos conservadores que desejaram, desde a Colonização, a manutenção do status quo de grupos dominantes, bem como de antigos privilégios e prerrogativas assegurados a ela (educação, posse de terras), Maria Ligia Prado e Gabriela Pellegrino exploraram as complexidades do papel desempenhado pela instituição, no contexto latino-americano. Ressaltam, claro, que sendo a Igreja altamente hierarquizada esteve, em inúmeros contextos, ao lado de grupos dominantes, usando de ideologias religiosas para dissuadir os rebeldes. No entanto, lembram que figuras atreladas ao universo religioso nem sempre estiveram do lado conservador, mas se destacaram em momentos importantes, como nas lutas pela Independência, atuando ao lado dos “rebeldes”, abraçando causas sociais de movimentos populares. Casos emblemáticos foram os curas Miguel Hidalgo e José María Morelos, que lideraram o primeiro movimento pró-emancipação do México em relação à Espanha, em 1810. A rebelião alimentou esperanças, ao proclamar o fim da escravidão negra, o fim do pagamento de tributos indígenas e propor a distribuição de terras – inclusive da Igreja –, contando, assim, com a adesão de indígenas e camponeses. Pela radicalidade contida no movimento, nessa fase inicial, logo foi sufocado e seus líderes executados.
Ao contemplarem numerosos temas, explorando um amplo recorte cronológico que foi do século XVI – marco do processo colonizador – até o século XX, incluíram múltiplos atores sociais que participaram dos eventos citados e narrados. Além dos “grandes vultos”, que se tornaram conhecidos pela liderança exercida nos movimentos políticos, outros sujeitos e suas formas de ações foram contempladas pelas autoras: soldados anônimos, intelectuais, negros, mulheres, indígenas, camponeses e operários. Vale ressaltar que não foram esquecidas as diversas formas com as quais aqueles que ocuparam o poder – no plano interno e externo –, em fases distintas da História, lidaram com as demandas dos grupos reivindicantes. Assim como em determinados momentos esses grupos não se privaram de usar a força para reprimirem duramente as demandas, em outras circunstâncias, viram-se obrigados a ceder, fazendo uso do diálogo e das negociações, desenhando, assim, novas configurações nas relações de poder.
Conceitos como “caudilhos” e “populismo”, usualmente utilizados erroneamente em determinados textos e contextos relacionados à América Latina, não compõem o repertório da escrita da obra. Este último, por exemplo, tão recorrente em segmentos da imprensa quando se referem a algumas lideranças latino-americanas, foi evitado pelas autoras, por entenderem-no “demasiadamente genérico, eclipsando as particularidades nacionais” (p. 131). Em vez disso, optaram por tratar de “políticas de massas”, discutindo ações de lideranças carismáticas de alguns países latino-americanos (anos 1940 e 1950), que se mostraram capazes de manter a ordem, num período em que as classes populares lutavam por ganhar espaço no cenário político e exigiam reformas. Sob a égide do Estado, uma série de mudanças ocorreram e as formas de ações desses governantes variaram entre reformas que concederam direitos sociais, propaganda, cooptação e, também, repressões.
Dois movimentos revolucionários ocorridos na América Latina, no século XX, mereceram maior atenção em História da América Latina: a Revolução Mexicana e a Cubana. Em comum, o fato de imprimirem novos contornos na ordem estabelecida, tanto no plano interno, quanto externo. A do México, por ter sido a primeira do século, antes mesmo que a Russa, ocorrida em 1917, quase uma década após a da América. Também, por seus desdobramentos políticos, culturais e sociais, envolvendo novas configurações nas relações de gênero, leis de reforma agrária, nacionalizações de bancos e empresas estrangeiras. A de Cuba, além de alguns desses aspectos, pelas consequências produzidas no cenário latino-americano. Uma delas e a mais crítica, por tornar-se símbolo de luta contra o imperialismo norte-americano. Sob o temor de que outras nações latino-americanas seguissem o “mau” exemplo cubano, redundou no apoio do “irmão do Norte”, os Estados Unidos, na implantação das ditaduras.
A partir dos anos 1960, tempos de “Guerra Fria”, quando duas ideologias dominantes provocavam polarizações no globo, os países da América Latina coincidiram no compartilhamento de experiências políticas de regimes autoritários. Com intervalos maiores ou menores e com distintos graus de repressão, guardam feridas abertas em diversos países, inclusive no Brasil. Não mais são denominadas simplesmente como “militares”, mas “civis-militares”, posto que, sabidamente, contaram com o apoio da parte significativa de forças conservadoras da sociedade civil – empresários, imprensa, Igreja, cidadãos comuns. São apresentadas, na obra, como resposta ao alto grau de mobilização de alguns setores em países latino-americanos naquele momento: sindicatos, partidos de esquerda, ligas camponesas, guerrilhas indígenas ou movimentos estudantis. Chile, Nicarágua, Peru, Paraguai, Argentina, Brasil, Uruguai, Bolívia, El Salvador são contemplados nessa questão, ressaltando-se as especificidades de cada caso.
“Cultura e Política”, além de ser abordagem presente durante todo o livro é, também, o título do último capítulo. A imagem da “Orquestra Sinfônica Simón Bolívar”, composta por 180 músicos venezuelanos que tocaram na Sala São Paulo, em 2013, foi a estratégia utilizada para encerrar a obra, focando a América Latina Contemporânea. O resultado visto na apresentação em São Paulo teve sua origem em 1975, por meio da iniciativa de um musicista-economista que, como outras iniciativas colocadas em prática na América Latina, ao longo do século XX, buscou difundir acesso gratuito à cultura – nesse caso, educação musical – promovendo inclusão social e cultural a jovens e crianças provenientes de meios populacionais carentes.
A música como intervenção social foi motivo para reflexões, colocando a ênfase do capítulo sobre a Nueva Canción, movimento artístico e político que articulou nomes da música de alguns países no engajamento de oposição aos governos militares, nos anos 1960 e 1970. O pano de fundo serviu para evidenciar o quanto, em diversos momentos e contextos, a circulação de ideias e o compartilhamento de experiências contribuíram para que latino-americanos se articulassem em utopias e perspectivas de transformações sociais e políticas.
O contexto latino-americano das últimas décadas, marcado por cenários de ascensão de mulheres ao andar mais alto da política; a chegada ao poder de governos “progressistas” em alguns países, avanços sociais e, por sua vez, numa perspectiva ainda mais recente, as reações de grupos conservadores às mudanças colocadas em prática; a apresentação de possibilidades de recomposição das relações de Cuba com os Estados Unidos são fatos que conferem à obra uma relevância ainda maior, já que os leitores terão condições de compreender melhor o diálogo entre passado e presente.
História da América Latina atende, portanto, às expectativas e necessidades de um público bastante amplo – acadêmico ou não. Aos “iniciantes”, o prazer da leitura de uma obra na qual poderão embarcar no horizonte histórico (político e cultural) latino-americano, conduzidos pela experiência de duas pesquisadoras sérias que decidiram compartilhar parte do seu fascínio por essa região do globo. Aos “iniciados”, a satisfação de terem contato com uma narrativa histórica livre de voluntarismos e anacronismos, comuns a algumas obras que, essencialmente comprometidas com o aspecto comercial, são lançadas no mercado editorial vendendo-se como “guias”, isto é, como promotoras de um suposto e ilusório contato com a “verdadeira” história da América Latina. Sem tais pretensões, a obra resenhada cumpre a função de atender a estudantes e professores que queiram e necessitem acesso a abordagens e interpretações fundamentadas, oferecendo importante contribuição no que concerne à construção do conhecimento histórico crítico.
Romilda Costa Motta – Doutora pela Universidade de São Paulo. Professora do Centro Universitário Adventista de São Paulo (UNASP-SP). São Paulo, Brasil. E-mail: romildamotta@hotmail.com.
PRADO, Maria Ligia; SOARES, Gabriela Pellegrino. História da América Latina. São Paulo: Contexto, 2014. 206p. Resenha de: MOTTA, Romilda Costa. A História da América Latina sob perspectiva crítica. Outros Tempos, São Luís, v.13, n.21, p.285-290, 2016. Acessar publicação original. [IF].
Biography of a Hacienda: Work and Revolution in Rural Mexico – NEWMAN (RAHAL)
NEWMAN, Elizabeth. Biography of a Hacienda: Work and Revolution in Rural Mexico. Tucson: University of Arizona Press, 2014. Resenha de: ÁLVAREZ, Hernández. Revista de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana, Buenos Aires, v.1, n.9, p.89-94, 2015.
A pesar de su importancia histórica, el estudio arqueológico de las haciendas mexicanas de la época porfiriana (1876-1910) es aún incipiente en la arqueología, aunque ha comenzado a generar cierto interés entre algunos investigadores extranjeros y locales. Aquellos que han decidido tomar el reto se han abocado a indagar, principalmente, sobre la vida cotidiana de la clase trabajadora de las haciendas y sus familias, debido a la escasez de documentos al respecto y a los sesgos de la historia oficial con respecto a las condiciones en que vivían estos peones acasillados (Hernández 2014; Meyers 2012; Sweitz 2012). En este sentido, el libro de Elizabeth Newman constituye otro intento por comprender el impacto que tuvo la incorporación del sistema capitalista en la identidad de los individuos y la comunidad que laboró y habitó en una hacienda de producción agrícola, San Miguel Acocotla, de la región de Atlixco, Puebla, en la zona central de México.
A partir de una narrativa salpicada de anécdotas personales, pasajes íntimos, ficción realista e incluso disertaciones auto reflexivas, la autora pretende involucrarnos en las vicisitudes de su experiencia personal en el estudio arqueológico de una hacienda poblana y las motivaciones que la llevaron a emprender esta investigación histórica. Su intención en este trabajo es criticar las suposiciones tradicionales sobre las experiencias cotidianas de los trabajadores –jornaleros, peones, capataces, rancheros y sus familias– al interior de las haciendas. Sin embargo, también se ocupa de la familia de los hacendados, de sus conflictos y ansiedades sobre las consecuencias que traería la Revolución Mexicana (1910) y, por ende, la pérdida de sus privilegios de clase. La fortaleza discursiva y la rigurosidad histórica del texto de Newman son producto del uso de variadas fuentes de información como los archivos oficiales, los mapas, la historia oral, el estudio etnoarqueológico de la comunidad descendiente y, por supuesto, la investigación arqueológica de los lugares de habitación de los trabajadores de San Miguel Acocotla. Por ejemplo, la evidencia material obtenida a partir de la excavación del conjunto habitacional de los peones le permitió conocer los patrones de consumo al interior de esta hacienda y considerar que los análisis clasistas, en este caso de los más desprovistos, son importantes para entender las dinámicas sociales de sitios multiétnicos como lo fueron las haciendas mexicanas de la época revolucionaria.
El libro se compone de ocho capítulos en donde se presenta el devenir histórico de San Miguel Acocotla desde la época colonial hasta la actualidad. En el primer capítulo se comenta sobre el contexto en el que surgieron las primeras haciendas mexicanas durante la época colonial (1519-1810) y su consolidación durante la etapa del México independiente. No obstante, la autora advierte que resulta difícil tratar de categorizar las haciendas mexicanas ya que sus características han sido muy variadas a través del tiempo y el espacio.
De acuerdo con Newman, la narrativa oficial señala que después de la Independencia (1810) las poblaciones rurales se vieron desprotegidas durante un largo período de tiempo debido a la inestabilidad política derivada de la guerra contra la dominación española. Estos procesos derivaron en conflictos sociales, económicos y políticos que se prolongaron por varias décadas y tuvieron su momento álgido durante la Revolución Mexicana de 1910. Este movimiento social armado fue una consecuencia de los constantes conflictos entre las comunidades indígenas y los terratenientes, generalmente de origen español, que buscaban mantener sus privilegios. El conflicto se agudizó debido a los problemas derivados de la enajenación de las tierras y las presiones sociales derivadas de la erosión de los modos de vida rurales y la introducción de los nuevos modos de trabajo y organización derivados del modelo capitalista industrial, como en el caso de los distintos tipos de haciendas mexicanas –ganaderas, henequeneras, mineras- del siglo XIX.
San Miguel Acocotla fue una de esas haciendas cuya historia se remonta al período colonial pero cuya época de esplendor sobrevino con la implementación de un sistema de peonaje, acasillamiento y explotación laboral de los campesinos poblanos para la producción de trigo y maíz a escala industrial. En el segundo capítulo del libro Newman presenta lo que será su estudio sobre dicha hacienda. Como ella misma manifiesta, su intención fue registrar los procesos de cambio social acaecidos en San Miguel Acocotla y llenar las lagunas de la historia escrita con datos materiales provenientes de una investigación arqueológica exhaustiva. La investigación de Newman en Acocotla busca acercarnos a la vida cotidiana de los trabajadores de la hacienda a partir de la excavación de su lugar de habitación: la calpanería. Además, entre las estrategias empleadas para cumplir con los objetivos planteados, y contrastar la evidencia material, se incluyeron otros procedimientos metodológicos como la investigación etnográfica, el trabajo etnoarqueológico y la recopilación de la historia oral entre la comunidad descendiente.
El capítulo tres aborda la historia escrita, disponible en el Archivo General de la Nación, sobre la hacienda San Miguel Acocotla. Los archivos históricos consultados contienen información sobre los distintos dueños de la hacienda, datos sobre la división de tierras, mapas, además de descripciones sobre las comunidades colindantes. Esta información abarca la historia de la propiedad entre los siglos XVIII y XIX. Para Newman, esta información histórica es importante para acercarnos al contexto en el que se desarrolló la finca, pero si queremos obtener mayor detalle sobre los pobladores resulta imprescindible ampliar las fuentes de información. Por lo tanto, al incluir las historias orales, la etnoarqueología y la investigación arqueológica, la autora busca añadir unas cuantas notas más a la melodía que trata de reconstruir. El cuarto capítulo resulta bastante interesante ya que versa sobre la investigación etnoarqueológica y de recuperación de la historia oral de los antiguos habitantes de San Miguel Acocotla que ahora viven en la comunidad de La Soledad, Morelos. Durante esta fase de la investigación, se recolectaron historias orales, datos etnográficos y etnoarqueológicos sobre las formas de vida y los espacios domésticos de dicho poblado, con la intensión de generar información comparativa para los datos arqueológicos. Newman describe cómo se aventuró, junto con estudiantes y ayudantes de campo, a indagar sobre la arquitectura vernácula, el uso del espacio doméstico y las historias de vida de los pobladores descendientes de los trabajadores de la hacienda. Comunidades como La Soledad crecieron a raíz de la disolución de las haciendas y la repartición de tierras a los campesinos producto de la Reforma Agraria (1915). A partir del estudio sistemático de los espacios residenciales y la arquitectura doméstica de 381 terrenos del poblado, además de entrevistas sobre las actividades domésticas y la vida cotidiana de los actuales pobladores de La Soledad, Newman encontró varias implicaciones conductuales y simbólicas producto del estudio etnoarqueológico. Por ejemplo, la autora observa que en las casas tradicionales el espacio exterior llega a ser más importante que el espacio interior, este varía de persona a persona, además, la cocina tiene una importancia vital y la función de los cuartos puede ser difícil de discernir. A partir de estas premisas, la autora espera llegar a entender los vestigios espaciales, arquitectónicos y materiales que serán investigados arqueológicamente en la hacienda.Landa 2015: 89-94(Reseña) 92 En el quinto capítulo se reconstruye el proceso de intervención arqueológica en la Hacienda San Miguel Acocotla. Las actividades se centraron en el estudio y excavación de la calpanería, el espacio doméstico de los peones de la hacienda. Se trata de un edificio, hecho de bloques de adobe y tejas, que tenía 37 cuartos de 3.5 m² a manera de celdas. Se supone que cada uno de estos cuartos pudo albergar a una familia nuclear. A partir de las actividades de prospección, muestreo y excavación de espacios exteriores e interiores se pudo conocer la historia constructiva del edifico y recuperar diversos objetos que, aunque insignificantes, muestran aspectos de la vida cotidiana de los trabajadores y sus familias. Además, a partir de esta intervención arqueológica fue posible contrastar los patrones observados en los espacios domésticos habitados por la comunidad descendiente. El capítulo seis versa sobre la arquitectura, la vida doméstica, el poder y el control social al interior de la hacienda de Acocotla. Newman menciona que la arquitectura es uno de los medios confiables para analizar las dinámicas sociales del pasado y las constantes negociaciones entre las necesidades del hacendado y los trabajadores agrícolas. Por ejemplo, en las haciendas, los dueños construyeron casas para sus trabajadores, esto les permitió controlar la mayoría de los aspectos de su vida cotidiana y les sirvió para crear un medioambiente que promovió una jerarquía social estratificada. A través de la arqueología histórica es posible acercarnos a estudiar estas tensiones y negociaciones que generalmente no aparecen manifiestas en la historia oficial. Los modos de alimentación y la evidencia cerámica son tema del séptimo capítulo. Este apartado se basa en el hallazgo de diversos artefactos domésticos, principalmente restos de vasijas cerámicas, y los huesos de animales que se encontraron en un basurero dispuesto al exterior de la calpanería. Se recuperaron diversos tiestos cerámicos de barro vidriado, loza fina y porcelana que nos hablan del comercio de cerámica suntuaria y utilitaria en la región central mexicana hacia finales del siglo XIX, siendo Puebla una de las regiones productoras por excelencia del país. Además, las distintas formas de los cacharros indican el uso de estas vasijas para preparar tortillas, caldos o salsas. Aunque también hubo candelabros y braceros que se usaron en diversas prácticas rituales.
