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La Tirana del Tamarugal – ATENCIO (C-RAC)
ATENCIO, Lautaro Núñez. La Tirana del Tamarugal. Antofagasta: Universidad Católica del Norte, Ediciones Universitarias, 2004. 173p. Resenha de: HASCHE, Renato S.J.; CAMUS, Misael. Chungara – Revista de Antropología Chilena, Arica, v.37, n.1, p. 96-97, jun. 2005.
Comentario de Renato Hasche. SJ†*
La Tirana es un evento que interesa al teólogo, al historiador y al antropólogo cultural. El tema de la inculturación religiosa, planteado por la antropología, ha ingresado en la reflexión teológica desde el Concilio Vaticano II, cuando destaca que “múltiples son los vínculos que existen entre el mensaje de salvación y la cultura humana. Dios, en efecto, al revelarse a su pueblo hasta la plena manifestación de Sí mismo en el Hijo encarnado, habló según los tipos de cultura propios de cada época” (GS,58).
Un centro de aglomeración y, a la vez, foco de irradiación cultural-religiosa ha sido la Tirana del Tamarugal. Este santuario mariano, en el centro de la Primera Región de Chile, es un fenómeno especialmente típico de inculturación. Lo mítico originario, el flujo étnico andino, la emergente nacionalización de sus rasgos, y todo esto impulsado hoy por una fe cristiana a prueba de distancias desérticas, de climas calcinantes o gélidos, se manifiesta cada año en una colorida mezcla de lenguajes.
Consciente de la riqueza y complejidad del tema, el investigador Lautaro Núñez le ha dedicado años de observación, reflexión y análisis desde la perspectiva de su especialidad. El departamento de Teología de la Universidad del Norte acoge los resultados de su indagación, considerándolos un valioso aporte para entender la fe cristiana en el ámbito del Norte Grande chileno.
Comentario de Misael Camus. **
La obra que comentaremos La Tirana del Tamarugal, del Dr. Lautaro Núñez A., Premio Nacional de Historia, año 2002, académico de la Universidad Católica del Norte, se constituirá entre los referentes historiográficos más importantes sobre la religiosidad mariana popular no sólo en cuanto a un estudio profundo sobre el desarrollo de esta devoción con asiento en el poblado de la Tirana, en la Región de Tarapacá, sino para toda la expresión religiosa tanto de Chile como de América Latina.
La obra contiene variados méritos que es necesario comentar, con el objeto que el lector descubra los diferentes hilos conductores de esta investigación.
A través de los distintos capítulos es posible seguir, desde tiempo muy remoto, la devoción del culto a la Virgen del Carmen, hasta lograr situar la instalación y desarrollo en el entorno geográfico de La Tirana. El autor, con abundantes datos, precisa la descripción de los bailes religiosos: mascaradas, morenos, chunchos, pastoriles y chinos. En este sentido, el lector podrá individualizar el origen de los mismos tanto desde sus fuentes hispánicas como de las etnias originarias o trasplantadas en América, es decir, el origen español, indio, criollo, mestizo y negro. Incluso hay precisiones extremadamente delicadas como son las referencias a los instrumentos musicales de los mismos. Desde esta perspectiva amplia, también es interesante subrayar que en la obra se esboza una historia económica de la zona, yendo desde la explotación del tamarugo, el carbón, el salitre y la aceituna.
Los aportes más significativos son, sin duda, aquellos que tienen relación con el origen de la devoción mariana en su advocación de la Virgen del Carmen. En este sentido es loable resaltar los aportes de la obra en los siguientes aspectos: El autor precisa, con abundantes fuentes documentales, el itinerario tanto de la devoción carmelitana como de los bailes religiosos en ese entorno. Entre estos últimos sobresalen los Bailes Chinos. Esta precisión histórica del desarrollo de La Tirana, como centro de culto mariano, se concentra desde 1830 hasta el presente. Esto significa que el autor observa la consolidación del centro cultural en este tiempo, es decir, logra precisar cómo a través de más de una centuria, siglo XVII, la devoción se incubó lentamente hasta lograr su solidez. Para ello, recurre a fuentes documentales que muestran la vinculación de la devoción a familias y, por otro lado, expone la articulación del relato primordial sobre su origen, con antecedentes hispánicos y originarios. En esta perspectiva son iluminadoras las hipótesis, pues se constituyen en un gran aporte en la actual comprensión del desarrollo de la devoción, haciéndola más nítida y transparente tanto en el conocimiento del fenómeno religioso como en la comprensión de la importancia de este centro mariano. En esta línea de tiempo, iniciada en 1830, el investigador establece varios períodos de desarrollo. El primero es aquel que cubre desde 1830 a 1860, coincidente con la explotación del tamarugo, iniciándose la consolidación de la devoción; luego, el tiempo que va desde 1868-1886, cuando sobresalen los hitos como el terremoto de 1868 y la construcción del nuevo templo para el “mundo” salitrero. Sin duda, la etapa 1910-1820 es un tiempo que profundiza la importancia del lugar por el crecimiento económico del sector, con la incorporación de cabreros, arrieros, hacheros, leñeros y agricultores. Finalmente, concentra todo el esfuerzo documental en precisar que desde 1930 a 1950 se aprecia la consolidación definitiva del centro cultural, con el aumento significativo de los bailes religiosos, tanto que define estos años como de la “explosión” de los bailes religiosos. Otros aspectos relevantes del trabajo de este historiador, antropólogo y arqueólogo, son las profundidades que logra en sus descripciones de la fiesta misma: nos revela la articulación compleja del culto a la Virgen del Carmen, describiendo la estructura religiosa que se crea en torno a la Virgen: camareras, centinelas y alféreces. Las descripciones de fuentes inéditas y orales, son preciosas. La dimensión religiosa propiamente tal el autor la desarrolla con delicadeza y respeto a la misma y, de tal forma, que a través de un adecuado conocimiento de las fiestas religiosas logra individualizar cómo el cuerpo doctrinal cristiano va penetrando en la comunidad. Así se tiene la constante referencia a la fiesta de Corpus, a los Patronos, Santos, Ángeles, y la espiritualidad básica del proceso evangelizador: pecados capitales, ofrendas por la vida y el trabajo.
Es de esperar que estos comentarios a la obra de nuestro querido Lautaro Núñez sirvan al lector para recorrer los capítulos de este estudio. Resta sólo felicitarlo por este aporte.
El lector, creyente especialmente, podrá encontrar más de alguna osada hipótesis antropológica; éstas son propias de los investigadores, pero en cuanto creyente debe aprender a valorizar el legítimo anhelo de todo investigador de acercarse lo mejor posible a la verdad científica y, por otro lado, extraer de estos estudios aquello que les permite profundizar su visión de fe, pues así su visión se hará más transparente, más rica y plena de espiritualidad. No cabe duda que en este estudio no sólo se encuentran hipótesis científicas. Ante todo Lautaro nos lanza en la profundidad de la reflexión sobre nuestra fe, especialmente cuando en más de alguna referencia documental oral Lautaro cita a su propia madre, una camarera de la Virgen, quien, por una parte, le transmitió las tradiciones de uno de los cultos marianos más importantes del Chile andino, y por otra, su devoción a la virgen.
Notas
Renato Hasche S.J. – Prólogo de la primera edición, 1992, cuando don Renato Hasche era Director del Departamento de Teología, Universidad Católica del Norte.
Misael Camus – Rector Universidad Católica del Norte, prólogo a la presente edición de 2004.
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