Este ejercicio de memoria se llevo a cabo entre el 2017 y el 2018 y abarca seis decadas. Tuvo como trasfondo un conjunto de informacion proveniente de distintas tecnicas y fuentes: entrevistas, documentos personales de los afiliados a los sindicatos, talleres de memoria, prensa escrita, archivos institucionales, material secundario. Aunque es el primero que, desde el Centro Nacional de Memoria Historica (cnmh), tiene como eje central al sector palmero, la violencia antisindical ha sido abordada, a nivel de registro e investigacion, tanto por organizaciones no gubernamentales, como por entidades sindicales y academicos, desde hace ya al menos tres decadas en el pais.[1] Si bien el informe fue publicado por el cnmh en 2018, su lanzamiento publico no estuvo exento de polemica con la actual direccion del cnmh, en cabeza del historiador Ruben Dario Acevedo Carmona, teniendo lugar finalmente en la Universidad de los Andes, el 29 de mayo de 2019. En su momento, el portal La Silla Academica titulo el episodio como “la lucha de poder detras de la memoria”.[2] El capitulo introductorio del informe lleva por nombre “Siembra y ampliacion del cultivo de palma, conflictos laborales e inicios de la organizacion sindical”. Alli se describen los antecedentes de la llegada de la palma y el proceso social y politico de formacion de la organizacion sindical. El capitulo narra que antes de la llegada de la palma, en el Copey (norte del Cesar), habia cultivos de algodon, arroz, tabaco y sorgo, donde empresas como El Labrador s.a. y empresarios que vinieron de menos a mas en la region —tal es el caso de Alfonso Lozano Pinzon o Misael Carreno— jugaban un papel importante. A partir de relatos de exfuncionarios de una de las empresas formada en 1971, Palmeras de la Costa s.a., y de extrabajadores de Indupalma, se reconoce que el cultivo de palma comienza a entrar en San Alberto (sur del Cesar) entre 1958 y 1961 a traves de Agraria La Palma o Indupalma, y que su llegada, ademas de traer consigo “gentes de todas las regiones, facilita las primeras formas de organizacion de los trabajadores […] y la creacion del primer sindicato de Indupalma en 1963” (p. 39). Estos relatos dan cuenta del rol de los sindicatos en las huelgas de 1971 y 1977 y las distintas “acciones de presion” a Indupalma. Ademas, describen la institucionalidad comunitaria local impulsada por el activismo sindical, especialmente en San Alberto, a traves de la creacion de juntas comunales, comites de mujeres, comite de presos politicos, fondo de solidaridad, comite deportivo y creacion de barrios obreros como El Primero de Mayo (pp. 80-84).
El segundo capitulo lleva por titulo “Construccion del tejido social y politico del sindicalismo, solidaridad, lucha y negociacion en medio de la Violencia”.
Este capitulo aporta a la comprension del proceso de fortalecimiento de las organizaciones sindicales al finalizar los anos setenta y a mostrar el valor que tuvo la construccion de tejido politico regional impulsado por los sindicatos; tejido que sera sistematicamente truncado por la violencia antisindical. Los relatos destacan el trabajo mancomunado de varios sindicatos y recogen los acumulados de luchas para formar sintrapalmacosta en 1983 (p. 95), el primer sindicato del corregimiento de Minas en la empresa Palmas Oleaginosas Hipinto hacia 1984 (p. 110), y sintraproaceites en 1985, este ultimo considerado como la “maxima expresion del movimiento sindical en la region” (p. 116).
El informe destaca la articulacion de demandas entre la organizacion sindical y otros sectores como el campesinado, especialmente en la recuperacion de tierras en las fincas (Las Malvinas, La Carolina, Los Cedros) y la construccion de barrios (el 23 de Agosto, La Marina, Villa Fanny y Primero de Abril (pp. 125-142). Tambien resalta el trabajo continuo de los trabajadores en torno a la defensa de las convenciones colectivas y la gestion de conflictos laborales en las distintas seccionales en medio de una violencia paramilitar que no daba tregua. El capitulo enfatiza que los sindicatos lograron construir algunas redes de poder politico, al punto de tener concejales y candidatos a las alcaldias municipales por la Alianza Democratica, el Partido Conservador, la Union Patriotica y la Unidad Civica Popular hacia finales de los anos ochenta. Sin embargo, la vocacion de poder popular de los sindicatos se vio truncada debido a la violencia antisindical ocurrida en los periodos de 1986-1990 y 1992-1996 en San Alberto, San Martin y El Copey. Estas violencias van a ser agenciadas y patrocinadas por caciques politicos, familias terratenientes y comerciantes, amparadas, a su vez, en estructuras paramilitares.