Por otra parte, se recuperaron poco más de 3000 huesos de animales, de los cuales cerca del 90% fueron mamíferos domésticos como vacas, cerdos, cabras, ovejas y conejos. Igualmente hubo restos de aves como pollos, patos y pavos que son una muestra de los patrones de alimentación que, al parecer, se han mantenido constantes a través del tiempo en las zonas rurales de México.
Finalmente, en el último capítulo Newman hace un recuento de los pequeños hallazgos producto de las intervenciones arqueológicas en los cuartos de la calpanería. Estos objetos, al parecer poco significativos, son una muestra de la presencia de ciertos agentes que generalmente has sido olvidados en la narrativa oficial como son las mujeres, los niños y los ancianos. Entre los artefactos femeninos se hallaron candeleros y otros objetos rituales como cruces, rosarios y pendientes. También hubo algunas cuentas de joyería, aretes, decoración para ropa y ciertos amuletos. Destaca la presencia de tres malacates y un dedal que sirvieron para el hilado y el tejido. Entre la cultura material vinculada a los infantes se encontraron fragmentos de botellas de medicina, una figa que servía como amuleto para proteger a los niños del mal de ojo, cinco canicas, 41 figurillas que sirvieron como juguetes y varios objetos de origen prehispánico a manera de reliquias. En conclusión, el estudio transdiciplinario emprendido por Newman en una hacienda porfiriana de la región poblana es un excelente ejemplo de las nuevas tendencia en la investigación en arqueología histórica. Su preocupación por generar una narración alternativa que incluya a los actores frecuentemente olvidados es fundamental para acercarnos de una manera diferente al pasado reciente. Además, su constante preocupación por entender las dinámicas sociales y la negociación de los distintos estratos sociales, tanto históricos como actuales, es una enseñanza que debemos valorar y un ejemplo a seguir en nuestras propias investigaciones.
Referências
Hernández Álvarez, Héctor 2014. Corrales, chozas y solares: estructura de sitio residencial de la Hacienda San Pedro Cholul, Yucatán. Temas Antropológicos. Vol. 36 N° 2: 129-152.
Meyers, Allan 2012. Outside the Hacienda Walls: The Archaeology of Plantation Peonage in Nineteenth-Century Yucatán. University of Arizona Press. Tucson.
Sweitz, Sam, R. 2012. On the Periphery of the Periphery: Household Archaeology at Hacienda San Juan Bautista Tabi, Yucatán, Mexico. Springer. New York.
Héctor Hernández Álvarez – Es Licenciado y Maestro en Ciencias Antropológicas con especialidad en Arqueología por la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY). Doctor en Estudios Mesoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Trabaja como Profesor-Investigador en la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán. Director del Proyecto Arqueología Histórica en la Hacienda San Pedro Cholul. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Autor del libro Etnoarqueología de grupos domésticos mayas: identidad y espacio residencial de Yaxunah, Yucatán (2014) publicado por la UNAM y editor del libro Identidades y cultura material en la región maya (2010), publicado por la UADY.
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L’histoire, pour quoi faire? – GRUZINSKI (DH)
GRUZINSKI, Serge. L’histoire, pour quoi faire? Paris: Fayard, 2015, 300p. Resenha de: NICOD, Michel. Didactica Historica – Revue Suisse pour l’Enseignement de l’Histoire, Neuchâtel, v.1, p.203-204, 2015.
Comment et avec quelles précautions enseigner l’histoire de la première mondialisation du xvie siècle? Cet ouvrage montre que, parmi les modes de représentation du passé, le recours à l’histoire est particulièrement adéquat pour élaborer une démarche critique, surtout lorsqu’il s’accompagne de l’utilisation de supports iconiques, tels le cinéma ou le jeu vidéo. Ces supports, en effet, facilitent en classe le travail de distanciation face aux conceptions spontanées.1 L’histoire, pour quoi faire? est l’aboutissement de vingt années de recherches menées par l’historien français Serge Gruzinski. Celui-ci y reprend ses thèmes favoris: la conquête de l’Amérique du Sud et du Mexique par les Portugais et les Espagnols au xvie siècle, le métissage et la rencontre des cultures qui s’ensuit, le rôle et la place de l’image en histoire.
L’auteur plaide pour une étude des regards que colonisateurs et colonisés se sont mutuellement jetés. Il nous entraîne à scruter de l’extérieur notre propre histoire, pour voir comment l’Europe s’est emparée du monde, non seulement avec les armes mais aussi avec ses représentations, ses cartes, sa géographie.
Dans les premiers chapitres, le livre nous invite à une analyse fine des modes de représentation du passé, des cérémonies d’ouverture des Jeux olympiques aux jeux vidéo, des feuilletons télévisuels aux superproductions des cinémas chinois ou américains, qui ont tous bien davantage d’audience que les historiens. L’auteur s’interroge sur le message véhiculé par ces superproductions qui mettent en scène des époques et des lieux différents. Or leurs reconstitutions stéréotypées n’apportent que rarement une réflexion critique. Il en est de même des jeux vidéo qui n’ont rien d’innocent.
Ils mettent trop souvent en scène des idéologies conservatrices exaltant le goût du pouvoir, l’opposition des barbares aux civilisés. Loin d’être des supports de cours idéaux, ils se prêtent néanmoins à une analyse critique.
Ainsi, l’ouvrage met en lumière les nombreux supports qui existent parallèlement aux récits des historiens. En le parcourant, le lecteur prend conscience du décentrement nécessaire à l’étude des sociétés, de l’importance de décloisonner, puis de reconnecter les différents domaines historiques.
L’auteur montre que c’est à partir du local, en l’occurrence de l’étude de l’Amazonie, que pourra s’étudier la globalisation. Cette dernière est au coeur du livre, où le présent se fait l’écho du passé: aujourd’hui au Brésil, par exemple, le trafic de DVD piratés a remplacé le trafic de produits tropicaux du xvie siècle.
En résumé, Serge Gruzinski met en relief la nécessité de poser d’autres questions, de chausser d’autres lunettes pour envisager le passé comme le futur. Selon lui, notre vision du monde est décalée par rapport aux questions actuelles, car les sociétés se mélangent: l’ailleurs est venu en Europe, tandis que celle-ci s’est étendue au monde. Ainsi, une culture de l’entre-deux, mélangée, fragile mais nécessaire, est apparue, celle des métis, passeurs de culture. Le livre en fait l’éloge tout en montrant sa fragilité.
Serge Gruzinski nous interpelle et nous bouscule par les rapprochements qu’il opère entre le xvie siècle et l’époque inquiète que nous vivons.
Son livre est une bonne introduction à ses recherches antérieures et à l’histoire des mentalités.
Il offre une réflexion enrichissante sur notre temps.
Son questionnement nourrit les réflexions de ses lecteurs en les invitant à se demander si nous ne construisons pas des passés afin de construire du sens, des repères pour affronter les « incertitudes du présent ».
Né en 1949, l’historien français Serge Gruzinski, directeur d’études à l’EHESS de Paris, enseigne l’histoire en France, aux États-Unis et au Brésil.
Il a notamment publié La pensee metisse, Paris: Fayard, 1999 ; Les quatre parties du monde. Histoire d’une mondialisation, Paris: La Martinière, 2004 ; L’aigle et le dragon, Paris: Fayard, 2012.
Michel Nicod
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Arqueología marítima en México. Estudios interdisciplinarios en torno al patrimonio cultural sumergido – VERA (RAHAL)
VERA, Moya Sordo (Coord.). Arqueología marítima en México. Estudios interdisciplinarios en torno al patrimonio cultural sumergido. México: Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2012. Resenha de: LODOÑO, Borrero. Revista de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana, Buenos Aires, v.1, n.8, p.89-95, 2014.
El libro que atañe a la presente reseña comprende las contribuciones de ocho investigadores mexicanos al estudio de la arqueología marítima y el Patrimonio Cultural Sumergido (PCS). Cada capítulo ejemplifica un eje temático desde el cual pueden abordarse los naufragios. Contempla reflexiones teórico – metodológicas, legislación nacional e internacional, gestión y aportes de la historia, la geofísica y la biología al estudio de la arqueología subacuática. A lo largo del primer capítulo: “Pensar la arqueología marítima: reflexiones teórico-metodológicas en el estudio de accidentes navales en México”, la coordinadora del libro somete el aparato epistemológico de la disciplina a un análisis crítico. En primera instancia, introduce los principales planteamientos de la filosofía y la sociología de la ciencia, cuyas exhortaciones a revisar el propio quehacer orientan las páginas siguientes. Aborda los modelos de procesos de formación de sitios arqueológicos sumergidos y la clasificación de pecios según su estado de conservación, con énfasis en las propuestas de Muckelroy y Gibbs; en el tránsito de embarcación a yacimiento arqueológico, los pecios están expuestos a la interacción con múltiples variables naturales y culturales que los transforman. Con posterioridad, efectúa el análisis de algunos pecios que reposan en aguas mexicanas a la luz de las propuestas de los investigadores citados. Este ejercicio es de gran interés y convendría desarrollarlo con mayor profundidad. En compensación, tomando en consideración el propósito del artículo, el apartado sobre filosofía y sociología de la ciencia podría haber sido más breve. Es de anotarse que los ejemplos foráneos empleados para ofrecer explicaciones, podrían enriquecerse añadiendo casos mexicanos. A saber, al referirse a poblados sumergidos, Tequesquitengo podría acompañar a Port Royal. En consonancia, al hablar de vestigios náuticos en tierra, los casos suecos, noruegos y egipcios podrían complementarse con los restos de la canoa y el Galeón de Manila hallados en las costas de Baja California o con los vestigios hallados en Chachalacas. Como en el capítulo anterior, en “El Horizonte del Investigador: reflexiones metodológicas para la comprensión de accidentes marítimos”, Flor Trejo expresa que el objeto de estudio de la arqueología subacuática es el hombre y su relación con los cuerpos de agua. Al unísono con Moya, Trejo anota que los procesos de formación de sitios de naufragio deben rastrearse desde momentos previos al hundimiento, pues éste deriva de “…una ecuación compleja de factores naturales y sociales (…) que sentenciaron al buque aun antes de zarpar” (Trejo 2012: 62). Enfatiza que los naufragios son el resultado de la suma de contingencias tales como: condiciones meteorológicas adversas, errores humanos, factores sociales, políticos y económicos. En las elocuentes palabras de Moya, un “… complejo universo de (…) causalidades, azares y probabilidades” (Moya 2012: 53). Trejo expone los criterios hermenéuticos empleados por la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) en el análisis de fuentes documentales concernientes a naufragios. El texto es muy ilustrativo, pues además de los tipos de documento disponibles, pone en evidencia sus lugares de producción, sus estructuras o metatextos y sus motivaciones. Con ello, se sientan las bases para que los investigadores comprendan los contextos en que se produjeron las fuentes y puedan establecer, a través de éstos, un diálogo “horizontal” con los sobrevivientes de accidentes navales, a pesar de la brecha temporal y cultural que les separa. En consonancia, expone la forma en que testimonios complementarios o situaciones parangonables pueden servir para colmar vacíos en el resultado de la indagación. Incluso, muestra cómo el tipo de datos a que dan lugar los naufragios, varía con el paso del tiempo. Así, la calidad y cantidad de información disponible a partir del siglo XVIII, contrasta con la escasez de los siglos precedentes. Es, en últimas, la respuesta a las preguntas sobre quién, cómo, cuándo, dónde y por qué se escribieron las fuentes que atañen a los historiadores navales y arqueólogos subacuáticos.
Tras los capítulos teórico-metodológicos introductorios, Roberto Junco se ocupa de reconstruir “La ruta de Veracruz a La Habana en la época colonial” a la luz de la información que proporcionan los relatos geográficos y de viajeros, los derroteros e itinerarios. En primera instancia, recorre las expediciones que llevaron a conocer la forma y las dimensiones del Golfo de México durante las dos primeras décadas del siglo XVI. Destaca las empresas de Ponce y Hernández, así como las de Grijalva, Garay y Cortés, y reconstruye las tres etapas que componían la ruta habitual. Resalta el hecho de que los vientos predominantes en el Golfo de México soplan del este y, como en las embarcaciones de propulsión a vela es imposible navegar en contra del viento, viajar de Veracruz a La Habana implicaba navegar al norte hasta alcanzar cierta altura; luego, se viraba al este hasta alcanzar la sonda de la Florida, para finalmente poner proa al sur hasta llegar a las costas de Cuba, en donde la corriente del Golfo contribuía al arribo a La Habana. Se remarcan el tipo de fondo y la profundidad como criterios que, ante la imposibilidad de medir la longitud, permitían a los navegantes de la época determinar su posición con relación a eventuales obstáculos como los cayos y bajos de arrecife. En contra de lo que el común de los investigadores percibe, Junco atribuye a los nortes un papel favorable que, si bien forzaba a alterar la ruta arriba señalada y en ocasiones encausaba accidentes, en otros casos permitió sobreponerse a las calmas chicas e, incluso, transitar a Cuba mucho más rápida y directamente, resguardándose en los cayos de Campeche, sin necesidad de arribar a la sonda de la Florida. Entre otros aportes, pone de manifiesto que los tiempos de zarpe y las ordenanzas concernientes a la Flota de Nueva España, no son extensibles a la totalidad de la navegación en el Golfo durante la colonia. El texto se acompaña de dos tablas y de un mapa, en donde el autor sintetiza los asuntos que le conciernen. No obstante, las virtudes del artículo y su innovadora perspectiva, se extraña un análisis más profundo de la cartografía, también propuesta como fuente.
A lo largo del cuarto capítulo, Roberto Galindo se ocupa de la “Prospección geofísica en la arqueología subacuática. Una herramienta para la localización de restos culturales sumergidos”. Alude específicamente a los Equipos y Sistemas de la Plataforma para la Adquisición de Datos Arqueológicos Sumergidos (ESPADAS), implementados por la SAS, inicialmente para la búsqueda de los restos del Nuestra Señora del Juncal y posteriormente integrados a otros proyectos. El sistema se compone de un sonar de barrido lateral, un magnetómetro, una ecosonda, un GPS, un hardware y un software, cuyas funciones se detallan en el artículo. Galindo anota que un plan de prospección geofísica se divide en tres etapas y describe en detalle cada una de ellas. Tales son: el diseño de bloques de rastreo, el barrido o prospección, y el procesamiento de la información. Alude también a las modificaciones que se han operado en el ESPADAS, para poder prospectar en áreas con profundidades superiores a los 50 metros, y trae a colación el ejemplo del Sitio Pesquero localizado en las Costas de Champotón. Remarca el hecho de que aunque el trabajo se planifique con antelación, una vez en el sitio suelen operarse modificaciones para adecuar lo concebido en gabinete a las condiciones Borrero 2014: 89-95 (Reseña) 92 reales de un lugar y tiempo determinados. Al respecto, anota que los transectos o líneas que conforman los bloques de rastreo, deben navegarse en paralelo a la dirección predominante de la corriente y el oleaje para facilitar la maniobra de la nave y garantizar la estabilidad de los equipos arrastrados. Estos factores determinan la calidad de los datos que se obtienen. Acierta al advertir que antes de emprender una operación con los aparatos de arrastre, conviene hacer un recorrido previo con la ecosonda, con el propósito de detectar amenazas potenciales para la navegación y los torpedos. Galindo ofrece explicaciones que, pensando en el público no especializado al cual está dirigido el libro, podrían omitirse y, en cambio, obvia otras que quizás resultaría conveniente ofrecer. A manera de ejemplo, el común de los arqueólogos conoce qué es un GPS, pero no necesariamente sabe de qué se habla cuando se hace referencia al “sensoramiento remoto”. Cabría objetar también, la afirmación de que la totalidad de las embarcaciones contienen materiales ferrosos. Aunque es cierto que en aguas americanas suele darse prelación a la búsqueda de naves que arribaron o fueron construidas allí, a partir de 1492, eventuales vestigios de empresas navales prehispánicas como las canoas monóxilas, balsas conformadas por troncos atados con fibras vegetales, entre otras, carecen de componentes metálicos.
