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La Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires. La reforma universitaria de la izquierda peronista/1973-1974 | Sergio Friedemann
La obra que presenta Sergio Friedemann es el producto de su investigación doctoral sobre la experiencia de la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires (UNPBA) en el bienio 1973- 1974, pero al mismo tiempo incorpora elementos de sus investigaciones posteriores, basadas en una fuente privilegiada: la correspondencia de Perón en el exilio que el autor pudo consultar en su estancia en la Universidad de Stanford. Es por ello que el resultado es un libro que excede el análisis de la gestión universitaria, para inscribirse en la intersección de los estudios sobre la historia reciente -más específicamente, del peronismo- y la historia de la universidad, y es estructurado por el interrogante acerca de los actores que protagonizaron esta experiencia y sus iniciativas. Así, la hipótesis del autor consiste en que las políticas emprendidas en la UNPBA formaron parte de una reforma universitaria inconclusa, cuyos logros y límites solo pueden comprenderse al identificar rupturas y continuidades con experiencias que se venían gestando en años previos, y, a su vez, abordando la heterogeneidad del peronismo y sus disputas en el período. La reflexión sobre esta heterogeneidad desemboca en la denominación del sector que englobaba a los actores protagónicos de esta experiencia como “izquierda peronista”, que aparece definida como “una zona político intelectual de múltiples manifestaciones” en la que convivían organizaciones políticas y sociales, referentes culturales, publicaciones, y prácticas militantes, que tenían en común “la articulación en su seno de distintas versiones de la tradición marxista y la identidad peronista” (p.45). Los primeros capítulos se leen a partir de la reflexión sobre la conformación de este espacio diverso en el campo intelectual y universitario. Así, mientras existió la incorporación de ideas de izquierda por parte de sectores del movimiento peronista, el libro realiza un aporte novedoso a partir de la reflexión sobre la peronización, el acercamiento al peronismo durante la década del sesenta por parte de sectores medios y universitarios que, entre 1945 y 1955, habían nutrido las filas de la oposición. El hallazgo presentado es que no se trató de un movimiento lineal ni unilateral: a partir del relevamiento epistolar, encuentra que la incorporación de estos sectores constituyó también un proyecto de Perón y sus colaboradores, quienes, además, realizaron análisis contemporáneos sobre el fenómeno. De este modo, se habría constituido como un proceso dialógico que involucraba cambios en sectores medios, pero también un proyecto de la conducción peronista. Sin embargo, no todos los intelectuales que intervendrían en la UNPBA fueron sujetos de este fenómeno. Como ejemplo de ello es presentada la trayectoria de su primer rector, Rodolfo Puiggrós, que puede ser entendida como un antecedente de ese proceso. Una segunda dimensión privilegiada para el análisis de la conformación de este espacio es el tiempo. En el capítulo quinto se analiza el rol de las nuevas generaciones de peronistas, con la aparición en la UNPBA del 73 de debates que se habían originado en el Mayo Francés del 68: los “hijos” reivindicando la novedad y desautorizando a los mayores y sus instituciones. Sin embargo, se propone otro matiz al respecto, mostrando que este fenómeno convivía con la autorización de otras figuras rescatadas de “lo viejo”: “quienes habían luchado contra lo establecido, quienes habían sido marginalizados, excluidos: los militantes de ‘la resistencia’, el peronismo proscripto, los intelectuales sin lugar en las aulas” (p. 126). La indagación sobre vínculos generacionales novedosos se constituye como otro punto fuerte del texto, al repasar las experiencias de padres e hijos involucrados de maneras diversas en esta experiencia. Por otro lado, el autor encuentra que previamente existieron experiencias en las que se comenzaban a delinear políticas y enfoques del mundo universitario que encontrarían continuidad durante la UNPBA: el Consejo Tecnológico, las Cátedras Nacionales, la Asociación Gremial de Abogados, entre otras, son bautizadas como “experiencias configuradoras de institucionalidad” que, posteriormente, enriquecieron la gestión universitaria. Es así que la UNPBA es abordada en “dos tiempos”: como experiencia eminentemente de ruptura con el pasado en materia de gestión, pero cuyos actores protagónicos deben ser abordados a partir de procesos ubicados en “los márgenes” de ese mismo pasado. El motivo por el cual la universidad es otorgada a los sectores de la izquierda peronista dentro de la coalición oficialista aparece, por un lado, impulsado por la capacidad de bloqueo juvenil en este ámbito, pero también como parte de una táctica de atracción para los sectores medios. Es una constante del texto la evasión de las simplificaciones. Por ello, sobre el mote de “universidad montonera”, se insiste en evitar la sinécdoque: si bien esta organización tuvo un lugar relevante, en especial a partir de la inserción de la Juventud Universitaria Peronista, es presentada como una parte – importante- de un todo heterogéneo y más complejo. Son entonces la gestión y la institución de la “nueva universidad” las dimensiones presentadas prioritariamente a partir de la ruptura con el pasado y la idea de refundación. La intervención de la institución, la pérdida de su tradicional nombre, la idea de “inauguración” de una nueva universidad, la transformación del lenguaje administrativo y las modificaciones de todos los planes de estudios son cambios abruptos producidos en pocos meses que se identifican como ejemplos de un “quiebre” con el pasado. De hecho, el autor encuentra que un elemento de ruptura fundamental, como el hincapié en la masividad a través del ingreso irrestricto y la eliminación a los límites de la gratuidad, generó tensiones respecto de su sostenibilidad en el tiempo. En cambio, en el sentido de la formación y las formas de vinculación de la universidad con la sociedad, el texto presenta continuidades claras con las propuestas de las experiencias configuradoras, que en el período previo se habían mantenido en los márgenes. En esa línea se inscriben los proyectos de investigación ligados inextricablemente con la producción; y la monumental escala de las políticas universitarias que apuntaban a la relación con el “exterior” de la misma, sobre la que se afirma que alcanzó niveles que desbordaban la idea misma de “extensión”. Friedemann sostiene que la idea rectora era que la educación superior debía estar orientada a la resolución de problemas nacionales y la satisfacción de necesidades populares, diferenciándose de la idea de “universidad isla” y un cientificismo extremo. Su materialización institucional fue la creación de nuevos institutos y organismos externos que reflejaban esas preocupaciones. El texto vuelve al análisis de la política nacional mediante el relato del proceso de sanción de la “Ley Taiana”, reguladora de la educación superior que recogía algunas de las propuestas de la izquierda peronista, y cuya aprobación por unanimidad en el Senado reflejó los consensos que suscitaba. De hecho, el límite a esta experiencia provino desde el propio peronismo, reflejando una vez más su heterogeneidad. Al igual que en el Poder Ejecutivo Nacional, el cargo de rector vio pasar diversos nombres en el período, pero el libro propone un recorte para la universidad de la izquierda peronista que se inicia con la asunción de Cámpora y Puiggrós en mayo de 1973, y se cierra en septiembre de 1974 con la designación de un peronista de otro tenor: el fascista confeso Alberto Ottalagano, que inicia una etapa calificada en el texto como de “contrarreforma” y “restauración” en la que se desandaron la mayoría de los cambios recientes en la universidad. En este recorrido, el autor deja abiertos posibles temas que, a futuro, merecen ser profundizados, como el rol de actores disidentes en la universidad por fuera del peronismo , y las experiencias particulares de las facultades, cuyas autoridades y disputas políticas son abordadas, pero resta continuar las indagaciones sobre la gestión académica interna de cada una de ellas. En definitiva, el libro recorre acabadamente los senderos que transitó la breve UNPBA, pero al mismo tiempo logra trascenderlos. De ese modo, podemos concluir que la experiencia de esta universidad funciona como un elemento estructurante para un libro que, en verdad, se sumerge en temas más amplios y reclama un lugar en la biblioteca sobre la compleja relación entre el campo intelectual y el movimiento peronista, y respecto de las tensiones y transformaciones en los últimos años de la década de 1960 y los primeros de la de 1970 al interior del peronismo. Leia Mais