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Los Incas del Cuzco. Siglos XVI-XVII-XVIII – ROWE (C-RAC)
ROWE, John Howland. Los Incas del Cuzco. Siglos XVI-XVII-XVIII. Cusco: Instituto Nacional de Cultura; Multi; Imprenta Edmundo Pantigoso EIRL, 2003. 417p. Resenha de: OCHOA, Jorge A. Flores. Chungara – Revista de Antropología Chilena, Arica, v.37, n.2, P. 269-271, dic. 2005.
Con el título de Incas del Cuzco. Siglos XVI-XVII-XVIII, se presenta esta antología de investigaciones realizadas por el Dr. John Howland Rowe. Así culmina la tarea de alcanzar al público cuzqueño muestra de su vasta y valiosa producción intelectual, que durante años estuvo dirigida a investigar aspectos poco tocados, o ignorados, por otros investigadores de los incas preinvasión, como de los que continuaron con la tradición incásica, ya viviendo bajo el gobierno colonial de los siglos XVII y XVIII. La selección es decisión del Dr. Rowe, a base de la propuesta que le presenté. La antología tiene su sello, mostrando que uno de los temas principales de su preocupación intelectual fueron los incas. Es el interés que lo trajo al Cuzco, a donde llegó a comienzos de la década de los años cuarenta del siglo pasado. Desde entonces se convirtió, durante casi cincuenta años, no en visitante temporal o estacional de nuestra ciudad, sino residente, que se ausentaba por meses para ocupar su cátedra en la University of California en Berkeley. Allí capacitó y formó legión de estudiosos que dedicaron su afán a la investigación de los andes centrales, unos dedicándose al trabajo arqueológico, otros al etnológico y también a la etnohistoria, aunque es frecuente que combinen todas esas tácticas. Sus discípulos forman importante conjunto de estudiosos con prestigio logrado por la calidad de sus investigaciones del antiguo Perú.
Así como formó especialistas en los andes desde su posición académica en Estados Unidos, aquí en el Cuzco fue guía permanente para estudiantes, jóvenes que preparaban tesis de grado. Los comentarios, a los trabajos que le pedían leer, fueron siempre estimulantes, animando al trabajo serio, que estuviera lejos de la fácil publicidad. También ejerció docencia no en el aula, sino de manera informal, individual, coloquial, que es muy fructífera. Dejó profunda huella en todos los que tuvieron el privilegio de acceder a sus enseñanzas.
Su contribución al desarrollo científico cuzqueño, merece valoración especial. Señalemos parte de ella. Fue fundador de la Sección de Arqueología en la Universidad Nacional de San Antonio Abad en 1946, siendo muy joven, casi estudiante universitario. Las clases se iniciaron el 14 de julio de 1946. San Antonio Abad fue la primera universidad nacional que incluyó el estudio de esta ciencia e inició su enseñanza universitaria. Entre los primeros alumnos estuvieron Luisa Béjar Núñez del Prado, Oscar Núñez del Prado, Gabriel Escobar, Carlos Kalafatovich, Guillermo Fuentes Díaz. Funcionó hasta 1948, cuando el dictador Odría nombró una Comisión Reorganizadora de la Universidad, que intentó clausurarla, trasladándola a la Facultad de Letras, donde funcionó como Sección de Historia y Antropología.
El Dr. Rowe también tuvo a su cargo la Dirección del Museo e Instituto Arqueológico -ahora Museo Inka-. Inició la catalogación científica, organizó la administración, dando énfasis a la biblioteca, a la que dotó de valiosa colección de libros. Hasta ahora se utiliza el libro de registro hecho de su puño y letra.