En capítulo siguiente, Pedro López se ocupa de los “Procesos de Transformación Natural de Contextos Arqueológicos Sumergidos en la costa de Campeche, Golfo de México”. Tras exponer los parámetros ambientales del área, enfatiza que la cantidad de oxígeno disuelto en el agua y la salinidad son dos de los factores con mayor incidencia en las tazas de corrosión de los vestigios metálicos. En adelante, describe la forma en que ciertas esponjas, anélidos, moluscos, crustáceos, equinodermos y peces horadadores propios de la región, afectan directa o indirectamente los materiales arqueológicos sometidos al medio marino. Sus explicaciones parten de la observación de 18 contextos, en que empleando metodologías que describe en detalle, se inventariaron 155 especies. Entre éstas se cuentan varias que por medios mecánicos o secreciones químicas que les permiten fijarse a —o alimentarse de— un sustrato, se erigen en amenazas potenciales para los vestigios culturales. En un apartado posterior, López se refiere a la colonización y a la sucesión biológica a que están sujetos los sustratos artificiales. Finalmente, introduce un experimento que se está desarrollando con el propósito de conocer la sucesión de la colonización biológica del hierro, el bronce y el cobre y la relación de aquel proceso con la taza de corrosión de estos metales. Además del loable rigor científico con que fue escrito, el artículo ensancha enormemente la lista de especies, cuyos hábitos se reconocen como bioturbantes para los contextos arqueológicos sumergidos. En esa medida, constituye un enorme aporte para la interpretación y gestión de los yacimientos arqueológicos sumergidos y, entre otros aciertos, destaca su señalamiento de que el modelo de Muckelroy no puede aplicarse en latitudes bajas y tropicales, sin tomar en consideración que éstas presentan unas condiciones muy diferentes de aquellas con que cuentan las aguas británicas en que fue concebido. La información concerniente al experimento, debe hacerse objeto de una publicación posterior en que se desarrolle en extenso junto con sus resultados. A lo largo del sexto capítulo Laura Carrillo y Nahum Noguera explican que el Manejo de Recursos Culturales (MRC) consiste en la planeación integral y a largo plazo de la totalidad de los aspectos que ejercen una influencia sobre la investigación, conservación, protección, difusión y gestión de los bienes patrimoniales. Señalan, asimismo, que ello exige la identificación y cooperación de diversos sectores de la sociedad, entre los cuales deben distribuirse las responsabilidades para ayudar a garantizar la conservación y el uso sostenible del patrimonio. Con base estas premisas y tomando como modelo los lineamientos de las instituciones responsables del MRC en Canadá y Estados Unidos, se evalúa la posibilidad de un sistema aplicable a un grupo de naufragios localizados en la Sonda de Campeche, Golfo de México. Tras la mención y desglose de los modelos foráneos, el capítulo plantea la necesidad de un proceso de planeación particular que, pese a las dificultades existentes, se ajuste a las condiciones socioeconómicas, al vació legislativo y a la realidad institucional mexicana. Resulta llamativo que el artículo no plantee la necesidad de incluir los recursos culturales costeros y ribereños dentro del plan de manejo. Éstos, por su relación con los que reposan en el agua y en respuesta a la necesidad de lineamientos integrales, deberían contemplarse como parte del conjunto. En consonancia, al pensar en un plan para el manejo de recursos culturales que reposen en contextos acuáticos y atendiendo no solamente a los faros, puertos y demás inmuebles costeros y ribereños, sino también a los restos de embarcaciones que descansan fuera del agua, podría ser conveniente adoptar la definición de naufragio del Consejo de Monumentos y Sitios Históricos de Canadá en lugar de la de pecio ofrecida por la RAE (Ver notas al pie 1 y 29).
En “Patrimonio Cultural Subacuático. Legislación Nacional e Internacional. Proyección del México ante el Mundo”, Pilar Luna enuncia los antecedentes de la recuperación ilegal de piezas y las acciones jurídicas emprendidas para evitarla y castigarla. Luego aborda escuetamente la Borrero 2014: 89-95 (Reseña) 94 historia de la arqueología subacuática mexicana que, en alguna medida, adeuda su surgimiento al hallazgo fortuito y denuncia de piezas de artillería muy tempranas en Cayo Nuevo. Con posterioridad señala que en México el PCS está amparado principalmente por la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos y por la Convención de 2001 de la UNESCO, a la cual destina un apartado completo del capítulo. Muestra también que existen otras leyes que cobijan y reglamentan la investigación del PCS y hace mención del Consejo de Arqueología del INAH como responsable de evaluar los proyectos que al respecto se plantean. Más adelante aborda los esfuerzos realizados para la salvaguarda del PCS en las áreas protegidas del Sistema Arrecifal Veracruzano y la Reserva de la Biósfera de Banco Chinchorro. Finalmente, menciona las instancias internacionales (ACUA, ICUCH-ICOMOS, UNESCO) que se ocupan de la protección del PCS; la forma en que surgieron y su manera de operar. El capítulo concluye con una exhortación a seguir avanzando en la senda de la protección de este patrimonio. En consonancia, el libro concluye con una invitación en esta misma dirección, sumada a una reflexión sobre la importancia del trabajo interdisciplinar en arqueología subacuática y sobre las dificultades y limitaciones impuestas por el medio en que se lleva a cabo. Arqueología Marítima en México reivindica valiosos aportes a la disciplina, al poner a disposición de un público amplio un corpus documental que de otra manera tendría una circulación restringida y poca resonancia.
En síntesis, este volumen es el reflejo del éxito del Proyecto de la Flota de la Nueva España adelantado por la Subdirección de Arqueología Subacuática del INAH, pues aunque su objetivo de localizar la almiranta y la capitana de la flota de 1631 aún no se ha cumplido, su desarrollo ha llevado a la localización e investigación interdisciplinar de los restos de otras varias embarcaciones que poseen un incontrovertible valor histórico. Asimismo, ha dado lugar a la consolidación del área y a la capacitación de un considerable número de profesionales.
Ricardo Borrero Londoño – Es Historiador de la Pontificia Universidad Javeriana y magíster en Antropología de la Universidad de los Andes (Colombia). Sus temas de interés se enmarcan en la arqueología marítima, el patrimonio cultural sumergido y la historia naval. Participó en el Curso Internacional de Arqueología Subacuática organizado por la UNESCO y el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA) de España en el año 2011. Ha sido becario del área de Historia Colonial del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) y del Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación (Colciencias), del mismo país. En la actualidad trabaja para la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en México y es investigador asociado de la Fundación Terra Firme en Colombia.
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Mujeres en el cambio social en el siglo XX mexicano – FERNÁNDEZ (RHYG)
FERNÁNDEZ, María Teresa. Mujeres en el cambio social en el siglo XX mexicano. Ciudad de México: Siglo XXI Editores y Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social CIESAS, 2014. 348p. Resenha de: ULLOA INOSTROZA, Carl. Revista de Historia y Geografía, Santiago, n.31, p.179-182, 2014.
Mujeres en el cambio social en el siglo XX mexicano es la culminación de un largo proceso de investigación que llevó a cabo la Dra. María Teresa Fernández Aceves como epílogo a su tesis doctoral y a una vasta experiencia en trabajos dedicados a la historiografía de mujeres en México. Centrado en la historia de la participación política y cultural de cinco pioneras, el libro expone el ingreso de las mujeres al debate por una sociedad donde gocen de derechos, libertad y autonomía, tanto en México como en Hispanoamérica. Desde un renovado estudio biográfico (que enfatiza la agencia transregional y los flujos de ideas) esta investigación descubre la importante obra que realizaron Belén de Sárraga (1872-1950), Atala Apodaca (1884-1977), María Arcelia Díaz (1896-1939), Guadalupe Martínez Villanueva (1906-2002) y Guadalupe Urzúa Flores (1912-2004) a favor del impulso de las mujeres cívicas y sobre todo de la autorreflexión, autocreación y autoevaluación de ellas mismas. Estas cinco mujeres ingresaron a partidos políticos y formaron parte de directivas, fueron cacicas o gestoras, fueron activistas por las mujeres y activas opositoras de la pobreza y el sufrimiento de los otros. Leia Mais
Kakupacal e Kukulcán: iconografia e contexto espacial de dois reis-guerreiros maias em Chichén Itzá – NAVARRO (RAP)
NAVARRO, Alexandre Guida. Kakupacal e Kukulcán: iconografia e contexto espacial de dois reis-guerreiros maias em Chichén Itzá. São Luís: Café & Lápis; EDUFMA, 2012, 96 p. Resenha de: FERNANDES, Luiz Estevam de Oliveira; KALIL, Luis Guilherme Assis. Revista de Arqueologia Pública, Campinas, n.7, julho 2013.
O México tem mais de 32 mil sítios arqueológicos catalogados. Dentre eles, Chichén Itzá é um dos três mais visitados. Patrimônio Cultural da Humanidade, foi eleita em 2007 uma das novas Sete Maravilhas do Mundo. A antiga cidade maia, por situar-se a meros 200 km de Cancún, principal destino turístico do país, recebe milhares de turistas por ano, que, por sua vez, atraem algumas centenas de “guias locais”, vendedores de artesanato “maia” e toda sorte de pessoas tentando ganhar a vida à custa dos visitantes, quase sempre boquiabertos diante da magnificência do local.
O interesse dos turistas, inclusive brasileiros (cerca de 130 mil visitaram o país em média anual, desde 2010), entretanto, não encontra equivalente entre os nossos pesquisadores.
Chichén Itzá permanece ainda pouco estudada em nosso país. Por isso, a obra de Alexandre Guida Navarro já seria de suma importância. Uma publicação acadêmica escrita em português por um especialista que passou anos estudando in loco a grande cidade maia já representaria um avanço pelo simples motivo de chamar a atenção para o tema e o período.
Prefaciado pelo arqueólogo e historiador Pedro Paulo Funari, Kakupacal e Kukulcán é um desdobramento das reflexões apresentadas no doutorado de Navarro, defendido na Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). No livro, o especialista apresenta sua hipótese de trabalho logo nas primeiras páginas. A partir da constatação de que os dois personagens-guerreiros do título estão representados apenas na iconografia do conjunto arquitetônico conhecido como “Grande Nivelação”, e não em toda a cidade de Chichén Itzá, o autor busca demonstrar como as representações de Kakupacal e Kukulcán fazem referência, na realidade, não apenas a deuses do panteão maia, mas a dois indivíduos reais, os Capitães Serpente e Disco Solar, dois guerreiros que teriam governado a cidade durante algum momento do Clássico Terminal (800-1000 d.C.): “nossa hipótese é que a construção da Grande Nivelação está estritamente relacionada com as realizações políticas destes guerreirosgovernantes como um espaço de legitimação de poder através da construção de arquitetura monumental” (p. 14).
Nesse sentido, Navarro expõe o conceito central de seu trabalho, o de humanização do espaço: “partimos do pressuposto de que os espaços arquitetônicos representam uma visão simbólica da composição social dos grupos humanos em relação com sua própria identidade, do meio que o rodeia e seu esforço para humanizá-la” (p. 14). Partindo de tal premissa, demonstra como a região da Grande Nivelação tem uma arquitetura com símbolos e representações em formas de imagens bastante distintas da do restante do sítio arqueológico.
Em um estudo essencialmente de distribuição espacial e de análise iconográfica, o autor argumenta que a construção deste complexo arquitetônico foi feita dentro de um complexo programa de estratégia política que envolvia propaganda proselitista dos governantes, direcionada aos habitantes da cidade e àqueles que a visitavam (p. 31).
Nos capítulos do livro, à maneira de um cuidadoso relatório de campo, o estudioso expõe-nos seus objetivos, a bibliografia existente sobre o tema, a metodologia que embasou seu trabalho, os dados obtidos e sua interpretação. Por meio do texto, ficamos sabendo de pelo menos três mensagens simbólicas expressas através da cultura material estudada: um esquema cognitivo de códigos e regras culturais, para demonstrar a ideia de transição de poder; que estas regras envolviam certo grau de controle pelos indivíduos ou grupos que aludiam a um controle do comportamento (por parte dos governantes da cidade); e que o espaço é uma forma de comunicação de diferentes naturezas e serve para a manifestação de aspectos específicos, como o culto a Kukulcán.
Tais associações, entre arquitetura e poder, são pensadas a partir de Michel Foucault e Gilles Deleuze. Sendo assim, Navarro conclui que as mudanças políticas ocorridas em Chichén Itzá estão relacionadas com os complexos arquitetônicos construídos no período bem como com o calendário maia: “Pensamos que Kakupacal foi um importante governante de Chichén Itzá quando a cidade alcançou seu poder construindo o setor sul do centro urbano. O seu governo coincide com um fim de ciclo maia ou Katún Ahau (período de 20 anos), que é quando o grupo no poder é substituído por outro […] Esta evidência calendárica demonstra que houve uma mudança de governo na cidade, que culmina com o controle da cidade por parte de um novo grupo social, que parece ser o Capitão Serpente”. Além disso, o arqueólogo insinua que estas mudanças representam transformações ainda mais profundas dentro de Chichén Itzá. Abrindo caminho para novas pesquisas, afirma que as imagens dos capitães captaria o momento de transformação social entre uma sociedade de cacicado (o setor sul do sítio) em direção à formação de um Estado (a Grande Nivelação) e da própria sociedade maia (p. 76).
Além da demonstração de sua tese principal, o livro também fornece um panorama sobre a civilização maia e qual o papel de Chichén Itzá no emaranhado de cidades-estados da época (cf. Capítulo 1). Dessa forma, ficamos sabendo que, entre os anos 800 e 900 d.C., a cidade controlava a rota de sal em toda a área maia, além das rotas marinhas e impostos, bem como servia de centro de peregrinação, “cujos vários edifícios foram usados para o culto de divindades como Kukulcán, a serpente emplumada, e Chaac, o deus da chuva” (p. 16).
Também encontramos no livro uma ampla revisão bibliográfica sobre os maias (cf.
Capitulo 2) além de várias fotografias, mapas, desenhos e um glossário de termos arquitetônicos que se tornam fundamentais para a compreensão da obra por parte dos leitores não especializados que procuram uma primeira leitura sobre os maias.
Como ressalva a esta importante publicação, apontamos o fato do autor não explicar mais detidamente quais foram os critérios adotados por ele para selecionar as representações das ruínas de Chichén Itzá que seriam utilizadas em sua pesquisa. Navarro afirma que, devido à deterioração de algumas edificações, optou por utilizar desenhos feitos por estudiosos que visitaram a cidade no século XIX: “Utilizamos, portanto, aquelas que acreditamos serem mais fieis à pintura mural original” (p. 38). Porém, não ficam claros para o leitor que elementos levaram o autor a fazer afirmações como a de que alguns desenhos “são muito importantes pois estão livres de todo o excesso artístico e fantasioso que prevalecia nessa época” (p. 18).
Processo semelhante ocorre em outro momento da obra. Ao descrever seu trabalho de campo, Navarro afirma que ignorou representações que poderiam ser consideradas como alusões ao Capitão Disco Solar por não estarem com os símbolos recorrentes (capa de jaguar, toucados elaborados, associação com Chaac) (p. 38). Contudo, páginas depois, analisa nova imagem do Capitão sem um de seus símbolos, mas cuja ligação com a divindade não é questionada: “O Capitão Disco Solar está desprovido de seu disco e parece estar representado, metaforicamente, pelos raios de sol” (p. 47). Seria interessante que houvesse, especialmente para o leitor leigo, uma explicação mais detalhada dos papeis exercidos por estes símbolos dentro das imagens e os possíveis significados de suas ausências ou substituições.
Há, também, pouca análise da relação entre relatos coloniais sobre os maias (citados, em vários momentos, como base de sua interpretação de etno-história) e a cultura material estudada. O autor chega a citar passagens de autores como Diego de Landa e outros, mas numa sequência que reforça seu caráter ilustrativo.
Para além disso, o livro torna-se uma bem vinda literatura sobre uma cidade tão visitada e, ao mesmo tempo, tão pouco conhecida.
Luiz Estevam de Oliveira Fernandes – Professor Adjunto do departamento de História do Instituto de Ciências Humanas e Sociais (ICHS) da Universidade Federal de Ouro Preto (UFOP), pesquisador do Núcleo de Estudos de História da Historiografia e Modernidade, e líder do Grupo de Estudos “História das Américas: fontes e historiografia”, ambos do CNPq.
Luis Guilherme Assis Kalil – Doutorando do programa de História Cultural do Instituto de Filosofia e Ciências Humanas (IFCH) da Universidade Estadual de Campinas (Unicamp) e pesquisador do Grupo de Estudos “História das Américas: fontes e historiografia”, do CNPq.
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El camino desde Kuhn. La inconmensurabilidad hoy – LORENZANO; NUDLER (SS)
LORENZANO, Pablo; NUDLER, Oscar (Org.). El camino desde Kuhn. La inconmensurabilidad hoy. Madrid: Biblioteca Nueva, 2012. Resenha de: O’LERY, María de las Mercedes. Discusiones actuales acerca de la tesis de inconmensurabilidad. Scientiæ Studia, São Paulo, v.11, n.2, p.437-42, 2013.
La idea de que las teorías separadas por una revolución científica son inconmensurables fue sugerida, de manera independiente, por Thomas S. Kuhn (1962) y Paul Feyerabend (1962) a inicios de la década de 1960. Desde entonces y hasta nuestros días, la tesis de inconmensurabilidad, así como sus polémicas implicancias, han ocupado un papel protagónico en las discusiones en torno a los estudios acerca de la ciencia.1 Un variado número de problemas derivados de la tesis de inconmensurabilidad, tales como el cambio de significado, la referencia de los términos teóricos, la racionalidad y los aspectos cognitivos del cambio científico, sus implicancias para las concepciones realistas y anti-realistas acerca de las teorías científicas, entre otros, pueden encontrarse analizados en una importante compilación de trabajos de un número de distinguidos investigadores editada por Paul Hoyningen-Huene y Howard Sankey, y publicada por primera vez hace ya más de una década bajo el título Incommensurability and related matters (Hoyningen-Huene & Sankey, 2001).
