Paz en la República. Colombia, siglo xix | Carlos A. Camacho, Margarita O. Garrido e Daniel A. Guriérrez

Filosofia e Historia da Biologia 12 Paz
Margarita Garrido | Foto: LaVozDeMacondo |

SCOTT The common wind 16 PazEste libro compilado es un esfuerzo muy pertinente por hacer la historia relevante para el presente. En medio de las controversias que han suscitado recientemente las negociaciones de paz con las farc y el eln, este grupo de historiadores se propone “enriquecer estos debates con el estudio de los periodos de paz decimononicos, con el fin de darle profundidad a la inmediatista mirada habitual” (p. 16). Ojala con mas frecuencia los historiadores nos animaramos a enriquecer el debate publico con una perspectiva de mas larga duracion, tan fundamental para la comprension de la coyuntura. Ademas de aportar profundidad historica, nos invitan a romper con la creencia generalizada de que la guerra ha sido una constante en la historia de Colombia. Para hacerlo, abordan el siglo xix, que repetidamente hemos llamado “el siglo de las guerras civiles”, y nos demuestran que no lo fue: afirman que, despues de 1839, cuando empieza la primera guerra civil propiamente dicha, hubo catorce anos de guerra y cien de paz. Los capitulos estudian las paces hechas tras cada una de las ocho guerras civiles del siglo xix y su conexion con el retorno posterior a la guerra. De esta manera, dirigen nuestra atencion a lo que ha sido mayoritariamente espacio negativo ante nuestros ojos, mas acostumbrados a ver la guerra.

A pesar de que el libro es sobre la paz, tambien nos ensena sobre las guerras civiles, pues la fluidez entre paz y guerra hace necesario estudiarlas atendiendo a las dos caras de la moneda. Cada capitulo explica las causas de una guerra (excepto el de Malcolm Deas, que aborda dos, correspondientes a 1885 y 1895), la forma como se negocio y alcanzo la paz, asi como las limitaciones de esta ultima que generaron la detonacion de una nueva guerra posteriormente. Los autores y autoras hacen enfasis en la heterogeneidad de las guerras, explicando en detalle las situaciones particulares que conllevaron a cada una de ellas y sus variaciones de region en region. La de los Supremos (1839-1842), estudiada por Luis Ervin Prado, no fue una: fueron una serie de levantamientos provinciales que tuvieron en comun un llamado a la federalizacion. La de 1851, abordada por Margarita Garrido, fue motivada por la abolicion de la esclavitud, pero tambien por la intervencion del Estado en asuntos de la Iglesia y de las provincias, asuntos que amenazaban la nocion del mundo y del orden social de los rebeldes.

Carlos Camacho explica que la de 1854 tuvo varias particularidades: estallo en la capital, con un golpe de Estado de sectores militares apoyados por las Sociedades Democraticas bogotanas y de algunas provincias, y estuvo influenciada por las relaciones internacionales del momento. Por su parte, Daniel Gutierrez examina la Guerra de 1860-1862 como resultado de la oposicion conservadora a la Constitucion federalista de 1853 que empezo en Bolivar, Santander y Cauca, pero pronto se generalizo. Luis Javier Ortiz aborda la Guerra de las Escuelas (1876- 1877), que fue un levantamiento conservador pluriclasista en contra del sistema de educacion laica y el federalismo. Malcolm Deas nos presenta las de 1885 y 1895 como manifestaciones de la oposicion al excesivo poder de la presidencia y de la exclusion politica de las minorias. Finalmente, Brenda Escobar explica que la de los Mil Dias no fue una, sino varias, iniciadas en distintos lugares por lideres guerreristas unidos precariamente por el rechazo a una politica electoral que los excluia y a manejos economicos que los perjudicaban.

En su capitulo, Malcolm Deas ofrece algunas generalizaciones en medio de esta diversidad que ayudan a hacer una lectura transversal. Deas llama la atencion sobre elementos que tuvieron en comun, como por ejemplo, el hecho de que las luchas fueran principalmente por asuntos relativos al poder politico —como la inclusion electoral y la alternacion del gobierno— y no tanto por razones sociales, etnicas o economicas. Tambien senala la relevancia que tuvo el asunto del lugar de la Iglesia en el orden social, aunque no siempre termino en guerra. Llama la atencion sobre el hecho de que fuera posible para unos cuantos lideres guerreristas empezar una guerra con muy poca gente. Deas sugiere que tenemos que estudiar mas a esos lideres para entender mejor las dinamicas.