Con el Dr. Rowe comienza la arqueología científica en el Cuzco. Abrió el inmenso capítulo de lo pre-inca, puesto que hasta entonces todo vestigio arqueológico era considerado inca. Este capítulo comenzó con el descubrimiento del asentamiento de Chanapata, que dio origen al estilo cultural del mismo nombre. Mediante excavaciones precisó la existencia de lo inmediato a lo inca imperial, que bautizó como Killki. Con estas y otras evidencias, diseñó la primera secuencia del desarrollo cultural del valle del Cuzco, como expuso en su conocido libro An Introduction to the Archeology of Cuzco, publicado en 1944, que además incluye el plano del Qorikancha, que posee vigencia a pesar del tiempo transcurrido desde entonces. Este libro, no traducido aún al castellano, es fundamental para quienes trabajan en la arqueología del Cuzco. Vale aquí hacer presente una posición del Dr. John Howland Rowe. No es partidario de publicar libros, considera que la mejor contribución se halla en los artículos científicos, que dan a conocer los últimos avances de la investigación científica. El aporte que se realiza de esta manera responde mejor a la velocidad con que avanza el conocimiento científico.
Su contribución al conocimiento del Tawantinsuyu, ha merecido el reconocimiento del gobierno peruano, que le ha conferido la Orden del Sol, la más alta condecoración con que se honra a quienes contribuyen de manera significativa con el país. Por la misma razón la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cuzco le confirió el grado de Doctor Honoris Causa y le nombró Profesor Honorario. Siguiendo el antiguo dicho, nuestro centro de estudios se honró honrando.
El tiempo que pasaba en el Cuzco, estaba totalmente dedicado a la investigación, sea realizando exploración de sitios arqueológicos, cuando no excavaciones, revisando colecciones, buscando documentos en el Archivo Histórico. “Los papeles”, como decimos a la documentación histórica, son de su permanente interés. Recordemos -por ejemplo- que cuando el Dr. Sergio Quevedo Aragón fue Presidente de la Comisión Reorganizadora de la Universidad, le comunicó al Dr. Rowe que en el rectorado había unos papeles antiguos. De inmediato el Dr. Rowe se interesó por ellos. Contaba el Dr. Quevedo que al ingresar al rectorado encontró al Dr. Rowe sentado en el piso, revisando los documentos. Muy contento le comunicó que era nada menos que el expediente del juicio que José Gabriel Thupa Amaro sostuvo con los Betancourt. Documento importante que está intercalado con pinturas de escudos de armas, todo el gran valor para conocer más del caudillo del movimiento nacionalista del siglo XVIII.
El tiempo que pasaba en el Cuzco, aunque corto para sus múltiples propósitos, no impedía que aceptara participar en la vida intelectual del Cuzco, ofreciendo conferencias, que siempre tuvieron nutrida y atenta audiencia. Junto con su esposa, la Dra. Patricia J. Lyon, fueron activos participantes en los Tinkuy, el Encuentro Anual que organiza el “Centro de Estudios Andinos Cuzco”, en el mes de agosto, desde hace veinticinco años. Varios trabajos que forman parte de la presente antología originalmente fueron ponencia que presentó en los Tinkuy.
La búsqueda de información en el Archivo Histórico, la combinaba con salidas de campo, para cotejar y verificar la información escrita con las evidencias arqueológicas. Para estas excursiones invitaba a estudiantes o jóvenes graduados, que aprendían en el campo la importancia de la información escrita, que permitía conocer mejor lo que se visitaba y el valor de recorrer los sitios arqueológicos de inmediaciones del Cuzco.
Los trabajos, especialmente los de los últimos años de su residencia en nuestra ciudad, estuvieron dirigidos a la investigación histórica de los incas. Me permitiría llamarlo al estudio etnohistórico de los incas, aunque creo que el Dr. Rowe no compartiría completamente este punto de vista. Sin embargo, es innegable que su formación antropológica era la que le permitía tener el conocimiento detallado que tiene de los incas, desde los de los siglos XV y XVI preinvasión, a los que vivieron ya bajo el doloroso gobierno colonial de los siglos XVII y XVIII.
Considero que esta preferencia temática es la que primó para que eligiera sus trabajos que tienen que ver con la perspectiva cultural e histórica de los incas, sin incluir ninguno de los que son estrictamente de tipo arqueológico. La distribución, agrupándolos en tres capítulos, con que se los presenta en esta compilación, sigue su preferencia, considerando grandes temas culturales, antes que siguiendo un orden de sentido cronológico. En la Primera Parte trata de la Historia y Organización Social, preinvasión. Resalto, en forma arbitraria, el de los grados de edad, porque su tratamiento muestra cómo se analiza un tema que es clásico en los estudios antropológicos. Aportes significativos son los incas no reales, que ayudarán a entender reclamos modernos de filiación incásica. La constitución Inca es de singular importancia para comprender la forma como estuvo organizada la ciudad del Cuzco. El “misterio” de Machupiqchu, que ha dado lugar a tanta lucubración, es mostrado con coherencia, tanto en la persona de su constructor como del sentido y función que tuvo.