El libro, El camino desde Kuhn. La inconmensurabilidad hoy, que aquí se reseña, y que apareció publicado en los últimos meses de 2012, constituye una nueva colección de artículos de reconocidos investigadores pertenecientes a Brasil, Colombia, España, Estados Unidos, México y Argentina, organizados en torno a un eje temático principal que recorre la obra como un todo: la noción de “inconmensurabilidad” en la obra de Thomas S. Kuhn. En este caso, la compilación y edición de los doce trabajos que componen la obra estuvo a cargo de dos destacados investigadores argentinos: Pablo Lorenzano, doctor en Filosofía por la Universidad Libre de Berlín, y Oscar Nudler, doctor en Filosofía por la Universidad Nacional de la Plata, ambos pertenecientes al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina.
El primero de esta serie de trabajos lleva por título “Inconmensurabilidad y dominios de aplicación” y su autor es Otávio Bueno. El autor se ocupará del problema de la inconmensurabilidad en tanto fenómeno asociado con cambios en el dominio de aplicación de las teorías y en tanto desafío para las concepciones realistas sobre el desarrollo de la ciencia (realismo científico estándar y realismo estructural). Con respecto de cómo entender la noción de dominio de aplicación, Bueno analiza dos enfoques: la concepción orientada a objetos y la concepción contextualista. Ésta última, junto con el enfoque de estructuras parciales, son propuestas como posibilitando una noción de dominio de aplicación sensible a los detalles de la práctica científica, dando cuenta de los aspectos centrales de ésta última y reconociendo la presencia de una inconmensurabilidad exenta de conclusiones relativistas.
El segundo trabajo pertenece a José A. Díez quien, en “Inconmensurabilidad, comparabilidad empírica y escenas observacionales”, tendrá por objetivo defender que ni desde una perspectiva lingüística ni desde una modeloteórica es posible elucidar satisfactoriamente la comparabilidad y rivalidad empíricas apelando exclusivamente a los conceptos de las teorías (tanto T-teóricos como T-no teóricos) que usan en la formulación de sus leyes. Si se desea elucidar de modo general la idea de que dos teorías son rivales o se ocupan de lo mismo, no podemos restringirnos a los recursos conceptuales internos a las teorías mediante los que las teorías formulan sus leyes, es decir, hay que buscar en otra parte, hay que buscar fuera de las teorías por así decir. Para ello, Diez apunta brevemente dos direcciones en que se puede dirigir la búsqueda para la identificación de dichos elementos.
El tercer artículo es “Comparación epistémica de teorías inconmensurables, sin fundamentismo”. A lo largo de este trabajo, José L. Falguera considerará condiciones ontosemánticas para la comparabilidad entre dos teorías inconmensurables rechazando la consideración de que las experiencias perceptuales sean suficientes para dar cuenta de las porciones compartidas entre las teorías inconmensurables.
El cuarto trabajo pertenece a Luis Fernández Moreno quien, en “Consideraciones críticas sobre la tesis de la inconmensurabilidad de Kuhn”, propone dos líneas de crítica a la tesis de la inconmensurabilidad de Kuhn, una basada en la noción de traducción y otra en la de referencia. De la lectura del análisis de Fernández Moreno parecería concluirse que los seguidores de la tesis de la inconmensurabilidad de Kuhn tendrían algunas tareas pendientes: la defensa del idealismo relativista y de una versión fuerte de la teoría descriptiva de la referencia, por lo que concierne a los términos (de género) centrales de las teorías científicas, o, al menos, la formulación de una teoría de la traducción diferente de la propuesta por Kuhn y que permita hacer de la tesis de la inconmensurabilidad de teorías una tesis interesante y plausible.
El quinto es el de Adriana Gonzalo: “Patrones de descubrimiento, inconmensurabilidad y clases. Un caso ejemplar”. En él puede encontrarse un análisis de la inconmensurabilidad teórica, en relación a los problemas en la organización taxonómica, implicada en la actividad científica. El interés de la autora está puesto en brindar apoyo a la tesis de la inconmensurabilidad teórica, a la que denominará “versión débil”, sobre la base de los argumentos de la conformación taxonómica del mundo y del rol del lenguaje en la constitución categorial de las clases que posibilitan dicha organización. El trabajo pone a consideración un caso histórico que ejemplificaría como un elemento de juicio a favor de la tesis kuhniana acerca de que existen elementos a-priori, que operan en nuestro conocimiento, pero que no son del tipo kantiano trascendental, sino culturales y, en general, históricamente determinantes.
El sexto artículo es “¿Es compatible la idea de inconmensurabilidad no trivial con la de progreso científico? Algunas razones a favor de su compatibilidad”. Su autor, Juan Manuel Jaramillo Uribe, aborda el problema del progreso científico en los casos de teorías separadas por una revolución científica, o sea, el llamado “progreso revolucionario” mostrando algunos de los intentos tendientes a establecer que, pese a los cambios semánticos radicales cuando se produce el desalojo de una teoría, la posibilidad de comparar teorías inconmensurables y, en consecuencia, hablar de “progreso científico” no es algo imposible e injustificado. Uribe apela al llamado “giro semántico” en filosofía de la ciencia defendiendo que los problemas metateóricos planteados por Kuhn sólo alcanzan una satisfactoria y precisa comprensión adoptando una nueva forma de concebir la naturaleza y evolución de las teorías, tal como lo constituye la concepción estructuralista de las teorías científicas.
En séptimo lugar, en su trabajo “Acerca de la inconmensurabilidad”, César Lorenzano ofrece un análisis de la noción de inconmensurabilidad tanto en sus orígenes matemáticos como en Kuhn, mostrando su razonabilidad desde el punto de vista del lenguaje común y del científico. En este trabajo, el autor defiende la existencia de un supuesto ontológico y epistémico en las críticas a la inconmensurabilidad el cual comportaría un platonismo.
Siguen, entonces, dos artículos pertenecientes a los editores de este volumen. En el primero de estos, Pablo Lorenzano presenta “Estructuras y aplicaciones intencionales: inconmensurabilidad teórica y comparabilidad empírica en la historia de la genética clásica”, donde explora la posibilidad de tratar la historia de la genética clásica en términos de los tipos de fenómenos diacrónicos identificados como de “cambio intratéorico” (ciencia normal) y de “cambio intertéorico” (revolución inicial, cristalización y revolución científica). El autor presenta los conceptos “inconmensurabilidad teórica” y “comparabilidad empírica”, productos de establecer una relación entre la noción kuhniana de inconmensurabilidad y la concepción estructuralista de las teorías, y muestra como dichas categorías pueden ser exitosamente aplicadas al caso particular de la genética. A continuación, Oscar Nudler, escribe “Inconmensurabilidad y metáfora”, trabajo en él cual, a partir de un análisis acerca de la tesis de inconmnensurabilidad – en lo que respecta a su primera caracterización, sus cuestionamientos y posteriores reformulaciones por parte de Kuhn –, el lector encontrará un acabado intento por distinguirla de otra forma de inconmensurabilidad, también a nivel lingüístico, que se produce entre dos teorías cuando sus conceptos y, por lo tanto, las teorías mismas, están estructurados por metáforas diferentes.
El décimo artículo de la serie lleva el título “Recuperando la inconmensurabilidad axiológica” y, en él, Ana Rosa Pérez Ransanz, asumiendo la intuición original de “falta de una métrica común” entre paradigmas rivales como el núcleo de la idea kuhniana de inconmensurabilidad, traza una distinción entre inconmensurabilidad semántica (o más propiamente, ontosemántica) e inconmensurabilidad axiológica. La autora intenta argumentar que ambas dimensiones de la inconmensurabilidad están en la base de un genuino pluralismo epistemológico, capaz de deslindarse de los relativismos estériles.
El penúltimo trabajo pertenece a Andrés Rivadulla quien, en su artículo “La tesis de la inconmensurabilidad y el desarrollo de la física”, ofrece una discusión acerca de la viabilidad de la tesis de inconmensurabilidad a partir del análisis de los términos teóricos “planeta”, “flogisto” y “masa” y su supuesta inconmensurabilidad. El autor asume que la tesis conocida como de dependencia contextual del significado se encontraría a la base de la noción de inconmensurabilidad, y se muestra cómo el análisis dimensional posibilitaría el uso simultáneo de “teorías inconmensurables” en un mismo dominio, lo que aportaría una dificultad difícilmente salvable para la teoría filosófica de la inconmensurabilidad.
La serie de trabajos culmina con el artículo de Mauricio Suárez, “Hacking Kuhn: los límites de la inconmensurabilidad”. El lector podrá encontrar, en este caso, una lectura de la obra de Kuhn en clave del movimiento del nuevo experimentalismo o escuela de Stanford. Si bien el análisis ofrecido no se centra sobre la noción de inconmensurabilidad, las implicaciones deben ser obvias para cualquier lector con una familiaridad mínima con la obra de Kuhn. La implicación importante y decisiva que se sigue de este trabajo es que los límites de la tesis de inconmensurabilidad vienen dados por el marco formal del conocimiento científico que es asumido y que, en el marco que provee el nuevo experimentalismo, la inconmensurabilidad se vería circunscrita al dominio de las teorías científicas y no afectaría a la mayor parte del conocimiento científico de tipo experimental.
La serie de trabajos publicados, tal como puede verse a lo largo de los breves resúmenes de cada uno de los artículos, retoma la discusión de algunos de los problemas tradicionalmente asociados a la tesis de inconmensurabilidad a la vez que incorpora nuevos elementos al debate.
La oferta, en la colección de artículos, es variada. Pueden encontrarse consideraciones acerca de la tesis de inconmensurabilidad y sus consecuencias en cuanto a la comparabilidad entre teorías empíricamente rivales. En este sentido, puede leerse acerca de la necesidad de considerar elementos externos a las teorías que permitan elucidar en qué consiste el que dos teorías sean rivales o se ocupen de lo mismo (como lo propondrá Díez), así como de establecer condiciones ontosemántica para la comparabilidad entre teorías (como lo considera Falguera).
Otra cuestión a mencionar corresponde al tratamiento de la inconmensurabilidad en vistas de los problemas propios de la organización taxonómica de la actividad científica, en el marco de cuyo tratamiento pueden encontrarse elementos de juicio adicionales a favor de la tesis kuhniana (tal como lo hace Gonzalo).
También se ofrecen nuevas líneas de crítica a la tesis de la inconmensurabilidad kuhniana basadas en las nociones de “traducción” y “referencia” (como ocurre en el trabajo de Moreno), tanto como nuevas consideraciones respecto de los supuestos ontológicos y epistémicos que podrían pensarse a la base de la tesis de inconmensurabilidad (como en el caso del trabajo de Rivadulla) o bien a la base de las críticas más importantes a la tesis de inconmensurabilidad en lo que respecta a la supuesta imposibilidad de traducir el lenguaje de una teoría al de otra (como puede leerse en el trabajo de C. Lorenzano).
A las anteriores discusiones se suma aquella en la que se reflexiona acerca de la inconmensurabilidad en Kuhn y su relación con una inconmensurabilidad en lo que respecta a las metáforas presentes en la ciencia (como lo hace Nudler), tanto como acerca de la distinción entre una inconmensurabilidad ontosemántica y una inconmensurabilidad axiológica (como lo hace Ransanz).
Por último, a partir de varios de los trabajos que la conforman, esta obra incorpora a las discusiones tradicionales acerca de la inconmensurabilidad la consideración de nuevos enfoques que podrían resultar muy útiles para un análisis más acertado de la idea de inconmensurabilidad y sus consecuencias. En tal sentido, puede leerse acerca de la problemática de los dominios de aplicación de las teorías y el análisis de la tesis de inconmensurabilidad en relación con el enfoque de estructuras parciales (como ocurre en el trabajo de Bueno), pero también acerca de una más precisa comprensión de la noción de inconmensurabilidad a partir de considerarla en términos de la concepción estructuralista de las teorías (como puede verse en los trabajos de Jaramillo y de P. Lorenzano) y, finalmente, acerca de la inconmensurabilidad desde el punto de vista del nuevo experimentalismo (como lo hace Suárez).
Finalmente, en cuanto al volumen como un todo, el análisis de la tesis de inconmensurabilidad abordado por cada uno de los autores, sumado a las distintas hipótesis que aparecen esbozadas y que encuentran, a medida que se avanza en la lectura de los trabajos, argumentos que las van precisando y reforzando, convierten a esta obra en un texto de escrutinio necesario debido al acertado ejercicio en cada uno de los artículos por actualizar el escenario de debate en torno a una de las más importantes tesis kuhnianas.
Notas
1 Para introducciones generales acerca de la noción de inconmensurabilidad y de su recepción, en las concepciones tanto de Kuhn como de Feyerabend, pueden consultarse los recientes trabajos de Bird (2011), Preston (2009), Oberheim & Hoyningen-Huene (2009) y Sankey (2006).
Referências
BIRD, A. Thomas Kuhn. In: Zalta, E. (Ed.). Stanford Encyclopedia of Philosophy. Stanford: Stanford University Press, 2011. Disponible en: <http://plato.stanford. edu/archives/fall2011/entries/thomaskuhn/>. Acceso en: 20 feb. 2013.
FEYERABEND, P. Explanation, reduction and empiricism. In: Feigl, H. & G. Maxwell (Ed.). Minnesota Studies in the Philosophy of Science. Minneapolis: University of Minnesota Press, 1962. v. 3, p. 28-97.
HOYNINGEN-HUENE, P. & Sankey, H. (Ed.). Incommensurability and related matters, Dordrecht: Kluwer Academic Publishers. 2001.
KUHN, T. S. The structure of scientific revolutions. Chicago: University of Chicago Press, 1962.
OBERHEIM, E. & P. Hoyningen-Huene. The incommensurability of scientific theories. In: Zalta, E. (Ed.). Stanford Encyclopedia of Philosophy. Stanford: Stanford University Press, 2009. Disponible en: <http:/ /plato.stanford.edu/entries/ incommensurability/>. Acceso en: 20 feb. 2013.
PRESTON, J. Paul Feyerabend. In: Zalta, E. (Ed.). Stanford Encyclopedia of Philosophy, Stanford: Stanford University Press, 2009. Disponible en: <http://plato.stanford.edu /entries/feyerabend/>. Acceso en: 20 feb. 2013.
SANKEY, H. Incommensurability. In: Sarkar, S. & J. Pfeifer (Ed.). The Philosophy of Science: An Encyclopedia. New York: Routledge, 2006. v. 1, p. 370-3.
María de las Mercedes O’Lery – Doctoranda de la Universidad Nacional de Quilmes. Consejo Nacional de Investigación Científica y Técnica. Argentina. E-mail: mercedesolery@yahoo.com.ar
[DR]
Trashumante | UAM/UDEA | 2013
Trashumante. Revista Americana de História Social ([Cidade do México], 2013) é uma publicação científica semestral da Divisão de Ciencias Humanas y Sociales da Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidade de Cuajimalpa, no México, e da Facultad de Ciencias Sociales y Humanas da Universidade de Antioquia, com sua sede em Medellín, Colômbia. A revista destina-se á comunidade académica nacional e internacional interssada nos problemas da historia social. Procura intensificar a comunicação, bem como promover a comparação e a produção do conhecimento historico em diversos países e regiões do continente americano. A revista procura aumentar a comunicação e promover a comparação e produção de conhecimento histórico em vários países e regiões das Américas.
Sua matriz é a história social, ou seja, a síntese de historiografia, atenta aos processos, atores, grupos e organizações sociais, o que está escrito em estreita colaboração com outras ciências sociais e humanas, por isso, está aberta ao diálogo com a história econômica, política e cultural.
A revista tem dois diretores, um conselho editorial e conselho consultivo integrados de forma plural por pessoas dentro e fora das editoras das universidades. A equipe editorial é responsável por garantir a qualidade do conteúdo da avaliação dos júris especializados.
Periodicidade semestral.
Acesso livre.
ISSN 2322 9675
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Las caras del águila: del liberalismo gaditano a la república federal mexicana, 1820-1824 | Ivana Frasquet
Fruto de tese de doutoramento defendida em 2004 na Universitat Jaume I de Castellón e dirigida por Manuel Chust, o livro de Ivana Frasquet é contribuição historiográfica de peso. Não apenas porque vivemos tempos de hiperprodutividade acadêmica a resultar, no campo historiográfico, em uma enormidade de superficialidades e efemeridades – situação acentuada pela recente onda de comemorações dos supostos bicentenários das independências da América espanhola, a mesclar pontuais verdadeiras contribuições acadêmicas com uma montanha de redundâncias ou de ideias apenas rabiscadas; mas, sobretudo, porque a obra de Frasquet é boa por ela mesma, feliz encontro de um tema extremamente relevante com uma pesquisadora de alto nível que o conhece tão bem quanto dele gosta.
A independência do Vice Reino de Nova Espanha e a subsequente formação do Estado nacional mexicano são pautas que há muitas décadas têm merecido atenção de grande número de cientistas sociais, sobretudo os historiadores. Muitos mexicanos, vários norte-americanos e canadenses, poucos europeus; dentre estes, os espanhóis delimitam um círculo mais restrito ainda. Um mérito de antemão ao estudo de Frasquet? Em parte sim; mas apenas em parte, já que a pretensão da autora – tanto em Las caras del águila como no restante de sua numerosa produção tematicamente a ela correlata – não é, simplesmente, tratar de um tema de que seus conterrâneos pouco trataram. Essa eventual postura, ao mesmo tempo presunçosa e ingênua, é a de muitos historiadores de muitas histórias de muitos países, mas não a de Frasquet. É como uma historiadora do chamado liberalismo hispânico e da história mexicana em seus desenvolvimentos oitocentistas que ela deve ser efetivamente tomada, e é por aí que sua obra segue.