En cuanto a la paz, los autores examinan las distintas formas de poner fin a la guerra. Mediaciones, exponsiones (acuerdo entre los bandos de cese de hostilidades sin entrega de armas), indultos y amnistias estuvieron a la orden del dia y fueron objeto de intensos debates, como lo siguen siendo hoy. .Era conveniente para restablecer el orden dar al rival tratamiento de beligerante legitimo e indultarlo, o debia ser tratado como delincuente y reprimido sin clemencia? .Ofrecer indultos era sintoma de superioridad o de debilidad? .Era justo perdonar crimenes cometidos durante la guerra, a la luz del tratamiento que se daba a los delitos corrientes? .La paz y el orden se alcanzarian a traves de la represion del rebelde o de su inclusion? Para Malcolm Deas, fueron las condiciones de posibilidad las que zanjaron el debate: el gobierno se caracterizo por ser debil y su incapacidad de suprimir los levantamientos —y al enemigo mismo— a traves de la represion impuso la salida negociada a las guerras. El indulto para Deas es resultado de la imposibilidad de ajusticiar al enemigo y de la necesidad de que “todo el mundo regresara a casa” (p. 252). Esta postura deja campo a la discusion, pues todos los demas autores ponen enfasis en la tendencia de los ministeriales —y posteriormente conservadores— a optar por el fortalecimiento de la autoridad y la coercion como metodo para regresar al orden, mientras que la paz liberal recurrio con mas facilidad al indulto como herramienta de disuasion y reconciliacion. A diferencia de Deas, los demas autores dan mas peso a la agencia de los individuos quienes actuaban tambien guiados por lo que consideraban apropiado, justo y hasta moralmente correcto.

Varios capitulos senalan de manera muy pertinente que la gran pregunta que estuvo detras de los distintos debates sobre la paz era la de como se entendia el orden politico y social. Margarita Garrido afirma que lo que hubo detras de la contienda de 1851, animada por la abolicion de la esclavitud, no fueron solo intereses economicos sino “concepciones del mundo muy diferentes” (p. 71). La de los liberales, que defendian valores y principios como el progreso, la democracia y las libertades individuales, se oponia a la de los conservadores que veian en la Iglesia la principal defensora de un orden social y moral que sentian amenazado. El enfrentamiento de nociones irreconciliables del orden, la legitimidad de la autoridad, lo justo, lo natural y hasta lo sagrado hacian de este conflicto un asunto cargado de emociones. Por su parte, Daniel Gutierrez senala que el “problema radicaba en la incompatibilidad de los programas, aun entre politicos no exaltados, de suerte que para los derrotados toda alternancia equivalia ni mas ni menos a una demolicion” (p. 192). En el posfacio, Ivan Orozco explica las guerras del xix como el choque “entre una vision pre-moderna y otra moderna de la politica” (p. 312). La vision premoderna, la de los conservadores aliados con la Iglesia, entendia el ejercicio de la politica como la administracion de diferencias sociales consideradas naturales. Por su parte, la moderna, del liberalismo, entendia la politica como la contienda entre individuos libres e iguales por el poder. Para Orozco, hay muchas similitudes entre estas disputas del xix y las del presente, en la medida en que se siguen enfrentando posturas que parecen irreconciliables: mientras unos luchan por el reconocimiento de su dignidad, los otros los deslegitiman como delincuentes. Orozco hace un llamado a poner fin a las reclamaciones mutuas entre la derecha y la izquierda, cada cual con sus victimas, y apunta a la necesidad de “un centro politico eficazmente conciliador” (p. 332).

Si bien el libro parte de la intencion de utilizar la historia para iluminar los debates del presente sobre la paz, es solo en la introduccion y en el posfacio que se presenta un dialogo explicito entre pasado y presente. Los demas capitulos, los que nos explican las guerras y paces del siglo xix, no se animan a establecer esa conversacion y se quedan en el pasado —un pasado que frecuentemente relatan, ademas, haciendo demasiado enfasis en eventos y decisiones de los lideres politicos y militares—. La tarea de interpretar la relacion entre el pasado y el presente se la dejan a un no-historiador: Ivan Orozco, politologo y abogado, participe y estudioso de los procesos de paz, la justicia transicional y la memoria.

En su posfacio, Orozco realiza el analisis prometido en la introduccion con gran delicadeza, sin refundir el pasado con el presente. Los historiadores siguen siendo timidos para comentar sobre el presente, como si hacerlo pusiera en duda la rigurosidad de su aproximacion al pasado. Otras ciencias sociales han abrazado con mas entusiasmo la posibilidad de tomar postura, sin que ello implique renunciar al conocimiento riguroso y legitimo. Sin duda, las comparaciones entre pasado y presente pueden ser problematicas: los historiadores tenemos muy claro el peso de los contextos particulares y el riesgo del anacronismo. Pero eso no implica que no se puedan senalar continuidades y cambios de manera respetuosa por las particularidades, como lo hace Orozco. Ojala los historiadores nos vayamos lanzando mas a participar en los debates publicos del presente, enriqueciendolos desde nuestro conocimiento y sensibilidad por el devenir del tiempo historico.


Resenhista

Catalina Muñoz Rojas – Universidad de los Andes. Bogotá, Colombia. E-mail: c.munoz2017@uniandes.edu.co.


Referências desta resenha

CAMACHO ARANGO, Carlos; GARRIDO OTOYA, Margarita; GUTIÉRREZ ARDILA, Daniel. (eds.). Paz en la República. Colombia, siglo xix. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2018. 334p. Resenha de: MUÑOZ ROJAS, Catalina. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura. Bogotá, v.48, n.1, ene./jun. 2021. Acessar publicação original [IF].

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