La religión es el tema central de la Segunda Parte. Siendo importante en las antiguas civilizaciones clásicas, lo fue igualmente entre los incas, que fue sociedad de grandes manifestaciones religiosas. Es de mención especial el que trata el origen del culto al Dios Creador, tanto por esclarecer su existencia, como porque forma parte de un permanente debate. Se complementa con el análisis de las oraciones con que se dirigían al Creador.
En la Tercera Parte los trabajos van dirigidos a delinear lo que denomina el Movimiento Nacionalista Inca en la Colonia. Expone una propuesta original del Dr. Rowe. Resumiendo en pocas líneas, considera que lo Inca, como cultura, sentimiento e ideología, no desapareció con la invasión española y la posterior imposición del gobierno colonial. Los incas continuaron su tradición, desarrollando una cultura de resistencia, que puede ser verificada en el presente. La cultura Inca continuó asumiendo nuevas formas de organización social, con fuerte sentido del ser Inca, que devendría en verdadera ideología. Se manifiesta en varias formas, como la creación estética plasmada, por ejemplo, en los retratos de los nobles incas o arte visual en los qeros, los polícromos vasos rituales Inca de los siglos XVII y XVIII. El nacionalismo Inca inspiró los movimientos de la liberación del siglo XVIII, que llegaron al clímax con José Gabriel Thupa Amaro, quien dirigió la mayor rebelión de toda América contra el gobierno colonial.
En la publicación se conserva la bibliografía de cada trabajo, para evitar confusiones u omisiones que pudieran ocurrir al fundirlas en una bibliografía general. Por expresa disposición del autor, reiterada por su esposa la Dra. Patricia J. Lyon, los nombres propios de etnias, grupos, individuos, lugares y de otro tipo, conservan la escritura de los originales. Resalto la de palabras sujetas a controversia como Inca escrito con “c” en lugar de “k” y Cuzco con zeta. Subrayo que el Dr. John H. Rowe tiene suficiente solvencia académica y usa argumentos científicos que respaldan su decisión para la forma de escribir las palabras quechua y del español de los siglos que investiga.
Hago mención especial a la decisión del Dr. John Howland Rowe de permitir la publicación de esta antología como una pequeña parte de su gran producción bibliográfica. Espero que en un futuro cercano haya otras
con las investigaciones de la arqueología del Cuzco. El reconocimiento especial es también porque tuvo ofertas de universidades y editoriales de Lima, para publicar una selección de sus trabajos, las que siempre rechazó, porque su decisión fue que un libro de ese tipo debía ser publicado en el Cuzco. Ahora que se hace realidad su deseo, deseamos compartirlo por quienes tenemos el privilegio de conocerlo y esperábamos ver publicada parte de su extraordinaria labor. Es también un homenaje a los incas y a la ciudad que tanto quiere el Dr. Rowe, hecho realidad gracias al consentimiento y colaboración de la Dra. Patricia J. Lyon, compañera de actividad y afanes científicos, así como de su hija, la investigadora de tejidos andinos, Ann Pollard Rowe. Les agradecemos por su comprensión y colaboración, puesto que sin su apoyo no hubiera sido posible que este libro sea realidad. Nuestro agradecimiento al Dr. Jorge Villafuerte Recharte, Director del Instituto Nacional de Cultura Región Cuzco, por decidir la publicación, así como a Percy Ardiles, Director de Actividades Culturales del INC por el esfuerzo y dedicación puestos para que culmine el proyecto de Los Incas del Cuzco. Siglos XVI-XVII-XVIII.
Comentario de Jorge A. Flores Ochoa – En el prólogo del libro en comento. Cuzco, mayo del 2003. Centro de Estudios Andinos. Cuzco, Perú.
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