Os grandes temas de uma historiografia nacional não se esgotam jamais, todos sabemos. O caso aqui presente não é diferente. Conforme bem mostraram avaliações ao mesmo tempo quantitativas e qualitativas da numerosíssima historiografia acerca da formação do Estado mexicano, reunidas por Alfredo Ávila e Virginia Guedea ainda antes dos bicentenários (La independencia de México: temas e interpretaciones recentes. México: UNAM, 2007), o muito que se fez mostra o muito que não se fez, e, claro, a permanente reinvenção de tal objeto historiográfico. Frasquet encontra em seu livro um filão original, apenas parcialmente explorado por uma historiografia pretérita e da qual em vários momentos ela se mostra tributária (a de autores como Nettie Lee Benson, Jaime E. Rodríguez e do próprio Manuel Chust): os impactos das experiências político-constitucionais espanholas peninsulares (logo hispânicas) na definição de um movimento histórico que, na América, levaria à formação do Estado nacional mexicano. A delimitação cronológica de sua obra implica uma circunscrição: a ela importa sobremaneira o que se passa entre a eclosão da segunda onda constitucional espanhola, em 1820 (com a pronta reunião de novas cortes nacionais nas quais a deputação da Nova Espanha desempenharia papel paradigmático), e a queda da efêmera experiência monárquica mexicana, com a proclamação da Ata Federal de 1823. Cádiz e as Cortes de 1810- 1814 se fazem fortemente presentes na análise, mas como manancial do que se passa nos momentos mais cruciais de definição da independência e da formação do Estado que realmente interessam à autora.
O tema e sua delimitação temporal, por si sós, impõem um corte documental à autora, que realiza, então, uma minuciosa e aprofundada leitura de debates parlamentares, madrilenhos e novohispanos/mexicanos (há outra documentação variada complementar). De tal leitura resulta uma análise do problema central que é, simultaneamente, uma narrativa, passo a passo, do que pensaram, disseram e fizeram homens atuantes naqueles espaços parlamentares, cruzada com o essencial do que, em termos políticos, se passava fora deles, na Espanha, na Nova Espanha e no México. Uma “história política” (que prefiro chamar, apenas, de “uma história focada no político”, sem qualquer pretensão categorial) que muitos consideram fora de moda em afãs novidadescos pouco dignos de nota, mas que obras como as de Frasquet contribuem para tornar incontornável.
Ao longo de oito capítulos cronologicamente sequenciados que agrupam as quase quatrocentas páginas da obra, recheadas de citações primárias, menos de citações secundárias (que, afinal, são secundárias), Frasquet nos oferece magnificamente os ritmos e as direções de uma política construída em espaços parlamentares, permeada de embates, contradições, meias-palavras e mudanças repentinas de posição, em meio à qual discerne, de modo enfático, os momentos em que o constitucionalismo espanhol de Cádiz e de Madri se metaboliza em um constitucionalismo agora americano, também mexicano, ao fim e ao cabo hispânico; por vezes, momentos até mesmo em que aquele constitucionalismo é continuidade, isto é, oferece parâmetro de ação, porto seguro para a prática política dos legisladores americanos.
Ponto fundamental de sua tese é a constatação de que a atuação dos deputados de Nova Espanha nas Cortes de Madri tenha se pautado, até junho de 1821, por sinceras tentativas de construção de uma entidade política que abrigasse tanto a Espanha quanto o que restava de seus antigos domínios americanos, em um arranjo político que contemplasse as demandas de autonomia – não de independência – que aqueles deputados expunham. Afinal, será do esgotamento desta alternativa, resultado de um errático processo de embates nas Cortes nos quais diferenças políticas até então concebidas majoritariamente como pequenas se transformaram em verdadeiras incompatibilidades entre peninsulares e americanos, que emergirá um senso de distinção entre espanhóis americanos novohispanos e peninsulares capaz de, aí sim, amparar um projeto de total separação entre as partes (o paralelismo com o caso lusoamericano salta aos olhos. Quem se arriscará a enfrentá-lo?). Uma vez voltados para a construção de um novo Estado, tais deputados, ao irradiarem uma experiência e um conjunto de saberes, inspirações e modelos a outros indivíduos que com eles passariam a atuar no legislativo mexicano, seriam o elo mais concreto a interligar Espanha e México, tecendo os fios de um constitucionalismo que lhes serviu de parâmetro de ação em meio aos turbulentos anos de 1822 e 1823.
De um autonomismo hispano-americano a um autonomismo provincial mexicano (base da república federal de 1824), passando por uma revolução de independência que redefiniu não apenas os agentes de uma questão nacional, mas sua própria natureza (embora Frasquet seja pouco cuidadosa no tratamento deste arcabouço teórico importante, sobretudo ao utilizar de modo impreciso o termo nacionalismo nos três primeiros capítulos do livro), eis a síntese de uma trajetória complexa, que aqui ganha especial concretude.
Para tanto, contribui a arquitetura geral da obra, assentada em uma permanente reiteração, ao longo do livro, da tese central de sua autora. Leiamos então, suas próprias palavras. Logo em sua “Introducción”, afirma, a propósito de uma das “pontas” de seu recorte cronológico: “La participación de los diputados americanos, novohispanos concretamente, en las Cortes de Madrid de 1820 será de gran importancia para la consecución de las aspiraciones autonomistas de este grupo” (p.19); e, quanto à outra “ponta”, que “a partir de aquí [1822], el liberalismo mexicano aglutinará a todas las facciones que, de uma manera u outra, estaban luchando por la independencia de México. Insurgentes, autonomistas, liberales, monárquicos, republicanos, federalistas, centralistas, etc., todos se unirán para conformar el Estado-nación mexicano, eso sí, partiendo del liberalismo hispano que la legislación doceañista y la Carta de 1812 habían dejado en herencia a los diputados novohispanos” (p.21.) Logo em seguida, um cauteloso e benéfico esclarecimento:
Con eso no queremos decir que toda la obra de los constituyentes mexicanos sea fruto de la legislación doceañista, ni mucho menos. Pero sí queremos resaltar el espacio que el liberalismo hispano, que no español, nacido de las Cortes de Cádiz tuvo en la formación del Estado-nación mexicano. Desde nuestra visión global, integradora e contextualizada, no se puede explicar Cádiz sin América, ni América sin Cádiz (p.21).
Tese exposta e devidamente circunscrita, Frasquet dá início ao seu empreendimento, repitamos, com o fôlego que ele exige; embora exigisse também um tratamento mais circunspecto e polissêmico de termos como liberalismo, federalismo e monarquismo, a respeitar uma dinâmica conceitual com a qual a autora não se preocupou (vide os trabalhos de outro historiador espanhol, Javier Fernández Sebastián, não aproveitados por Frasquet). Como quer que seja, vemos sua tese central reiterada em muitas passagens do texto, relativas a fenômenos específicos por meio dos quais revelar-se-iam formas pelas quais a América continuava a se fazer parte do mundo hispânico. Assim, por exemplo, em 1822 “la frustración autonómica había desembocado en un deseo de independencia sentado sobre las bases del constitucionalismo hispano desarrollado en Cádiz” (p.100); ou “la independencia había sido posible gracias al trabajo de los autonomistas mexicanos que tenían en las Cortes de Cádiz y en la Constitución de 1812 el legado político y parlamentário que formaba parte de su tradición hispana” (p.121); finalmente, “la Constitución de 1812 y sus leyes eran el referente legislativo y liberal de los diputados mexicanos en la construcción de su próprio Estado-nación” (p.199), afirmação reiterada tal qual para o que ocorria em março de 1823 (p.291-292), quando “continuaba así el liberalismo mexicano el caminho iniciado en Cádiz sobre la concepción de los poderes” (p.300).
Em suma, Cádiz seguia siendo útil para sentar las bases de la construcción del Estado-nación mexicano, ¡en 1823! Y en un Estado que, como se insinuaba en el último artículo [das proposições apresentadas ao congresso mexicano em 07 de abril], caminaba hacia formas monárquicas de gobierno. ¿Sería eso posible? (p.307).
A aparente perplexidade da autora perante o que ela observa e as interjeições de seu discurso possuem função retórica, para enfatizar a validade de sua tese central, da qual, aliás, o leitor dificilmente discordará. Ponto positivo, talvez o mais importante. No entanto, após repetidas reiterações que nos acompanham até as última página do último capítulo – o livro de Frasquet não possui “Conclusões” formalmente compostas – algo parece ter mudado nessa tese. Progressivamente, o que fora enunciado na “Introducción”, primeiro ganha pertinência – com as consistentes demonstrações empíricas da autora –, para logo se converter em abandono de cautela e em ênfase excessiva. Ora, repitamos: há aqui um corte documental, que implica obviamente na segmentação de uma história (e não há outro modo de torná-la História). A formação do Estado mexicano se explica parcialmente pela continuidade modificada de conteúdos advindos das experiências constitucionais hispânicas. Com isso, certamente Frasquet se mostrará de acordo; de nossa parte, tal afirmação deve soar como uma valorização do que ela própria afirmou à p.21 (supra), e que parece ter ficado para trás à medida que seu livro caminha para o final. Algumas coisas se explicam por aí, muitas e fundamentais, mas claro que nem tudo.
É possível que esta crítica esteja antes confinada à análise formal do discurso de Frasquet do que ao grosso de sua análise histórica. De todo modo, suas conclusões corroboram a percepção desse progressivo abandono de cautela na reiteração de sua tese. Nas últimas páginas do capítulo 8, ainda é possível ler-se, sem freios, que “a la altura de 1823 con la forma republicana declarada, las províncias levantadas en pro de su soberania, con los españoles todavia en suelo mexicano, con la discusión sobre federalismo o centralismo… ¡la Constitución doceañista y toda la legislación hispana emanada de las Cortes de Cádiz y de las de Madrid eran todavia punto de referencia para la construcción del Estado-nación mexicano!” (como discordar da autora? Ao mesmo tempo, como não sentir falta de um matiz do tipo um dos pontos de referência importantes…?). E no último parágrafo do livro, deparamo-nos com uma dura crítica a “algunos autores” que teriam realizado análises da “herencia liberal hispana” na formação do México “desde el presentismo, desde el conocimiento de como sucedieron los hechos en décadas posteriores y desde otras ciencias no históricas”, e que supostamente resultariam na impossibilidade de “que valoremos en su justa dimensión el impressionante cambio revolucionário que el liberalismo produjo en las sociedades del Antiguo Régimen” (p.367).
É razoável restringir o bom da historiografia ao que historiadores, digamos, de formação formal, fizeram? Ou imputar a todos os autores diretamente mencionados – José Antonio Aguilar, Roberto Breña, Rafael Rojas e Alfredo Ávila, referidos em rodapé, mas apenas parcialmente também na bibliografia final, e de posturas historiográficas bastante diferentes entre si – a pecha de anacrônicos? Minhas respostas são ambas negativas. Inclusive por que vejo em tais autores méritos e posturas em muitos casos perfeitamente compatíveis com muito daquilo que há no livro de Frasquet. Por exemplo, no fato de também eles (todos) terem se preocupado com as experiências constitucionais de Cádiz e de Madrid “lá” e “cá”, jamais confinando os escopos de suas também excelentes análises aos limites geográficos ou intelectuais desenhados pelo nacionalismo historiográfico mexicano (o que, aliás, esvazia a mal-humorada crítica historiográfica realizada por Jaime Rodríguez em seu “Prefacio” a Las caras del águila). Mérito de todos os aqui citados; méritos, aliás, de muitos outros, por toda a parte, voltados às independências e às formações estatais nacionais a elas subsequentes.
Esse antagonismo entre o que se apresenta em Las caras del águila e o que se apresentou antes dele não implode, sequer esvazia muitos de seus méritos, alguns dos quais sequer mencionei – ou teria condições de mencionar – aqui. Se várias de suas passagens, marcadas por um desmedido embate historiográfico, dão a impressão de uma tese em tom excessivo e fecham portas ao debate, todo o resto abre muitas e muitas outras, função última de obras historiográficas reveladoras, pujantes e importantes, qualidades últimas – repitamos – a definirem o livro de Frasquet.
João Paulo Garrido Pimenta – Professor no Departamento de História da Universidade de São Paulo (FFLCH/USP – São Paulo/ Brasil). E-mail: jgarrido@usp.br
FRASQUET, Ivana. Las caras del águila: del liberalismo gaditano a la república federal mexicana, 1820-1824. Castelló de la Plana: Publicacions de la Universitat Jaume I, 2008. Resenha de: PIMENTA, João Paulo Garrido. A formação do México, entre a Espanha e a América. Almanack, Guarulhos, n.3, p.152-156, jan./jun., 2012.
Camino a Baján | Jean Meyer
Alguns meses depois, diante do pelotão de fuzilamento, o padre Miguel Hidalgo tinha de recordar aquele dia em que conclamou seus fiéis, às portas da igreja de Dolores, em Guanajuato, a lutar por uma liberdade que parecia simultaneamente óbvia e difícil. Com o estandarte da Virgem de Guadalupe na mão, Hidalgo transformou o 16 de setembro de 1810 num marco da luta pela independência do México. Ele também iniciava, ali, aos 57 anos, uma impressionante transformação pessoal, que o colocaria na história e que, para o bem e para o mal, redefiniria o sentido de sua fé. O sucesso da ação emancipacionista parecia, no princípio, inevitável, mas as reações dos realistas e da Igreja, a guerra brutal, as traições, as idas e vindas da política, com suas muitas armadilhas, fizeram com que sua trajetória fosse breve e trágica: em março de 1811, o padre foi preso e, em quatro meses, julgado, condenado e executado. Um pouco antes, porém, de enfrentar o pelotão, Hidalgo sentiu os últimos prazeres da comida e da oferta: tomou seu chocolate – reclamando do parco leite que justo no dia da morte lhe serviam—, caminhou até o paredão e então se lembrou dos doces que esquecera no quarto. Parou, pediu que os buscassem e esperou. Quando os trouxeram, retomou seu caminho, comeu alguns deles e repartiu os demais com os soldados que o executariam. Convictamente. Serenamente.
É apenas aparente, no entanto, a tranquilidade do Hidalgo que Jean Meyer nos apresenta numa surpreendente ficção histórica: Camino a Baján (México: Tusquets, 2010), romance que parte da história, dialoga ininterruptamente com ela, retorna a ela. Uma primeira versão do livro saíra em 1993 com o título de Los tambores de Calderón (México: Editorial Diana). Ambos os títulos mencionam lugares decisivos para o desfecho da luta de Hidalgo e metaforizam seu fim: a Ponte de Calderón, onde teriam rufado os tambores, foi o local da decisiva derrota que levou o padre a fugir na direção dos Estados Unidos; Acatita de Baján, a meio deserto, foi a cidade em que o aprisionaram. Seu caminho para Baján é, portanto, mais do que uma fuga; é uma marcha para a morte.
Jean Meyer não buscou Hidalgo por acaso. Pesquisador da história do México e membro da Academia Mexicana de História, já escreveu dezenas de trabalhos sobre temas distintos e próximos, como a Revolução de 1910, as relações entre Estado e Igreja, as revoltas dos cristeros, o sinarquismo e as lutas camponesas. Publicou, em 1996, uma breve biografia de Hidalgo (México: Clio). Circundou o personagem, portanto, cercando-se de farta documentação e de denso levantamento bibliográfico, para traduzir a figura e a trajetória do padre numa ficção.
O livro é de leitura agradável, dispensa esclarecimentos e notas que justifiquem ou legitimem suas afirmações, solta-se dos rigores acadêmicos e historiográficos, inventa seu próprio estilo, valoriza a dimensão imaginativa e cogita possibilidades históricas de incabível comprovação. Meyer combina o discurso indireto e as descrições – registros habituais da historiografia – com discurso direto ou indireto livre, marcas correntes da ficcionalização. Atenua, dessa forma, o efeito da narração em terceira pessoa e da preocupação de assegurar, com seus longos trechos informativos, que o leitor acompanhe o movimento da história e se certifique da veracidade de muitos dos fatos apresentados. Tal compromisso com a verossimilhança aproxima Camino a Baján do romance histórico tradicional, ao mesmo tempo que demonstra o reconhecimento do primado da literatura em relação à história, dada sua capacidade de sondar o que poderia ter acontecido, mas não aconteceu, e não apenas de se ater ao que foi efetivamente vivido.