El tercer capitulo se titula “Agudizacion de la violencia, resistencia en medio de la ‘crisis palmera’ y desplazamiento forzado de la dirigencia sindical”.
Un elemento para destacar del capitulo es como la violencia antisindical, expresada en asesinatos selectivos, desplazamiento y desapariciones forzadas, “golpea la solidaridad sindical” construida desde los anos ochenta en la region (pp. 144-183). En los relatos son evidentes algunas de estas consecuencias, por ejemplo, en la desarticulacion del liderazgo cultural y social (verbigracia, los juegos de integracion o los campeonatos de futbol), en la ruptura de las relaciones construidas con otros sindicatos aliados a nivel regional y nacional y en las tensiones internas entre los trabajadores por lo que debia ser luchado en las convenciones laborales, aspecto que sera aprovechado por los grandes empresarios de la palma.
El cuarto capitulo es denominado “En medio de las bajas seguimos organizados, ya no aguantamos mas. Los empresarios nos pusieron a elegir sus propuestas”. El capitulo narra como la violencia antisindical ocurrio en un contexto donde la apertura economica del gobierno de Gaviria incidio negativamente en los precios del aceite, asi como en las desmejoras de las condiciones laborales. Un fragmento consignado en el texto —proveniente de uno de los relatos de un extrabajador de Indupalma— bien puede ser sintesis de este:.
La concepcion de la empresa, de los terratenientes, del capital y de los paramilitares era que el sindicato era cadena, correa de transmision de las organizaciones guerrilleras de la zona. Directivo que medio hablaba, directivo que era guerrillero y directivo que se moria (p. 249).
El quinto y ultimo se titula “El nuevo milenio vino acompanado de grandes cambios, sin que cesara la violencia antisindical volvimos a la huelga”. El capitulo se concentra en mostrar que la llegada del nuevo milenio trae aparejados, para el norte y el sur del Cesar, varias incursiones paramilitares y asesinatos de lideres sindicales, reduciendo el “numero de afiliados al sindicato a menos de 200” (p. 291). Paralelo al control paramilitar, se van imponiendo en la zona las cooperativas de Trabajo Asociado. El capitulo destaca que en este nuevo milenio la accion sindical en la zona ha buscado “blindarse” a partir de un activismo colaborativo con otras organizaciones de orden nacional como fensuagro o Corporacion Justicia y Libertad e internacional como la oit. La narracion del informe cierra mostrando los efectos de la tercerizacion para los trabajadores de la Palma, tanto para la empresa como para los trabajadores.
Aunque se aclara en la introduccion del libro que el ejercicio de memoria historica se entiende no solo como una “narracion de historias”, sino de “contextualizacion de los hechos y de los proyectos como trabajadores y extrabajadores que fueron truncados” (p. 24), luego de una lectura detenida de los cinco capitulos, me inclino por pensar que el informe ancla en lo primero. Lo segundo, si bien aparece consignado en unas importantes y largas vinetas narrativas de los extrabajadores y las extrabajadoras, es el lector quien debe ir armando con paciencia y cuidado cada pieza de lo segundo, para tener al final una imagen global, compacta e interpretativa acerca de lo sucedido en la region. La “mediacion” entre ambos cometidos es una deuda del informe.
A tenor de lo anterior, reconozco que en este informe lo central del ejercicio de memoria es la “agencia de los protagonistas” en los relatos, lo cual permite entrever como fue el inicio de los trabajadores en la empresa palmera y en la region y como ha sido la responsabilidad empresarial —por ejemplo, de Indupalma— por las violaciones de los derechos convencionales y humanos a la organizacion sindical. Sin embargo, en un informe de memoria historica debe existir la bisagra entre testimonio y teoria, entre relato y marco interpretativo.