A obra, no entanto, tem outro lado – historiográfico – porque, embora se trate de um romance, o autor não o escreve apenas como ficcionista. Recorre a estratégias da narrativa de imaginação, mas mantém os pés solidamente fincados no terreno da pesquisa histórica. Recorre fartamente à documentação do período, hesita em se lançar a especulações carentes de sustentação ou em produzir mitificações baldias. Ou seja, ao mesmo tempo que Meyer se preocupa em construir um relato organizado e articulado sobre os últimos meses da vida do padre Hidalgo, ele também evita as simplificações que tanto a história quanto a ficção muitas vezes produzem quando privilegiam a fluidez do relato em detrimento de sua densidade e se isolam em rituais endogâmicos. Ao rejeitar as barreiras que separam as narrativas e situar sua obra na fronteira entre a ficção e a história, o autor se vale das vantagens de ambas e, mais importante, das perspectivas inesperadas e inusuais que o diálogo entre elas oferece. Fronteiras disciplinares ou narrativas, afinal, não são apenas – nem prioritariamente – espaços de separação; ao contrário, são zonas de transição, de porosidade. Nelas, as características mais destacadas de cada lado podem se atenuar e cresce a oportunidade da contaminação, da mistura. Manifesta-se, de maneira categórica, a necessidade de reconhecer a presença do outro e sua perspectiva distinta.
Num livro importante, Carlo Ginzburg (Olhos de madeira. São Paulo: Companhia das Letras, 2001) recorre a uma metáfora de Marcel Proust para defender o valor dos diálogos disciplinares e metodológicos e recusar a banalização da realidade – e, em decorrência, das representações que se fazem a partir dela. O historiador italiano lembra do esforço de um personagem de Em busca do tempo perdido, “para expor as coisas não como ele sabia que eram”. Ele é pintor e pinta “ao revés”: escapa do óbvio, de si mesmo, e assume a perspectiva que lhe é inversa com todas as suas possibilidades. A representação do presente ou do passado —nos ensinam Proust e Ginzburg— é, assim, aprimorada pelo “estranhamento” que podemos sentir ao olhar para um tempo, um episódio ou processo histórico, um personagem. Não é diferente quando encaramos um tipo de narrativa a partir de terreno distinto, quando nossa perspectiva da história é orientada pelo prisma da ficção, ou vice-versa. Em outras palavras, as implicações cognitivas do “olhar de fora”, da distância, nos ajudam a evitar os relatos simplistas, os reducionismos de quaisquer ordens, os tão convenientes, limitados e insuficientes esquemas explicativos. Elas alargam a compreensão e aprofundam o necessário caráter interpretativo e crítico da história.
O Hidalgo de Camino a Baján ilustra com precisão tal movimento. Ele não é apenas o idealista corajoso, o religioso com preocupações sociais ou o emancipacionista convicto que muitos relatos sobre a independência do México sugerem. O Hidalgo de Meyer é um personagem bem mais complexo; é um mito disposto a agir, capaz de enfrentar forças e instituições extremamente poderosas e de acreditar no valor intrínseco de sua ação, mas é também um homem entre homens, perdido na confusão cotidiana, sujeito a instabilidades e temores, um homem tantas vezes hesitante, tantas vezes angustiado. Sua serenidade, expressa no gesto final de comer e partilhar doces, era, de fato, simples aparência. Uma angústia mais funda e mais crua cortava a imaginação e a consciência religiosa e humanista do padre: por que tanta violência, por que tanto sangue na busca da liberdade? Por que a revolução precisava se alimentar continuamente da morte?
Esse Hidalgo – no meio do caminho entre a história e a ficção – convive, sobretudo, com uma profunda divisão interna, que o atormenta: ele se arrepende de muito do que fez, arrepende-se da escolha do caminho da revolução, da violência desmedida, dos incontáveis mortos que sua ação foi deixando para trás no caminho rumo à própria morte. A entonação humanista de sua dúvida atinge o leitor e amplia a ambiguidade: a luta pela justiça pode ser injusta, a busca da igualdade pode resultar iníqua? Eis um mistério talvez tão profundo quanto os da fé que em suas orações o padre preservava e, nas pregações, difundia. Qual é o caminho, então, para que nos libertemos e sejamos capazes de reconhecer a nós mesmos e aos próximos?
A história da independência do México não oferece respostas, pelo menos à primeira vista. O destino de Hidalgo foi exemplar, da mesma forma que o foram os de outros líderes da luta contra a Espanha: José María Morelos morreu igualmente fuzilado, assim como Ignacio Allende, Vicente Guerrero e até o instável Agustín de Iturbide. O redemoinho da história consumiu-os, um a um. A luta emancipacionista para além do sul do México tampouco poupou de morte triste e de aflições profundas outros líderes políticos e militares: é quase inevitável, durante a leitura do livro de Meyer, relembrar a agonia final e a dilaceração íntima de Simón Bolívar, patente em suas últimas cartas e reconstituída com vigor na biografia fictícia em que Gabriel García Márquez o representou (O general em seu labirinto. Rio de Janeiro: Record, 1989).
As respostas para a busca da liberdade e do autorreconhecimento – se existirem – estão na capacidade de visitar e revisitar o passado ininterruptamente, de questioná-lo, de investigar as opções políticas e históricas feitas pelos personagens ilustres e pelos personagens comuns. Essas respostas só podem vir do reconhecimento da complexidade de todo trabalho de representação e da percepção dos inúmeros desvãos que ele nos oferece. Da aceitação de que a realidade é prolixa – envolvida pela neblina do passado – e intangível em sua plenitude, da mesma forma que nenhuma justiça presente ou passada é pura e completa. De que a iniquidade é multifacetada e misteriosa.
Era inevitável que um autor como Jean Meyer, com a obra historiográfica consistente e significativa que já produziu, ao visitar a ficção, o fizesse de forma admirável e não se limitasse a escrever – o que, reconheçamos, não seria pouco – uma boa biografia imaginativa de um dos personagens mais instigantes da história latino-americana. Ultrapassando o terreno da história, Camino a Baján nos oferece uma ótima leitura e uma reflexão profunda sobre o terreno amplo, fértil e atraente das relações e contaminações entre ficção e história.
Júlio Pimentel Pinto – Professor no Departamento de História da Universidade de São Paulo (FFLCH/USP – São Paulo/ Brasil). E-mail: juliop@uol.com.br
MEYER, Jean. Camino a Baján. México, D.F: Tusquets, 2010. Resenha de: PINTO, Júlio Pimentel. O mistério da iniquidade. Almanack, Guarulhos, n.3, p. 157-159, jan./jun., 2012.
Las Casas del Alma: Maquetas arquitectónicas de la antigüedad (5.500 a.C./300 d.C.) – Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CA)
CENTRE DE CULTURA CONTEMPORÀNIA DE BARCELONA (Org.). Las Casas del Alma: Maquetas arquitectónicas de la antigüedad (5.500 a.C./300 d.C.). Barcelona: Editora Institut d’Edicions Diputació de Barcelona, 1994; SCHÁVELZON, Daniel. Treinta Siglos de Imágenes: Maquetas y Representaciones de Arquitectura en México y América Central Prehispánica. Buenos Aires: Editora Fundación Cepa, 2004. Resenha de: PESSIS, Anne Marie; MAIOR, Paulo Martin Souto. Clio Arqueológica, Recife, v.26, n.1, 2011.
Autores
No livro Las Casas del Alma: Maquetas arquitectónicas de la antigüedad (5500 a.C./300 d.C.), os artigos foram escritos por vinte e dois autores com formação em Arquitetura, Arqueologia, Engenharia, História, Letras Clássicas, Artes Plásticas e Filosofia. Em comum entre eles, estão os temas de suas teses de doutorado ou das pesquisas realizadas sobre a análise de representações arquitetônicas e urbanas da antiguidade. Em contrapartida, Treinta Siglos de Imágenes foi escrito por Daniel Schávelzon, professor da Universidade de Buenos Aires com formação em Arqueologia.
Estrutura, conteúdo e conceitos
O catálogo da exposição Las Casas del Alma — que ocorreu em 1994 em Barcelona e exibiu miniaturas, relevos, estuques, mosaicos, papiros e pinturas murais de representações arquitetônicas e urbanas — está dividido em duas partes. A primeira contém seis capítulos separados por culturas e áreas geográficas: Maquetas y planos del mundo antiguo occidental; Egipto; Mesopotâmia; Grécia; Roma; e El valor de la antiguedad. A segunda apresenta as fotografias e as fichas descritivas dos vestígios da exposição.
Dos quatorze capítulos do livro Treinta Siglos de Imágenes, os três primeiros são conceituais e introdutórios e os demais onze referem-se às tipologias das representações arquitetônicas relacionadas às áreas geográficas nas quais foram encontradas: Las Maquetas prehispánicas y sus interpretaciones; Imágenes de poblados y su entorno; Las primeras representaciones de la arquitectura; Las maquetas de Mezcala; Las maquetas zapotecas y mixtecas; Teotihuacán: maquetas prefabricadas, dibujos y pinturas murales; Las maquetas de Nayarit, Jalisco y Colima: la imagen de la vida cotidiana; El Oriente de México: maquetas, templos en miniatura, relieves y grabados rupestres; Los mayas y sus diversas formas de representar la arquitectura; La arquitectura pintada en las cerámicas y muros mayas; Las maquetas del altiplano mexicano; Las maquetas aztecas; Las maquetas en Mesoaméricas: hipótesis e interpretación e Las maquetas en Sudamérica.
O catálogo Las casas del Alma diferencia-se de Treinta siglos de Imágenes pela diversidade da formação dos autores e por isso não pode ser visto como um texto unitário.
Dessa forma, Jeam Píer Adam, conhecido por seu livro La Construcion Romana: Materiales y Técnicas, faz um relato sobre as diferentes representações arquitetônicas da antiguidade que podem ter as funções de projeto, místicas e ou até anedóticas.i Golvin e Vergniex reproduzem o santuário do grande templo de Aton, através de um modelo informático em três dimensões, a partir de gravuras nas tumbas de Amarna.ii Wilson, em outro artigo, propõe a utilização das miniaturas como subsídios para se compreender os Dez livros de 197 Arquitetura de Vitruvio.iii E Harth propõe até relações simbólicas com projetos modernista do início do século XX.iv Em contrapartida, Muller evoca o aspecto decorativo e figurativo desses vestígios.v Num enfoque semelhante, Bartoli afirma que as maquetes são modelos inspirados em tipologias reais.vi Dessa forma, e no contexto geral da publicação, os artigos não analisam necessariamente as peças da exposição de 1994. Alguns desses textos são tentativas teóricas e interpretações com conclusões improváveis ou inócuas, especialmente em virtude da falta de subsídios ou de dados arqueológicos mais consistentes.
Comparativamente, Schávelzon adverte no início de seu livro que o acúmulo de hipóteses nos vários trabalhos referenciados impede uma única interpretação das miniaturas e, portanto, tenta estabelecer interpretações específicas para cada cultura.vii Assim, em Puebla, no México, algumas delas seriam modelos de prédios reais. Ou então, no caso olmeca, representariam construções da realeza.viii Caso mais explícito das que se encontraram em Mezcala e que teriam um significado simbólico de morada após a morte.ix Essa é a intenção maior do seu livro: a busca de hipóteses de interpretação dos significados e símbolos desses vestígios arqueológicos.
Em conjunto, os dois livros são válidos na medida em que registram as técnicas, os materiais e a estética das próprias miniaturas das representações arquitetônicas. Valem pelo caráter inventarial. Entretanto, as interpretações e justificativas funcionais são especulações ou suposições que, em alguns casos, carecem de base científica sólida. Mesmo assim, o contraponto geográfico e cronológico dos livros América pré-hispânica (Norte e Central) e o Velho Mundo entre 5.500 a.C. e 300 d.C. (Europa, Norte da África e Mesopotâmia) tornam esses textos complementares e obras de referência para a Arqueologia, uma vez que apresentam algumas tipologias arquitetônicas e urbanas que desapareceram e, portanto, se conhecem apenas através desses vestígios.
Notas
i ADAM, Jeam Pierre. 1994. “Dibujos y maquetas: la concepción arquitectónica antigua”, 25–34.
ii GOLVIN, Jean-Claude, VERGNIEX, Robert. 1994. “Primer análisis para la elaboración de una maqueta electrónica del santuario del gran templo de Atom en Amarna”, 35–40.
iii JONES, Mark Wilson. 1994. “Los procesos del diseño arquitectónico: comprender a Vitruvio a partir de los dibujos y maquetas romanos”, 119–128.
iv HARTH, Carlos Guri. 1994. “Signos de abstracción e imágenes invariantes”, 150–156.
v MULLER, Béatrice. 1994. “Las maquetas arquitectônicas del Próximo Oriente Antíguo: usos y significados”, 54–61.
vi BARTOLI, Gilda. 1994. “Las urna en forma de Cabaña de la protohistoria lacia y etrusca, y sus relaciones con la arquitectura real”, p. 111–118.
vii SCHÁVELZON, 2004: 36.
viii SCHÁVELZON, 2004: 46.
ix SCHÁVELZON, 2004: 77.
Anne Marie Pessis
Paulo Martin Souto Maior
[MLPDB]Produccíon artesanal y especializada en Mesoamérica. Áreas de actividad y procesos productivo – MANZANILLA; HIRTH (CA)
MANZANILLA, Linda R.; HIRTH, Kenneth (Orgs.). Produccíon artesanal y especializada en Mesoamérica. Áreas de actividad y procesos productivos. México: – Instituto Nacional de Antropología e Historia, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Antropológicas, 2011. 316p. Resenha de: MORAGAS, Nathalia. Clio Arqueológica, Recife, v.26, n.2, 2011.
Linda Manzanilla es una destacada investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Tiene una dilatada experiencia en investigaciones arqueológicas en México, Egipto, Turquía y Bolivia, entre otros lugares. Su área de interés principal reside en Teotihuacan pero sus investigaciones y ha llevado profundizar sobre aspectos del surgimiento y desarrollo de las formaciones estatales tanto en esta ciudad como en las otras áreas geográficas mencionadas. Asimismo, su línea de investigación privilegia interdisciplinariedad en la investigación de la vida doméstica lo que le ha permitido articular una metodología propia para la excavación arqueológica de dichos contextos.
Kenneth G. Hirth es Profesor del departamento de antropología de la universidad de Pennsylvania. Suárez interés es el desarrollo del estado en el mundo prehispánico enfocado sobretodo el estudio de la economía de la antigüedad. Tiene una amplia experiencia en investigaciones arqueológicas orientadas al registro cartográfico y el estudio de talleres artesanales. Sus investigaciones se han centrado en el problema de la producción, la distribución y el consumo de recursos y productos, tanto en contextos domésticos como de élite. Sus investigaciones se han desarrollado principalmente en el altiplano central de México pero también ha participado en proyectos en Honduras, Guatemala, Perú, Turquía, y Norteamérica.
Si estos dos investigadores aúnan esfuerzos para dirigir y editar una publicación que trate sobre la producción artesanal en Mesoamérica sólo podemos augurar que es un libro de gran interés para todos aquellos que trabajen en concreto el altiplano mexicano y en 446 General para todos aquellos que estén interesados en los procesos de producción artesanal de las sociedades antiguas.
En arqueología, la naturaleza e importancia de la producción artesanal especializada es reflejo del desarrollo de las sociedades complejas y de la complejidad cultural. En el caso mesoamericano dicho proceso no es una excepción y nos permite inferir modos de organizaciones sociales, económicas e ideológicas dentro de las sociedades en que se inserta. Cuando la producción artesanal supera el nivel de subsistencia de los conjuntos domésticos y de venir si no cuestión de estado, sí que de un elemento clave para el desarrollo urbano y territorial.
Este volumen recoge 10 propuestas metodológicas desde la arqueología experimental y la observación de huellas de manufactura y uso bajo el microscopio, con el fin de sustanciar el estudio sobre la producción de objetos, las tradiciones tecnológicas y los estilos en varios estudios de caso escritos por destacados investigadores de instituciones mexicanas y estadounidenses. Todo los capítulos de libro están firmados por investigadores que actualmente desarrollan dichos trabajos por lo que la actualidad de los datos y las informaciones son un aspecto positivo a valorar. Las áreas de estudio van desde Teotihuacan, las minas de obsidiana de la Sierra de las Navajas en Hidalgo, el valle de Oaxaca, Xochicalco, Puebla, Templo Mayor de tenochtitlan y Otompan y abarcan un amplio período cronológico que va des del clásico hasta los años previos a la conquista. Los materiales analizados van desde el trabajo de la concha, la lapidaria, la obsidiana y las figurillas de cerámica pero también muestran avances en el estudio de otros materiales más complejos identificar en el registro arqueológico como son la producción de la sal o los atavíos rituales de las vestimentas de los miembros de las élites que por su carácter perecedero (plumas, algodón …) son mucho más complejos de apreciar y analizar.
Cabe destacar además, el capítulo introductorio en donde Kenneth G. Hirth hace un análisis teórico- metodológico de los dos diferentes acercamientos que se utilizan para el estudio de la producción artesanal. El primero, es el acercamiento contextual, el cual examina la escala, organización integración de la producción en el contexto social donde se realizan trabajo, y para lograrlo analiza la ubicación y cantidad herramientas y desechos de manufactura recuperados en contextos de producción (pag14). El segundo, es el acercamiento tecnológico, que analiza la tecnología empleada para practicar la artesanía. De esta manera, mediante la comprensión de los procesos de producción, los arqueólogos obtener una mejor apreciación y entendimiento de las habilidades necesarias para manufacturar objetos completos (pag 14).
El libro es académicamente relevante ya que como hemos dicho no tan sólo proporciona mayores datos sobre aspectos específicos de las culturas del Altiplano mexicano sino que nos permite tener un marco de análisis comparativo teórico – metodológico aplicable a otras culturas del pasado.
Natalia Moragas – Universitat de Barcelona
https://periodicos.ufpe.br/revistas/clioarqueologica/article/view/246704/35679
[MLPDB]Trama de una guerra conveniente: Nueva Vizcaya y la sombra de los apaches (1748-1790) – ORTELLI (Tempo)
ORTELLI, Sara. Trama de una guerra conveniente: Nueva Vizcaya y la sombra de los apaches (1748-1790). México, D.F.: El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, 2007. 259 p. Resenha de: GARCIA, Elisa Frühauf. De protagonistas a coadjuvantes: a ameaça “apache” na província de Nueva Vizcaya (Norte do México, segunda metade do século XVIII). Tempo v.13 no.26 Niterói 2009.
A partir de rigorosa pesquisa documental, acompanhada de fina interpretação histórica, Sara Ortelli desmonta, passo a passo, alguns dos pressupostos estabelecidos sobre a história da província de Nueva Vizcaya, norte do México, durante a segunda metade do século XVIIII. Até então, as análises sobre o período estavam calcadas nas ameaças dos índios hostis à sociedade colonial, personificados nos “apaches”, considerados o principal elemento para compreender a atmosfera de perigo e violência evidenciada na documentação.
Analisando uma vasta gama de fontes, localizadas em arquivos no México e na Espanha, a autora busca perceber como surgiram e a quem serviam os informes sobre a iminência de um ataque dos índios. Inserindo a pesquisa na conjuntura específica da segunda metade do século XVIII, Ortelli aponta a aplicação das medidas bourbônicas, orientadas ao maior controle do poder central sobre áreas que até então gozavam de relativa autonomia, como um dos elementos explicativos para a irrupção não da violência em si, mas dos reclames generalizados sobre o perigo representado pelos “apaches” e pela sensação de insegurança vigente na província. Em sua argumentação, a aplicação dessas medidas ameaçaria o lugar ocupado por alguns dos principais membros das elites locais, que exerciam cargos relacionados à manutenção da segurança da região, especialmente nos fortes destinados ao controle da fronteira. Muitos dos seus membros, que alardeavam o perigo “apache”, mantinham com esses índios relações bastante próximas, incluindo trocas comerciais, colaboração em atividades militares e laços pessoais. Assim, “a exaltação do perigo da guerra (tanto em seu aspecto real como potencial e imaginário) e a presença do inimigo (tanto em seu caráter de perigo efetivo, como mediante sua construção como perigo iminente) serviram para sustentar interesses, justificar situações e defender privilégios” (p. 51).
Além desses agentes, beneficiários diretos da manutenção da atmosfera de violência, surgem outros grupos e as relações sociais se complexificam, à proporção que uma leitura atenta dos documentos vai descortinando novos sujeitos, estratégias diferenciadas e incertezas no seio da própria administração. Os administradores coloniais, especialmente os designados em função da aplicação das medidas bourbônicas e, em alguns momentos, desconfiados que os alardes sobre a insegurança poderiam estar sendo usados como subterfúgios, organizaram expedições para averiguar a real dimensão do perigo “apache”. Nessas expedições, foram raros os momentos em que de fato se depararam com “o inimigo”, embora a simples possibilidade disto acontecer era suficiente para encher de temor os seus integrantes, devido aos rumores sobre a ferocidade dos “apaches” e seus hábitos supostamente antropofágicos.
Os funcionários reais, além de divisarem um território onde as ameaças não eram onipresentes, mas meramente circunstanciais, quando se deparavam com bandos que praticavam ataques orientados ao roubo de rebanhos, não encontravam exatamente os “apaches”, mas grupos heterogêneos, compostos por indivíduos de origens diversas. Dentre eles havia espanhóis, italianos, membros das “castas”, africanos e seus descendentes, além de índios fugidos, temporária ou definitivamente, dos pueblos.
Os roubos de animais também eram praticados por outros grupos, denominados especificamente como abigeatários. Para a autora, longe de ser uma prática ocasional, o abigeato era uma atividade a qual alguns grupos se dedicaram ao longo de anos e de gerações sucessivas. Seus membros muitas vezes estavam interligados por redes de parentesco e laços pessoais, tanto verticais quanto horizontais, que viabilizavam a continuidade da prática e certa imunidade diante de possíveis condenações pelos roubos. Ao constatar que, uma vez aprisionados, esses homens não eram condenados pela justiça, Ortelli demonstra as suas relações com integrantes das famílias de elite da região, que os vinculavam à sociedade local e transformavam suas práticas em algo estrutural na província. Novamente a autora discorda frontalmente com interpretações consolidadas na historiografia, que imputavam tais roubos a situações de instabilidade política e econômica ou à “desordem” social por ocasião da independência.
As expedições de reconhecimento e a maior percepção sobre a realidade local trouxeram aos funcionários reais uma conclusão surpreendente: as ameaças na região não provinham de grupos localizados fora da sociedade colonial, como no caso dos “apaches”, mas eram formadas pelos habitantes das vilas e povoados da província. Por outro lado, a complexa teia de interesses por trás dos roubos e as dificuldades encontradas para efetivamente visualizar quem eram afinal os responsáveis pelos mesmos, assim como para puni-los uma vez descobertos, demonstraram também os limites para a aplicação das medidas formuladas na corte. Ao tentarem aplicar as medidas bourbônicas, os agentes do rei encontraram uma sociedade com uma dinâmica própria, articulada de acordo com privilégios adquiridos, cujos beneficiários não seriam facilmente alijados e/ou remanejados para satisfazer os macro-interesses geopolíticos, administrativos e econômicos do Império espanhol.
Os “apaches” propriamente ditos, apesar de raramente divisados pelos funcionários reais, participavam da cadeia de roubos como receptadores dos gados e dificilmente como perpetradores dos assaltos aos rebanhos. Em troca do gado, ofereciam peles e uma mercadoria importante para o desempenho das atividades dos bandos: roupa “tipicamente apache”. Munidos dessas vestimentas e com o rosto pintando com carvão, os integrantes dos bandos praticavam os assaltos com a intenção de que fossem atribuídos aos “apaches”. O disfarce tinha ainda outra função: dificultar a sua identificação, pois muitos deles faziam parte da sociedade colonial e temiam ser reconhecidos enquanto praticavam tais atividades.
Ao abordar os índios aldeados e sua interação com os demais segmentos da sociedade colonial, a autora enfrenta questões importantes e atuais nos estudos sobre a temática. Analisando a sua mobilidade, inclusive a participação em atividades consideradas ilícitas, demonstra como a existência de duas repúblicas distintas, de espanhóis e de índios, era uma representação idealizada que pouco condizia com a realidade da província. A despeito disto, tal representação continuava a ser usada pelos espanhóis para perceber a sociedade em que viviam e orientava a formulação de medidas que buscavam intervir na mesma. Os aldeados, por sua vez, apesar das representações idealizadas que os circunscreviam ao espaço dos pueblos e controlados pelas ordens religiosas, possuíam amplas relações sociais e econômicas fora dos aldeamentos e a opção por ir e vir dos mesmos era uma possibilidade manejada por muitos deles. Além de não estarem rigidamente apartados da “república de espanhóis”, mantinham ainda relações com os índios não inseridos na sociedade neovizcaína, como os próprios “apaches”. Tais relações foram interpretadas pelos funcionários reais como uma desagregação da “república de índios”, principalmente após a expulsão dos jesuítas dos domínios americanos. Neste ponto, Ortelli novamente destaca o descompasso entre a representação do mundo colonial e seu funcionamento efetivo, pois essas relações eram anteriores ao estabelecimento dos espanhóis na região e se mantiveram ao longo do tempo, ainda que reformuladas e ressignificadas.
Como demonstrado também por estudos em várias regiões da América portuguesa, as relações dos diferentes grupos indígenas entre si e suas interações com a sociedade colonial eram dinâmicas e orientadas, na medida do possível, pelas suas próprias demandas. Assim, apesar das tentativas dos colonizadores de classificar de maneira estanque as populações indígenas a partir dos diferentes mecanismos de sua inserção na sociedade colonial, suas relações eram marcadas pela fluidez, variando de acordo com a reformulação de suas demandas diante das oportunidades e desafios enfrentados em diversas conjunturas.1
Outro aspecto importante levantado pela autora é a interpretação vigente em certa historiografia que considerava os ataques, entendidos como protagonizados pelos índios, como uma manifestação de resistência à sociedade colonial. De modo um pouco genérico, essa resistência era entendida como ataques deliberados contra o “sistema colonial”, destinados a miná-lo, expulsando os espanhóis e retomando o domínio sobre o território que teria sido dos índios antes da conquista. Longe disso, os roubos, assim como as eventuais violências deles decorrentes, eram um elemento estrutural daquela província, cujos envolvidos pertenciam a diferentes estratos sociais. Assim, não eram iniciativas contra o “sistema colonial”, mas existiam em função do mesmo. Esta questão é demonstrada a partir da convergência entre os períodos de maior incidência de roubos de rebanhos e os picos da atividade mineradora. Dependente do uso de animais, especialmente mulas utilizadas no processo necessário para a extração da prata e para o transporte, a mineração era usualmente abastecida com animais roubados. Os roubos, portanto, tinham um destino certo: compradores que necessitavam dos animais para assegurar o funcionamento da mineração e, no limite, a própria manutenção da lucratividade da região para os colonos e para o Império espanhol.
Após descortinar esta gama de agentes interessados, por motivos diversos, na manutenção da situação de guerra, real ou fictícia, na província, Ortelli conclui que muito pouco deste contexto estava diretamente vinculado aos “apaches”, pois a violência daquela sociedade “respondia às ações de grupos de atribuição étnica heterogênea e que a alusão aos ‘apaches’ era, na maior parte dos casos, um lugar comum que permitia encobrir um fenômeno que não provinha do exterior do sistema” (p. 209). Assim, a investigação não está tanto orientada em aprofundar quem de fato eles eram, mas como essa ameaça surge, e posteriormente arrefece, em contextos específicos. Neste sentido, a autora demonstra com propriedade que essa ameaça não se originou de uma alteração nas relações sociais até então vigentes na província. Pelo contrário, foi a possibilidade de uma mudança, gerada pelas tentativas de aplicação das medidas bourbônicas, que fez surgir o perigo “apache”. Nessa conjuntura, o termo foi reformulado e o seu significado extrapolava uma mera atribuição étnica, pois passou a simbolizar um determinado modo de vida, identificado como “apache”, porém não restrito aos índios. Assim, tal como vários etnônimos em diferentes partes das Américas, aquele era um atributo genérico e maleável, cujos significados transformavam-se ao longo do tempo e cujos usos variavam de acordo com os interesses em questão. Devem, portanto, ser problematizados e entendidos como uma construção colonial.
De um lugar predominante na historiografia sobre Nueva Vizcaya, os “apaches”, na realidade desvelada por Ortelli, aparecem como apenas mais um dos grupos envolvidos nos roubos de gado, muitas vezes desempenhando a função de coadjuvantes. Fruto da tese de doutorado da autora, defendida no Centro de Estudios Históricos do Colegio de México em 2003 e vencedora no mesmo ano do prêmio de Melhor Tese de Doutorado em Ciências Sociais e Humanidades outorgado pela Academia Mexicana de Ciencias, Trama de una guerra conveniente merece ser lido com atenção pelo público brasileiro, não apenas pela excelência do trabalho, mas também pela semelhança de muitas situações investigadas com as enfrentadas em nossa historiografia. Dentre elas, principalmente, a dinâmica fronteiriça e a latência de ataques dos índios hostis, característica da América portuguesa em vários momentos, não apenas em relação aos limites com as possessões de outros Estados, mas também no seu interior, especialmente nas regiões vagamente denominadas de sertão.2
Nestes casos, o livro de Ortelli sugere que qualquer análise sobre os grupos nativos deve ser acompanhada de um estudo criterioso das fontes e das dinâmicas locais. Tal como no caso de Nueva Vizcaya, também no Brasil muitos eram beneficiários dos perigos, reais e imaginários, atribuídos à “ferocidade” dos índios. Se, como apontou Beatriz Perrone-Moisés, o “inimigo” indígena foi muitas vezes construído pelos colonos que visavam legitimar expedições de apresamento,3 nessas construções também estavam subsumidos outros interesses que, através da propagação do perigo latente, apresentavam determinados grupos locais como imprescindíveis à manutenção de certa ordem. Tal ordem era, em muitas situações, a preservação de um status quo do qual os principais beneficiários eram esses mesmos grupos, na medida em que utilizavam o “perigo indígena” para manter e/ou adquirir posições e privilégios na sociedade local.
1 Sobre o tema veja-se, dentre outros: Maria Regina Celestino de Almeida, Metamorfoses indígenas: identidade e cultura nas aldeias coloniais do Rio de Janeiro, Rio de Janeiro, Arquivo Nacional, 2003; [ Links ] Elisa Frühauf Garcia, As diversas formas de ser índio: políticas indígenas e políticas indigenistas no extremo sul da América portuguesa, Rio de Janeiro, Arquivo Nacional (no prelo); [ Links ] Patrícia Sampaio, Espelhos partidos: etnia, legislação e desigualdade na Colônia: sertões do Grão-Pará, c.1755-c.1823, tese de doutorado apresentada ao Programa de Pós-Graduação em História da UFF, 2001; [ Links ] Almir Diniz de Carvalho Junior, Índios cristãos: a conversão dos gentios na Amazônia portuguesa (1653-1769), tese de doutorado apresentada ao Programa de Pós-Graduação em História da Unicamp, 2005; [ Links ] Márcia Malheiros, “Homens da Fronteira”: Índios e Capuchinhos na ocupação dos Sertões do Leste, do Paraíba ou Goytacazes, séculos XVIII e XIX, tese de doutorado apresentada ao Programa de Pós-Graduação em História da UFF, 2008. [ Links ] 2 Sobre os significados do termo sertão na sociedade colonial veja-se: A.J.R. Russel-Wood, “Fronteiras do Brasil colonial”, Oceanos, Lisboa, Comissão Nacional para as Comemorações dos Descobrimentos Portugueses, n.40, out.-dez. 1999. [ Links ] Para diferentes abordagens sobre as populações indígenas que habitavam as regiões denominadas como sertão veja-se, dentre outros: Nadia Farage, As muralhas dos sertões: os povos indígenas e a colonização do Rio Branco, Rio de Janeiro, Paz e Terra/Anpocs, 1991; [ Links ] Glória Kok, O sertão itinerante: expedições da capitania de São Paulo no século XVIII, São Paulo, Hucitec/Fapesp, 2004; [ Links ] Maria Leônia Chaves de Resende e Hal Langfur, “Minas Gerais indígena: a resistência dos índios nos sertões e nas vilas de El-Rei”, Tempo, vol.12, n.23, jul-dez.2007. [ Links ] 3 Beatriz Perrone-Moisés, “Índios livres e índios escravos: os princípios da legislação indigenista do período colonial (séculos XVI a XVIII), in: Manuel Carneiro da Cunha, História dos índios no Brasil, São Paulo, Companhia das Letras/Secretaria Municipal de Cultura/Fapesp, 1992, p.125. [ Links ]
Elisa Frühauf Garcia – Doutora em História pela UFF e pós-doutoranda em antropologia na Unicamp, bolsista do CNPq. E-mail: elisafg@terra.com.br.
Représentations des Noir(e)s dans les pratiques discursives et culturelles em Caraïbes | Victorien Lavou Zoungbo
A obra Représentations des Noir(e)s dans les pratiques discursives et culturelles en Caraïbes editado por Victorien Lavou Zoungbo, Coordenador do Grupo de Etudes sur lês Noirs d´Amérique Latine (GRENAL), editada no ano de 2006 em Perpignan, France, reúne vários autores com artigos sobre os negros como sujeitos históricos em Cuba, Costa Rica, Colômbia, México, Argentina e Brasil. No prólogo o editor destaca as dificuldades para escrever sobre representações negras quando existem estereótipos, ideologias que dominam esses discursos. A análise dos autores que trabalham com a temática passa pela desconstrução dos discursos, transformando-se em um complicador para o especialista.
Nos primeiros quatro artigos da coletânea, três desenvolvem suas idéias em torno ao conceito transculturação de Fernando Ortiz.
A cubana Nancy Morejón defende a atualidade do conceito em “Para una poética de los altares”, no entanto, este é criticado pelas autoras Danielle Ada Ondo em “De la transculturation dans Paradiso de José Lezama Lima et dans Lês três tristes tigres de Guillermo Cabrera Infante” e Amandine Semat em: ”Identities dans la Caraïbe, transculturation et creolisation: Points de repére”. Apoiados nos ensaios e conceitos de Edouard Glissant, as autoras assinalam o caráter fixo do conceito transculturação e sua familiaridade com um outro conceito muito criticado na obra, mestiçagem.