Como lo han mostrado el historiador britanico Edward Palmer Thompson, en obras como La formación de la clase obrera en Inglaterra y La miseria de la teoría, asi como lectores contemporaneos de su obra, como el historiador cana diense Bryan Palmer o el brasileno Marcelo Badaro, la logica de la historia, en este caso de la memoria historica, que es lo que nos convoca en esta resena, “es la de un dialogo permanente entre los testimonios y la teoria”.[3] Y esto en particular queda en deuda. Preguntas al respecto podrian derivar de esto: .quien o quienes deberia(n) lograr esta bisagra? .El cnmh o los relatores locales? Asumiendo que esto puede ser resultado del trabajo colaborativo entre ambas partes, un elemento que podria contribuir a lograr esta bisagra, en general en los ejercicios de memoria historica, es la idea de “experiencia”. Por cierto, poco explorada y tenida en cuenta en nuestros trabajos de memoria en el pais, porque los mismos, a mi juicio, siguen concentrando su enfasis en el “hecho victimizante”, en el “caso emblematico”, en el “archivo de dolor”, en la “tipologizacion de danos e impactos” sin preguntarse de manera profunda por el valor de la “experiencia” como insumo de la memoria.[4] Aqui vuelvo nuevamente a Thompson, Palmer y Badaro. La “experiencia”, si bien es lo que se encarna en tradiciones, sistemas de valores, ideas y formas institucionales, habria dos formas de entenderla y ambas pueden ser sugerentes para ejercicios de memoria posteriores sobre sindicalismo y otros temas.
Una, como un “concepto mediador” que permite explicar la relacion entre las determinaciones de las relaciones sociales de produccion y la consciencia de los individuos (en el caso de Thompson, la consciencia de clase). La otra, como “metodo de acercamiento”, es decir, como metodo de observacion y recuperacion de todo lo que fuera posible recuperar de la vida de una persona o grupo: que hacian, como vivian, por que vivian como vivian, que proyectos de futuro tenian.[5] En el informe, la riqueza de las largas vinetas narrativas, con un trabajo mas fino de conexion, mediacion y acercamiento entre lo testimonial y lo teorico, habria permitido relievar de mejor forma la experiencia de los y las trabajadoras de la Agroindustria de la Palma de Aceite en torno a su lucha de clases en esta region del pais, asi como las resistencias (culturales, politicas, familiares) a las afectaciones.
Notas.
1. El registro de estas violencias es consignado en las bases de datos de Amnistia Internacional, la Central Unitaria de Trabajadores (cut), la Organizacion Internacional del Trabajo (oit), el Centro de Investigacion en Educacion Popular (cinep) y la Escuela Nacional Sindical (ens). A nivel analitico, desde diversos acentos academicos y posicionalidades politicas han contribuido al tema los investigadores Mauricio Archila, Renan Vega, Rainer Dombois, Leon Valencia, Juan Carlos Celis, Alexander Pereira, Daniel Mejia, Maria Jose Uribe, Jairo Antonio Lopez, Sandra Hincapie, Libardo Botero y Ruben Dario Acevedo Carmona, entre otros. Para un panorama sobre el tema recomiendo el dossier “Violencia contra el sindicalismo” de la revista Controversia 198 (2012).
2. Las intervenciones del lanzamiento se encuentran disponibles en “Lanzamiento del informe del cnmh: ‘Y a la vida por fin daremos todo…’”, YouTube, subido por Universidad de los Andes, may. 29, 2019. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=IP9nJgHVD58. La controversia sobre este lanzamiento se puede encontrar en Natalia Arbelaez Jaramillo y Andres Felipe Posso, “El olvido no es una opcion en el caso colombiano”, La Silla Académica, jun. 2, 2019. Disponible en: https://lasillavacia.com/silla-academica/trabajo-colectivo/ olvido-no-opcion-caso-colombiano-71874.
3. Bryan Palmer y Marcelo Badaro, “E.P. Thompson y la Formacion de la clase obrera en Inglaterra, 50 anos despues”, Trashumante. Revista Americana de Historial Social 4 (2014): 111-131.
4. Esto es desarrollado tambien en Jefferson Jaramillo, Alberto Beron y Erika Parrado, “Perspectivas disruptivas sobre el campo de la memoria en Colombia”, Utopía y Práxis Latinoamericana 25 (2020): 162-175.
5. Palmer y Badaro 119-121. Jefferson Jaramillo Marín – Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, Colombia. E-mail: jefferson.jaramillo@javeriana.edu.co.
Resenhista
Referências desta resenha
CENTRO Nacional de Memoria Histórica. Y a la vida por fin daremos todo… Memorias de las y los trabajadores y extrabajadores de la agroindustria de la palma de aceite en el Cesar, 1959-2018. Bogotá: cnmh, 2018. 348p. Resenha de: JARAMILLO MARÍN, Jefferson. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura. Bogotá, v.48, n.1, ene./jun. 2021. Acessar publicação original [IF].
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