Este último tem servido para ocultar a historicidade do negro e também para mascarar as teorias do branqueamento, O artigo de Victorien Lavou Zoungbo, ”Représentations identitaires e creolisation en Caraïbe” questiona as construções do Caribe pelos latinoamericanistas brancos que procuram ocultar a presença histórica do negro. Destaca o conceito crioulização face a mestiçagem e crioulidade. Para o autor este conceito permite estudar a relação afastando-se dos enfoques generalizantes e extremos, tanto o da latinidade quanto o da negritude. Faltou, porém, explicitar melhor esta questão tão debatida e que resulta de grande interesse para o Brasil, cuja identidade caribenha é reconhecida por todos os autores do volume. A neo América, sustantivo utilizado por Glissant, é a Afro América ou o Caribe, que abrange Brasil, as Guianas, Colômbia, Venezuela, uma grande parte de América Central e de México, sul de Estados Unidos, além das ilhas.
Cinco artigos estudam o espaço do negro em Costa Rica: “Sur le ritme d´ un calypso, analyse du roman Calypso de la costariciense Tatiana Lobo (1996)” de Brigitte Robert; “Manuels scolaires de lecture au Costa Rica: pratiques et enjeux de la représentation dês Noir(e)s”, de Marlene Marty; “Los cuatro espejos de Quince Duncan et Limon blues d´Ana Cristina Rossi ou une double recherche identitaire dês noirs constariciens” de Mariannick Guennec; “Medición com referencia a normas: declaracion pública de un naufrágio educativo” de Lady Meléndez Rodríguez e “Limon blues: Uma novela de Ana Cristina Rossi” de Iván Molina Jiménez. Todos estes artigos recriam a ausência dos negros de Limón, Costa Rica, na literatura e ne historiografia. Alguns estudam o papel da educação formal no processo de estigmatização, na marginalização e na reprodução da pobreza nestas comunidades caribenhas. Mais grave ainda, é a submissão destas populações à violência simbólica imposta pelo estado através da educação formal. Não é aceita pela escola pública a língua creole materna e que é a única usada para a comunicação nas comunidades negras de Limón. Outros autores estudam através de alguns romances históricos, a situação de exclusão dos negros, carentes de direitos cidadãos. Outro aspecto contido nos estudos citados é a invisibilidade a que ficam submetidos os povos que morão na região quando apenas se estuda a geografia da costa Atlântica de Costa Rica nos textos escolares.
Outros dois artigos estudam o Haiti desde visões diferentes.
O primeiro de Sabine Manigat “Se nommer, se qualificar-affirmation et alienation dans parler em Haiti une lecture historique” e ‘Le noir haitien dans la societé dominicain: l´exemplo da “Corte” de Milka Valentin-Humbert. Os conceitos negro e haitiano, segundo as autoras, têm servido de mola unificadora e de agente de ocultação da diferenciação no Haití. As definições em base a cor da pele, no Haiti, são eminentemente políticas porque marcaram as representações sociais. As imagens e a linguagem traduzem também a imagem auto-degradante que os discursos nascidos no Haiti, durante a luta pela independência, tentaram destruir. Essas permanências estão relacionadas às representações degradantes do negro, criadas no vizinho país, vinculando raça e nação. Os dominicanos negam qualquer herança africana na sua formação. Por sua parte, o trabalhador haitiano internalizou que o fenótipo predispõe a exploração, sem atender à presença de profundas diferenças sociais entre os haitianos, sejam de uma ou outra cor.
Juliette Smeralda em “L´interculturalidade comme strategia d´ascension sócio racial: l´exemplo du choix de partenaire féminin de l´homme noir” relaciona a criação das construções da inferioridade do negro ao colonialismo A presença das culturas afros em dois carnavais o de Barranquilla (Colômbia) e o de Salvador (Brasil) evocam os quilombos e a religiosidade, segundo as autoras Martha Lizcano e Joseania de Freitas no artigo “Afro carnaval no Caribe: Barranquilla (Colombia) e Salvador (Brasil)”; Rafael Perechalá Alumá no artigo “La salsa: síntesis de la música afroamericana” resgata a afroamericanidade do ritmo e atribui sua decadência aos controles exercidos por alguns grupos no exílio cubano. Em “Afromexicanité: quelques pieste pour une nouvelle lecture dês identités au Méxique” Sébastien Lefevre se utiliza do conceito traços-memória de Glissant para abordar a presença afro nas comunidades de Costa Chica no México. Entretando, o autor rejeita a idéia de um novo resultado, uma outra cultura, a mestiça responsável da invisibilidade das culturas afros. A leitura do romance “El interprete: sous lê signe du blanc et du noir” permite a Maryse Renaud-Mai penetrar no estudo das relações raciais na Argentina do século XIX e da herança negra que vislumbra-se não apenas no tango. A peculiaridade da discriminação racial no Brasil é estudada no artigo “Violência racial a subjetividade em discussão” de Nara Corte Andrade e Marcus Vinicius de Oliveira Silva.
E por último a maneira de épilogo, uma argumentada crítica ao antropólogo cubano Fernando Ortiz e ao seu conceito culinário ajiaco é desenvolvida por Victorien Lavou Zoungbo no artigo “Metaphore culinaire et discours sur l’ìdentité em Caraibe, um ethnocentrisme naturalisé. Lê cãs de F Ortiz à Cuba. Um état de la reflexion du GRENAL (instituição que agrupa a estudiosos sobre a temática afro americana.).
A obra no seu conjunto é de indispensável consulta para os estudiosos das temáticas afroamericanas.
Olga Cabrera
LAVOU ZOUNGBO, Victorien. (Ed.) Représentations des Noir(e)s dans les pratiques discursives et culturelles em Caraïbes. Perpignan: GRILAUP – Presses Universitaires de Perpingan, 2006. Resenha de: CABRERA, Olga. Revista Brasileira do Caribe, São Luís, v.7, n.13, jul./dez., p.289-292, 2006. Acessar publicação original. [IF]
Here: A Biography of the New American Continent – DePALMA (CSS)
DePALMA, Anthony. Here: A Biography of the New American Continent. New York: PublicAffairs, 2001. 375p. Resenha de: HOFFMAN, George. Canadian Social Studies, v.38, n.2, p., 2004.
In this much-acclaimed book, Anthony DePalma argues that the traditional continental divisions in North America are fading. Canada and Mexico, though still distinctive, are becoming more American and the United States is beginning to pay more attention to its northern and southern neighbours. By the end of the 20th century North America was more than a geographic expression; it was becoming an economic, cultural and even political entity.
DePalma reported from both ends of the continent in the 1990s. He was the New York Times foreign correspondent in Mexico City from 1993 to 1996 and in Ottawa from 1996 to 1999. This gave him an unusually good vantage point during an interesting decade. In 1994, from Mexico, he reported on the peso crisis and the assassination of Luis Donaldo Cololosio, who many expected to become the next Mexican president. He travelled deep into the forests of Chiapas and heard Subcomandante Marcos address his Zapatista followers. In Canada he reported on the Nisga’a Treaty, visited the Inuit of Igloolik in the Arctic, and commented on the aftermath of the sovereignty referendum in Quebec. Here: A Biography of the New American Continent is based on such experiences. It is impressively reported and eloquently written. DePalma has an acute reporter’s eye.
The book is the story of the personal re-education (DePalma uses this term in the preface, p. xiii) of a journalist who understood little about Mexico and Canada before he lived there. He reports to Americans on their neighbours and informs them that the three countries can no longer exist as islands. In the new global age they have no choice in this matter; they are stuck with each other. DePalma believes that the United States, because of its wealth, power and past errors, has a special obligation as these new realities take shape. The book is an appeal for Americans to look southward and northward. Canada and Mexico are vital to the future of the continent. They have great potential and are interesting, culturally diverse societies. And surely, DePalma argues, diversity is a virtue in the interdependent world of the 21st century. Here is a book more for Americans than for Canadians and Mexicans. The author hopes that by reading it the American public will experience some of the re-education which he did.
The title of the book is interesting. DePalma attempts to write the biography of a place, the new America, which he believes emerged in the 1990s. But, of course, biography cannot be written without looking back at where the subject came from. Thus the author reflects extensively on the histories of Mexico and Canada in light of the critical changes on the continent which he witnessed. However, the book should not be read primarily to understand Canadian history. There are over generalizations, misleading impressions and errors. Are the thousands of loyalists (p. 78) who settled in Canada at the time of the American Revolution the major explanation for Canadian anti-Americanism over the next two centuries? Did Eastern Europeans who settled in the Canadian west bring socialist ideals with them (p. 78), which contributed to the development of cooperatives on the prairies and a national publicly funded medical system? This would be news to the vast majority of Ukrainians, Poles, Hungarians and Mennonites who came from Russia and Austria in search of land. Has Pierre Trudeau’s Charter of Rights made Canada more American? Is use of the charter to enhance Native treaty claims and gay rights evidence of creeping Americanism (p. 203)? Certainly many Canadians, and likely most Americans, would question that assumption. Can the massive Progressive Conservative defeat in 1993 and Brian Mulroney’s personal unpopularity be explained by a backlash against the Free Trade agreement (p. 50)? This ignores Meech Lake and the rise of the Reform party in the west, a party that supported free trade. And surely DePalma’s sympathetic treatment of Andy McMechan’s hatred for the Canadian Wheat Board (pp. 204-208) sheds little light on the differences between Canadians and Americans and even less on the history of prairie agriculture.
January 1, 1994, the date NAFTA went into effect, is central to the thesis of the book. It marked the birth of the new America. DePalma acknowledges that there was considerable opposition in all three countries. Some people in the short run were hurt. Others were more marginalized than ever. Change never occurs without a social cost. But, in the end, the author argues, the proponents of NAFTA were right, and the agreement created a new and better continent. He concludes that in the mid-90s the United States, Mexico and Canada, though still different and despite continuing tensions, began to focus on what they had in common and not to accentuate their differences. In the process Mexico became more democratic, less corrupt and more economically stable; Canada was less nationalistic, less obsessed with its identity; and the United States was less insular, more outward looking, more international. DePalma sees the outcomes of the three almost concurrent national elections in 2000 as a manifestation of that continental conversion (p. 343) that had begun earlier in the decade. The winners, George W. Bush, Vincente Fox and Jean Chrtien strongly supported NAFTA and greater continental cooperation.
DePalma’s views are optimistic, even idealistic. He approvingly refers to Vclev Havel’s speech to the Canadian parliament in 1999. The poet-president of the Czech Republic claimed that the nation state was passing away and that he foresaw a world in which traditional states would cede power to international agencies. To Anthony DePalma the new America is a part of that future. Blurring national differences will usher in a new and better world.
Possibly this is a prophetic book, but surely it is too soon to tell. In fact, the events of the past three years lead one to question its conclusions more than support them. Large numbers of Mexicans continue to live in desperate poverty. Opposition to globalization is growing. The Balkans and Middle East appear to disprove Vclav Havel’s vision of declining nationalism. The Iraq War was a disastrous setback to international cooperation. And certainly the United States, Mexico and Canada were not a triumvirate against Saddam Hussein! George W. Bush, the first president during the new North American age, is far less popular among Canadians than Franklin Roosevelt and John Kennedy who were in office when Canada, according to DePalma, spent much of its energy opposing continental integration and distinguishing itself from the United States.
Obviously this book is thought provoking and controversial. The issues it raises should be discussed in all Canadian classrooms.
George Hoffman – History Department. University of Regina. Regina, Saskatchewan.
[IF]
MELLA: una historia em la política mexico-cubana | Olga Cabrera
CABRERA, Olga. MELLA: una historia em la política mexico-cubana. México: Universidade de Guadalajara, 2002. Resenha de: RIBEIRO, Fernando Rosa. Revista Brasileira do Caribe, São Luís, v.4, n.7, jul./dez., 2003. Arquivo indisponível na publicação original. [IF].
Palavra de Presidente – WASSERMAN (AN)
WASSERMAN, Cláudia. Palavra de Presidente. Porto Alegre: Editora da Universidade, 2002. Resenha de: FERREIRA, Carla. Anos 90, Porto Alegre, n.10, n.18, p.161-162, 2003.
Carla Ferreira – Jornalista e Mestranda em História da UFRGS.
Acesso apenas pelo link original
[IF]
América Latina en la Historia Económica | IIJMLM | 1994
América Latina en la Historia Económica – ALHE (Cidade do México (1994-) is a periodical research publication edited since 1994 by the Instituto de Investigaciones Dr. José M. Luis Mora. The objective of ALHE journal is to publish original research related to cognitive innovation, historiography, interdisciplinary studies and comparative analysis. Likewise the journal offers reviews on the most recent publications related to the History of the American Continent. América Latina en la Historia Económica constitutes a plural space for dialog between diverse historiographic approaches. The publication seeks to consolidate research fields as well as updating and diversifying the perspectives on Latin American Economic History in order to preserve the region’s critical tradition. Three-times-a-year publication.
ISSN 2007-3496 Print version
ISSN 1405-2253
Periodicidade quadrimestral.
Acesso livre.
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Historia y Grafía | UIA | 1993
Historia y Grafía (México, 1993-)es una revista semestral que tiene como intención abrir una reflexión sobre la ciencia de la historia. Busca que la comunidad de historiadores se interrogue sobre su oficio. Esta tarea reflexiva sólo es posible a partir de la práctica de la producción de los libros de historia. Dicho de otra manera, no hay teoría de la historia sin práctica de la historia, pero también una práctica sin teoría es ciega. Esta reflexión sobre la historia debe ser hecha desde los procedimientos de la historia y no desde la filosofía. Se busca historizar la propia historia haciendo historia.
Creada en 1993 como revista impresa del Departamento de Historia de la Universidad Iberoamericana, Historia y Grafía se ha convertido en un faro de los cambios que se han dado en la historiografía en estas tres décadas, logrando afirmarse así a nivel nacional e internacional.
Periodicidade semestral.
ISSN
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Secuencia | IIJMLM | 1985
Secuencia (México, 1985-) onsidera para su publicación artículos originales que sean el resultado de una investigación científica y que representen una clara contribución al debate y conocimiento del devenir histórico, cultural, social y político de México e Iberoamérica desde el periodo colonial al siglo XXI. Busca ser un referente entre estudiantes y especialistas en las diferentes áreas de la Historia, la Etnohistoria, la Sociología, la Ciencia Política, la Economía, la Geografía, Antropología y las Ciencias Sociales aplicadas. […] Secuencia es una publicación de acceso abierto editada por el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora.
Periodicidade quadrimestral.
Acesso livre.
ISSN 0186-0348
ISSN 2395-8464 (Electrónico)
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Tzintzun | UMICH | 1983
Tzintzun – Revista de Estudios Históricos (Morelia, 1983-) es una publicación especializada del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Se edita con una periodicidad semestral y está dedicada a la difusión del conocimiento histórico, si bien admite colaboraciones con un perfil multidisciplinario en el ámbito de las ciencias sociales y las humanidades.
La revista cuenta con secciones especiales para artículos, reseñas, información sobre fondos de archivos o documentos específicos, debates historiográficos, entrevistas a historiadores y noticias. Tzintzun. Revista de Estudios Históricos representa un medio efectivo de colaboración editorial para los historiadores del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo con los especialistas de otras academias. En cada número se publican un promedio de 6 o 8 artículos especializados después de un cuidadoso proceso de revisión y edición que también caracteriza a las demás secciones de la revista.
Periodicidade semestral.
Acesso livre.
ISSN 2007-963X (On-line)
ISSN 1870-719X (impressa)
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Historia Moderna y Contemporánea de México | UNAM | 1965
Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México – EHMCM e (México, 1965-) s una publicación semestral del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidade Nacional Autônoma do México – UNAM que se edita desde 1965, dedicada a la historia de México y América Latina desde los procesos de independencia hasta la actualidad. Incluye artículos originales de investigación, una sección de documentos comentados, así como reseñas críticas de publicaciones dentro de su campo.
Periodicidade semestral.
Acesso livre.
ISSN: 0185-2620 (Impressa)
ISSN: 2448-5004 (Online)
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Historia Mexicana | COMEX | 1951
Historia Mexicana (México, 1951-) es la revista del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México. Fundada en 1951, constituye una de las más antiguas revistas mexicanas especializadas en la indagación del pasado. Su primer director, Daniel Cosío Villegas, fue junto con Alfonso Reyes, cofundador de El Colegio de México. Han sido directores de Historia Mexicana reconocidos profesores del Centro de Estudios Históricos: Luis Muro, Luis González, Josefina Zoraida Vázquez, Enrique Florescano, Bernardo García Martínez, Clara E. Lida, Solange Alberro, Óscar Mazín y Pablo Yankelevich. Actualmente la dirige Rafael Rojas y desde 1992, Beatriz Morán Gortari está a cargo de la Redacción.
La revista Historia Mexicana es un referente ineludible para la investigación histórica de México y América Latina. A lo largo de siete décadas se ha mantenido fiel al objetivo propuesto por sus fundadores: publicar trabajos originales basados en investigaciones del más alto nivel académico, para de este modo contribuir a la difusión, actualización y renovación del conocimiento histórico del pasado mexicano y latinoamericano.
Historia Mexicana está abierta a análisis comparados con realidades y procesos que se han desarrollado en otras latitudes, principalmente en el mundo hispánico. Además, considera indispensable no sólo difundir, sino promover el debate historiográfico en torno a temas, obras y autores que han contribuido de manera sustancial a profundizar y ensanchar las fronteras de la investigación histórica.
Periodicidade trimestral.
Acesso aberto.
ISSN 0185-0172 (impreso)
ISSN 2448-6531 (electrónico)
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